Después de mi entrada del otro día sobre qué comen realmente los bebés, me he dado cuenta de que muchas familias tienen una gran preocupación por el consumo de frutas de sus bebés y niños pequeños. Y rascando un poquito en las estadísticas y datos al respecto, es como para estarlo, ya que todo parece indicar que el consumo de frutas y verduras en los niños y adolescentes españoles es demasiado bajo. Los menores españoles toman 90,4 gramos diarios de verduras, según este estudio 0_0. Sin embargo, el consumo diario de zumos y bebidas refrescantes en preescolares es preocupantemente alto: 388 ml/ día (740 en adolescentes). Mientras tanto, otros estudios alertan del elevado consumo de alimentos con azúcares y golosinas detectados en estudiantes. Así pues, parece que los niños españoles apenas consumen 100 gr de fruta y verdura al día, ingesta que se ve superada por el consumo de zumos y refrescos azucarados y de otras golosinas.
Así que os dejo aquí una pequeña guía de consejos que os pueden resultar útiles sin intentáis que vuestros hijos coman fruta. No son infalibles, ni son los únicos que hay, ni garantizan un resultado 100%, pero visto el panorama anterior, cualquier intento de mejora es bueno.
1. Predica con el ejemplo. Nunca me canso de decir esto en los talleres de BLW. La herramienta más poderosa de aprendizaje en el bebé es la imitación. Si sus padres comen fruta, ellos comerán fruta. Además, en una familia en la que el consumo diario de fruta es un hábito, el bebé se habrá familiarizado con estos sabores en el útero (en el último trimestre tragan cerca de 500 ml de líquido amniótico al día) y a través de la leche materna. De nada sirve decirle a tu hijo que se coma una fruta si tú nunca la tomas de postre ni en ninguna otra comida del día. De nada sirve intentar explicarle que es muy saludable si tú te hinchas a postres lácteos azucarados en la hora del postre.
2. Haz que la fruta esté visible en tu hogar. Si la fruta está guardada en la nevera o en armarios fuera de la vista, será más difícil recurrir a ella cuando buscas un postre o un tentempié rápido. Hazte con un buen frutero y almacena la fruta en la cocina, a la vista. De esta manera, multiplicarás los momentos y oportunidades de consumir frutas. Mantenlo bien surtido, claro.
3. Mantener al alcance de los niños. No solo hay que tener fruta a la vista, si no también al alcance de los niños. Un carrito con cestas, es una buena alternativa. También colocar el frutero en una mesa accesible para los peques o tener un plato con algunas frutas en un lugar más a su alcance. Igual que con el apartado anterior, cuanto más a mano esté la fruta, más fácil y accesible será su consumo para todos los miembros de la familia.
4. Elige bien donde comprar la fruta. No hay nada más frustrante que gastar dinero en fruta y llegar a casa y encontrarnos con que o está medio pocha o dura como una piedra. Si la fruta está sosa y dura, comerla dejará de ser un placer y se convertirá en una obligación. Si está pasada, la podrás aprovechar para algún batido casero, pero poco más. Es importante tener localizado un lugar cercano donde tengas acceso a fruta a un precio asequible y de calidad. Tener una "relación cordial" con tu frutero de confianza también es importante, ya que nadie mejor para aconsejarte las frutas que están en su mejor momento y las que es mejor no comprar.
5. Fruta de temporada. Siempre es mejor elegir frutas y verduras de temporada. Así nos aseguramos de que están en su momento justo de maduración y de que no llevan semanas metidas en una cámara. De este modo, será más jugosa y apetecible.
6. Variedad. Aunque sea importante consumir frutas y verduras de temporada, hoy en día disponemos de una amplia variedad de frutas de importación o de invernadero durante todo el año. No hay nada más aburrido que pasarse un invierno comiendo solo naranjas, manzanas y peras. Aprovecha y date un capricho con un mango jugoso, unos arándanos en febrero o un melón de importación.
7. Fácil de llevar. Cuando salgas de casa con tus peques, intenta llevar siempre alguna fruta como tentempié, mejor que zumos industriales o bollería. Una manzana, una pera o un plátano no necesitan nada más que lavarlas en casa y meterlas en alguna bolsita de plástico dentro del bolso. También puedes recurrir a estas frutas como almuerzo para el cole. Mis hijos además de las básicas fáciles de llevar también suelen recurrir a un tuper con fresas o con un persimón pelado y cortado en cuartos como almuerzo.
8. Hazlo atractivo. Hay muchas maneras de presentar la fruta de manera atractiva sin necesidad de invertir horas y horas en dibujar paisajes con uvas y plátanos. Un plato de fruta variada cortada de maneras diferntes y colocada en círculos concéntricos es atractivo para cualquier peque. Las brochetas también son rápidas y sencillas y no requieren más inversión que la de los palitos. Un melón cortado a la mitad y usado como recipiente para poner bolitas de fruta es otro top hit entre el público infantil. Os contaré un secreto. En el pasado cumple de Erik (2 años), todos los invitados de entre 2 y 13 años de edad se quedaron extasiados con la "mesa dulce" de fresas bañadas en chocolate negro, brochetas de fresa y plátano con chocolate y vasitos de fresas con nata.
9. Batidos (smoothies) sí, zumos no. Los batidos de fruta (fruta triturada) o smoothies caseros tienen todas las ventajas de la fruta ya que tienen toda la fibra de la fruta. Obviamente, mejor si son caseros y recién hechos. Además, puedes aprovechar para introducir algo más que fruta. Zanahoria o pepino funcionan fenomenal en este tipo de batidos... Y qué te voy a contar de los famosos "batidos verdes", cuya base principal es la fruta. En cambio, los zumos (aunque sean naturales) es mejor evitarlos, porque contienen todo el azúcar de la fruta pero nada de su fibra, por lo que nuestro organismo los procesa de manera completamente diferente a la fruta. Obviamente, si estamos un día fuera de casa, mejor un zumo de naranja natural que una fanta. Pero recordad ese consumo de más de 300 ml diarios de zumos y bebidas azucaradas en preescolares.
10. Manipulación. Deja que tus hijos manipulen la fruta. Que pelen las mandarinas, que te ayuden a trocear las fresas. Deja que muerdan la cascara (siempre que esté bien limpia) y que disfruten tocando, apretando, extrujando, chupeteando, aprendiendo texturas y experimentando libremente. Quizás sea un poco más sufrido al principio y tengas que andar detrás de ellos limpiando y cambiándolos tres veces al día de ropa, pero a la larga casi seguro que compensa.
Estos son los míos. ¿Y los tuyos? He de confesar que en casa la fruta la comen divinamente, sin embargo con las verduras hay más problemas. Intento ponerme zen y aplicar la filosofía Basulto (¡Qué grande eres Julio!) y me consuelo pensando que si mis hijos me ven comer y disfrutar con la verdura, más tarde o más temprano se darán cuenta por si mismos de que no está tan mal. En el fondo, yo de pequeña tampoco recuerdo comer tanta verdura. En fin, que si tienes consejos para mí, yo encantada de recibirlo.
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martes, 23 de febrero de 2016
miércoles, 3 de febrero de 2016
¿Qué comen los Bebés?
¿Tenéis hijos en casa? Si leéis este blog, me imagino que sí. En casa somos cinco, dos adultos y tres peques, y todas las semanas, si puedo, voy a comprar fruta al rastrillo para poder llevarme a casa productos de calidad y proximidad a un precio más que razonable. Todas las semanas vuelvo a casa con el carro lleno hasta los topes y hay días que ni al viernes llego con la fruta.
Hoy, por ejemplo, he comprado
Y en mis visitas semanales, acompañada siempre por Erik, la repetición de ciertas escenas me ha llevado a hacerme algunas cuestiones. Hoy, por ejemplo, pensaba que si con esta cantidad de fruta a veces no me da ni para cuatro días, no quiero pensar cuando en lugar de tener tres niños en casa, tenga tres adolescentes. 0_0 Creo que nos vamos a tener que pluriemplear para darles de comer, je, je, je.
Pero, pasando a cosas más serias, por un lado me encuentro con que siempre todo el mundo es muy agradable con Erik. La mujeres le dicen cosas, los tenderos le ofrecen alguna fruta o palabras cariñosas y a las abuelas se les cae la baba. Hoy caía en la cuenta, por ejemplo, de que Erik es uno de los pocos niños que veo en este entorno. Es un entorno amigable y agradable para ser una pequeña ciudad (no hay peligro inmediato de coches, por ejemplo, aunque sí riesgo de perderse) y un lugar donde los niños pueden aprender muchas cosas de la sociedad en la que viven. Para Erik el día del rastrillo es casi una fiesta. Siempre se pone contento, porque le encanta la fruta y el ambientillo; pero también esa libertad de poder tocar las cosas o de ir de acá para allá sin los agobios de una tienda o un supermercado.
Además, el día que vamos a comprar fruta Erik se convierte, casi, casi, en "frugívoro". Solo quiere comer fruta. No falta el día que no salga del rastrillo habiéndose comido dos o tres piezas de fruta... y esa pasión por la fruta suele seguir durante todo el día. Se come una o dos mandarinas (¡¡¡mindirinas!!! son su fruta favorita) que pela animadamente mientras esperamos la cola, puede que después un plátano y al llegar a casa me pide un kaki o unas fresas... Luego llega la hora de sentarse a la mesa con el resto a comer y ¡Claro! Solo quiere jugar a echar el agua sobre el plato de comida que le hemos puesto. Está ya hasta los topes de fruta.
Y eso me lleva a la segunda parte de la reflexión de hoy. ¿Qué comen los bebés hoy en día? ¿Qué comen en realidad y qué es lo que presencia su familia en cuanto a su alimentación? Porque la pasión con la que las abuelas que hay por allí le ven comer fruta ha pasado de ser "graciosa" a francamente sorprendente. No me puedo creer que les desate tal nivel de pasión ver comer a un niño pequeño fruta ¿Tan raro es en nuestra sociedad que un bebé coma fruta? ¿Y que además de comerla lo haga con alegría? ¿Que sea su alimento favorito? El otro día una señora hasta se extrañaba de que supiera pelar una mandarina ¡¡¡Pues claro!!! Solo necesita que le quites tu un trozo de piel y él ya hace lo demás con gran entrega y dedicación... Lo único que requiere toneladas de paciencia es recoger minitrozos de cáscara de mandarina por toda la casa y enseñarle a que los trocitos de piel se ponen siempre en un platito y se llevan a la basura cuando terminamos.
¿Qué pensamos que deben de comer los bebés hoy en día? El otro día, el frutero del supermercado me decía que cogiera peras conferencia en lugar de peras de agua porque son muy buenas para los niños, señalando a Erik, porque tienen más azúcar. Yo le contesté lo más educadamente que pude que las peras de agua nos van mejor porque la piel es menos basta y se la comen con piel y, además, esto también nos viene mejor para cuando salimos fuera y no la podemos pelar. Quizás le hubiera debido preguntar de dónde viene la extraña idea de que los niños necesitan fruta más azucarada. O hubiera debido decirle que los niños lo que realmente necesitan es aprender a comer fruta variada, con su piel (bien lavada), y con sabor a fruta y no a azúcar, y por el valor nutricional de toda la fibra y las vitaminas además de los hidratos de carbono simples. O quizás nos debemos preguntar cómo sociedad en qué momento nos hemos equivocado de camino y hemos empezado a pensar que los niños necesitan más azúcar. Porque de comprar peras conferencia porque tiene más azúcar a comprar galletas porque también tiene más azúcar, y llevan el sello de la Asociación Española de Pediatría, solo hay un paso.
Otra perlita del súper. Ya sabéis eso de que cuando tiene niños todo el mundo opina. Pues esta vez una cajera muy maja (y bienintencionada, que no digo yo que no) me recomienda llevarme unos panes envasados que tienen en promoción. Le respondo, educadamente, que ya llevo pan de sobra (de barra e integral). Me dice que va muy bien para los niños porque se lo comen muy bien. Y yo le respondo que mis hijos se comen muy bien los bocadillos (del pan que acabo de comprar en la panadería del súper, que conste). Y sigue... Cojo un paquete de los panes en cuestión y le respondo: "Lo que no me gusta de esto son los ingredientes, mira, además de trigo lleva azúcar, espesantes...". Y ahí parece que ya se convenció de que no me iba a convencer y seguimos a otra cosa.
Así que, si esto nos sirve de muestra, en nuestra sociedad la opinión generalizada es que los niños no comen fruta y que no les gusta, que hay que dársela pelada porque ellos no pueden disfrutar del proceso de hacerlo por si mismos, que es bueno que coman alimentos con mucho azúcar, y que es aconsejable que coman panes blanditos y envasados (y con muchos aditivos).
