jueves, 2 de enero de 2014

Calostro

Recuerdo hace poco más de doce meses, plantearme el último post de 2012. En ese caso, todo quedó claro cuando recibí un wasapp de África contándome que su pequeñín adoptado se había enganchado a la teta como un campeón. Este año también lo tenía claro, y no para el último post del 2013, quizás porque no me apetecía cerrar historias, sino comenzarlas... Y que mejor manera de comenzar el 2014 que hablar del inicio de todas las lactancias, el calostro.

El calostro es ese líquido semitransparente y amarillento que los pechos comienzan a segregar casi al pasar el ecuador del embarazo. En mis anteriores embarazos casi ni me di cuenta de que estaba ahí (y eso que Darío siguió tomando teta durante el embarazo de Diana) y, sin embargo, en este sí que ha hecho acto de presencia y de manera bien visible... Tanto que la peque parece haber cogido con más ganas su ración de tetita nocturna para dormir.

Aparte de decir que es oro líquido, que es la primera vacuna, que tiene grandes cantidades de anticuerpos y células buenas (todos lugares comunes y archiconocidos), me gustaría ahondar un poco en la preocupación de muchas madres de si será suficiente... porque quizás es otro lugar común el hecho de que el calostro es "escaso".

Cuando hablamos del tema en el grupo de lactancia, siempre me gusta recordar el hecho de que todos los mamíferos producen calostro y este, por tanto, ha de tener una función biológica muy importante. Por tanto si el calostro se ha mantenido evolutivamente, y se ha mantenido evolutivamente escaso, será por algo, no porque las mujeres estemos mal diseñadas y tengamos que suplir los defectos de fábrica de nuestras tetas durante los primeros días posparto.

El calostro es poco, es escaso, es un bien muy preciado... Pero es que el tamaño del estómago del bebé también lo es al nacer, con lo cual es idóneo que el calostro se produzca en poca cantidad. El tamaño del estómago de un recién nacido es el de una canica, por lo que no tendría demasiado sentido que el pecho de la madre produjera cantidades mucho más grades de calostro.

Por otro lado, y según la conocida como "teoría de los receptores", durante los primeros días del posparto se establece el número de receptores de prolactina en las glándulas mamarias de la madre. Cuanto más a menudo amamante el bebé, más receptores de prolactina se formarán y mejor y más afinada será la respuesta de los pechos de la madre ante la demanda del bebé y ante la presencia de la hormona prolactina... Así que un calostro escaso que asegure un número frecuente de tomas a lo largo del día, no deja de ser también una ventaja evolutiva.

El calostro, por tanto, permite que el cuerpo de la madre se "sintonice" con la demanda y las necesidades nutricionales de su bebé y, sin duda, debería contribuir a que la mente consciente de esa misma madre se sintonizara con las necesidades de su hijo. Un número frecuente de tomas durante los primeros días, tomas eficientes y placenteras para ambos, debería ser el cimiento de cualquier lactancia de éxito. El problema es que hoy en día el momento del calostro se junta con el posparto inmediato en hospitales con madres agobiadas y desempoderadas, donde cualquiera opina sobre la lactancia y sus propiedades nutricionales (aunque nunca haya dado el pecho), donde las visitas invitan a todo menos a conectar con el bebé, donde muchas madres no cuentan con la intimidad y tranquilidad adecuada para vivir el momento del enganche como un momento de comunicación con su bebé, donde los pequeños son "colocados" bruscamente por enfermeras o auxiliares con prisas...

Entonces, el calostro, como el posparto, debería mimarse y cuidarse. Debería ser un momento de intimidad, preciado por la madre, acompañado por el padre y familiares cercanos, un momento de disfrute y de conexión con el bebé, un alimento que acompañe al pequeño ser humano en su transición hacia la vida extrauterina. Un momento y un alimento para saborear y paladear, en pequeñas dosis pero frecuentemente, forjando un vínculo imborrable entre la madre y su cría y continuando con la relación de nutrición corporal y emocional que la madre inició en su útero en el momento de la unión entre espermatozoide y óvulo.

18 comentarios:

  1. Gran post preciosa, exactamente, cuidarse y mimarse

    :*

    ResponderEliminar
  2. Como siempre, tienes tanta razón!!! El calostro está tan despreciado con relación a su importancia! Debemos cambiar eso y muchas lactancias serían más disfrutadas y tendrían menos problemas

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El calostro es el principio. Si no se cuida, no se mima, no se aprecia ni se valora en su justa medida, nunca se hará lo mismo con la lactancia. Y como todos los comienzos, es necesario que la madre sea apoyada y sostenida y no agobiada y desempoderada, como suele suceder.

