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martes, 23 de febrero de 2016

BLW: 10 trucos para que tu hijo coma fruta

Después de mi entrada del otro día sobre qué comen realmente los bebés, me he dado cuenta de que muchas familias tienen una gran preocupación por el consumo de frutas de sus bebés y niños pequeños. Y rascando un poquito en las estadísticas y datos al respecto, es como para estarlo, ya que todo parece indicar que el consumo de frutas y verduras en los niños y adolescentes españoles es demasiado bajo. Los menores españoles toman 90,4 gramos diarios de verduras, según este estudio 0_0. Sin embargo, el consumo diario de zumos y bebidas refrescantes en preescolares es preocupantemente alto: 388 ml/ día (740 en adolescentes). Mientras tanto, otros estudios alertan del elevado consumo de alimentos con azúcares y golosinas detectados en estudiantes. Así pues, parece que los niños españoles apenas consumen 100 gr de fruta y verdura al día, ingesta que se ve superada por el consumo de zumos y refrescos azucarados y de otras golosinas.

Así que os dejo aquí una pequeña guía de consejos que os pueden resultar útiles sin intentáis que vuestros hijos coman fruta. No son infalibles, ni son los únicos que hay, ni garantizan un resultado 100%, pero visto el panorama anterior, cualquier intento de mejora es bueno.

1. Predica con el ejemplo. Nunca me canso de decir esto en los talleres de BLW. La herramienta más poderosa de aprendizaje en el bebé es la imitación. Si sus padres comen fruta, ellos comerán fruta. Además, en una familia en la que el consumo diario de fruta es un hábito, el bebé se habrá familiarizado con estos sabores en el útero (en el último trimestre tragan cerca de 500 ml de líquido amniótico al día) y a través de la leche materna.  De nada sirve decirle a tu hijo que se coma una fruta si tú nunca la tomas de postre ni en ninguna otra comida del día. De nada sirve intentar explicarle que es muy saludable si tú te hinchas a postres lácteos azucarados en la hora del postre.

2. Haz que la fruta esté visible en tu hogar. Si la fruta está guardada en la nevera o en armarios fuera de la vista, será más difícil recurrir a ella cuando buscas un postre o un tentempié rápido. Hazte con un buen frutero y almacena la fruta en la cocina, a la vista. De esta manera, multiplicarás los momentos y oportunidades de consumir frutas. Mantenlo bien surtido, claro.

3. Mantener al alcance de los niños. No solo hay que tener fruta a la vista, si no también al alcance de los niños. Un carrito con cestas, es una buena alternativa. También colocar el frutero en una mesa accesible para los peques o tener un plato con algunas frutas en un lugar más a su alcance. Igual que con el apartado anterior, cuanto más a mano esté la fruta, más fácil y accesible será su consumo para todos los miembros de la familia.

4. Elige bien donde comprar la fruta. No hay nada más frustrante que gastar dinero en fruta y llegar a casa y encontrarnos con que o está medio pocha o dura como una piedra. Si la fruta está sosa y dura, comerla dejará de ser un placer y se convertirá en una obligación. Si está pasada, la podrás aprovechar para algún batido casero, pero poco más. Es importante tener localizado un lugar cercano donde tengas acceso a fruta a un precio asequible y de calidad. Tener una "relación cordial" con tu frutero de confianza también es importante, ya que nadie mejor para aconsejarte las frutas que están en su mejor momento y las que es mejor no comprar.

5. Fruta de temporada. Siempre es mejor elegir frutas y verduras de temporada. Así nos aseguramos de que están en su momento justo de maduración y de que no llevan semanas metidas en una cámara. De este modo, será más jugosa y apetecible.

6. Variedad. Aunque sea importante consumir frutas y verduras de temporada, hoy en día disponemos de una amplia variedad de frutas de importación o de invernadero durante todo el año. No hay nada más aburrido que pasarse un invierno comiendo solo naranjas, manzanas y peras. Aprovecha y date un capricho con un mango jugoso, unos arándanos en febrero o un melón de importación.

7. Fácil de llevar. Cuando salgas de casa con tus peques, intenta llevar siempre alguna fruta como tentempié, mejor que zumos industriales o bollería. Una manzana, una pera o un plátano no necesitan nada más que lavarlas en casa y meterlas en alguna bolsita de plástico dentro del bolso. También puedes recurrir a estas frutas como almuerzo para el cole. Mis hijos además de las básicas fáciles de llevar también suelen recurrir a un tuper con fresas o con un persimón pelado y cortado en cuartos como almuerzo.

8. Hazlo atractivo. Hay muchas maneras de presentar la fruta de manera atractiva sin necesidad de invertir horas y horas en dibujar paisajes con uvas y plátanos. Un plato de fruta variada cortada de maneras diferntes y colocada en círculos concéntricos es atractivo para cualquier peque. Las brochetas también son rápidas y sencillas y no requieren más inversión que la de los palitos. Un melón cortado a la mitad y usado como recipiente para poner bolitas de fruta es otro top hit entre el público infantil. Os contaré un secreto. En el pasado cumple de Erik (2 años), todos los invitados de entre 2 y 13 años de edad se quedaron extasiados con la "mesa dulce" de fresas bañadas en chocolate negro, brochetas de fresa y plátano con chocolate y vasitos de fresas con nata.

9. Batidos (smoothies) sí, zumos no. Los batidos de fruta (fruta triturada) o smoothies caseros tienen todas las ventajas de la fruta ya que tienen toda la fibra de la fruta. Obviamente, mejor si son caseros y recién hechos. Además, puedes aprovechar para introducir algo más que fruta. Zanahoria o pepino funcionan fenomenal en este tipo de batidos... Y qué te voy a contar de los famosos "batidos verdes", cuya base principal es la fruta. En cambio, los zumos (aunque sean naturales) es mejor evitarlos, porque contienen todo el azúcar de la fruta pero nada de su fibra, por lo que nuestro organismo los procesa de manera completamente diferente a la fruta. Obviamente, si estamos un día fuera de casa, mejor un zumo de naranja natural que una fanta. Pero recordad ese consumo de más de 300 ml diarios de zumos y bebidas azucaradas en preescolares.

10. Manipulación. Deja que tus hijos manipulen la fruta. Que pelen las mandarinas, que te ayuden a trocear las fresas. Deja que muerdan la cascara (siempre que esté bien limpia) y que disfruten tocando, apretando, extrujando, chupeteando, aprendiendo texturas y experimentando libremente. Quizás sea un poco más sufrido al principio y tengas que andar detrás de ellos limpiando y cambiándolos tres veces al día de ropa, pero a la larga casi seguro que compensa.

Estos son los míos. ¿Y los tuyos? He de confesar que en casa la fruta la comen divinamente, sin embargo con las verduras hay más problemas. Intento ponerme zen y aplicar la filosofía Basulto (¡Qué grande eres Julio!) y me consuelo pensando que si mis hijos me ven comer y disfrutar con la verdura, más tarde o más temprano se darán cuenta por si mismos de que no está tan mal. En el fondo, yo de pequeña tampoco recuerdo comer tanta verdura. En fin, que si tienes consejos para mí, yo encantada de recibirlo.

miércoles, 3 de febrero de 2016

¿Qué comen los Bebés?

¿Tenéis hijos en casa? Si leéis este blog, me imagino que sí. En casa somos cinco, dos adultos y tres peques, y todas las semanas, si puedo, voy a comprar fruta al rastrillo para poder llevarme a casa productos de calidad y proximidad a un precio más que razonable. Todas las semanas vuelvo a casa con el carro lleno hasta los topes y hay días que ni al viernes llego con la fruta.

Hoy, por ejemplo, he comprado
  • 5 kg de mandarinas
  • 2 kg de manzanas
  • 3 kg de peras
  • 4 kg de fresas
  • 2 kg de plátanos
  • 2 kg de calabacines
  • 2 kg de brócoli
  • 2 puerros
  • 1/2 kg de champiñones
A eso le sumamos, normalmente, otros caprichitos que no encontramos en nuestro puesto habitual del rastrillo, como arándanos, mangos, algún melón de importación, aguacate, etc. Y otras cosas que compramos en menos cantidad en función de lo que vayamos a ir preparando (pimientos, tomates, patatas) o que directamente ya no nos caben en el carro.

Y en mis visitas semanales, acompañada siempre por Erik, la repetición de ciertas escenas me ha llevado a hacerme algunas cuestiones. Hoy, por ejemplo, pensaba que si con esta cantidad de fruta a veces no me da ni para cuatro días, no quiero pensar cuando en lugar de tener tres niños en casa, tenga tres adolescentes. 0_0 Creo que nos vamos a tener que pluriemplear para darles de comer, je, je, je.

Pero, pasando a cosas más serias, por un lado me encuentro con que siempre todo el mundo es muy agradable con Erik. La mujeres le dicen cosas, los tenderos le ofrecen alguna fruta o palabras cariñosas y a las abuelas se les cae la baba. Hoy caía en la cuenta, por ejemplo, de que Erik es uno de los pocos niños que veo en este entorno. Es un entorno amigable y agradable para ser una pequeña ciudad (no hay peligro inmediato de coches, por ejemplo, aunque sí riesgo de perderse) y un lugar donde los niños pueden aprender muchas cosas de la sociedad en la que viven. Para Erik el día del rastrillo es casi una fiesta. Siempre se pone contento, porque le encanta la fruta y el ambientillo; pero también esa libertad de poder tocar las cosas o de ir de acá para allá sin los agobios de una tienda o un supermercado.