Luego nos extrañamos cuando solo quieren comer "guarrerías" o "chuches" o productos precocinados y procesados. Y vuestros hijos ¿Qué comen?
Hoy, por ejemplo, he comprado
- 5 kg de mandarinas
- 2 kg de manzanas
- 3 kg de peras
- 4 kg de fresas
- 2 kg de plátanos
- 2 kg de calabacines
- 2 kg de brócoli
- 2 puerros
- 1/2 kg de champiñones
Y en mis visitas semanales, acompañada siempre por Erik, la repetición de ciertas escenas me ha llevado a hacerme algunas cuestiones. Hoy, por ejemplo, pensaba que si con esta cantidad de fruta a veces no me da ni para cuatro días, no quiero pensar cuando en lugar de tener tres niños en casa, tenga tres adolescentes. 0_0 Creo que nos vamos a tener que pluriemplear para darles de comer, je, je, je.
Pero, pasando a cosas más serias, por un lado me encuentro con que siempre todo el mundo es muy agradable con Erik. La mujeres le dicen cosas, los tenderos le ofrecen alguna fruta o palabras cariñosas y a las abuelas se les cae la baba. Hoy caía en la cuenta, por ejemplo, de que Erik es uno de los pocos niños que veo en este entorno. Es un entorno amigable y agradable para ser una pequeña ciudad (no hay peligro inmediato de coches, por ejemplo, aunque sí riesgo de perderse) y un lugar donde los niños pueden aprender muchas cosas de la sociedad en la que viven. Para Erik el día del rastrillo es casi una fiesta. Siempre se pone contento, porque le encanta la fruta y el ambientillo; pero también esa libertad de poder tocar las cosas o de ir de acá para allá sin los agobios de una tienda o un supermercado.
Además, el día que vamos a comprar fruta Erik se convierte, casi, casi, en "frugívoro". Solo quiere comer fruta. No falta el día que no salga del rastrillo habiéndose comido dos o tres piezas de fruta... y esa pasión por la fruta suele seguir durante todo el día. Se come una o dos mandarinas (¡¡¡mindirinas!!! son su fruta favorita) que pela animadamente mientras esperamos la cola, puede que después un plátano y al llegar a casa me pide un kaki o unas fresas... Luego llega la hora de sentarse a la mesa con el resto a comer y ¡Claro! Solo quiere jugar a echar el agua sobre el plato de comida que le hemos puesto. Está ya hasta los topes de fruta.
Y eso me lleva a la segunda parte de la reflexión de hoy. ¿Qué comen los bebés hoy en día? ¿Qué comen en realidad y qué es lo que presencia su familia en cuanto a su alimentación? Porque la pasión con la que las abuelas que hay por allí le ven comer fruta ha pasado de ser "graciosa" a francamente sorprendente. No me puedo creer que les desate tal nivel de pasión ver comer a un niño pequeño fruta ¿Tan raro es en nuestra sociedad que un bebé coma fruta? ¿Y que además de comerla lo haga con alegría? ¿Que sea su alimento favorito? El otro día una señora hasta se extrañaba de que supiera pelar una mandarina ¡¡¡Pues claro!!! Solo necesita que le quites tu un trozo de piel y él ya hace lo demás con gran entrega y dedicación... Lo único que requiere toneladas de paciencia es recoger minitrozos de cáscara de mandarina por toda la casa y enseñarle a que los trocitos de piel se ponen siempre en un platito y se llevan a la basura cuando terminamos.
¿Qué pensamos que deben de comer los bebés hoy en día? El otro día, el frutero del supermercado me decía que cogiera peras conferencia en lugar de peras de agua porque son muy buenas para los niños, señalando a Erik, porque tienen más azúcar. Yo le contesté lo más educadamente que pude que las peras de agua nos van mejor porque la piel es menos basta y se la comen con piel y, además, esto también nos viene mejor para cuando salimos fuera y no la podemos pelar. Quizás le hubiera debido preguntar de dónde viene la extraña idea de que los niños necesitan fruta más azucarada. O hubiera debido decirle que los niños lo que realmente necesitan es aprender a comer fruta variada, con su piel (bien lavada), y con sabor a fruta y no a azúcar, y por el valor nutricional de toda la fibra y las vitaminas además de los hidratos de carbono simples. O quizás nos debemos preguntar cómo sociedad en qué momento nos hemos equivocado de camino y hemos empezado a pensar que los niños necesitan más azúcar. Porque de comprar peras conferencia porque tiene más azúcar a comprar galletas porque también tiene más azúcar, y llevan el sello de la Asociación Española de Pediatría, solo hay un paso.
Otra perlita del súper. Ya sabéis eso de que cuando tiene niños todo el mundo opina. Pues esta vez una cajera muy maja (y bienintencionada, que no digo yo que no) me recomienda llevarme unos panes envasados que tienen en promoción. Le respondo, educadamente, que ya llevo pan de sobra (de barra e integral). Me dice que va muy bien para los niños porque se lo comen muy bien. Y yo le respondo que mis hijos se comen muy bien los bocadillos (del pan que acabo de comprar en la panadería del súper, que conste). Y sigue... Cojo un paquete de los panes en cuestión y le respondo: "Lo que no me gusta de esto son los ingredientes, mira, además de trigo lleva azúcar, espesantes...". Y ahí parece que ya se convenció de que no me iba a convencer y seguimos a otra cosa.
Así que, si esto nos sirve de muestra, en nuestra sociedad la opinión generalizada es que los niños no comen fruta y que no les gusta, que hay que dársela pelada porque ellos no pueden disfrutar del proceso de hacerlo por si mismos, que es bueno que coman alimentos con mucho azúcar, y que es aconsejable que coman panes blanditos y envasados (y con muchos aditivos).
Luego nos extrañamos cuando solo quieren comer "guarrerías" o "chuches" o productos precocinados y procesados. Y vuestros hijos ¿Qué comen?
miércoles, 6 de mayo de 2015
10 cosas que aprendí gracias al BLW
1. Disfrutar diariamente de una buena conversación a la hora de comer. Cuando tienes claro que quieres que tu bebé comparta el tiempo de la comida, empieza a resultar fundamental enseñarle lo que hacen los adultos a la hora de la comida y empiezas a interesarte por hablar más con tu pareja o con tus otros hijos, sacar más temas de los que hablar y a convertir la comida en un acto de encuentro y reencuentro entre todos los miembros de la fmilia.
2. Redescubrir el gusto por los alimentos básicos. Ver como tu bebé disfruta chupando y rechupeteando un pepino te invita a ir a la nevera para coger uno para ti mismo. Te descubrirás comiendo tomate sin aliñar o relamiéndote ante la perspectiva de mordisquear una crujiente zanahoria cruda.
3. Volver a comer con las manos. En el mundo adulto parece que es muy cool y fashion comer en un cocktail con una servilletita en la mano y un canapé en la otra, pero a los niños les decimos que no se come con las manos. Gracias al BLW he redescubierto platos fáciles y sencillos para comer con las manos como crudités de verdura para mojar en una salsa, pan con hummus o brochetas de uva y queso. ¿Cuál es tu receta de finger food preferida?
4. Recuperar las recetas de siempre. Lo que más valora en el mundo tu hijo es que te sientes a comer con él y que disfrutéis juntos del momento. Pasar en la cocina largas horas para hacer platos superimaginativos solo te lleva a frustrarte cuando tu hijo no reacciona en consonancia con todo tu esfuerzo. Así que olvídate de las albóndigas de pescado con salsa de arándanos y crujiente de jamón y vuelve a las cosas sencillas y sanas que no requieren tiempo y con las que toda la familia se relame igualmente: unas alitas de pollo al horno, una crema de calabacín, arroz integral con un huevo frito y salsa de tomate, patatas guisadas...
5. Leer a fondo las recetas de los alimentos en el supermercado. Cuando tenemos hijos, queremos lo mejor para ellos y muchas veces pasa por leer a fondo las recetas de los productos cuando hacemos la compra. Después de quince minutos de investigación en el supermercado, ya conozco la marca de mayonesa que usa aceite de oliva en su composición o el yogur de fresa que tengo que evitar porque lleva más azúcar que fresas.
6. Desconfiar del márketing de los fabricantes de alimentos procesados. Te venden el Danonino como un producto muy saludable que lleva queso y frutas, pero cuando lees los ingredientes ves que lleva más azúcar que frutas. Cuando te informas sobre las bases de una alimentación saludable, enseguida ves que lo supuestos cereales de desayuno saludables son una bomba de azúcar, por muchas vitaminas añadidas y que lo mejor es limitar su uso al máximo posible. ¿Recuerdas el famoso eslogan "leche, cacao, avellanas y azúcar"? Sonaba genial ¿verdad? Pues imagínatelo ahora con los ingredientes reales de la Nutella en orden de importancia: azúcar, manteca de palma, avellanas y cacao desgrasado. No suena igual, ¿verdad? Por si te lo preguntas, ahí van el resto de los ingredientes: cacao desgrasado leche desnatada en polvo (6,6%), suero lácteo en polvo, emulgentes: lecitinas (soja), vainillina.
7. Conocer las bases de una alimentación saludable y aplicarlas para toda la familia. Porque lo mejor que le podemos dar a nuestro bebé es un buen ejemplo, cuando empezamos a practicar el BLW nos empapamos de información sobre la pirámide alimenticia y alimentos saludables... Y lo ponemos en marcha para toda la familia para que nuestro pequeño aprenda por imitación. Le cuidamos y nos cuidamos.
8. Técnicas de negociación zen con abuelas y en fiestas de guardar. Cuando decides priorizar los alimentos saludables en la alimentación de tu pequeño, los eventos sociales se convierten en una carrera de obstáculo para evitar que familiares y amigos empapucen a tu peque de patatas fritas, gusanitos y chuches. Lo bueno es que desarrollas un sexto-sentido antichuches y técnias de negociación ninja para enfrentarte tanto a abuelas recalcitrantes como a niños con subidón de azúcar.
9. Improvisar una comida fuera de casa sin preocupaciones. Con mi primer hijo era casi imposible improvisar una comida fuera de casa a no ser que tuviera un puré preparado o un super/farmacia para comprar un potito de urgencias. Ahora puedo salir a comer a cualquier sitio sin preocuparme de llevar algo especial para que coma mi bebé porque siempre tengo opciones a mi alcance en cualquier restaurante.
10. La mejor hora del baño. Que extrañamente no es antes de la cena, sino más bien después de la comida o después de la cena.
martes, 28 de octubre de 2014
El Baby-Led Weaning en el cambio de paradigma de la crianza
Estamos en un momento de cambio de paradigma de la crianza... O al menos eso creemos muchas personas que nos relacionamos en las redes sociales y en la blogosfera, porque a veces salimos de nuestro pequeño mundo y nos damos de frente con la cruda realidad... Pero volviendo al optimismo, prosigo con un cambio de paradigma encaminado a reconocer y aceptar la crianza con apego, una tendencia que, con el respaldo de la neurobiología y otras ciencias, reconoce que las necesidades de los niños desde el inicio de la vida son reales y no caprichos que hay que negar para evitar que se conviertan en malcriados.
Cada día más madres amamantan durante más tiempo en el convencimiento de que hacen lo mejor para su bebé, le dan masajes, le llevan pegadito, le acompañan en sus noches... y a veces el sueño se rompe al llegar a la alimentación complementaria. El bebé rechaza los purés y aunque la madre le siga dando el pecho con alegría, no deja de preocuparse sobre si estará comiendo suficiente, estará bien alimentado, si lo está haciendo bien o mal y si debe obligarle o no.
La frontera de los seis meses
Los bebés no se despiertan el día que cumplen seis meses habiendo olvidado toda su capacidad de gestionar su alimentación. Siguen sabiendo comunicarse con su madre para pedirle su alimento principal y para demostrarle que ciertas cosas no les gustan. Intentan coger la cuchara de su madre o lo que está comiendo ¡¡¡Y luego cierran la boca cuando le sofrecen la cuchara de puré!!! Y claro, la pelota queda en el tejado de los padres, para lidiar con ella de la mejor manera posible conforme a sus conocimientos, cultura, consejos, presiones, etc.
El baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda supone, en este sentido, un paso más en el reconocimiento de la sabiduría del bebé, de su capacidad de autoregulación. Cuando los padres abordan la alimentación complementaria como un diálogo entre iguales y no como una lucha de poder (o enseñanza) entre quien sabe más y quien tiene que aprender avanzan en el camino hacia el respeto hacia su pequeño. El bebé, además, se sentirá comprendido y apoyado, ya que esta nueva situación concuerda con todo lo vivido y aprendido anteriormente.