      Eliminar
  3. Yo no pude dar el calostro a mi bebé hasta casi 20 horas después del mi parto. En mi país es una horrorosa normalidad que te alejen de tu bebé en un cunero, que te lo alimente con fórmula sin consentimiento. Eso sí, desde que lo tuve en los brazos lo puse al pezón y hasta hoy, casi 15 meses después, mi hijo es amamantado. Nunca le he dado otra leche que no sea la mía. Una hermosa y feliz lactancia, y disfrutada. Hermoso post y lo comparto con todo mundo. Gracias por tan acertados datos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Argenida... me alegro mucho por ti de que hayas podido tener una hermosa y exitosa lactancia desde el inicio. Yo soy de Panama y aca una vez nace el bebe se lo llevan a otra sala y te lo dan horas despues. Y di a luz a mi hija a las 5:42 de la tarde y mela dieron a las 10 de la noche, ya imaginaras mi desesperacion y para colmo le dieron formula sin mi consentimiento, muy tristeesa situacion, pero gracias a Dios mi bebita tiene ya 11 meses y le he dado solo leche materna.

      Eliminar
    2. Argénida, Rexy:
      Me da mucha tristeza escuchar todavía estas historias de horas y horas de separación sin sentido. Me alegro de que hayáis logrado superar todos esos obstáculos y que hayáis podido amamantar a vuestros bebés, aunque no dejo de pensar en todas las diadas madre-bebé que se quedan por el camino con tanta zancadilla y no llegan a disfrutar de sus lactancia.
      Un abrazo.

      Eliminar
    3. Pues más que tristeza, son historias escalofriantes! Mi madre también cuenta lo mismo de cuando nacimos mis hermanos y yo... ¡Qué rabia y qué impotencia!

      Eliminar
  4. Lo es, pero aún recuerdo mis dudas en el hospital, tras el parto, cuando Monstruita no dejaba de llorar. Sabía todo lo del calostro, lo importantísimo que es, pero ella lloraba y lloraba. Me ofrecieron un biberón con suero glucosado, y ante mi desesperación de primeriza (aún sabiendo todo lo que sabía), se calló y se quedó tranquila. No estoy especialmente orgullosa de ello, pero a veces las circunstancias y un asesoramiento no del todo adecuado, te pueden!

    Eso sí, no le volví a dar más y mi lucha por nuestra lactancia comenzó, hasta que por fin se estableció.

    Pero esos primeros momentos... uf!

    ResponderEliminar
  5. me parece un tema de mucho interés ya que la lactancia materna se ha dejado de lado las mamas no le dan la suficiente importancia y no se dan cuenta del enorme beneficio que le están negando a sus bebes y de la maravillosa experiencia que se están perdiendo al no tener el contacto piel a piel con sus bebes. es muy importante crear conciencia en la futura mamá desde el momento de la concepción de cuan importante es la alimentación del seno materno de los benéficos que esto trae ella y a su bebe y esa es labor del personal de salud que esta en contacto con ella durante el cuidado del embarazo creando grupos para fomentar el auto cuidado y contar sus experiencias para crear ese vinculo madre e hij@.

    ResponderEliminar
  6. Hola!!! Soy la autora del blog Alma de Madre. Te he otorgado un premio por tu blog: Es el premio LIEBSTER AWARDS. Enhorabuena por tu blog y a seguir escribiendo!! Puedes ver el premio en http://almademadre.blogspot.com.es/2014/01/premio-liebster-award-para-alma-de-madre.html. Muchos besos!

    ResponderEliminar
  7. Eloísa:
    Te felicito por hacer campaña por el CALOSTRO, un auténtico desconocido para las mamás primerizas. Y digo desconocido porque consiste únicamente en saber que antes "de la bajada de la leche" llega el calostro... ¡Es importantísimo que se produzca! Y... desde mi humilde opinión... creo que encontrarse una cunita en la habitación del hospital puede distorsionar... creo que lo ideal es que el bebé esté en los brazos de la mamá para que demande y demande. Si está en la cunita o vuelva de brazos a brazos las primeras horas... ¡malo!
    Eso sí... contar con profesionales de la salud que te informan bien y entienden cómo te sientes de perdida en esos momentos... ¡importantísimo!
    Un abrazo,

    ResponderEliminar
  8. http://www.change.org/es/peticiones/sra-mato-no-provoque-mas-dolor

    por favor, entrad, si estais de acuerdo, firmad y difundid, porque nosotras también tenemos y ansiamos una maternidad, aunque sea diferente

    ResponderEliminar
  9. Calostro... Pócima mágica... Ya sabemos cual fue el secreto de Obelix jijiji

    ResponderEliminar
  10. Pues si, has descrito mi embst y lactancia Jajajaja. Mi suegra me dijo poco antes de dar a luz que tendría que suplementar a los dos meses. Ahora, 4 meses después está viendo lo bien criada que está su nieta sólo con teta .
    Además, yo lo tuve todo en contra, porque la niña estaba de nalgas y sólo dos profesionales me atendían un parto vaginal, iba de cabeza aa cesárea. No consentí que la programaran (me costó broncas de profesionales) y mi pequeña se enganchó nada más nacer (fue una cesárea respetuosa: piel con piel y con el padre de mi hija al que dejaron verla nacer). Al segundo día subió la leche tras 48:horas de nutritivo calostro.

    ¿Consejos? Pocos, pero uno muy importante: Infórmate futura mamá, tienes voz y voto .

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Otros post interesantes

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...