Además, el día que vamos a comprar fruta Erik se convierte, casi, casi, en "frugívoro". Solo quiere comer fruta. No falta el día que no salga del rastrillo habiéndose comido dos o tres piezas de fruta... y esa pasión por la fruta suele seguir durante todo el día. Se come una o dos mandarinas (¡¡¡mindirinas!!! son su fruta favorita) que pela animadamente mientras esperamos la cola, puede que después un plátano y al llegar a casa me pide un kaki o unas fresas... Luego llega la hora de sentarse a la mesa con el resto a comer y ¡Claro! Solo quiere jugar a echar el agua sobre el plato de comida que le hemos puesto. Está ya hasta los topes de fruta.

Y eso me lleva a la segunda parte de la reflexión de hoy. ¿Qué comen los bebés hoy en día? ¿Qué comen en realidad y qué es lo que presencia su familia en cuanto a su alimentación? Porque la pasión con la que las abuelas que hay por allí le ven comer fruta ha pasado de ser "graciosa" a francamente sorprendente. No me puedo creer que les desate tal nivel de pasión ver comer a un niño pequeño fruta ¿Tan raro es en nuestra sociedad que un bebé coma fruta? ¿Y que además de comerla lo haga con alegría? ¿Que sea su alimento favorito? El otro día una señora hasta se extrañaba de que supiera pelar una mandarina ¡¡¡Pues claro!!! Solo necesita que le quites tu un trozo de piel y él ya hace lo demás con gran entrega y dedicación... Lo único que requiere toneladas de paciencia es recoger minitrozos de cáscara de mandarina por toda la casa y enseñarle a que los trocitos de piel se ponen siempre en un platito y se llevan a la basura cuando terminamos.

¿Qué pensamos que deben de comer los bebés hoy en día? El otro día, el frutero del supermercado me decía que cogiera peras conferencia en lugar de peras de agua porque son muy buenas para los niños, señalando a Erik, porque tienen más azúcar. Yo le contesté lo más educadamente que pude que las peras de agua nos van mejor porque la piel es menos basta y se la comen con piel y, además, esto también nos viene mejor para cuando salimos fuera y no la podemos pelar. Quizás le hubiera debido preguntar de dónde viene la extraña idea de que los niños necesitan fruta más azucarada. O hubiera debido decirle que los niños lo que realmente necesitan es aprender a comer fruta variada, con su piel (bien lavada), y con sabor a fruta y no a azúcar, y por el valor nutricional de toda la fibra y las vitaminas además de los hidratos de carbono simples. O quizás nos debemos preguntar cómo sociedad en qué momento nos hemos equivocado de camino y hemos empezado a pensar que los niños necesitan más azúcar. Porque de comprar peras conferencia porque tiene más azúcar a comprar galletas porque también tiene más azúcar, y llevan el sello de la Asociación Española de Pediatría, solo hay un paso.

Otra perlita del súper. Ya sabéis eso de que cuando tiene niños todo el mundo opina. Pues esta vez una cajera muy maja (y bienintencionada, que no digo yo que no) me recomienda llevarme unos panes envasados que tienen en promoción. Le respondo, educadamente, que ya llevo pan de sobra (de barra e integral). Me dice que va muy bien para los niños porque se lo comen muy bien. Y yo le respondo que mis hijos se comen muy bien los bocadillos (del pan que acabo de comprar en la panadería del súper, que conste). Y sigue... Cojo un paquete de los panes en cuestión y le respondo: "Lo que no me gusta de esto son los ingredientes, mira, además de trigo lleva azúcar, espesantes...". Y ahí parece que ya se convenció de que no me iba a convencer y seguimos a otra cosa.

Así que, si esto nos sirve de muestra, en nuestra sociedad la opinión generalizada es que los niños no comen fruta y que no les gusta, que hay que dársela pelada porque ellos no pueden disfrutar del proceso de hacerlo por si mismos, que es bueno que coman alimentos con mucho azúcar, y que es aconsejable que coman panes blanditos y envasados (y con muchos aditivos).

Luego nos extrañamos cuando solo quieren comer "guarrerías" o "chuches" o productos precocinados y procesados. Y vuestros hijos ¿Qué comen?

miércoles, 6 de mayo de 2015

10 cosas que aprendí gracias al BLW


1. Disfrutar diariamente de una buena conversación a la hora de comer. Cuando tienes claro que quieres que tu bebé comparta el tiempo de la comida, empieza a resultar fundamental enseñarle lo que hacen los adultos a la hora de la comida y empiezas a interesarte por hablar más con tu pareja o con tus otros hijos, sacar más temas de los que hablar y a convertir la comida en un acto de encuentro y reencuentro entre todos los miembros de la fmilia.

2. Redescubrir el gusto por los alimentos básicos. Ver como tu bebé disfruta chupando y rechupeteando un pepino te invita a ir a la nevera para coger uno para ti mismo. Te descubrirás comiendo tomate sin aliñar o relamiéndote ante la perspectiva de mordisquear una crujiente zanahoria cruda.

3. Volver a comer con las manos. En el mundo adulto parece que es muy cool y fashion comer en un cocktail con una servilletita en la mano y un canapé en la otra, pero a los niños les decimos que no se come con las manos. Gracias al BLW he redescubierto platos fáciles y sencillos para comer con las manos como crudités de verdura para mojar en una salsa, pan con hummus o brochetas de uva y queso. ¿Cuál es tu receta de finger food preferida?

4. Recuperar las recetas de siempre. Lo que más valora en el mundo tu hijo es que te sientes a comer con él y que disfrutéis juntos del momento. Pasar en la cocina largas horas para hacer platos superimaginativos solo te lleva a frustrarte cuando tu hijo no reacciona en consonancia con todo tu esfuerzo. Así que olvídate de las albóndigas de pescado con salsa de arándanos y crujiente de jamón y vuelve a las cosas sencillas y sanas que no requieren tiempo y con las que toda la familia se relame igualmente: unas alitas de pollo al horno, una crema de calabacín, arroz integral con un huevo frito y salsa de tomate, patatas guisadas...

5. Leer a fondo las recetas de los alimentos en el supermercado. Cuando tenemos hijos, queremos lo mejor para ellos y muchas veces pasa por leer a fondo las recetas de los productos cuando hacemos la compra. Después de quince minutos de investigación en el supermercado, ya conozco la marca de mayonesa que usa aceite de oliva en su composición o el yogur de fresa que tengo que evitar porque lleva más azúcar que fresas.

6. Desconfiar del márketing de los fabricantes de alimentos procesados. Te venden el Danonino como un producto muy saludable que lleva queso y frutas, pero cuando lees los ingredientes ves que lleva más azúcar que frutas. Cuando te informas sobre las bases de una alimentación saludable, enseguida ves que lo supuestos cereales de desayuno saludables son una bomba de azúcar, por muchas vitaminas añadidas y que lo mejor es limitar su uso al máximo posible. ¿Recuerdas el famoso eslogan "leche, cacao, avellanas y azúcar"? Sonaba genial ¿verdad? Pues imagínatelo ahora con los ingredientes reales de la Nutella en orden de importancia: azúcar, manteca de palma, avellanas y cacao desgrasado. No suena igual, ¿verdad? Por si te lo preguntas, ahí van el resto de los ingredientes: cacao desgrasado  leche desnatada en polvo (6,6%), suero lácteo en polvo, emulgentes: lecitinas (soja), vainillina.

7. Conocer las bases de una alimentación saludable y aplicarlas para toda la familia. Porque lo mejor que le podemos dar a nuestro bebé es un buen ejemplo, cuando empezamos a practicar el BLW nos empapamos de información sobre la pirámide alimenticia y alimentos saludables... Y lo ponemos en marcha para toda la familia para que nuestro pequeño aprenda por imitación. Le cuidamos y nos cuidamos.

8. Técnicas de negociación zen con abuelas y en fiestas de guardar. Cuando decides priorizar los alimentos saludables en la alimentación de tu pequeño, los eventos sociales se convierten en una carrera de obstáculo para evitar que familiares y amigos empapucen a tu peque de patatas fritas, gusanitos y chuches. Lo bueno es que desarrollas un sexto-sentido antichuches y técnias de negociación ninja para enfrentarte tanto a abuelas recalcitrantes como a niños con subidón de azúcar.

9. Improvisar una comida fuera de casa sin preocupaciones. Con mi primer hijo era casi imposible improvisar una comida fuera de casa a no ser que tuviera un puré preparado o un super/farmacia para comprar un potito de urgencias. Ahora puedo salir a comer a cualquier sitio sin preocuparme de llevar algo especial para que coma mi bebé porque siempre tengo opciones a mi alcance en cualquier restaurante.