Aprendizaje en ambas direcciones
El mecanismo más poderoso de aprendizaje en la primera infancia es la imitación. Por eso, parece un contrasentido tratar de que un bebé haga algo que no tiene nada que ver con lo que hacemos los adultos. En el paradigma de la comida triturada el bebé se sienta solo en su trona y come a unos horarios que nada tienen que ver con los ritmos del resto de la familia (la mayoría de los bebés "comen" a las 12 y a esa hora mucho adultos acaban de terminar el almuerzo). En cambio, en el BLW el bebé comparte la comida con el resto de la familia, al mismo momento y disfrutando de la misma comida que aprende a comer por imitación. Mirará fijamente la boca del adulto e imitará el modo de coger los alimentos y de llevárselos a la boca y de masticarlos.
Un claro ejemplo de esto son los cubiertos. Los bebés que practican BLW piden los cubiertos ellos solos a una edad muy temprana (en torno a los 12 meses). Y no lo hacen por dejar mal a todos los que te critican por dejarle comer con las manos, sino que lo hace porque ve que es lo que hace el resto de la familia y él quiere participar de la experiencia completa.
El bebé que come triturados en un ambiente que no tiene nada que ver con la comida familiar no ve a sus padres siendo alimentados con una cuchara mientras alguien les hace fiestas. Y ese bebé querrá participar de la comida cuando vez a sus padres o hermanos mayores tan entretenidos y concentrados en algo que es TAN DIVERTIDO que lo repiten varias veces al día.
Los padres que practican el BLW aprenderán también de su bebé, porque la alegría y el gozo con el que comen los peques, con el que tocan las cosas, invita a los adultos a reflexionar sobre la comida, a elegir alimentos más saludables, a preparar comidas que también puedan comer con las manos junto con su peque, etc. Si nos dejamos llevar, los niños también tienen mucho que enseñarnos o redescubrirnos.
Doble destete
Carlos González afirma muchas veces que dar a los bebés papillas y triturados es como hacer un doble destete: el primero de la leche a los purés y el segundo de los purés a los sólidos. Es algo que no parece tener demasiado sentido. Además, y aunque no todo tiempo pasado siempre fue mejor, las batidoras no tienen tanto tiempo. ¿Cómo se organizaban las familias hace 100 años? ¿O hace 200?
Yo no dejo de pensar que la alimentación con triturados no deja de ser una extensión de un paradigma de puericultura altamente desconfiado en el bebé y altamente reglamentado. El paradigma en el que el bebé se alimenta con cantidades exactas de leche en intervalos regulares de tiempo controlados por un adulto tiene su consecuencia lógica en un sistema de introdución de los sólidos en el que también se desconfía de las capacidades del bebé (no sabe masticar / no comerá lo suficiente) y se miden milimétricamente las cantidades de purés y los alimentos que se van poniendo en ellos.
Así pues, cada día estoy más convencida de que el BLW supone un paso más en la instauración de un paradigma distinto de crianza. Es un sendero complicado que requiere quitarse prejuicios de encima pero también miedos e inseguridades y, además, hacer frente a los prejuicios ajenos de aquellos que todavía no los han superado. Es un camino duro que requiere informarse, pero también un camino sencillo si nos dejamos llevar y abandonamos el papel de guías infalibles. Puede resultar difícil, pero el disfrute es grande y duradero. ¿Nos acompañas?
Cada día más madres amamantan durante más tiempo en el convencimiento de que hacen lo mejor para su bebé, le dan masajes, le llevan pegadito, le acompañan en sus noches... y a veces el sueño se rompe al llegar a la alimentación complementaria. El bebé rechaza los purés y aunque la madre le siga dando el pecho con alegría, no deja de preocuparse sobre si estará comiendo suficiente, estará bien alimentado, si lo está haciendo bien o mal y si debe obligarle o no.
La frontera de los seis meses
Los bebés no se despiertan el día que cumplen seis meses habiendo olvidado toda su capacidad de gestionar su alimentación. Siguen sabiendo comunicarse con su madre para pedirle su alimento principal y para demostrarle que ciertas cosas no les gustan. Intentan coger la cuchara de su madre o lo que está comiendo ¡¡¡Y luego cierran la boca cuando le sofrecen la cuchara de puré!!! Y claro, la pelota queda en el tejado de los padres, para lidiar con ella de la mejor manera posible conforme a sus conocimientos, cultura, consejos, presiones, etc.
El baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda supone, en este sentido, un paso más en el reconocimiento de la sabiduría del bebé, de su capacidad de autoregulación. Cuando los padres abordan la alimentación complementaria como un diálogo entre iguales y no como una lucha de poder (o enseñanza) entre quien sabe más y quien tiene que aprender avanzan en el camino hacia el respeto hacia su pequeño. El bebé, además, se sentirá comprendido y apoyado, ya que esta nueva situación concuerda con todo lo vivido y aprendido anteriormente.
Aprendizaje en ambas direcciones
El mecanismo más poderoso de aprendizaje en la primera infancia es la imitación. Por eso, parece un contrasentido tratar de que un bebé haga algo que no tiene nada que ver con lo que hacemos los adultos. En el paradigma de la comida triturada el bebé se sienta solo en su trona y come a unos horarios que nada tienen que ver con los ritmos del resto de la familia (la mayoría de los bebés "comen" a las 12 y a esa hora mucho adultos acaban de terminar el almuerzo). En cambio, en el BLW el bebé comparte la comida con el resto de la familia, al mismo momento y disfrutando de la misma comida que aprende a comer por imitación. Mirará fijamente la boca del adulto e imitará el modo de coger los alimentos y de llevárselos a la boca y de masticarlos.
Un claro ejemplo de esto son los cubiertos. Los bebés que practican BLW piden los cubiertos ellos solos a una edad muy temprana (en torno a los 12 meses). Y no lo hacen por dejar mal a todos los que te critican por dejarle comer con las manos, sino que lo hace porque ve que es lo que hace el resto de la familia y él quiere participar de la experiencia completa.
El bebé que come triturados en un ambiente que no tiene nada que ver con la comida familiar no ve a sus padres siendo alimentados con una cuchara mientras alguien les hace fiestas. Y ese bebé querrá participar de la comida cuando vez a sus padres o hermanos mayores tan entretenidos y concentrados en algo que es TAN DIVERTIDO que lo repiten varias veces al día.
Los padres que practican el BLW aprenderán también de su bebé, porque la alegría y el gozo con el que comen los peques, con el que tocan las cosas, invita a los adultos a reflexionar sobre la comida, a elegir alimentos más saludables, a preparar comidas que también puedan comer con las manos junto con su peque, etc. Si nos dejamos llevar, los niños también tienen mucho que enseñarnos o redescubrirnos.
Doble destete
Carlos González afirma muchas veces que dar a los bebés papillas y triturados es como hacer un doble destete: el primero de la leche a los purés y el segundo de los purés a los sólidos. Es algo que no parece tener demasiado sentido. Además, y aunque no todo tiempo pasado siempre fue mejor, las batidoras no tienen tanto tiempo. ¿Cómo se organizaban las familias hace 100 años? ¿O hace 200?
Yo no dejo de pensar que la alimentación con triturados no deja de ser una extensión de un paradigma de puericultura altamente desconfiado en el bebé y altamente reglamentado. El paradigma en el que el bebé se alimenta con cantidades exactas de leche en intervalos regulares de tiempo controlados por un adulto tiene su consecuencia lógica en un sistema de introdución de los sólidos en el que también se desconfía de las capacidades del bebé (no sabe masticar / no comerá lo suficiente) y se miden milimétricamente las cantidades de purés y los alimentos que se van poniendo en ellos.
Así pues, cada día estoy más convencida de que el BLW supone un paso más en la instauración de un paradigma distinto de crianza. Es un sendero complicado que requiere quitarse prejuicios de encima pero también miedos e inseguridades y, además, hacer frente a los prejuicios ajenos de aquellos que todavía no los han superado. Es un camino duro que requiere informarse, pero también un camino sencillo si nos dejamos llevar y abandonamos el papel de guías infalibles. Puede resultar difícil, pero el disfrute es grande y duradero. ¿Nos acompañas?
Publicado por
Eloísa
martes, 30 de septiembre de 2014
Principios básicos de BLW
Si quieres iniciarte en el BLW y tienes dudas, te dejo aquí un enlace a una entrevista que me hicieron recientemente sobre Baby-Led Weaning en Candil Radio para su programa La Tribu.
Espero que te resulte útil.
Espero que te resulte útil.
Publicado por
Eloísa
miércoles, 13 de agosto de 2014
La comida antes de los 6 meses
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Descubriendo la experiencia "manzana". |
La recomiendación de la Asociación Española de Pediatría, la Academia Americana de Pediatría o la Organización Mundial de la Salud nos la sabemos todos: lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y como sustento principal hasta el año complementada con otros alimentos. Así pues, en principio, no se debería dar nada de comer a los bebés antes de los seis meses.
Parece que la idea no da para mucho... Pero sí que da. Y es que los bebés que son criados "en brazos" de sus padres, que comparten la hora de la comida con mamá o con papá, ya sea en sus rodillas o en la teta, que ven a sus hermanos disfrutar llevándose cosas a la boca, suelen demandar formar parte de esa experiencia mucho antes de los seis meses.
Equipamiento completo
En mi experiencia, y por lo que me cuentan otros papás, estos bebés que están a la altura de la mesa a la hora de la comida empiezan a "echar mano" a la comida en torno a los cinco meses. En esa etapa ya manejan las manos con más o menos precisión y las pueden usar para "manipular" su entorno, cogiendo cosas y llevándolas a su principal órgano táctil: la boca.
En la foto del post de ayer, podéis ver la instántanea del primer trozo de melón que me "robó" Erik en torno a los cinco meses de edad. Tenía todo lo necesario para hacerlo:
- Estar en el sitio adecuado (mis rodillas).
- En el momento adecuado (la hora de la comida).
- El manejo apropiado de las manos.
- La curiosidad por el mundo que le rodea y los objetos que manipulamos los demás.
- La boca como órgano táctil más desarrollado.
¿Se lo debemos permitir?
Muchas veces los padres me preguntan si le deben permitir al bebé comer antes de los seis meses o si le deben quitar la comida. Es una situación realmente angustiosa, sobre todo cuando vas pregonando por ahí eso de "lactancia hasta los seis meses" y llega tu bebé a llevarte la contraria delante de todo el mundo.
Yo nunca les digo que ni sí, ni no ni todo lo contrario. Les ofrezco opciones y las opciones que a mí se me ocurren cuando un bebé de cinco meses demanda participar en la hora de la comida son las siguientes:
- Ofrecerle un juguete a la hora de la comida para que pueda manipular y tocar y chupar como el resto y que se sienta incluido con los demás.
- Lo mismo que lo anterior pero en lugar de con un juguete con algo que estén usando los demás, como una cuchara o un vaso de plástico. Esto es especialmente adecuado para los bebés más perspicaces que no se dejan timar con el "sonajero" de siempre.
- Lo mismo que lo anterior pero con algo de comida.
El primer juguete
"Con la comida no se juega". Es algo que tenemos muy arraigado en nuestra sociedad y que es difícil de superar porque nos lo han repetido hasta la saciedad. Sin embargo, cuando usamos el BLW como aproximación a la alimentación complementaria de nuestro bebé tenemos que pensar justo lo contrario: la comida no es comida, sino un juguete.
Cuando pensamos que una manzana es comida, reducimos todas sus dimensiones a solo una: comida. Y afrontamos la experiencia manzana simplemente pensando si la comeremos a mordiscos, la pelaremos o la lavaremos, si la partiremos o si nos haremos un zumo o si la guardamos para hacer tarta de manzana.
Sin embargo, esa misma manzana en las manos de un bebé supone toda una experiencia de aprendizaje:
- Tiene que descubrir si necesita manejarla con dos manos o con una sola.
- Se hace una idea aproximada de su peso y de cuanta fuerza necesita para levantarla en comparación con sus otros juguetes.
- La aprieta para descubrir si es firme o cede a la presión.
- Determina si es resbaladiza.
- La explora con los labios para descubrir su textura y sabor.
- La mueve por la mesa para descubrir si rueda o no.
- La chupa por arriba y por abajo (los bebés son expertos en dar con el rabito -si se lo dejamos a la manzana- a la primera).
- Investiga como suena al lanzarla sobre la mesa, trona o al suelo,
- Etc.
Y tu peque ¿Cuándo empezó a interesarse por la comida?
martes, 12 de agosto de 2014
BLW: Alimentos que NO hay que retrasar
![]() |
¡¡¡Al rico melón veraniego!!! |
De hecho, en cada cultura se hace de manera diferentes y los "mandamientos" de un centro de salud difieren completamente de los de otro centro de salud de la misma localidad... ¡¡¡Incluso los pediatras de un mismo centro de salud dan indicaciones diferentes para comenzar!!!
Otra sorpresa que les aguarda a los padres que hablan conmigo sobre alimentación complementaria a demanda es cuando les digo que en realidad no es necesario retrasar la introducción de ningún alimento para evitar las alergias. Tal y como nos explica fenomenalmente el nutricionista Julio Basulto:
Si aplicamos la lógica, parece sensato retrasar la aparición de los alimentos potencialmente alergénicos en la dieta del bebé. Sin embargo, la lógica no siempre coincide con las pruebas científicas. En este caso, tal y como indican hoy las principales asociaciones de pediatría, y como confirmó en mayo de 2010 una revisión publicada en Current Opinion in Clinical Nutrition & Metabolic Care, es innecesario demorar la incorporación de alimentos potencialmente alergénicos en bebés. De hecho, incluso podría ser contraproducente. Lo verdaderamente relevante es la progresión, es decir, hacerlo poco a poco (siempre a partir de los 6 meses de edad) para comprobar la tolerancia del bebé. Si al día siguiente de incorporar una novedad en su dieta, el niño sigue bien, adelante con otra.¿También el huevo?
Fuente: El rincón de Julio Basulto en el blog La Sirena.
Pero ¿Y el huevo? ¿las fresas? ¿el melocotón? Pues el hecho de retrasar su introducción en la dieta del bebé no implica que vayamos a evitar la alergia, sino más bien al contrario. La Academia Americana de Pediatría recomendó en el año 2000 retrasar la introducción de alimentos potencialmetne alergénicos en bebés con riesgo de padecer alergia. Este consejo estaba basado en la opinión de expertos, ya que no existía evidencia científica al respecto... Y la recomendación destinada a bebés de alto riesgo (antecedentes familiares, enfermedades, etc.) se generalizó para todos los bebés.
En cambio, desde esta recomenación, se han ido acumulando estudios e investigaciones que han ido demostrando que el restraso de la introducción de estos alimentos no solo no es beneficioso, sino que incluso podría llegar a ser perjudicial. Un buen ejemplo de ello es el gluten. Hace años se recomendaba retrasar su introducción hasta los 8 o 9 meses, pero después de la epidemia de celiaquía registrada en Suecia después de esta recomendación, se descubrió que era perjudicial y hoy en día se recomienda introducirlo a los seis meses y poco a poco.
Un artículo de la Sociedad Pediátrica Canadiense resume muy bien la evidencia al respecto y menciona estudios que demuestran que la alergia a los cacahuetes se triplico en el Reino Unido durante el periodo en el que se recomendaba retrasar la introducción de este fruto seco en la dieta de los bebés. Una investigación australiana concluyó que el retraso en la introducción del huevo aumenta las tasas de alergia frente a la introducción entre los 4 y los seis meses.
Con todos estos datos en la mano, la Academia Americana de Pediatría (que parece ser el espejo en el que se mirán el resto de "patronales" del sector) estableción en sus recomendaciones de 2008 que no había evidencia convincente de que retrasar la introducción de alimentos sólidos (incluyendo cacahuete, huevo y pescado) más allá del periodo de 4 a 6 meses no tiene ningún efecto protector frente a las alergias.
¿Y entonces qué?
Lo cierto es que, ante la falta de evidencia, son los padres los que deben decidir qué alimentos dar y cuáles no dar a los bebés, siguiendo las pautas alimentarias de una dieta saludable y las costumbres familiares. Conviene recordar que la introducción de la alimentación complementaria se hace a los seis meses para completar el aporte de hierro al lactante, ya que se estima que es en este periodo cuando se comienzan a agotar las reservas del nacimiento.
Entonces, parece conveniente elegir los alimentos más ricos en hierro para iniciar la alimentación complementaria del bebé, como la carne o el huevo. Tampoco parecería demasiado conveniente retrasar el pescado hasta el año, cuando es una de las pocas fuentes de ácidos grasos omega3 que son tan necesarios para el correcto desarrollo del bebé (dichas grasas también están presentes en la leche materna, pero si la alimentación complementaria va sustituyendo poco a poco un porcentaje de la ingesta de leche materna sería necesario que existiera también un aporte adecuado de omega3 también en la dieta sólida).
En este artículo tenéis una guía de los alimentos que hay que evitar y una explicación de los porqués.
Reacciones adversas y formatos
Los alimentos, por tanto, deben introducirse paulatinamente y estando siempre atentos a una posible reacción adversa en el bebé. En cuanto a los sintomas de alerta, citamos de nuevo a Julio Basulto, que los explica a la perfección:
En la mayor parte de casos, los primeros síntomas de una alergia en la infancia aparecen o en la piel o en el tracto gastrointestinal, poco después de tomar determinados alimentos. En la piel se suele observar urticaria, bultos en la piel o enrojecimientos. En el sistema digestivo pueden aparecer edemas en labios, lengua, paladar o garganta (un edema es una hinchazón blanda, que cede a la presión), pero también vómitos, náuseas, dolor abdominal, diarrea e incluso, en ocasiones, heces con restos de sangre. (...) Ante la duda, acude a tu pediatra: es importante un buen diagnóstico.
Volviendo a mi experiencia personal hablando a otros padres de Baby-Led Weaning, la mayoría se quedan en un estado de shock prácticamente después de escuchar todo esto, ya que no tiene nada que ver con todo lo que han venido oyendo hasta entonces.
Yo aquí meto el razonamiento de mi propia cosecha, más allá de nutricionistas y de escuelas de pediatría. Cuando se "educa" a los padres para dar purés se les inculca la nula capacidad de decisión del bebé y es el experto (pediatra y/o enfermero) y los padres los que deciden los alimentos que deben comer, en qué orden y las cantidades. El padres al que se confía la importante misión de sentar los cimientos para una correcta alimentación de su retoño lo hace con dedicación, pasión y entrega y si tiene que hacer el avión, el tren o la bicicleta para que su hijo se tome la cucharada de puré lo hará.
Entonces ¿Crees que la reacción alérgica será de iguales proporciones si embutimos al bebé 250 ml de papilla salga el sol por donde salga y sin tener en cuenta sus signos de rechazo y saciedad que si dejamos que sea el bebé el que se autorregule y el que decida si quiere comer un alimento o no?
Las personas que tienen alergia suelen detectar que una comida contiene un alérgeno porque le pica en la boca. El bebé que aprende a detectar ese picor y lo acepta como lo que es (un síntoma de alarma)y normalmente, rechazará ese alimento espontáneamente. El padre que deja que su bebé tome la iniciativa verá que el pequeño ignora las fresas o el huevo en repetidas ocasiones y dejará de ofrecérselo. Así de simple es la diferencia entre un método u otro. Entre dejar que el bebé tome las riendas o dejar que otros decidan por él.
Y ¿Nosotros como aplicamos todo esto? Pues a la canadiense. El otro día Erik cumplió seis meses y lo celebramos ofreciéndole una rica tortilla francesa que cenamos en familia ¡¡¡Llamadme inconsciente!!! :P
lunes, 25 de febrero de 2013
6 errores básicos con el Baby-Led Weaning
Cada día más personas se acercan el Baby-Led Weaning como opción para dar continuidad a la capacidad para autorregular su alimentación de sus hijos. En el fondo, si la comida en purés y en cantidades medidas y variedades estrictas es una herencia de las décadas de lactancia artificial, antes de todo eso, antes de que se inventaran las batidoras, tenía que existir una manera diferente de hacer las cosas.
El Baby-Led Weaning es una opción fácil y natural pero a veces la falta de referencias a la hora de hacer las cosas o la falta de personas a las que acudir en caso de dudas puede llevarnos a dificultar el proceso o incluso a fracasar antes de empezar.
Durante los talleres y reuniones con madres, al hablar del tema de la alimentación complementaria autorregulada, he constatado que existen varios errores básicos en los que solemos caer muchas veces y que nos dificultan avanzar de una manera más fácil y fluida en todo el proceso.
Así que aquí os cuento uno de estos errores, por qué considero que no son la opción más apropiada y la alternativa que mejor ha funcionado en mi experiencia y que también les ha ido bien a otras mamás.
- Darle la comida en trozos pequeños para que no se atragante.
Pensamos que al ofrecer trozos pequeños los niños no se atragantarán pero
a) los niños de seis meses NO son capaces de coger trozos pequeños por si mismos, por lo que
b) se los tenemos que meter en la boca para que se los coman y
c) esto aumenta la posibilidad de atragantamiento al introducir en la boca del niño objetos pequeños cuando él no está preparado para gestionarlos ya que
d) hasta que los bebés no hacen la pinza no han adquirido las habilidades necesarias para gestionar (morder, masticar, mover por la boca y tragar) trozos pequeños.
- Preocuparse por las cantidades que come el niño.
Al igual que los bebés que toman lactancia materna son capaces de autorregularese, controlando las cantidades que comen y cuando las comen, los bebés son capaces de regular la ingesta de alimentación complementaria, adaptándola a sus deseos, necesidades, progresos y avances con los sólidos. No hay ninguna prisa ya que, hasta el año, la lactancia debería seguir siendo el alimento principal.
- Ofrecerle comidas que no tienen nada que ver con lo que comen los adultos.
El Baby-Led Weaning no consiste solo en que los bebés se autorregulen en la alimentación complementaria, sino que también es la base para asentar buenos hábitos alimentarios como comer en familia, compartir el momento de la comida como un punto de encuentro para contarnos cosas, hablar y ver qué tal nos ha ido el día.
Si nuestro hijo no se siente incluído porque lo ofrecemos alimentos diferentes, se dificulta la creación de este hábito.
Los bebés aprenden por imitación y si los hábitos de la familia en cuanto a alimentación no son los más adecuados, el bebé los aprenderá nos guste o no. Por eso no tiene sentido ofrecerle alimentos diferentes pensando en que son más saludables. En cambio, deberíamos aprovechar la ocasión para mejorar los hábitos alimenticios de toda la familia.
- Pensar en la comida solo como alimento.
Si la lactancia materna es un 10% alimentación y un 90% desarrollo cerebral, podemos decir, de manera análoga, que la alimentación complementaria -enfocada como Baby-Led Weaning- es un 10% alimentación y un 90% experimentación. Los bebés juegan con la comida, aprenden sobre colores, formas, pesos, texturas, olores y mucho más. ¿Por qué limitar esta amplia gama de oportunidades de aprendizaje solo a la comida?
- Preocuparse por la suciedad.
El Baby-Led Weaning es más sucio que otros tipos de alimentación, pero eso no significa que las madres que dan purésy alimentos triturados a sus hijos estén exentas de manchas y desorden. Mancha tanto un bebé que hace pedorretas con el puré o que lanza la cuchara como el niño que aparta varios alimentos para quedarse con uno solo.
- Asumir que los niños tienen que comer de todo.
Los adultos no comemos de todo. Nadie planifica sus comidas pensando en que hace dos semanas que no come berzas o que todavía no ha probado el pollo al curry. En cambio, solemos diseñar los menús eligiendo los alimentos que más nos gustan, nuestras técnicas de cocinado preferidas y buscando una alimentación variada y equilibrada.
Si nuestro hijo se niega a comer sistemáticamente un alimento no pasa nada. Si no come pimiento, da igual, siempre y cuando coma otras verduras y hortalizas. Si se niega a probar la pera, no pasará nada si come platano y manzana. Nuestra obligación como padres es poner a su disposición una oferta amplia, variada y saludable de alimentos. Si no come unos en favor de otros, siempre estará comiendo cosas sanas.
El Baby-Led Weaning es una opción fácil y natural pero a veces la falta de referencias a la hora de hacer las cosas o la falta de personas a las que acudir en caso de dudas puede llevarnos a dificultar el proceso o incluso a fracasar antes de empezar.
Durante los talleres y reuniones con madres, al hablar del tema de la alimentación complementaria autorregulada, he constatado que existen varios errores básicos en los que solemos caer muchas veces y que nos dificultan avanzar de una manera más fácil y fluida en todo el proceso.
Así que aquí os cuento uno de estos errores, por qué considero que no son la opción más apropiada y la alternativa que mejor ha funcionado en mi experiencia y que también les ha ido bien a otras mamás.
- Darle la comida en trozos pequeños para que no se atragante.
Pensamos que al ofrecer trozos pequeños los niños no se atragantarán pero
a) los niños de seis meses NO son capaces de coger trozos pequeños por si mismos, por lo que
b) se los tenemos que meter en la boca para que se los coman y
c) esto aumenta la posibilidad de atragantamiento al introducir en la boca del niño objetos pequeños cuando él no está preparado para gestionarlos ya que
d) hasta que los bebés no hacen la pinza no han adquirido las habilidades necesarias para gestionar (morder, masticar, mover por la boca y tragar) trozos pequeños.
- Preocuparse por las cantidades que come el niño.