10. La mejor hora del baño. Que extrañamente no es antes de la cena, sino más bien después de la comida o después de la cena.

martes, 28 de octubre de 2014

El Baby-Led Weaning en el cambio de paradigma de la crianza

Estamos en un momento de cambio de paradigma de la crianza... O al menos eso creemos muchas personas que nos relacionamos en las redes sociales y en la blogosfera, porque a veces salimos de nuestro pequeño mundo y nos damos de frente con la cruda realidad... Pero volviendo al optimismo, prosigo con un cambio de paradigma encaminado a reconocer y aceptar la crianza con apego, una tendencia que, con el respaldo de la neurobiología y otras ciencias, reconoce que las necesidades de los niños desde el inicio de la vida son reales y no caprichos que hay que negar para evitar que se conviertan en malcriados.

Cada día más madres amamantan durante más tiempo en el convencimiento de que hacen lo mejor para su bebé, le dan masajes, le llevan pegadito, le acompañan en sus noches... y a veces el sueño se rompe al llegar a la alimentación complementaria. El bebé rechaza los purés y aunque la madre le siga dando el pecho con alegría, no deja de preocuparse sobre si estará comiendo suficiente, estará bien alimentado, si lo está haciendo bien o mal y si debe obligarle o no.

La frontera de los seis meses
Los bebés no se despiertan el día que cumplen seis meses habiendo olvidado toda su capacidad de gestionar su alimentación. Siguen sabiendo comunicarse con su madre para pedirle su alimento principal y para demostrarle que ciertas cosas no les gustan. Intentan coger la cuchara de su madre o lo que está comiendo ¡¡¡Y luego cierran la boca cuando le sofrecen la cuchara de puré!!! Y claro, la pelota queda en el tejado de los padres, para lidiar con ella de la mejor manera posible conforme a sus conocimientos, cultura, consejos, presiones, etc.

El baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda supone, en este sentido, un paso más en el reconocimiento de la sabiduría del bebé, de su capacidad de autoregulación. Cuando los padres abordan la alimentación complementaria como un diálogo entre iguales y no como una lucha de poder (o enseñanza) entre quien sabe más y quien tiene que aprender avanzan en el camino hacia el respeto hacia su pequeño. El bebé, además, se sentirá comprendido y apoyado, ya que esta nueva situación concuerda con todo lo vivido y aprendido anteriormente.

Aprendizaje en ambas direcciones
El mecanismo más poderoso de aprendizaje en la primera infancia es la imitación. Por eso, parece un contrasentido tratar de que un bebé haga algo que no tiene nada que ver con lo que hacemos los adultos. En el paradigma de la comida triturada el bebé se sienta solo en su trona y come a unos horarios que nada tienen que ver con los ritmos del resto de la familia (la mayoría de los bebés "comen" a las 12 y a esa hora mucho adultos acaban de terminar el almuerzo). En cambio, en el BLW el bebé comparte la comida con el resto de la familia, al mismo momento y disfrutando de la misma comida que aprende a comer por imitación. Mirará fijamente la boca del adulto e imitará el modo de coger los alimentos y de llevárselos a la boca y de masticarlos.

Un claro ejemplo de esto son los cubiertos. Los bebés que practican BLW piden los cubiertos ellos solos a una edad muy temprana (en torno a los 12 meses). Y no lo hacen por dejar mal a todos los que te critican por dejarle comer con las manos, sino que lo hace porque ve que es lo que hace el resto de la familia y él quiere participar de la experiencia completa.

El bebé que come triturados en un ambiente que no tiene nada que ver con la comida familiar no ve a sus padres siendo alimentados con una cuchara mientras alguien les hace fiestas. Y ese bebé querrá participar de la comida cuando vez a sus padres o hermanos mayores tan entretenidos y concentrados en algo que es TAN DIVERTIDO que lo repiten varias veces al día.

Los padres que practican el BLW aprenderán también de su bebé, porque la alegría y el gozo con el que comen los peques, con el que tocan las cosas, invita a los adultos a reflexionar sobre la comida, a elegir alimentos más saludables, a preparar comidas que también puedan comer con las manos junto con su peque, etc. Si nos dejamos llevar, los niños también tienen mucho que enseñarnos o redescubrirnos.

Doble destete
Carlos González afirma muchas veces que dar a los bebés papillas y triturados es como hacer un doble destete: el primero de la leche a los purés y el segundo de los purés a los sólidos. Es algo que no parece tener demasiado sentido. Además, y aunque no todo tiempo pasado siempre fue mejor, las batidoras no tienen tanto tiempo. ¿Cómo se organizaban las familias hace 100 años? ¿O hace 200?

Yo no dejo de pensar que la alimentación con triturados no deja de ser una extensión de un paradigma de puericultura altamente desconfiado en el bebé y altamente reglamentado. El paradigma en el que el bebé se alimenta con cantidades exactas de leche en intervalos regulares de tiempo controlados por un adulto tiene su consecuencia lógica en un sistema de introdución de los sólidos en el que también se desconfía de las capacidades del bebé (no sabe masticar / no comerá lo suficiente) y se miden milimétricamente las cantidades de purés y los alimentos que se van poniendo en ellos.

Así pues, cada día estoy más convencida de que el BLW supone un paso más en la instauración de un paradigma distinto de crianza. Es un sendero complicado que requiere quitarse prejuicios de encima pero también miedos e inseguridades y, además, hacer frente a los prejuicios ajenos de aquellos que todavía no los han superado. Es un camino duro que requiere informarse, pero también un camino sencillo si nos dejamos llevar y abandonamos el papel de guías infalibles. Puede resultar difícil, pero el disfrute es grande y duradero. ¿Nos acompañas?

miércoles, 13 de agosto de 2014

La comida antes de los 6 meses

Descubriendo la experiencia "manzana".
Hoy otro post sobre Baby-Led Weaning. Estoy en racha con el tema. La oportunidad "la pintan calva" y el hecho de tener a un pequeño descubridor en casa hace que el tema esté al orden del día. En este post quiero hablar sobre si se debe ofrecer o no comida a los bebés antes de los seis meses.

La recomiendación de la Asociación Española de Pediatría, la Academia Americana de Pediatría o la Organización Mundial de la Salud nos la sabemos todos: lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y como sustento principal hasta el año complementada con otros alimentos. Así pues, en principio, no se debería dar nada de comer a los bebés antes de los seis meses.

Parece que la idea no da para mucho... Pero sí que da. Y es que los bebés que son criados "en brazos" de sus padres, que comparten la hora de la comida con mamá o con papá, ya sea en sus rodillas o en la teta, que ven a sus hermanos disfrutar llevándose cosas a la boca, suelen demandar formar parte de esa experiencia mucho antes de los seis meses.

Equipamiento completo
En mi experiencia, y por lo que me cuentan otros papás, estos bebés que están a la altura de la mesa a la hora de la comida empiezan a "echar mano" a la comida en torno a los cinco meses. En esa etapa ya manejan las manos con más o menos precisión y las pueden usar para "manipular" su entorno, cogiendo cosas y llevándolas a su principal órgano táctil: la boca.

En la foto del post de ayer, podéis ver la instántanea del primer trozo de melón que me "robó" Erik en torno a los cinco meses de edad. Tenía todo lo necesario para hacerlo:
  • Estar en el sitio adecuado (mis rodillas).
  • En el momento adecuado (la hora de la comida).
  • El manejo apropiado de las manos.
  • La curiosidad por el mundo que le rodea y los objetos que manipulamos los demás.
  • La boca como órgano táctil más desarrollado.
Así que, ni corto ni perezoso, se hizo con un gran trozo de melón y lo estuvo baboseando y chupando durante un buen rato. Sus hermanos se tronchaban de risa y yo buscaba el teléfono para inmortalizar su primera incursión en el Baby-Led Weaning.

¿Se lo debemos permitir?
Muchas veces los padres me preguntan si le deben permitir al bebé comer antes de los seis meses o si le deben quitar la comida. Es una situación realmente angustiosa, sobre todo cuando vas pregonando por ahí eso de "lactancia hasta los seis meses" y llega tu bebé a llevarte la contraria delante de todo el mundo.

Yo nunca les digo que ni sí, ni no ni todo lo contrario. Les ofrezco opciones y las opciones que a mí se me ocurren cuando un bebé de cinco meses demanda participar en la hora de la comida son las siguientes:
  • Ofrecerle un juguete a la hora de la comida para que pueda manipular y tocar y chupar como el resto y que se sienta incluido con los demás.
  • Lo mismo que lo anterior pero en lugar de con un juguete con algo que estén usando los demás, como una cuchara o un vaso de plástico. Esto es especialmente adecuado para los bebés más perspicaces que no se dejan timar con el "sonajero" de siempre.
  • Lo mismo que lo anterior pero con algo de comida.
En el fondo, cuando dejamos al alcance de un bebé de cinco meses algo de comida no estamos esperando que la coma o que se "inicie" en la alimentación complementaria; estamos esperando que juegue con ella y que la use para seguir desarrollando sus habilidades psicomotrices y su socialización.

El primer juguete
"Con la comida no se juega". Es algo que tenemos muy arraigado en nuestra sociedad y que es difícil de superar porque nos lo han repetido hasta la saciedad. Sin embargo, cuando usamos el BLW como aproximación a la alimentación complementaria de nuestro bebé tenemos que pensar justo lo contrario: la comida no es comida, sino un juguete.

Cuando pensamos que una manzana es comida, reducimos todas sus dimensiones a solo una: comida. Y afrontamos la experiencia manzana simplemente pensando si la comeremos a mordiscos, la pelaremos o la lavaremos, si la partiremos o si nos haremos un zumo o si la guardamos para hacer tarta de manzana.

Sin embargo, esa misma manzana en las manos de un bebé supone toda una experiencia de aprendizaje:
  • Tiene que descubrir si necesita manejarla con dos manos o con una sola.
  • Se hace una idea aproximada de su peso y de cuanta fuerza necesita para levantarla en comparación con sus otros juguetes.
  • La aprieta para descubrir si es firme o cede a la presión.
  • Determina si es resbaladiza.
  • La explora con los labios para descubrir su textura y sabor.
  • La mueve por la mesa para descubrir si rueda o no.
  • La chupa por arriba y por abajo (los bebés son expertos en dar con el rabito -si se lo dejamos a la manzana- a la primera).
  • Investiga como suena al lanzarla sobre la mesa, trona o al suelo,
  • Etc.
¿Quién dijo que las manzanas eran aburridas? Yo después de todo esto tengo claro que el mejor regalo para la carta de Reyes Magos no es un costoso juego de esos de los  que la letra pequeña informa que valen más de 60 €... No, más bien una modesta manzana de a 20 céntimo la unidad puede ofrecer las mismas emociones, aprendizajes y descubrimientos que el juguete más caro diseñado por sesudos pedagogos.

Y tu peque ¿Cuándo empezó a interesarse por la comida?

martes, 12 de agosto de 2014

BLW: Alimentos que NO hay que retrasar

¡¡¡Al rico melón veraniego!!!
Una de las principales dudas de cualquier padre a la hora de iniciar la alimentación complementaria es el orden en el que dar los alimentos. Siempre que hago un taller de Baby-Led Weaning la mayoría de los asistentes se queda muy sorprendido cuando les digo que no hay manera mejor ni peor de empezar. No hay evidencia científica que respalde empezar por cereales, o por fruta, o por verdura, o mezclando alimentos de los diferentes grupos.

De hecho, en cada cultura se hace de manera diferentes y los "mandamientos" de un centro de salud difieren completamente de los de otro centro de salud de la misma localidad... ¡¡¡Incluso los pediatras de un mismo centro de salud dan indicaciones diferentes para comenzar!!!

Otra sorpresa que les aguarda a los padres que hablan conmigo sobre alimentación complementaria a demanda es cuando les digo que en realidad no es necesario retrasar la introducción de ningún alimento para evitar las alergias. Tal y como nos explica fenomenalmente el nutricionista Julio Basulto:
Si aplicamos la lógica, parece sensato retrasar la aparición de los alimentos potencialmente alergénicos en la dieta del bebé. Sin embargo, la lógica no siempre coincide con las pruebas científicas. En este caso, tal y como indican hoy las principales asociaciones de pediatría, y como confirmó en mayo de 2010 una revisión publicada en Current Opinion in Clinical Nutrition & Metabolic Care, es innecesario demorar la incorporación de alimentos potencialmente alergénicos en bebés. De hecho, incluso podría ser contraproducente. Lo verdaderamente relevante es la progresión, es decir, hacerlo poco a poco (siempre a partir de los 6 meses de edad) para comprobar la tolerancia del bebé. Si al día siguiente de incorporar una novedad en su dieta, el niño sigue bien, adelante con otra.
Fuente: El rincón de Julio Basulto en el blog La Sirena.
¿También el huevo?
Pero ¿Y el huevo? ¿las fresas? ¿el melocotón? Pues el hecho de retrasar su introducción en la dieta del bebé no implica que vayamos a evitar la alergia, sino más bien al contrario. La Academia Americana de Pediatría recomendó en el año 2000 retrasar la introducción de alimentos potencialmetne alergénicos en bebés con riesgo de padecer alergia. Este consejo estaba basado en la opinión de expertos, ya que no existía evidencia científica al respecto... Y la recomendación destinada a bebés de alto riesgo (antecedentes familiares, enfermedades, etc.) se generalizó para todos los bebés.

En cambio, desde esta recomenación, se han ido acumulando estudios e investigaciones que han ido demostrando que el restraso de la introducción de estos alimentos no solo no es beneficioso, sino que incluso podría llegar a ser perjudicial. Un buen ejemplo de ello es el gluten. Hace años se recomendaba retrasar su introducción hasta los 8 o 9 meses, pero después de la epidemia de celiaquía registrada en Suecia después de esta recomendación, se descubrió que era perjudicial y hoy en día se recomienda introducirlo a los seis meses y poco a poco.

Un artículo de la Sociedad Pediátrica Canadiense resume muy bien la evidencia al respecto y menciona estudios que demuestran que la alergia a los cacahuetes se triplico en el Reino Unido durante el periodo en el que se recomendaba retrasar la introducción de este fruto seco en la dieta de los bebés. Una investigación australiana concluyó que el retraso en la introducción del huevo aumenta las tasas de alergia frente a la introducción entre los 4 y los seis meses.

Con todos estos datos en la mano, la Academia Americana de Pediatría (que parece ser el espejo en el que se mirán el resto de "patronales" del sector) estableción en sus recomendaciones de 2008 que no había evidencia convincente de que retrasar la introducción de alimentos sólidos (incluyendo cacahuete, huevo y pescado) más allá del periodo de 4 a 6 meses no tiene ningún efecto protector frente a las alergias.

¿Y entonces qué?
Lo cierto es que, ante la falta de evidencia, son los padres los que deben decidir qué alimentos dar y cuáles no dar a los bebés, siguiendo las pautas alimentarias de una dieta saludable y las costumbres familiares. Conviene recordar que la introducción de la alimentación complementaria se hace a los seis meses para completar el aporte de hierro al lactante, ya que se estima que es en este periodo cuando se comienzan a agotar las reservas del nacimiento.

Entonces, parece conveniente elegir los alimentos más ricos en hierro para iniciar la alimentación complementaria del bebé, como la carne o el huevo. Tampoco parecería demasiado conveniente retrasar el pescado hasta el año, cuando es una de las pocas fuentes de ácidos grasos omega3 que son tan necesarios para el correcto desarrollo del bebé (dichas grasas también están presentes en la leche materna, pero si la alimentación complementaria va sustituyendo poco a poco un porcentaje de la ingesta de leche materna sería necesario que existiera también un aporte adecuado de omega3 también en la dieta sólida). 

En este artículo tenéis una guía de los alimentos que hay que evitar y una explicación de los porqués.


Reacciones adversas y formatos
Los alimentos, por tanto, deben introducirse paulatinamente y estando siempre atentos a una posible reacción adversa en el bebé. En cuanto a los sintomas de alerta, citamos de nuevo a Julio Basulto, que los explica a la perfección:
En la mayor parte de casos, los primeros síntomas de una alergia en la infancia aparecen o en la piel o en el tracto gastrointestinal, poco después de tomar determinados alimentos. En la piel se suele observar urticaria, bultos en la piel o enrojecimientos. En el sistema digestivo pueden aparecer edemas en labios, lengua, paladar o garganta (un edema es una hinchazón blanda, que cede a la presión), pero también vómitos, náuseas, dolor abdominal, diarrea e incluso, en ocasiones, heces con restos de sangre. (...) Ante la duda, acude a tu pediatra: es importante un buen diagnóstico.


Volviendo a mi experiencia personal hablando a otros padres de Baby-Led Weaning, la mayoría se quedan en un estado de shock prácticamente después de escuchar todo esto, ya que no tiene nada que ver con todo lo que han venido oyendo hasta entonces.

Yo aquí meto el razonamiento de mi propia cosecha, más allá de nutricionistas y de escuelas de pediatría. Cuando se "educa" a los padres para dar purés se les inculca la nula capacidad de decisión del bebé y es el experto (pediatra y/o enfermero) y los padres los que deciden los alimentos que deben comer, en qué orden y las cantidades. El padres al que se confía la importante misión de sentar los cimientos para una correcta alimentación de su retoño lo hace con dedicación, pasión y entrega y si tiene que hacer el avión, el tren o la bicicleta para que su hijo se tome la cucharada de puré lo hará.

Entonces ¿Crees que la reacción alérgica será de iguales proporciones si embutimos al bebé 250 ml de papilla salga el sol por donde salga y sin tener en cuenta sus signos de rechazo y saciedad que si dejamos que sea el bebé el que se autorregule y el que decida si quiere comer un alimento o no?

Las personas que tienen alergia suelen detectar que una comida contiene un alérgeno porque le pica en la boca. El bebé que aprende a detectar ese picor y lo acepta como lo que es (un síntoma de alarma)y normalmente, rechazará ese alimento espontáneamente. El padre que deja que su bebé tome la iniciativa verá que el pequeño ignora las fresas o el huevo en repetidas ocasiones y dejará de ofrecérselo. Así de simple es la diferencia entre un método u otro. Entre dejar que el bebé tome las riendas o dejar que otros decidan por él.