Al igual que los bebés que toman lactancia materna son capaces de autorregularese, controlando las cantidades que comen y cuando las comen, los bebés son capaces de regular la ingesta de alimentación complementaria, adaptándola a sus deseos, necesidades, progresos y avances con los sólidos. No hay ninguna prisa ya que, hasta el año, la lactancia debería seguir siendo el alimento principal.
- Ofrecerle comidas que no tienen nada que ver con lo que comen los adultos.
El Baby-Led Weaning no consiste solo en que los bebés se autorregulen en la alimentación complementaria, sino que también es la base para asentar buenos hábitos alimentarios como comer en familia, compartir el momento de la comida como un punto de encuentro para contarnos cosas, hablar y ver qué tal nos ha ido el día.
Si nuestro hijo no se siente incluído porque lo ofrecemos alimentos diferentes, se dificulta la creación de este hábito.
Los bebés aprenden por imitación y si los hábitos de la familia en cuanto a alimentación no son los más adecuados, el bebé los aprenderá nos guste o no. Por eso no tiene sentido ofrecerle alimentos diferentes pensando en que son más saludables. En cambio, deberíamos aprovechar la ocasión para mejorar los hábitos alimenticios de toda la familia.
- Pensar en la comida solo como alimento.
Si la lactancia materna es un 10% alimentación y un 90% desarrollo cerebral, podemos decir, de manera análoga, que la alimentación complementaria -enfocada como Baby-Led Weaning- es un 10% alimentación y un 90% experimentación. Los bebés juegan con la comida, aprenden sobre colores, formas, pesos, texturas, olores y mucho más. ¿Por qué limitar esta amplia gama de oportunidades de aprendizaje solo a la comida?
- Preocuparse por la suciedad.
El Baby-Led Weaning es más sucio que otros tipos de alimentación, pero eso no significa que las madres que dan purésy alimentos triturados a sus hijos estén exentas de manchas y desorden. Mancha tanto un bebé que hace pedorretas con el puré o que lanza la cuchara como el niño que aparta varios alimentos para quedarse con uno solo.
- Asumir que los niños tienen que comer de todo.
Los adultos no comemos de todo. Nadie planifica sus comidas pensando en que hace dos semanas que no come berzas o que todavía no ha probado el pollo al curry. En cambio, solemos diseñar los menús eligiendo los alimentos que más nos gustan, nuestras técnicas de cocinado preferidas y buscando una alimentación variada y equilibrada.
Si nuestro hijo se niega a comer sistemáticamente un alimento no pasa nada. Si no come pimiento, da igual, siempre y cuando coma otras verduras y hortalizas. Si se niega a probar la pera, no pasará nada si come platano y manzana. Nuestra obligación como padres es poner a su disposición una oferta amplia, variada y saludable de alimentos. Si no come unos en favor de otros, siempre estará comiendo cosas sanas.
Publicado por
Eloísa
miércoles, 28 de marzo de 2012
Baby-Led Weaning en español
Lactancia, porteo, colecho, pañales de tela y baby-led weaning, entre otros, son los temas que con más frecuencia he tratado en el blog desde que empecé a escribir asiduamente. Todos ellos temas relacionados con la crianza de los más pequeños y, la mayoría de ellos, con una aproximación diferente a lo que hoy en día se considera, mayoritariamente, necesario para criar a nuestros hijos.
El baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda es quizás la incorporación más tardía cronológicamente, pero quizás en la que ha habido un mayor componente de autoexperimentación y menos de buscar y leer información en otros lugares de la red, porque hasta hace apenas un año había muy pocas páginas serias con información al respecto y mucho menos en castellano.
El proceso de alimentar a mi hija sin necesidad de purés o papillas y con sólidos desde el primer momento fue, por un lado, un placer y, por otro, una necesidad. Un placer porque después de mucho darle vueltas, pensaba que "otro mundo era posible" con respecto a la introducción de la alimentación complementaria. A medida que se acercaba la frontera de los seis meses, cavilaba sobre el hecho de qué se hacía en esos casos cuando todavía no se había inventado la batidora. Y, por otro lado, me negaba en redondo a iniciar el proceso de sacarme leche para hacer un biberón de leche con cereales por absurdo y contradictorio.
Otro mundo es posible
Así pues y en plena disyuntiva al respecto, descubrí el baby-led weaning como una manera de hacer una aproximación mucho más diferente a la introducción de los alimentos. No forzar las comidas para "descartar alergias" como predican en algunos centros de salud, sino iniciar a nuestro bebé en el mundo de las comidas sólidas de una manera fluida y natural: invitándole a compartir la mesa con el resto de la familia.
La principal referencia que tuve al respecto fue el libro de Gill Rapley y Trackey Murkett Baby-Led Weaning, ya que esta matrona y enfermera pediátrica inglesa fue la que dio nombre a este concepto falsamente novedoso, ya que a mi modo de verlo no supone más que un regreso al punto en el que los padres y las familias tomaban las riendas de la alimentación de sus hijos más allá de las fotocopias desvaídas y con décadas de antiguedad que reparten en algunos centros de salud como quien reparte la palabra divina.
El hecho de retomar una costumbre olvidada en las últimas décadas no supone renunciar al "avance científico" o a los nuevos conocimientos respecto a la alimentación y la mejor manera de introducir los sólidos para el bebé. Simplemente responde a la necesidad de hacer decisiones informadas respecto a la crianza/maternidad/paternidad de nuestros hijos, negándonos a que se nos impongan reglamentaciones externas que ningún sentido tienen para nosotros, que no nos dejan capacidad de decisión, en la que no se nos ofrece ninguna información al respecto (en la mayoría de los casos) y, lo que es peor, que muchas veces están basadas en principios ya obsoletos.
Experimentación
Como digo, en mi caso la experimentación fue mi primera guía y por el camino aprendí mucho de mis propios errores e hice muchas cosas que hoy en día no recomiendo hacer a otras familias a la hora de introducir los sólidos. Pero creo que el resultado ha sido bastante bueno: gusto por la comida sólida de todo tipo, participación en la vida familiar a la hora de la comida, elección de alimentos sanos y saludables, oportunidad para mejorar los hábitos alimenticios de toda la familia, introducción de los sólidos normales desde el primer momento sin necesidad de tener que recurrir a menús infantiles, etc.
La buena noticia es que hoy en día ya no es necesario navegar tanto a la deriva a la hora de practicar la alimentación complementaria a demanda. Cada día son más madres las que comparten sus experiencias al respecto en foros y blogs de internet, así como en grupos de madres, etc. Además, y por fortuna, recientemente se ha publicado la traducción al catellano del libro de Gill Rapley, que con el título El niño ya come solo.
Si os interesa el tema y lo queréis comprar, os recomiendo que lo hagáis en la mejor tienda posible (Oh! la luna, en Alcorcón, Madrid) o en cualquiera de sus dos sucursales online (www.culitosdetela.com o www.monitosyrisas.com).
Mientras tanto, y para abrir boca, aquí os dejo con la mini-reseña que he preparado para la tienda, una demostración visual del método con las páginas que agrupan fotografías muy ilustrativas con respecto al baby-led weaning y el índice de contenidos.
ÍNDICE
Agradecimientos.
Introducción.
Apéndice 1: La historia del método ACS.
Apéndice 2: Normas básicas de seguridad.
Referencias bibliográficas.
Procedencia de las fotografías.
Índice alfabético.
El baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda es quizás la incorporación más tardía cronológicamente, pero quizás en la que ha habido un mayor componente de autoexperimentación y menos de buscar y leer información en otros lugares de la red, porque hasta hace apenas un año había muy pocas páginas serias con información al respecto y mucho menos en castellano.
El proceso de alimentar a mi hija sin necesidad de purés o papillas y con sólidos desde el primer momento fue, por un lado, un placer y, por otro, una necesidad. Un placer porque después de mucho darle vueltas, pensaba que "otro mundo era posible" con respecto a la introducción de la alimentación complementaria. A medida que se acercaba la frontera de los seis meses, cavilaba sobre el hecho de qué se hacía en esos casos cuando todavía no se había inventado la batidora. Y, por otro lado, me negaba en redondo a iniciar el proceso de sacarme leche para hacer un biberón de leche con cereales por absurdo y contradictorio.
Otro mundo es posible
Así pues y en plena disyuntiva al respecto, descubrí el baby-led weaning como una manera de hacer una aproximación mucho más diferente a la introducción de los alimentos. No forzar las comidas para "descartar alergias" como predican en algunos centros de salud, sino iniciar a nuestro bebé en el mundo de las comidas sólidas de una manera fluida y natural: invitándole a compartir la mesa con el resto de la familia.
La principal referencia que tuve al respecto fue el libro de Gill Rapley y Trackey Murkett Baby-Led Weaning, ya que esta matrona y enfermera pediátrica inglesa fue la que dio nombre a este concepto falsamente novedoso, ya que a mi modo de verlo no supone más que un regreso al punto en el que los padres y las familias tomaban las riendas de la alimentación de sus hijos más allá de las fotocopias desvaídas y con décadas de antiguedad que reparten en algunos centros de salud como quien reparte la palabra divina.
El hecho de retomar una costumbre olvidada en las últimas décadas no supone renunciar al "avance científico" o a los nuevos conocimientos respecto a la alimentación y la mejor manera de introducir los sólidos para el bebé. Simplemente responde a la necesidad de hacer decisiones informadas respecto a la crianza/maternidad/paternidad de nuestros hijos, negándonos a que se nos impongan reglamentaciones externas que ningún sentido tienen para nosotros, que no nos dejan capacidad de decisión, en la que no se nos ofrece ninguna información al respecto (en la mayoría de los casos) y, lo que es peor, que muchas veces están basadas en principios ya obsoletos.
Experimentación
Como digo, en mi caso la experimentación fue mi primera guía y por el camino aprendí mucho de mis propios errores e hice muchas cosas que hoy en día no recomiendo hacer a otras familias a la hora de introducir los sólidos. Pero creo que el resultado ha sido bastante bueno: gusto por la comida sólida de todo tipo, participación en la vida familiar a la hora de la comida, elección de alimentos sanos y saludables, oportunidad para mejorar los hábitos alimenticios de toda la familia, introducción de los sólidos normales desde el primer momento sin necesidad de tener que recurrir a menús infantiles, etc.
La buena noticia es que hoy en día ya no es necesario navegar tanto a la deriva a la hora de practicar la alimentación complementaria a demanda. Cada día son más madres las que comparten sus experiencias al respecto en foros y blogs de internet, así como en grupos de madres, etc. Además, y por fortuna, recientemente se ha publicado la traducción al catellano del libro de Gill Rapley, que con el título El niño ya come solo.
Si os interesa el tema y lo queréis comprar, os recomiendo que lo hagáis en la mejor tienda posible (Oh! la luna, en Alcorcón, Madrid) o en cualquiera de sus dos sucursales online (www.culitosdetela.com o www.monitosyrisas.com).
Mientras tanto, y para abrir boca, aquí os dejo con la mini-reseña que he preparado para la tienda, una demostración visual del método con las páginas que agrupan fotografías muy ilustrativas con respecto al baby-led weaning y el índice de contenidos.
Reseña
Por fin en castellano el libro Baby-Led Weaning de Gill Raply y Tracey Murkett, la guía básica para iniciarse en un método diferente para introducir la alimentación complementaria de manera más respetuosa, evitando los purés y papillas y dejando que el bebé coma y disfrute en familia desde el primer momento.
Con el título "El niño ya come solo" y el subtítulo "Consiga que su bebé disfrute de la buena comida", la editorial Medici nos acerca este top de ventas entre las familias que buscan una aproximación diferente a la alimentación. Bien sea porque quieren saber más del método Baby-Led Weaning, bien sea porque en la familia hay antecedentes familiares de malas experiencias con el método de purés y papillas.
"Sueño con un mundo en el que no haya menú infantil", afirmó Gill Rapley y su método contribuye a que los niños coman algo más que macarrones y patatas fritas y disfruten comiendo los mismos alimentos que el resto de la familia, ya sean alcachofas, almejas o carne a la parrilla.
Para practicar el baby-led weaning no hace falta restringir los alimentos, preparar comidas especiales o salir de casa cargados de termos y papillas. Solo hace falta conocer cómo se desarrolla el proceso de aprendizaje de nuestros pequeños y dejarles vía libre para que experimenten con los alimentos de forma fácil y segura, adaptada a sus posibilidades, y disfrutar viendo como nuestros pequeños aprenden a comer en familia desde el primer día, diferenciando sabores y texturas y apreciando el verdadero valor de la comida.
ÍNDICE
Agradecimientos.
Introducción.
- ¿En qué consiste el método ACS?
- Introducir los sólidos.
- Por qué es distinto el método ACS.
- Por qué tiene sentido el método ACS.
- ¿Cuándo deberían introducirse los sólidos?
- ¿Por qué hay alimentos para bebé cuya etiqueta dice "a partir de los cuatro meses"?
- ACS: nada nuevo bajo el sol.
- Breve historia de la alimentación infantil.
- El problema de la alimentación con cuchara.
- Los beneficios del método ACS.
- ¿Y qué hay de los inconvenientes?
- ¿Cómo funciona el método ACS?
- Capacidades en alza.
- Tomar el pecho, tomar el biberón y el método ACS.
- ¿Qué motiva a un bebé a comer?
- La necesidad de nutrientes adicionales.
- Cómo ir reduciendo las tomas de leche.
- Aprender a masticar.
- La "ventana de oportunidad".
- Comer lo bastante pero no demasiado: aprender a controlar el apetito.
- ¿Y si se atraganta?
- ¿De verdad sabe un bebé lo que le conviene comer?
- Preguntas y respuestas.
- Cómo empezar.
- Prepararse para el método ACS.
- Cuándo "comer".
- Comer con los dedos.
- Mejorar la coordinación.
- Ofrecer en lugar de dar.
- Cuánta comida ofrecer.
- Dejar el plato bien limpio.
- Rechazar la comida.
- Cómo ayudarle a aprender.
- Cómo ayudarle a superar la frustración.
- Darles tiempo suficiente.
- Sin presiones.
- Comer juntos.
- Prepárese para las salpicaduras.
- Material.
- Aprender a comer solo: los secretos del éxito.
- Preguntas y respuestas.
- Los primeros sólidos.
- Principios básicos.
- Alimentos que hay que evitar.
- Alergias.
- Grasas.
- Fibra.
- Cómo adaptar la comida durante los primeros meses.
- Salsas.
- Desayunos.
- Tentempiés y comida para llevar.
- Postres.
- Preguntas y respuestas.
- Pasados los primeros días.
- Avanzar al ritmo que marca el bebé.
- Papilas gustativas aventureras.
- Descubrir las texturas.
- Comida líquida y semilíquida.
- Festines y ayunos.
- Las deposiciones del bebé.
- Comer lo suficiente: aprender a confiar en el bebé.
- "Ya no quiero más."
- Fijaciones con la comida.
- Bebidas.
- Reducir las tomas de leche.
- Desayuno, comida, cena... y tentempiés.
- Picnics.
- El método ACS y la vida familiar.
- Cómo mantener el método ACS.
- Cubiertos.
- Tazas.
- Modales en la mesa.
- Salir a comer fuera.
- Self-service.
- Sobornos, recompensas y castigos.
- Cómo evitar las batallas campales.
- Volver al trabajo.
- Una dieta saludable para toda la familia.
- La importancia de una dieta saludable.
- Principios básicos de nutrición.
- ¡La variedad es la sal de la vida!
- Comida basura.
- Vegetarianos y veganos.
- Cómo obtener los máximos nutrientes de la comida que compra.
- Nutrientes: una guía básica.
- ¿Sabía que...?
- Dudas frecuentes.
Apéndice 1: La historia del método ACS.
Apéndice 2: Normas básicas de seguridad.
Referencias bibliográficas.
Procedencia de las fotografías.
Índice alfabético.
Publicado por
Eloísa
martes, 22 de noviembre de 2011
Calendario de actividades de Oh! la luna
Como ya os conté en post anteriores, Oh! la luna es un concepto que va mucho más allá del de tienda. Nuestra vocación es convertirnos en un centro de servicios a la maternidad y a la crianza, por lo que hemos diseñado una agenda de encuentros y actividades que nos permitan compartir nuestras pasiones con todas las familias interesadas en ello.
Todas ellas se realizarán en la sede de Oh! la luna (C/ Betanzos 4 posterior, entrada por plaza Júpiter), en Alcorcón.
Todas ellas se realizarán en la sede de Oh! la luna (C/ Betanzos 4 posterior, entrada por plaza Júpiter), en Alcorcón.
- Miércoles, 30 de Noviembre, 10:00 a 12:00 _ Charla gratuita “Portear bien”, impartido por Elena, donde veremos por qué y cómo portear bien, la postura fisiológica, las características de los buenos portabebés y cómo diferenciarlos de los “malos” y los diferentes sistemas de porteo respetuoso.
- Jueves, 1 de Diciembre, 11:00 a 13:00 _ Charla gratuita “Introducción a los pañales de tela”. En este encuentro os contaremos las ventajas de los pañales de tela (económicas, ecológicas, sanitarias y estilísticas), los diferentes sistemas y materiales y el día a día con ellos.
- Jueves, 1 de Diciembre, 17:00 a 19:00 _ Taller de porteo, fular delante. Con una inversión de 12 €, veremos y practicaremos tres anudados: cuna delante, canguro delante y cruz envuelta delante. Variaciones de los mismos para amamantar-tumbar al bebé y trucos y soluciones a los problemas más frecuentes.
- Viernes, 2 de Diciembre, 10:00 a 11:30 _ Curso de Masaje, bebés de 0 a 1 año. Sesión I. Un curso para aprender a comunicarte con tu bebé a través del tacto, y otras muchas cosas. Además, estrenamos formato: puedes venir al curso completo (y te supondrá una inversión de 80€) o venir a sesiones suelta (con un precio de 20€ cada una). No tienes que traer nada más que a tu bebete, nosotros ponemos todo lo necesario para la sesión (empapadores, aceite, gasas, toallitas, etc.) además de la documentación para que te lleves a casa.
- Sábado, 3 de Diciembre, 11:30 a 13:30 _ Taller “Lactancia materna, la importancia de los primeros días”. Eloísa nos cuenta todo lo necesario para establecer una lactancia placentera desde el primer momento. Si estás embarazada o acabas de tener a tu bebé, no debes perderte este taller, que tiene un precio de 10€.
- Lunes, 5 de Diciembre, 10:00 a 12:00 _ Grupo de apoyo a la Crianza (gratuito). Una mañana para compartir inquietudes, dudas, emociones, risas, preocupaciones… Cara a cara, haciendo tribu. Que falta nos hace, ¿verdad?
- Lunes, 5 de Diciembre, 16:30 a 18:30 _ Taller “Masaje para aliviar cólicos, gases y estreñimiento”. Un taller de dos horas de duración donde veremos cómo aliviar las molestias intestinales de nuestros peques, mediante el masaje y algunos pases de reflexología. La inversión de 20€ incluye el material necesario para el taller en sí y la documentación para llevarte a casa.

- Viernes, 9 de Diciembre, 10:00 a 11:30 _ Curso de Masaje, bebés de 0 a 1 año. Sesión II
- Sábado, 10 de Diciembre, 10:00 a 14:00 _ Curso-taller de Cosmética artesanal. Una mañana muy intensa, en la que aprenderás a hacer productos básicos para el cuidado de vuestra piel: jabón para lavar la ropa, jabón cosmético para tu bebé, solución limpiadora en cubitos, papel-jabón, crema para las irritaciones del pañal y crema antiestrías. Recetas muy sencillas que te pueden servir de base para luego seguir investigando productos más específicos. Además, dadas las fechas, la decoración de los productos tendrá un toque navideño. Por tan sólo 50€, te llevarás a casa mucho más que los productos que hagamos: el conocimiento para seguir haciéndolos.
- Lunes, 12 de Diciembre, 10:00 a 12:00 _ Grupo de apoyo a la Lactancia materna (gratuito).¿Tienes dudas sobre la lactancia?¿te parece que tu bebé mama con demasiada frecuencia?¿tienes grietas? o a lo mejor simplemente te apetece estar un rato en buena compañía, compartiendo la mañana con otras mamás que, como tú, amamantan a sus hijos.
- Lunes, 12 de Diciembre, 16:30 a 18:30 _ Charla gratuita “Portear bien” Edición de tarde
- Martes, 13 de Diciembre, 10:00 a 11:30 _ Curso de Masaje, bebés de 0 a 1 año. Sesión III
- Martes, 13 de Diciembre, 17:00 a 19:00 _ Taller de porteo, fular detrás. Tres anudados traseros: canguro, doble hamaca y cruz envolvente. Pero lo más importante, te enseñaremos a pasar a tu bebé a la espalda y a portearle con seguridad. Veremos trucos para conseguirlo y resolveremos las dudas que tengáis (y alguna más). 12€.
- Lunes, 19 de Diciembre, de 10:00 a 12:00 _ Grupo de apoyo a la Crianza (gratuito)
- Miércoles, 21 de Diciembre, 17:00 a 19:00 _ Charla gratuita “Introducción a los pañales de tela” Para aquellos que no hayáis podido venir a la convocatoria de la mañana.
- Jueves, 22 de Diciembre, 11:00 a 13:00 _ Taller “La vuelta al trabajo y la lactancia materna”. Se acerca el final de tu baja por maternidad (o excedencia) y toca volver al trabajo. Si no sabes cómo organizarte para mantener la lactancia, vente a este taller. Desde cómo extraer y almacenar la leche, hasta las diferentes maneras de dársela al bebé, sin olvidarnos de los aspectos emocionales. Con un precio de 10€.
- Jueves, 22 de Diciembre, 17:00 a 19:00 _ Taller de porteo, fular elástico. Tres anudados: Cruz envuelta delante, a la cadera con bucle y doble hamaca a la espalda. Si tienes un fular elástico, tanto si quieres empezar a usarlo como si ya lo manejas pero quieres sacarle todo el partido, no te pierdas este taller. 12€.
- Viernes, 23 de Diciembre, 10:00 a 11:30 _ Curso de Masaje, bebés de 0 a 1 año. Sesión IV
- Lunes, 26 de Diciembre, 10:00 a 12:00 _ Grupo de apoyo a la Lactancia materna (gratuito)
- Jueves, 29 de Diciembre, 17:00 a 19:00 _ Taller “Alimentación complementaria a demanda o Baby-Led Weaning”. Lo natural (y, a la larga, más cómodo) es dejar que sea el niño el que dirija la introducción de la alimentación complementaria, dándole a comer igual que comemos nosotros: trocitos. Si piensas que los purés no son para tí (ni para tu hijo), si no quieres hacer dos (o más) comidas diferentes, si quieres seguir saliendo a comer libremente sin cargar con una nevera para tu peque… vente a re-descubrir el “baby-led-weaning” (¿O creías que las batidoras han existido toda la vida?). Por sólo 10€, te ahorrarás muchas complicaciones.
- Viernes, 30 de Diciembre, 10:00 a 11:30 _ Curso de Masaje, bebés de 0 a 1 año. Sesión V

Pensando en aquellos que se arrastran y-o reptan, a la sala se accede sin calzado de calle. Te rogamos traigas unos calcetines, babuchas o lo que te apetezca para estar confortable.
Si tienes alguna duda, contacta con nosotras (ya puedes venir a vernos a Oh! la luna)
C/ Betanzos 4 posterior (entrada por Plaza Júpiter), Alcorcón.
Por las mañanas, estamos, de momento, de 10:00 a 14:00.
Y por las tardes, de 17:00 a 19:30.
info@ohlaluna.com
www.ohlaluna.com
miércoles, 2 de noviembre de 2011
Consulta:
No es imprescindible que cada día coma el niño cereales, igual que los adultos tampoco tomamos cereales todos los días.
Sin gluten tienes dos opciones: arroz y maíz, que puedes preparar de distintas formas. Con harina de arroz o de maíz puedes hacer panes o galletas o bizcochos, crepes, masa para pizzas, todo lo que se te ocurra. Tienes también tortas de arroz y de maíz.
En cualquier caso, las recomendaciones actuales están orientadas a introducir el gluten antes de los siete meses y poco a poco, así que le podrías ofrecer un cuscurro de pan normal para que chupetee, un macarrón o cualquier otra cosa que se te ocurra y que comáis todos.
En cuanto al estreñimiento, no sabría decirte… Las culturas orientales comen mucho arroz a diario y no tengo datos de que vayan “más estreñidos” que el resto. Si come arroz a diario, pero también toma frutas y verduras, su leche y otros alimentos, no tendría por qué estreñirse… Todo ello teniendo en cuenta que ofrecer y dejarle que coma arroz no implica que vaya a comer unas cantidades tremendas a diario.
El libro de Carlos González que comentas es genial… Yo lo releo de vez en cuando para refrescar conceptos.
Un saludo,
Antes de nada darte las gracias por tu blog, me ha aclarado muchas dudas sobre Baby led-weaning.Respuesta:
Tengo una bebita de 6 meses y tengo que empezar ya con la alimentación complementaria. Me he leído tb el libro de Carlos González "Mi niño no me come" y tengo una duda: ¿es imprescindible que le dé cada día cereales? Porque el único cereal sin gluten que se me ocurre para darle en casa es el arroz y si le doy cada día (como recomiendan en el caso de las papillas) igual se estriñe, ¿no?
Muchas gracias de antemano y un saludo.