Y ¿Nosotros como aplicamos todo esto? Pues a la canadiense. El otro día Erik cumplió seis meses y lo celebramos ofreciéndole una rica tortilla francesa que cenamos en familia ¡¡¡Llamadme inconsciente!!! :P

lunes, 25 de febrero de 2013

6 errores básicos con el Baby-Led Weaning

Cada día más personas se acercan el Baby-Led Weaning como opción para dar continuidad a la capacidad para autorregular su alimentación de sus hijos. En el fondo, si la comida en purés y en cantidades medidas y variedades estrictas es una herencia de las décadas de lactancia artificial, antes de todo eso, antes de que se inventaran las batidoras, tenía que existir una manera diferente de hacer las cosas.

El Baby-Led Weaning es una opción fácil y natural pero a veces la falta de referencias a la hora de hacer las cosas o la falta de personas a las que acudir en caso de dudas puede llevarnos a dificultar el proceso o incluso a fracasar antes de empezar.

Durante los talleres y reuniones con madres, al hablar del tema de la alimentación complementaria autorregulada, he constatado que existen varios errores básicos en los que solemos caer muchas veces y que nos dificultan avanzar de una manera más fácil y fluida en todo el proceso.

Así que aquí os cuento uno de estos errores, por qué considero que no son la opción más apropiada y la alternativa que mejor ha funcionado en mi experiencia y que también les ha ido bien a otras mamás.

- Darle la comida en trozos pequeños para que no se atragante.
Pensamos que al ofrecer trozos pequeños los niños no se atragantarán pero
a) los niños de seis meses NO son capaces de coger trozos pequeños por si mismos, por lo que
b) se los tenemos que meter en la boca para que se los coman y
c) esto aumenta la posibilidad de atragantamiento al introducir en la boca del niño objetos pequeños cuando él no está preparado para gestionarlos ya que
d) hasta que los bebés no hacen la pinza no han adquirido las habilidades necesarias para gestionar (morder, masticar, mover por la boca y tragar) trozos pequeños.

- Preocuparse por las cantidades que come el niño.
Al igual que los bebés que toman lactancia materna son capaces de autorregularese, controlando las cantidades que comen y cuando las comen, los bebés son capaces de regular la ingesta de alimentación complementaria, adaptándola a sus deseos, necesidades, progresos y avances con los sólidos. No hay ninguna prisa ya que, hasta el año, la lactancia debería seguir siendo el alimento principal.

- Ofrecerle comidas que no tienen nada que ver con lo que comen los adultos.
El Baby-Led Weaning no consiste solo en que los bebés se autorregulen en la alimentación complementaria, sino que también es la base para asentar buenos hábitos alimentarios como comer en familia, compartir el momento de la comida como un punto de encuentro para contarnos cosas, hablar y ver qué tal nos ha ido el día.
Si nuestro hijo no se siente incluído porque lo ofrecemos alimentos diferentes, se dificulta la creación de este hábito.
Los bebés aprenden por imitación y si los hábitos de la familia en cuanto a alimentación no son los más adecuados, el bebé los aprenderá nos guste o no. Por eso no tiene sentido ofrecerle alimentos diferentes pensando en que son más saludables. En cambio, deberíamos aprovechar la ocasión para mejorar los hábitos alimenticios de toda la familia.

- Pensar en la comida solo como alimento.
Si la lactancia materna es un 10% alimentación y un 90% desarrollo cerebral, podemos decir, de manera análoga, que la alimentación complementaria -enfocada como Baby-Led Weaning- es un 10% alimentación y un 90% experimentación. Los bebés juegan con la comida, aprenden sobre colores, formas, pesos, texturas, olores y mucho más. ¿Por qué limitar esta amplia gama de oportunidades de aprendizaje solo a la comida?

- Preocuparse por la suciedad.
El Baby-Led Weaning es más sucio que otros tipos de alimentación, pero eso no significa que las madres que dan purésy alimentos triturados a sus hijos estén exentas de manchas y desorden. Mancha tanto un bebé que hace pedorretas con el puré o que lanza la cuchara como el niño que aparta varios alimentos para quedarse con uno solo.

- Asumir que los niños tienen que comer de todo.
Los adultos no comemos de todo. Nadie planifica sus comidas pensando en que hace dos semanas que no come berzas o que todavía no ha probado el pollo al curry. En cambio, solemos diseñar los menús eligiendo los alimentos que más nos gustan, nuestras técnicas de cocinado preferidas y buscando una alimentación variada y equilibrada.
Si nuestro hijo se niega a comer sistemáticamente un alimento no pasa nada. Si no come pimiento, da igual, siempre y cuando coma otras verduras y hortalizas. Si se niega a probar la pera, no pasará nada si come platano y manzana. Nuestra obligación como padres es poner a su disposición una oferta amplia, variada y saludable de alimentos. Si no come unos en favor de otros, siempre estará comiendo cosas sanas.

miércoles, 26 de enero de 2011

Ejemplos de comidas Baby-led Weaning

Una de las principales dudas que tiene cualquier familia que empieza con el Baby-led Weaning, o alimentación complementaria a demanda, es qué ofrecerle al bebé, ya que estamos tan acostumbrados a los purés que no se nos ocurre qué les podemos dar y en qué formato.

Gill Rapley ofrece en su libro "Baby-led Weaning" una lista de ejemplos de "finger food" (comidas que se pueden comer con los dedos) para ofrecer a los niños:


Diana (15 meses) comiendo macarrones y pepinillos.

  • Verduras enteras cocinadas al vapor o ligeramente cocidas: judías verdes, mazorcas de maíz baby, otras vainas, etc.
  • Ramilletes de coliflor o brócoli al vapor oligeramente cocidos.
  • Palitos de verdurasal vapor, asados o fritos: zanahoria, patata, berenjena, nabo, batata, chirivía, calabaza, calabacín, etc.
  • Palitos crudos de pepino.
  • Rodajas gruesas de aguacate (que no esté muy maduro).
  • Pollo (en formade tira de carne o un trozo con hueso, tipo muslo,que pueda agarrar).
  • Tiras delgadas de ternera, cordero o cerdo.
  • Frutas: pera, manzana, plátano, mango, etc. Bien enteras o bien en palitos.
  • Palitos de queso (tiene que ser firme, los más cremosos no servirían).
  • Colines, grisinis o trozos de pan en general.
  • Tortas de arroz o tostadas (solas o con algo por encima tipo tomate, queso, etc.).

Y, para los padres más atrevidos, amplia la lista de sugerencias:
  • Albóndigas o hamburgesas caseras.
  • Nuggets de pollo o de cordero.
  • Varitas de pescado.
  • Falafel.
  • Pasteles/hamburguesas de lentejas.
  • Bolas de arroz (como las que se usan para el sushi, por ejemplo).

Y ahí va mi propia lista de comidas que siempre triunfan para comer con las manos:
  • Pepinillos agridulces (de los grandes).
  • Aceitunas (en trocitos).
  • Tempura (cualquier verdura en palitos, rebozada y frita).
  • Tortilla francesa partida en tiras.
  • Lonchitas de jamón serrano.
  • Macarrones.
  • Sopa de letras (sin caldo, para que el guarreo no sea extremo).
  • Queso cremoso tipo tarrina de President o similar para que moje los dedos o los colines.
  • Sepia a la plancha partida en trocitos pequeños (para cuando ya saben hacer la pinza).
  • Salchichas (enteras o en trocitos).
  • Jamón york (en rollito para morder o en trocitos).
  • Alitas de pollo.
  • Espárragos blancos cocidos o verdes a la plancha.
  • Pizza.
  • Tabulé.
  • Cuscurro de pan.
  • Arroz (versión tres delicias, versión a la cubana, versión paella, etc.).

En general, trato de apartar para Diana porciones de lo que comemos o cenamos toda la familia, adaptándola a los formatos que ella maneja mejor. Obviamente, esa necesidad cada vez es menor, a medida que va creciendo y aprende a usar tenedor y cuchara y tiende a comer casi exactamente lo mismo que comemos los demás (15 meses). De hecho, en la mayoría de las ocasiones, es ella la que se "ofende" cuando intentas darle algo distinto de lo que estamos comiendo los demás y,en esos casos, lo suele apartar y pedirte lo que come el resto de la familia.

martes, 18 de enero de 2011

Tergiversa que algo queda

En el Reino Unido andan revolucionados estos días después de la publicación de un polémico artículo en la sección de comentarios de la publicación científica British Medical Journal (BMJ). El texto se titula “Six months of exclusive breast feeding: how good is the evidence?”, lo que se puede traducir por “Seis meses de lactancia materna exclusiva: ¿Se sostiene la evidencia?

Los autores del estudio argumentan que la recomendación de la OMS de ofrecer seis meses de lactancia materna exclusiva están basadas en estudios “antiguos” y que, desde entonces, se han publicado nuevas investigaciones que pueden arrojar más luz sobre el debate de cuánto tiempo se debe mantener la lactancia materna exclusiva.

Investigación o comentario
El propósito de los autores no deja de ser algo pretencioso. En primer lugar, porque el “estudio” está publicado bajo el apartado de “comentarios” de la revista, aunque en la web lo publican bajo la denominación “análisis”. Se trata de una “revisión narrativa” (he traducido esta denominación del inglés narrative review, pero, admitiendo mi ignorancia, admito propuestas sobre un término más adecuado), es decir, que no es una revisión sistemática de toda la literatura científica que se ha publicado al respecto. 