No es imprescindible que cada día coma el niño cereales, igual que los adultos tampoco tomamos cereales todos los días.
Sin gluten tienes dos opciones: arroz y maíz, que puedes preparar de distintas formas. Con harina de arroz o de maíz puedes hacer panes o galletas o bizcochos, crepes, masa para pizzas, todo lo que se te ocurra. Tienes también tortas de arroz y de maíz.
En cualquier caso, las recomendaciones actuales están orientadas a introducir el gluten antes de los siete meses y poco a poco, así que le podrías ofrecer un cuscurro de pan normal para que chupetee, un macarrón o cualquier otra cosa que se te ocurra y que comáis todos.
En cuanto al estreñimiento, no sabría decirte… Las culturas orientales comen mucho arroz a diario y no tengo datos de que vayan “más estreñidos” que el resto. Si come arroz a diario, pero también toma frutas y verduras, su leche y otros alimentos, no tendría por qué estreñirse… Todo ello teniendo en cuenta que ofrecer y dejarle que coma arroz no implica que vaya a comer unas cantidades tremendas a diario.
El libro de Carlos González que comentas es genial… Yo lo releo de vez en cuando para refrescar conceptos.
Un saludo,
Publicado por
Eloísa
lunes, 31 de octubre de 2011
Crisis de Baby-Led Weaning
Consulta:
Respuesta:
Lo de la guardería que me cuentas poco remedio tiene, porque ellas están acostumbradas a sus métodos y suelen ser bastante reacias a hacer cambios y además a hacerlos en “exclusiva” por los “caprichos” de una mamá… te entrecomillo las expresiones porque yo no las comparto, pero es como se suele ver y calificar este tipo de peticiones en las guarderías… aunque a lo mejor me equivoco y la de tu peque es la excepción.
En cuanto a lo que me cuentas de que el peque se aburre con la comida, lo ideal sería buscar una manera de que fuera de nuevo atractiva para él
En mi experiencia, la peque sí que tuvo algunos baches en cuanto a la alimentación y aún hoy hay días que (con casi dos añitos) se duerme la siesta solo habiendo tomado la teta y se salta la comida. Ella está alegre, feliz, bien nutrida y alimentada, así que yo estoy bastante tranquila.
Lo de la suciedad es un inconveniente que debemos asumir cuando iniciamos la opción del baby-led weaning. Podemos trabajar en:
Lo que me comentas del plato es de lo más normal. Yo al principio también usaba plato y luego pasé directamente a ponerle los alimentos en la bandeja de la trona, porque usaba el plato como un juguete, sin prestar atención a la comida. Cuantos más elementos de distracción podamos eliminar, mejor que mejor. Lo deseable es que el momento de la comida sea de alegría, relax, conexión, donde le preguntes qué tal ha ido su día y le cuentes a él también tus cosas.
En cuanto al tema de los cubiertos, lo ideal es que vuestro peque comparta los momentos de la comida en familia. Llegará un momento en que sienta interés por los cubiertos, porque os los vea usar a vosotros. Él os los demandará y se lo podréis ofrecer sin problema. Ese sería el punto a partir del cual todos los días deberías incluir los cubiertos en su sitio a la hora de comer. Aunque se pase meses sin usarlos, que no sea porque no los tiene a su disposición. Por eso es tan importante aprovechar los momentos en los que el demuestra su interés.
Dice Gill Rapley que hay que ofrecerles los cubiertos del tamaño adecuado, porque intentar que un bebé coma con cubiertos de adulto es como si los adultos intentáramos comer con cucharones de servir o tenedores de trinchar. También aconseja dejar que los niños se sirvan ellos mismos la comida de la fuente, ya que ello les ayuda a autorregularse y hacerse responsables de lo que comen, sin tener que cumplir las expectativas de los adultos en cuanto a las cantidades que debe comer.
Desde luego, si sientes que has llegado a un punto sin retorno, siempre puedes usar el método tradicional (alimentarle tú con purés y papillas) y ofrecerle la posibilidad de comer o jugar con vuestro plato cuando os sentéis a comer el resto de la familia.
Espero haberte ayudado.Un saludo,
Mi bebe va a cumplir un añito y seguimos con BLW, pero ha habido una intromisión. Empezó este curso en la guardería y le dan de comer. Yo les he exigido que no quiero que le den de comer y ellas me dijeron que no le daban y que, de hecho, les enseñaban a comer solos; pero los días que le ponen puré, le dicen a mi madre cuando recoge al niño que ha comido puré o yogurt. Y me extraña que se lo coma solo, porque no sabe usar la cuchara.
El caso es que yo por falta de tiempo total no puedo ni hablar con la cuidadora, mi vida es un desastre con tanto trabajo.
Desde que ha empezado la guarde, le noto que come menos en casa y como que se aburre con la comida. Casi todo lo que le pongo que antes le encantaba, lo tira al suelo. Y si está muy cansado y le apetece comer, me pide que se lo dé yo, dándome la cuchara o el tenedor. Y claro, yo se lo doy.
La verdad es que después de todo el esfuerzo hecho, veo que seguimos como el primer día. No me importa que no coma, porque pecho toma mucho todavía, pero si me importa que cada día es más sucio y mancha más. Antes se manchaba él y la trona y debajo de la trona. Ahora la comida sale disparada por todas partes. Antes comía con lato y ahora se lo tengo que quitar porque siempre lo tira.
La verdad es que yo veo que tienen interés por utilizar los cubiertos, pero aún le queda mucho para eso.
Y yo, la verdad, con lo agotada que llego de trabajar, cada día me arrepiento más de dejarle comer solo, porque estoy harta de limpiar. Estoy un poco desanimada. No sé si a ti te pasó lo mismo.
Respuesta:
Lo de la guardería que me cuentas poco remedio tiene, porque ellas están acostumbradas a sus métodos y suelen ser bastante reacias a hacer cambios y además a hacerlos en “exclusiva” por los “caprichos” de una mamá… te entrecomillo las expresiones porque yo no las comparto, pero es como se suele ver y calificar este tipo de peticiones en las guarderías… aunque a lo mejor me equivoco y la de tu peque es la excepción.
En cuanto a lo que me cuentas de que el peque se aburre con la comida, lo ideal sería buscar una manera de que fuera de nuevo atractiva para él
- Explicarle de manera fácil y clara que aunque en el cole se come de una manera, en casa se come de otra.
- Comunicarle que le podemos ayudar si quiere, pero que deseamos que lo “intente” por si mismo antes de tirar la toalla sin siquiera haber probado.
- Si está cansado, puedes probar a adelantarle la hora de la cena para pillarle con más ganas. En el fondo, no es demasiado saludable el hecho de comer mucho antes de irse a la cama y nutricionalmente tiene más sentido una merienda copiosa que una cena copiosa.
En mi experiencia, la peque sí que tuvo algunos baches en cuanto a la alimentación y aún hoy hay días que (con casi dos añitos) se duerme la siesta solo habiendo tomado la teta y se salta la comida. Ella está alegre, feliz, bien nutrida y alimentada, así que yo estoy bastante tranquila.
Lo de la suciedad es un inconveniente que debemos asumir cuando iniciamos la opción del baby-led weaning. Podemos trabajar en:
- Comunicarle que el tiempo que mamá dedica a limpiar no lo puede dedicar a jugar con él.
- Demostrarle que no es necesario que se coma todo (quizás lo lance porque no lo quiere).
- Mostrar nuestra aprobación solo cuando juegue con la comida, aunque no la coma, pero decirle que nos desagrada que la lance y ensucie.
Lo que me comentas del plato es de lo más normal. Yo al principio también usaba plato y luego pasé directamente a ponerle los alimentos en la bandeja de la trona, porque usaba el plato como un juguete, sin prestar atención a la comida. Cuantos más elementos de distracción podamos eliminar, mejor que mejor. Lo deseable es que el momento de la comida sea de alegría, relax, conexión, donde le preguntes qué tal ha ido su día y le cuentes a él también tus cosas.
En cuanto al tema de los cubiertos, lo ideal es que vuestro peque comparta los momentos de la comida en familia. Llegará un momento en que sienta interés por los cubiertos, porque os los vea usar a vosotros. Él os los demandará y se lo podréis ofrecer sin problema. Ese sería el punto a partir del cual todos los días deberías incluir los cubiertos en su sitio a la hora de comer. Aunque se pase meses sin usarlos, que no sea porque no los tiene a su disposición. Por eso es tan importante aprovechar los momentos en los que el demuestra su interés.
Dice Gill Rapley que hay que ofrecerles los cubiertos del tamaño adecuado, porque intentar que un bebé coma con cubiertos de adulto es como si los adultos intentáramos comer con cucharones de servir o tenedores de trinchar. También aconseja dejar que los niños se sirvan ellos mismos la comida de la fuente, ya que ello les ayuda a autorregularse y hacerse responsables de lo que comen, sin tener que cumplir las expectativas de los adultos en cuanto a las cantidades que debe comer.
Desde luego, si sientes que has llegado a un punto sin retorno, siempre puedes usar el método tradicional (alimentarle tú con purés y papillas) y ofrecerle la posibilidad de comer o jugar con vuestro plato cuando os sentéis a comer el resto de la familia.
Espero haberte ayudado.Un saludo,
Ya casi había resuelto el tema, pero me tranquilizan y animan mucho tus palabras, porque veo que lo sigo haciendo bien.
El niño va comiendo mejor, por lo visto tuvo una mala racha entre costipados y el primer mes de guardería. Y del mismo modo que me perseguía por la casa todo el día (como un perrito lastimero) los primeros días de guardería para reclamar mi consuelo, también llamaba mi atención cambiando su conducta en la comida. Desde que ha dejado de llorar al quedarse en la guarde, ha comido bien en casa y en la guarde. De hecho, cada vez mancha menos.
Lo de los cubiertos, ya llevamos tiempo poniéndoselos, y de hecho, el día que se me olvida, empieza gritar como un loco y a dar golpes en la bandeja, hasta que nos damos cuenta de lo que le falta. Un día que yo andaba espesa de mollera, acabó por señalarme mi tenedor para indicarme lo que quería, ;-)
Últimamente consigue llevarse algo a la boca con la cuchara y con el tenedor a veces también pincha, con su método de asesino en serie...
Publicado por
Eloísa
viernes, 30 de septiembre de 2011
Vídeos Baby-Led Weaning
No todos los vídeos que se pueden ver en internet sobre Baby-Led Weaning o alimentación complementaria a demanda son de bebés extranjeros. Una de nuestras lectoras nos ha deleitado con los vídeos de su pequeño, comiendo pasta boloñesa y merendando pera y pan... Toda una demostración de habilidades a la hora de comer y de gusto y pasión por la "comida de mayores".
¡¡¡Buen provecho!!!
¡¡¡Buen provecho!!!
Publicado por
Eloísa
miércoles, 26 de enero de 2011
Ejemplos de comidas Baby-led Weaning
Una de las principales dudas que tiene cualquier familia que empieza con el Baby-led Weaning, o alimentación complementaria a demanda, es qué ofrecerle al bebé, ya que estamos tan acostumbrados a los purés que no se nos ocurre qué les podemos dar y en qué formato.
Gill Rapley ofrece en su libro "Baby-led Weaning" una lista de ejemplos de "finger food" (comidas que se pueden comer con los dedos) para ofrecer a los niños:
Y, para los padres más atrevidos, amplia la lista de sugerencias:
Y ahí va mi propia lista de comidas que siempre triunfan para comer con las manos:
En general, trato de apartar para Diana porciones de lo que comemos o cenamos toda la familia, adaptándola a los formatos que ella maneja mejor. Obviamente, esa necesidad cada vez es menor, a medida que va creciendo y aprende a usar tenedor y cuchara y tiende a comer casi exactamente lo mismo que comemos los demás (15 meses). De hecho, en la mayoría de las ocasiones, es ella la que se "ofende" cuando intentas darle algo distinto de lo que estamos comiendo los demás y,en esos casos, lo suele apartar y pedirte lo que come el resto de la familia.
Gill Rapley ofrece en su libro "Baby-led Weaning" una lista de ejemplos de "finger food" (comidas que se pueden comer con los dedos) para ofrecer a los niños:
![]() |
Diana (15 meses) comiendo macarrones y pepinillos. |
- Verduras enteras cocinadas al vapor o ligeramente cocidas: judías verdes, mazorcas de maíz baby, otras vainas, etc.
- Ramilletes de coliflor o brócoli al vapor oligeramente cocidos.
- Palitos de verdurasal vapor, asados o fritos: zanahoria, patata, berenjena, nabo, batata, chirivía, calabaza, calabacín, etc.
- Palitos crudos de pepino.
- Rodajas gruesas de aguacate (que no esté muy maduro).
- Pollo (en formade tira de carne o un trozo con hueso, tipo muslo,que pueda agarrar).
- Tiras delgadas de ternera, cordero o cerdo.
- Frutas: pera, manzana, plátano, mango, etc. Bien enteras o bien en palitos.
- Palitos de queso (tiene que ser firme, los más cremosos no servirían).
- Colines, grisinis o trozos de pan en general.
- Tortas de arroz o tostadas (solas o con algo por encima tipo tomate, queso, etc.).
Y, para los padres más atrevidos, amplia la lista de sugerencias:
- Albóndigas o hamburgesas caseras.
- Nuggets de pollo o de cordero.
- Varitas de pescado.
- Falafel.
- Pasteles/hamburguesas de lentejas.
- Bolas de arroz (como las que se usan para el sushi, por ejemplo).
Y ahí va mi propia lista de comidas que siempre triunfan para comer con las manos:
- Pepinillos agridulces (de los grandes).
- Aceitunas (en trocitos).
- Tempura (cualquier verdura en palitos, rebozada y frita).
- Tortilla francesa partida en tiras.
- Lonchitas de jamón serrano.
- Macarrones.
- Sopa de letras (sin caldo, para que el guarreo no sea extremo).
- Queso cremoso tipo tarrina de President o similar para que moje los dedos o los colines.
- Sepia a la plancha partida en trocitos pequeños (para cuando ya saben hacer la pinza).
- Salchichas (enteras o en trocitos).
- Jamón york (en rollito para morder o en trocitos).
- Alitas de pollo.
- Espárragos blancos cocidos o verdes a la plancha.
- Pizza.
- Tabulé.
- Cuscurro de pan.
- Arroz (versión tres delicias, versión a la cubana, versión paella, etc.).
En general, trato de apartar para Diana porciones de lo que comemos o cenamos toda la familia, adaptándola a los formatos que ella maneja mejor. Obviamente, esa necesidad cada vez es menor, a medida que va creciendo y aprende a usar tenedor y cuchara y tiende a comer casi exactamente lo mismo que comemos los demás (15 meses). De hecho, en la mayoría de las ocasiones, es ella la que se "ofende" cuando intentas darle algo distinto de lo que estamos comiendo los demás y,en esos casos, lo suele apartar y pedirte lo que come el resto de la familia.
Publicado por
Eloísa
martes, 26 de octubre de 2010
Alimentación complementaria a demanda
A modo de resumen sobre el baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda, os dejo un enlace a las tres entradas que he publicado en el blog al respecto.
La primera cronológicamente es:
Baby-led weaning o alimentación complementaria “a demanda”
En la que resumo mi experiencia y reflexiones sobre este método de inicio a la alimentación adulta, así como una recopilación de enlaces informativos, tanto en inglés como en español, al respecto.
A lo largo de mi investigación para escribir al respecto, me topé con dos documentos en inglés de gran utilidad para la gente que quiere aplicar este método y no tiene acceso al libro o a otras fuentes de información. Se trata de un folleto resumen, orientado a imprimirse a doble cara en un folio y leerlo tipo librito (por eso tiene portada) y una pequeña guía más extensa sobre los fundamentos y reglas del baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda.
Me puse en contacto con Gill Rapley, la autora del método, del libro y de ambos folletos, y le comenté mi interés por traducirlos al español y ponerlos a disposición de los padres que quisieran aplicar este método a la alimentación de sus hijos. Recibí autorización de la autora para su traducción y su publicación en mi blog, ya que le pareció muy interesante que estuvieran disponibles en un idioma tan utilizado como el español.
He invertido tiempo en la traducción y también mis conocimientos de inglés, que no llegan al nivel de un traductor profesional, pero creo que ha quedado algo bastante decente.
En Resumen del Baby-Led Weaning (Folleto) podéis encontrar el texto del folleto traducido.
En Guía práctica de introducción de sólidos dirigida por el bebé encontraréis una información más extensa sobre los principios en los que se basa el método y sus principales reglas de aplicación para lograr el éxito manteniendo siempre la seguridad del niño.
Finalmente, en la columna de la derecha del blog y arriba del todo he puesto los enlaces a los textos en PDF que he subido a Scribd, para que los podáis descargar, imprimir o distribuir en vuestros grupos de apoyo, reuniones, para comentar al pediatra, etc.
No olvidéis que son textos de libre distribución gracias a la autora, pero con el copyright de la misma (que figura en los archivos y en ambas entradas). Os agradecería también que si los usáis enlacéis el blog y mencionárais la fuente/traducción.
¡¡¡Buen provecho!!!
La primera cronológicamente es:
Baby-led weaning o alimentación complementaria “a demanda”
En la que resumo mi experiencia y reflexiones sobre este método de inicio a la alimentación adulta, así como una recopilación de enlaces informativos, tanto en inglés como en español, al respecto.
A lo largo de mi investigación para escribir al respecto, me topé con dos documentos en inglés de gran utilidad para la gente que quiere aplicar este método y no tiene acceso al libro o a otras fuentes de información. Se trata de un folleto resumen, orientado a imprimirse a doble cara en un folio y leerlo tipo librito (por eso tiene portada) y una pequeña guía más extensa sobre los fundamentos y reglas del baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda.
Me puse en contacto con Gill Rapley, la autora del método, del libro y de ambos folletos, y le comenté mi interés por traducirlos al español y ponerlos a disposición de los padres que quisieran aplicar este método a la alimentación de sus hijos. Recibí autorización de la autora para su traducción y su publicación en mi blog, ya que le pareció muy interesante que estuvieran disponibles en un idioma tan utilizado como el español.
He invertido tiempo en la traducción y también mis conocimientos de inglés, que no llegan al nivel de un traductor profesional, pero creo que ha quedado algo bastante decente.
En Resumen del Baby-Led Weaning (Folleto) podéis encontrar el texto del folleto traducido.
En Guía práctica de introducción de sólidos dirigida por el bebé encontraréis una información más extensa sobre los principios en los que se basa el método y sus principales reglas de aplicación para lograr el éxito manteniendo siempre la seguridad del niño.
Finalmente, en la columna de la derecha del blog y arriba del todo he puesto los enlaces a los textos en PDF que he subido a Scribd, para que los podáis descargar, imprimir o distribuir en vuestros grupos de apoyo, reuniones, para comentar al pediatra, etc.
No olvidéis que son textos de libre distribución gracias a la autora, pero con el copyright de la misma (que figura en los archivos y en ambas entradas). Os agradecería también que si los usáis enlacéis el blog y mencionárais la fuente/traducción.
¡¡¡Buen provecho!!!
Publicado por
Eloísa
Resumen del Baby-Led Weaning (Folleto)
¿Qué es la alimentación complementaria a demanda?
La alimentación complementaria a demanda (Baby-led weaning) es una manera de introducir comidas sólidas en su dieta, permitiendo que el bebé se alimente por si mismo –sin usar cucharas y sin purés. El bebé se sienta con el resto de la familia a la hora de la comida y se une a los demás cuando está preparado, usando primero sus manos para comer y después los cubiertos.
La alimentación complementaria a demanda:
* permite al bebé descubrir sabores, texturas, colores y olores
* fomenta la independencia y la confianza en si mismo
* le ayuda a desarrollar y mejorar la coordinación ojo-mano y la masticación
* evita las peleas a la hora de comer y las actitudes melindrosas
Cualquier bebé sano puede empezar a alimentarse solo alrededor de los seis meses de edad. Sólo necesita que se le de la oportunidad de hacerlo.
¿Por qué la alimentación complementaria a demanda?
![]() |
Portada del libro "Baby-led Weaning" de Gill Rapley y Tracey Murkett |
La alimentación complementaria a demanda está basada en el desarrollo de los bebés durante su primer año.
Los sistemas inmunitario y digestivo de los recién nacidos no están preparados para la comida hasta que alcanzan los seis meses de edad; la leche materna (o de fórmula) es todo lo que los bebés sanos necesitan hasta eses momento. A los seis meses, los bebés son capaces de sentarse erguidos, coger pedazos de comida, llevárselos a la boca y masticarlos; es decir, se pueden alimentar ellos solos.
Antes, cuando los bebés comenzaban con la alimentación complementaria a los tres o cuatro meses, se les daban purés porque eran demasiado pequeños para comer solos.
Si has esperado hasta los seis meses para introducir la alimentación complementaria, has superado la etapa de los purés, por lo que no los necesitarás.
¿No se ahogará?
Durante mucho tiempo, se ha recomendado a los padres que introdujeran en la dieta de sus bebés la comida en trozos a los seis meses para ayudar a que desarrollasen y fortaleciesen la masticación. La única diferencia es que con la alimentación complementaria a demanda no se ofrecen purés. Así que, siempre que se cumplan unas simples reglas de seguridad, la probabilidad de atragantamiento es la misma que con cualquier otro método de introducción de alimentos sólidos. De hecho, cuando permitimos al bebé controlar lo que se lleva a la boca, le estamos ayudando a aprender a comer de manera segura.
¿Cómo empiezo?
* Sienta al bebé erguido, frente a la mesa, ya sea en tu regazo o en una trona. Comprueba que su postura es estable y que puede utilizar las manos y los brazos libremente.
* En lugar de darle la comida, ofrécesela; ponla frente al bebé o déjale que la coja de tu mano, de manera que sea él quien decida.
* Comienza con comidas que sean fáciles de agarrar: al principio, lo mejor son los palitos o las tiras. Introduce nuevas formas y texturas de manera gradual, para que tu bebé pueda descubrir cómo manejarlas.
* Incluye al bebé en las comidas familiares siempre que puedas. Cuando sea posible –y apropiado para un bebé-, ofrécele la misma comida que estés comiendo, de manera que pueda imitar lo que tú haces.
* Elije los momentos en los que el bebé no esté cansado o tenga hambre, ya que así se podrá concentrar mejor. En esta etapa, la hora de la comida es para jugar y aprender, ya que el bebé seguirá obteniendo todo el alimento que necesita de la lactancia.
* Sigue ofreciéndole el pecho o el biberón como siempre. La leche es la principal fuente nutricional del bebé hasta que tiene un año. Cuando el bebé necesite menos leche, reducirá las tomas por si mismo.
* Ofrécele agua con las comidas para que pueda beber si lo necesita.
* No distraigas o apremies al bebé mientras esté manipulando la comida; deja que se concentre y se tome su tiempo.
*No le metas comida en la boca ni trates de convencerlo para que coma más.
¿Qué comidas le puedo ofrecer a mi bebé?
![]() |
Las autoras también han publicado un libro de recetas en inglés |
Puedes compartir prácticamente cualquier plato saludable de la comida familiar con tu bebé. Por ejemplo: fruta, verduras, carne, queso, huevos bien hechos, pan (o tostadas), arroz, pasta y la mayoría de los pescados. Al principio, elije comidas que puedan ser cortadas fácilmente en palitos o tiras cuando el pequeño esté empezando.
Si ofreces a tu bebé comidas variadas, le estás dando la oportunidad de descubrir diferentes sabores y texturas y te aseguras de que obtiene todos los nutrientes que necesita.
Comidas a evitar
* Alimentos con sal o azúcar añadidos. Lee las etiquetas cuidadosamente, ya que muchas comidas envasadas –como legumbres, empanadas o salsas- contienen grandes cantidades de sal.
* Comida rápida y platos preparados.
* Miel, marisco, pez espada y huevos crudos.
Consejos
* No esperes que tu hijo coma demasiado al principio. Muchos bebés comen muy poco durante los primeros meses. No te obsesiones con las cantidades y piensa en la hora de la comida como un momento más de juego.
* ¡Prepárate para limpiar! Puedes poner un hule bajo la trona del bebé para proteger el suelo. Así podrás volver a ofrecerle los alimentos caídos.
* Plantéalo como algo divertido. Así tu bebé estará dispuesto a probar nuevos alimentos y estará deseando que llegue la hora de la comida.
Bebé siempre seguro
* Asegúrate de que tu bebé se sienta erguido para comer.
* No le ofrezcas frutos secos o semillas enteras.
* Corta por la mitad alimentos pequeños, como aceitunas o cerezas; quita los huesos.
* No dejes que nadie, excepto el propio bebé, ponga comida en su boca.
* Explica este método a cualquiera que cuide del bebé.
* NUNCA dejes al bebé solo mientras esté comiendo
Nota
Debes comentar los detalles de la alimentación complementaria con tu pediatra o enfermer@ pediatric@ si en tu familia existen antecedentes de intolerancias, alergias alimentarias, problemas digestivos o si tienes cualquier otra duda sobre la salud o el desarrollo de tu hijo.
Para más información (en inglés), visita www.baby-led.com, www.rapleyweaning.com o lee Baby-led Weaning, Helping your baby to love good food, un libro de Gill Rapley y Tracey Murkett.
© Gill Rapley /
Traducción de Eloísa López
Publicado por
Eloísa
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