Los autores no justifican ni cómo han elegido los estudios ni el criterio elegido para elegir unos o dejar otros fuera… Así que, básicamente, ha elegido “arbitrariamente” los estudios que les ha parecido más adecuados, no sabemos si para confirmar sus premisas, para crear polémica o con un verdadero interés por analizar el conocimiento acumulado al respecto.

Polémica mediática
La polémica está servida, y más cuando los medios ingleses han recogido este artículo como si fuera un “estudio” o “investigación” con conclusiones firmes y demostradas, lo que, por supuesto, no es. Y han tenido la osadía (ya se sabe de la tradición amarillista del periodismo británico) de escribir titulares de la talla de:

Errores periodísticos
Desde luego no se trata de un estudio, ya que para el común de los mortales esta palabra implica que se ha cogido un grupo de niños amamantados hasta los 6 meses en exclusiva y otro hasta los 4 meses y se ha descubierto que los bebés del primer grupo tenían anemia, estaban peor desarrollados y la leche materna los hubiera echado a perder.

Llama la atención también que el estudio hable de los bebés “amamantados”, cuando las recomendaciones de 6 meses de lactancia exclusiva son tanto para niños alimentados con leche materna como para los que toman leche artificial. De hecho, si la introducción temprana de sólidos es tan beneficiosa para los niños amamantados en términos de alergias, los bebés que toman biberón también se beneficiarían de la introducción temprana de alimentos.

Por otro lado, como periodista, siento algo de impotencia respecto a este tipo de prácticas. Si el mismo día la OMS, UNICEF y otros organismos relacionados con el ámbito sanitario de ese país reaccionaron publicando notas de prensa y posicionamientos al respecto, para cualquier periodista hubiera sido relativamente fácil contrastar la información, buscar otros puntos de vista, acudir a científicos imparciales, para obtener datos adicionales o una interpretación de lo que estaban leyendo.

Ética médica y periodística
Tres de los cuatro autores del texto
habían recibido financiación de la industria
de la alimentación infantil durante
los últimos tres años.
Parece ser que los medios de comunicación respondieron a la nota de prensa emitida por el departamento de comunicación de la revista médica (BMJ), lo cual pone en entredicho también la ética profesional de estos “periodistas” que deciden emitir un comunicado por su previsible repercusión mediática, sin entrar a valorar que no se trata de una gran novedad o una nueva “evidencia” científica sino del comentario de unos autores respecto a la política a la luz de unos estudios elegidos arbitrariamente y sin justificar.

Parece que tampoco nadie de los medios de masas se ha molestado en confirmar que en el apartado de “incompatibilidades” en el que figura que tres de los cuatro autores del texto “han realizado trabajo de consultoría y/o recibido fondos para sus investigaciones de empresas que producen leche de fórmula o alimentos infantiles durante los últimos tres años”…

Hecho que puede ser el origen de que, en todo momento, cuestionen exclusivamente la lactancia “materna”, pero no la de “fórmula”. Por otro lado, los mayores beneficiados, económicamente hablando, de un cambio en las recomendaciones de la OMS para la introducción de la alimentación complementaria serían los fabricantes de alimentos infantiles… Sobre todo esos que todavía no se bajan de la burra y siguen poniendo en sus papillas, potitos y demás “a partir de 4 meses”.

Rectificación
Son muchas ya las voces que claman por una rectificación por parte de los autores y del departamento de prensa de BMJ. En el apartado de respuestas del artículo ya se pueden leer algunas interesantes reacciones.

Reproduzco, a continuación, un párrafo del comentario remitido por Adriano Cattaneo, epidemiólogo del Instituto para la salud infantil y materna de Trieste (Italia):
"La recomendación de la OMS no se emitió para que fuera aplicada a todos y cada uno d elos niños. Es una recomendación de salud pública destinada a orientar las políticas nacionales y profesionales y las normativas (como el etiquetado de alimentos infantiles). De hecho, los bebés no despiertan el día que cumplen los seis meses pidiendo alimentos sólidos. ¿Por qué no nos concentramos en factores de desarrollo físico y neuromuscular para aconsejar a las madres cuándo comenzar con los sólidos, en lugar de vagar en busca de dudosas evidencias?"

Reflexión
Al final, los padre que busquen y contrasten la información encontrarán diferentes vías para obtener una visión crítica y más realista sobre cuánto debe durar la lactancia materna exclusiva. Los propios autores afirman que, en el Reino Unido, apenas son el 1% los bebés que alcanzan la lactancia materna exclusiva durante 6 meses y lo último que necesitan los padres que se esfuerzan por proporcionar el mejor alimento a sus hijos es leer en la prensa generalista mensajes alarmistas y contradictorios que echen por tierra todo el empeño puesto en lograr una lactancia materna exitosa.

El daño producido entre las embarazadas, mujeres que están planificando su embarazo, padres que no entienden el empeño de sus esposas en su lactancia cuando hay soluciones "fáciles" al alcance de todos es incalculable.

Fuentes consultadas:
Respuesta del blog Baby Led Weaning (http://www.babyledweaning.com/2011/the-stuff-i-know-about/)
Respuesta en la web del sistema de salud pública británico (http://www.nhs.uk/news/2011/01January/Pages/call-for-breastfeeding-advice-to-be-re-examined.aspx)
Respuesta del blog del responsable de investigación de la Agencia de Homologación Alimentaria (UK) (http://blogs.food.gov.uk/science/entry/what_s_behind_the_development)

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Estamos haciendo las cosas mal.....pero que muy mal

Os dejo un enlace al blog de Rafa (SaludHitos) lleno de artículos sesudos e interesantes sobre cómo ciertos aspectos de la vida moderna pueden llegar a afectar a nuestra salud.

Especialmente centrado en la alimentación y en unas costumbres cada día más alejadas de nuestra herencia (genética y cultural), desde sus páginas invita a reflexionar sobre algunos hábitos aparentemente normales e inocuos que pueden esconder peligros inadvertidos (guardar las sobras en un taper, cocinar en una sartén revestida con teflón, etc.).

Algunas verdades pueden llegar a doler por molestas e incómodas, pero no por ello dejan de ser obvias y evidentes para el que mira un poco más allá de lo meramente aparente. Me ha calado especialmente su última entrada.

SaludHitos: Estamos haciendo las cosas mal.....pero que muy mal: "Cuanto más me informo sobre cómo afecta nuestro modo de vida a nuestra salud, más me doy cuenta de que estamos haciendo las cosas mal, muy..."

martes, 26 de octubre de 2010

Alimentación complementaria a demanda

A modo de resumen sobre el baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda, os dejo un enlace a las tres entradas que he publicado en el blog al respecto.

La primera cronológicamente es:
Baby-led weaning o alimentación complementaria “a demanda”
En la que resumo mi experiencia y reflexiones sobre este método de inicio a la alimentación adulta, así como una recopilación de enlaces informativos, tanto en inglés como en español, al respecto.

A lo largo de mi investigación para escribir al respecto, me topé con dos documentos en inglés de gran utilidad para la gente que quiere aplicar este método y no tiene acceso al libro o a otras fuentes de información. Se trata de un folleto resumen, orientado a imprimirse a doble cara en un folio y leerlo tipo librito (por eso tiene portada) y una pequeña guía más extensa sobre los fundamentos y reglas del baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda.

Me puse en contacto con Gill Rapley, la autora del método, del libro y de ambos folletos, y le comenté mi interés por traducirlos al español y ponerlos a disposición de los padres que quisieran aplicar este método a la alimentación de sus hijos. Recibí autorización de la autora para su traducción y su publicación en mi blog, ya que le pareció muy interesante que estuvieran disponibles en un idioma tan utilizado como el español.

He invertido tiempo en la traducción y también mis conocimientos de inglés, que no llegan al nivel de un traductor profesional, pero creo que ha quedado algo bastante decente.

En Resumen del Baby-Led Weaning (Folleto) podéis encontrar el texto del folleto traducido.


En Guía práctica de introducción de sólidos dirigida por el bebé encontraréis una información más extensa sobre los principios en los que se basa el método y sus principales reglas de aplicación para lograr el éxito manteniendo siempre la seguridad del niño.

Finalmente, en la columna de la derecha del blog y arriba del todo he puesto los enlaces a los textos en PDF que he subido a Scribd, para que los podáis descargar, imprimir o distribuir en vuestros grupos de apoyo, reuniones, para comentar al pediatra, etc.

No olvidéis que son textos de libre distribución gracias a la autora, pero con el copyright de la misma (que figura en los archivos y en ambas entradas). Os agradecería también que si los usáis enlacéis el blog y mencionárais la fuente/traducción.

¡¡¡Buen provecho!!!

Resumen del Baby-Led Weaning (Folleto)

¿Qué es la alimentación complementaria a demanda?
La alimentación complementaria a demanda (Baby-led weaning) es una manera de introducir comidas sólidas en su dieta, permitiendo que el bebé se alimente por si mismo –sin usar cucharas y sin purés. El bebé se sienta con el resto de la familia a la hora de la comida y se une a los demás cuando está preparado, usando primero sus manos para comer y después los cubiertos. 
 
La alimentación complementaria a demanda:
* permite al bebé descubrir sabores, texturas, colores y olores
* fomenta la independencia y la confianza en si mismo
* le ayuda a desarrollar y mejorar la coordinación ojo-mano y la masticación
* evita las peleas a la hora de comer y las actitudes melindrosas

Cualquier bebé sano puede empezar a alimentarse solo alrededor de los seis meses de edad. Sólo necesita que se le de la oportunidad de hacerlo.

¿Por qué la alimentación complementaria a demanda?
Portada del libro "Baby-led Weaning"
de Gill Rapley y Tracey Murkett
La alimentación complementaria a demanda está basada en el desarrollo de los bebés durante su primer año. 

Los sistemas inmunitario y digestivo de los recién nacidos no están preparados para la comida hasta que alcanzan los seis meses de edad; la leche materna (o de fórmula) es todo lo que los bebés sanos necesitan hasta eses momento. A los seis meses, los bebés son capaces de sentarse erguidos, coger pedazos de comida, llevárselos a la boca y masticarlos; es decir, se pueden alimentar ellos solos.

Antes, cuando los bebés comenzaban con la alimentación complementaria a los tres o cuatro meses, se les daban purés porque eran demasiado pequeños para comer solos. 

Si has esperado hasta los seis meses para introducir la alimentación complementaria, has superado la etapa de los purés, por lo que no los necesitarás. 


¿No se ahogará?
Durante mucho tiempo, se ha recomendado a los padres que introdujeran en la dieta de sus bebés la comida en trozos a los seis meses para ayudar a que desarrollasen y fortaleciesen la masticación. La única diferencia es que con la alimentación complementaria a demanda no se ofrecen purés. Así que, siempre que se cumplan unas simples reglas de seguridad, la probabilidad de atragantamiento es la misma que con cualquier otro método de introducción de alimentos sólidos. De hecho, cuando permitimos al bebé controlar lo que se lleva a la boca, le estamos ayudando a aprender a comer de manera segura.

¿Cómo empiezo?

* Sienta al bebé erguido, frente a la mesa, ya sea en tu regazo o en una trona. Comprueba que su postura es estable y que puede utilizar las manos y los brazos libremente. 

* En lugar de darle la comida, ofrécesela; ponla frente al bebé o déjale que la coja de tu mano, de manera que sea él quien decida. 

* Comienza con comidas que sean fáciles de agarrar: al principio, lo mejor son los palitos o las tiras. Introduce nuevas formas y texturas de manera gradual, para que tu bebé pueda descubrir cómo manejarlas. 

* Incluye al bebé en las comidas familiares siempre que puedas. Cuando sea posible –y apropiado para un bebé-, ofrécele la misma comida que estés comiendo, de manera que pueda imitar lo que tú haces. 

* Elije los momentos en los que el bebé no esté cansado o tenga hambre, ya que así se podrá concentrar mejor. En esta etapa, la hora de la comida es para jugar y aprender, ya que el bebé seguirá obteniendo todo el alimento que necesita de la lactancia. 

* Sigue ofreciéndole el pecho o el biberón como siempre. La leche es la principal fuente nutricional del bebé hasta que tiene un año. Cuando el bebé necesite menos leche, reducirá las tomas por si mismo. 

* Ofrécele agua con las comidas para que pueda beber si lo necesita. 

* No distraigas o apremies al bebé mientras esté manipulando la comida; deja que se concentre y se tome su tiempo. 

*No le metas comida en la boca ni trates de convencerlo para que coma más. 

¿Qué comidas le puedo ofrecer a mi bebé?
Las autoras también han publicado
un libro de recetas en inglés
Puedes compartir prácticamente cualquier plato saludable de la comida familiar con tu bebé. Por ejemplo: fruta, verduras, carne, queso, huevos bien hechos, pan (o tostadas), arroz, pasta y la mayoría de los pescados. Al principio, elije comidas que puedan ser cortadas fácilmente en palitos o tiras cuando el pequeño esté empezando.
Si ofreces a tu bebé comidas variadas, le estás dando la oportunidad de descubrir diferentes sabores y texturas y te aseguras de que obtiene todos los nutrientes que necesita. 

Comidas a evitar
* Alimentos con sal o azúcar añadidos. Lee las etiquetas cuidadosamente, ya que muchas comidas envasadas –como legumbres, empanadas o salsas- contienen grandes cantidades de sal.
* Comida rápida y platos preparados.
* Miel, marisco, pez espada y huevos crudos. 

Consejos
* No esperes que tu hijo coma demasiado al principio. Muchos bebés comen muy poco durante los primeros meses. No te obsesiones con las cantidades y piensa en la hora de la comida como un momento más de juego. 

* ¡Prepárate para limpiar! Puedes poner un hule bajo la trona del bebé para proteger el suelo. Así podrás volver a ofrecerle los alimentos caídos. 

* Plantéalo como algo divertido. Así tu bebé estará dispuesto a probar nuevos alimentos y estará deseando que llegue la hora de la comida.
 
Bebé siempre seguro
* Asegúrate de que tu bebé se sienta erguido para comer.
* No le ofrezcas frutos secos o semillas enteras.
* Corta por la mitad alimentos pequeños, como aceitunas o cerezas; quita los huesos.
* No dejes que nadie, excepto el propio bebé, ponga comida en su boca.
* Explica este método a cualquiera que cuide del bebé.
* NUNCA dejes al bebé solo mientras esté comiendo

Nota
Debes comentar los detalles de la alimentación complementaria con tu pediatra o enfermer@ pediatric@ si en tu familia existen antecedentes de intolerancias, alergias alimentarias, problemas digestivos o si tienes cualquier otra duda sobre la salud o el desarrollo de tu hijo. 

Para más información (en inglés), visita www.baby-led.com, www.rapleyweaning.com o lee Baby-led Weaning, Helping your baby to love good food, un libro de Gill Rapley y Tracey Murkett.

© Gill Rapley / 
Traducción de Eloísa López 

jueves, 21 de octubre de 2010

Guía práctica de introducción de sólidos dirigida por el bebé

Introducción

Para iniciar la introducción de los sólidos teniendo en cuenta la perspectiva del bebé hay que entender las razones por las cuales esta aproximación es lógica y segura. El primer apartado de este documento explica los principios fundamentales y subyacentes en los que se apoya este método para la introducción de la alimentación complementaria. La última sección, lo que debes y no debes hacer, ofrece una guía rápida de los puntos fundamentales. Siguiendo estas instrucciones, aumenta la probabilidad de que tanto los padres como el bebé disfruten de la transición hacia las comidas sólidas y, además, se contribuye a asegurar el bienestar del bebé. 


La mayoría de los bebés están preparados para comenzar a experimentar con los alimentos sólidos alrededor de los seis meses de edad.

Los padres de los bebés prematuros (menos de 37 semanas de gestación), o de los que tengan alguna enfermedad o trastorno que pueda afectar su capacidad para manejar comida con seguridad o para digerir algún tipo de alimentos, deben consultar con su pediatra sobre el momento más apropiado para la introducción de los sólidos y sobre la idoneidad o no de usar la alimentación complementaria a demanda (ACD) como único método. 



Fundamentos de la alimentación complementaria
guiada por el bebé

1. Lactancia materna como la base de la alimentación autónoma 
  Se recomienda lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé. La lactancia materna ofrece la base ideal para la alimentación autónoma del bebé con sólidos, ya que los niños amamantados se alimentan a su propio ritmo. ¡¡De hecho es imposible obligarlos a comer más rápido o más despacio!! Además, controlan su ingesta de nutrientes y fluidos, acortando o alargando cada tetada. Por otro lado, y teniendo en cuenta que el sabor de la leche materna varía en función de la dieta de la madre, la lactancia materna prepara al bebé para aceptar nuevos sabores.

Los bebés saludables y normales alimentados con lactancia materna son muy capaces de gestionar el proceso de introducción de sólidos, siempre que cuenten con el apoyo adecuado por parte de sus padres. Aunque la capacidad de alimentarse de manera autónoma que caracteriza a la lactancia materna es la que sostiene la teoría de la ACD, muchos padres que han alimentado a sus bebés con biberón han descubierto que este método también funciona con sus hijos. La única diferencia significativa es la necesidad de asegurarse de ofrecer al bebé otras bebidas, además de la leche.

2. Entender las motivaciones del bebé
Este enfoque para la introducción de los alimentos sólidos ofrece al bebé la oportunidad de descubrir todo lo que la comida puede ofrecer, como parte del proceso de exploración del mundo que le rodea. Para ello, el bebé aprovecha su deseo de explorar, experimentar e imitar las actividades de los demás. Si se permite que el bebé establezca el ritmo de cada comida, y se insiste en el juego y la exploración más que en el propio acto de comer, la transición hacia las comidas sólidas tendrá lugar de una manera muy natural. El cambio resultará fácil porque la motivación del bebé para avanzar en el proceso es la curiosidad y no el hambre.

No es necesario que los momentos de la comida coincidan con las tetadas. De hecho, si pensamos en la lactancia y la alimentación complementaria como dos actividades separadas, el proceso será más relajado y se convertirá en una experiencia agradable tanto para los padres como para el bebé.
Al principio, la hora de la comida será un momento más de juego.


3. ¿No se ahogará?

Muchos padres se preocupan por la posibilidad de ahogamiento. Aún así, hay indicios que hacen pensar que si los bebés controlan lo que se llevan a la boca tienen menos riesgo de atragantarse que cuando son alimentados con una cuchara. Esto se debe a que los bebés no son capaces de mover intencionadamente la comida hacia la garganta hasta después de haber desarrollado la habilidad de masticar. Y no desarrollan la habilidad de masticar hasta después de haber aprendido la habilidad que les permite alcanzar y agarrar cosas. La capacidad de agarrar objetos muy pequeños se desarrolla aún más tarde. Así, un bebé muy pequeño no puede aumentar el riesgo de atragantamiento porque es incapaz de llevarse cosas pequeñas a la boca. Sin embargo, si alimentamos al bebé con la cuchara, estamos instándole a que sorba la comida hasta el fondo de la boca, aumentando el riesgo de atragantamiento.

Merendando manzana,
con 9 meses
Parece que el desarrollo general del bebé mantiene el ritmo de su capacidad para manejar la comida con la boca, y para digerirla. Un bebé al que le cuesta llevarse comida a la boca probablemente no está muy preparado para comerla. Por eso, es importante resistir la tentación de “ayudar” al bebé que se encuentra en esa situación. Es el propio desarrollo de las distintas habilidades implicadas en el acto de comer lo que asegura que la transición hacia la alimentación sólida se produce al ritmo adecuado, manteniendo el riesgo de ahogamiento en niveles mínimos.

Inclinar al bebé o tumbarlo para alimentarlo con sólidos es peligroso. Un bebé que manipula comida siempre debe estar sentado en posición erguida. De este modo, facilitamos que la comida que todavía no es capaz de tragar, o que no desea tragar, caiga fuera de su boca.

Seguir los deseos y el ritmo del bebé a la hora de introducir la alimentación complementaria no significa dejar de lado las reglas de seguridad que nos dicta el sentido común. Es muy improbable que un bebé pequeñito pueda lograr agarrar un cacahuete, por ejemplo, pero los accidentes pueden ocurrir, sea cual sea el modo en que es alimentado el bebé. Las reglas normales de seguridad para la prevención de accidentes durante las comidas y el juego también se deben seguir cuando la transición hacia las comidas sólidas es dirigida por el bebé.

4. Asegurar una correcta nutrición
Si se permite que los bebés se alimenten por sí mismos, suelen aceptar una amplia variedad de comidas. Probablemente, esto se debe a que, cuando seguimos este método, permitimos al bebé centrarse en muchos otros aspectos además del sabor; también perciben la textura, el color, el tamaño y la forma. Además, ofreciéndoles los alimentos por separado o de tal modo que ellos mismos puedan separarlos, les permitimos aprender sobre las diferencias entre los distintos sabores y texturas. Y si les dejamos rechazar cualquier alimento que no parezca gustarles, contribuimos a que, en el futuro, sigan estando dispuestos a aceptar nuevos alimentos.

Los principios generales de una alimentación saludable para niños se aplican también a los bebés que están gestionando su propio proceso de introducción de sólidos. Por eso, deben evitarse las comidas rápidas y los alimentos con azúcar o sal añadidos. Aún así, cuando un bebé supera los seis meses de edad, no hay necesidad de restringir los alimentos que se le deben ofrecer (a menos que haya antecedentes familiares de alergias o alguna enfermedad relacionada con el sistema digestivo). Son ideales las frutas y verduras, combinadas con otros alimentos cocidos ligeramente para que estén lo suficientemente blandos como para masticarlos. Al principio, es mejor ofrecer la carne en trozos grandes, para que puedan experimentar con ella y chuparla; una vez el bebé puede coger y soltar puñados de comida, la carne picada es una buena opción (Nota: los bebés no necesitan dientes para morder y masticar; ¡Con las encías se apañan bastante bien!).

Churro en Ribadesella.
Tampoco es necesario cortar la comida en trocitos diminutos, ya que los bebés más pequeños no serían capaces de cogerlos. Una buena medida para valorar el tamaño y la forma en la que se deben preparar los alimentos es el propio puño del bebé, aunque hay que tener en cuenta un dato muy importante: los bebés más pequeños no pueden abrir el puño intencionalmente para soltar objetos. Esto implica que manejarán mejor la comida con forma de palito o que tenga un asa incorporada (como el tallo de un trozo de brócoli). De este modo, pueden masticar el trozo que sobresale de su mano y descartar el resto después –normalmente cuanto tratan de alcanzar la siguiente pieza de comida que atrae su interés. A medida que sus habilidades mejoran, aprovecharán más la comida.

5. ¿Y las bebidas?
El contenido en grasa de la leche materna aumenta al final de la tetada. Un bebé amamantado reconoce este cambio y usa este conocimiento para controlar su ingesta de líquidos. Si tiene sed, tenderá a succionar poco tiempo, quizás de ambos pechos, mientras que si tiene hambre prolongará la toma durante más tiempo. Gracias a ello, los bebés amamantados a demanda no necesitan beber nada más, ni siquiera en verano.

Este principio también se puede aplicar al periodo de transición hacia la comida normal, siempre que el bebé siga siendo amamantado a demanda. Se le puede ofrecer un vaso de agua durante las comidas como parte de la exploración, pero no hay necesidad de preocuparse si no quiere beber nada.

Los bebés alimentados con leche de fórmula necesitan un enfoque ligeramente diferente, ya que los biberones tienen la misma consistencia durante toda la toma, por lo que hay menos posibilidad de saciar la sed. Para garantizar un aporte de líquidos suficiente, sólo hay que estar pendiente de ofrecer al bebé agua con cierta frecuenta una vez ha comenzado a comer pequeñas cantidades de los alimentos ofrecidos.

Si continuamos ofreciendo lactancia a demanda durante el periodo de introducción de la alimentación complementaria, dejamos en manos del bebé la decisión de cómo y cuándo reducir sus tomas de leche. A medida que ingiere mayor cantidad de alimentos durante las comidas familiares, se “olvidará” de pedir alguna toma o tomará menos cantidad de leche en cada toma. No es necesario que su madre tome esas decisiones por él. 



Lo que DEBES y NO DEBES hacer en la alimentación complementaria a demanda

1. DEBES ofrecer a tu bebé la posibilidad de participar siempre que la familia esté comiendo. Puedes comenzar a hacerlo tan pronto como el bebé muestre interés en observarte mientras come, aunque no es probable que esté preparado para llevarse comida a la boca hasta que tenga seis meses.

2. DEBES asegurarte de que tu bebé está sentado con la espalda erguida mientras experimenta con la comida. Al principio, puedes sentarlo en tu regazo, mirando hacia la mesa. Una vez que empieza a desarrollar la habilidad de coger comida, casi con toda probabilidad será capaz de mantenerse solo sentado, con un soporte mínimo, en una trona.

3. DEBES comenzar ofreciéndole alimentos adaptados al tamaño de su puño, preferiblemente en forma de palitos (o con un “asa”). Siempre que sea posible –y que los alimentos sean adecuados para el bebé-, ofrécele la misma comida que al resto, para que se sienta integrado en la experiencia familiar.

4. DEBES ofrecerle alimentos variados. No es necesario limitar su acceso a la comida, igual que tampoco lo haces con los juguetes.

5. NO DEBES meter prisa al bebé. Permítele que haga las cosas a su propio ritmo. Es especialmente importante que evites la tentación de “ayudarle” poniendo comida en su boca.

6. NO DEBES esperar que el bebé coma nada durante los primeros intentos. Una vez haya descubierto que sus nuevos juguetes saben bien, comenzará a masticarlos y, después, a tragarlos.

7. NO DEBES aspirar a que el bebé se termine cada trozo de comida, sobre todo al principio. Recuerda que todavía no ha desarrollado la habilidad de alcanzar la comida que está dentro de su puño.

8. DEBES volver a ofrecerle más adelante la comida que ha rechazado. Los bebés cambian de opinión y pueden aceptar alimentos que en un primer momento rechazaron.

9. NO DEBES dejar al niño solo mientras come.

10. NO DEBES ofrecer comidas que suponen un riesgo evidente, como frutos secos.

11. NO DEBES ofrecerle comida rápida, platos preparados o alimentos a los que se haya añadido azúcar o sal.

12. DEBES ofrecerle agua en un vaso o taza, pero no te preocupes si no muestra interés. En especial, los bebés amamantados probablemente seguirán obteniendo todos los líquidos que necesitan del pecho durante algún tiempo.

13. DEBES estar preparado para el caos y el desorden. Un plástico bajo la trona protegerá el suelo o la alfombra y facilitará la limpieza. También te permitirá volver a ofrecer al bebé los alimentos que se hayan caído, disminuyendo la cantidad de comida desperdiciada. (¡Te sorprenderá positivamente descubrir lo rápido que el bebé aprende a comer manchando menos!).

14. DEBES continuar amamantando a tu bebé a demanda, durante todo el tiempo que quiera. Es probable que cambie el patrón de las tomas a medida que come más.

15. Si tienes antecedentes familiares de intolerancia, alergias alimentarias o trastornos digestivos, DEBES consultar a tu pediatra antes de comenzar.

16. Finalmente, ¡DEBES disfrutar viendo como tu bebé aprende a comer y observando cómo desarrolla su habilidad con las manos y la boca durante todo el proceso!


© Gill Rapley, 2008
Traducción de Eloísa López

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