Mostrando entradas con la etiqueta beneficios lactancia materna. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta beneficios lactancia materna. Mostrar todas las entradas

miércoles, 2 de octubre de 2013

Cuida tu lenguaje

La entrada de ayer sobre el espíritu crítico ha recabado interesantes aportaciones de farmaceúticos, médicos, estadísticos y simples mamás que opinaban sobre las distintas situaciones que las madres se encuentran a la hora de tomar medicamentos mientras están amamantando.

Una de las cosas que más llama la atención es la necesidad que tienen algunos de seguir constatando las ventajas de la lactancia materna, como si la alimentación con leche artificial fuera la norma y la lactancia materna un "grupo experimental" cuyas ventajas hay que demostrar.

Lo primero que me viene a la cabeza es que, obviamente, a día de hoy no hace falta seguirse preguntando sobre los "beneficios" de la lactancia, ya que hay toneladas de evidencia científica "fuerte" que demuestra las "ventajas" para la madre y el bebé. El documento "Pruebas científicas de los 10 pasos", elaborado por la IHAN, es una buena lectura para todos esos que todavía se preguntan cuál es el "beneficio de la lactancia para el niño y el beneficio del tratamiento para la madre", como nos citaba en su comentario de ayer una farmaceútica.

Pues lo dicho, que me parece de traca que hoy en día todavía haya que argumentar los "beneficios" de la lactancia cuando cualquier mínima búsqueda arroja cientos de documentos de interesante lectura. Entre los profesionales médicos todavía está muy arraigada la creencia de que la leche de fórmula y la leche materna son más o menos lo mismo. En el X Congreso de Fedalma, una profesional que realizó una encuesta entre sus colegas de CAP, descubrió que el 50% de los profesionales no relacionados con la pediatría que ejercían en el centro de salud pensaban que la composición de la leche de fórmula es igual que la de la leche materna 0_0

Y, claro, cuando se trabaja en base a esta creencia, es muy fácil recomendar abandonar la lactancia. Como decía mi marido en uno de los comentarios "En mi opinión es porque en la mente de la mayoría de los profesionales la diferencia entre lactancia materna y artificial en términos médicos sigue siendo nula, así que el factor riesgo/beneficio, por muy pequeño que sea el riesgo, se va por las nubes si consideramos que los beneficios de la lactancia materna son nulos".

¿Beneficios o riesgos?
Pero es que el problema de todo esto es el lenguaje nefasto que subyace en la conversación. ¿Desde cuándo hay que demostrar los beneficios de un comportamiento que es una norma biológica en todos los mamíferos? ¿Desde cuándo los bebés amamantados son el grupo experimental que presenta "beneficios" y los niños alimentados con fórmula son el grupo de control?

Como explica Diane Weissinger en su artículo "Cuida tu lenguaje" (Watch Your Language, Diane Wiessinger, MS, IBCLC, Journal of Human Lactation 1996; 12(1): 1-4) "las comparaciones sanitarias deben tomar como referencia normas biológicas y no culturales, ya sea la desviación beneficiosa o de riesgo. Los fumadores tienen tasas más altas de enfermedades; aumentar la ingesta de ácido fólico prenatal puede reducir las malformaciones en el feto. Dado que la lactancia es la norma biológica, los bebés amamantados no están más "sanos", sino que los bebés alimentados con leche de fórmula están enfermos más a menudo y con cuadros de mayor gravedad".  Y añade: "No podemos esperar fomentar una cultura de la lactancia si no reclamamos el papel real de la lactancia, tanto en nuestro lenguaje como en la literatura científica".

En su artículo (que fue publicado hace la friolera de 20 años y parece que no hemos avanzado mucho desde entonces), Weissinger explica que siempre que pregunta a profesionales sanitarios sobre le estudio sobre coeficiente intelectual y tabaquismo, alguien levanta la mano y explica que los hijos de padres fumadores tienen un "menor coeficiente intelectual". En cambio, cuando pregunta sobre el mismo tema en caso de bebés prematuros alimentados con leche materna o con fórmula, alguno de los asistentes explica que las conclusiones del estudio establecen que los bebés amamantandos son "más inteligentes". 

"Pero incluso los profesionales médicos se sorprenden cuando reformulo los resultados usando la lactancia como la norma biológica: los niños alimentados con fórmula, al igual que los hijos de padres fumadores, tienen un menor coeficiente intelectual".

Es como si en las cajetillas de tabaco en lugar de poner "Fumar mata" pusieran "No fumar alarga la vida".... ¿Cierto? Sí, ¿Manipulado? También. El problema es que todavía cuesta bastante ver ese tipo de manipulaciones al hablar de "beneficios" de la lactancia y muchas veces da lugar a enconados debates que nada tienen que ver con la ciencia o la medicina.

El cristal con que se mira
Pero es que ya no es solo que se distorsione la realidad y se tome como "grupo experimental" al que debería ser el grupo de control, sino es que también al cambiar la perspectiva los resultados son muy diferentes. Y de nuevo, me remito al artículo magistral de Diane Weissinger, en el que ella explica que esta manipulación de la realidad es todavía más equívoca cuando hablamos de porcentajes, dependiendo de qué número elijamos como estándar para comparar. "Si B es 3/4 de A, entonces A es 4/3 de B", argumenta. Si A es 100 y B es 75, entonces B es tres cuartas partes de A, pero A también es cuatro tercios de B. "Elige A como el estandar, y entonces B es un 25% menos, pero si elegimos B como el estándar entonces A es el 33% más", concluye. 

Esto es importante, por ejemplo, cuando se argumenta que la lactancia materna reduce en un 25% el riesgo de padecer cáncer de mama. En este tipo de afirmación, las madres que alimentan a sus bebés con leche de fórmula son tomadas como grupo de control frente al grupo experimental, el de madres lactantes, en el que se observa el beneficio de un 25% menos de incidencia de cáncer de mama. Pero si tomamos la norma biológica como referente, como grupo de control, entonces la realidad y los porcentajes son completamente diferentes y la conclusión debería de ser que las madres que deciden alimentar a sus hijos con leche de fórmula tienen una incidencia un 33% superior de cáncer de mama. ¡¡¡Muy diferente!!!

Para más apreciaciones sobre cómo los juegos del lenguaje distorsionan la realidad, recomiendo leer el artículo completo de Diane Weissinger. En él, repasa tópicos tan comunes como el hecho de que la lactancia es "especial", el pecho es "lo mejor", "no queremos culpabilizar a las madres que dan biberón", "ventajas y desventajas de la lactancia" o que "los padres deben decidir".

lunes, 4 de junio de 2012

Radicales de la teta


De izquierda a derecha, Lars Bode y Peter Hartman,
dos de los presuntos "radicales de la teta" que participaron
en el 7º Simposium Internacional de Lactancia Materna.
No voy a hablar hoy de las personas a las que se suele tachar de talibanas de la teta o locas de la teta. No, voy a hablar de personas con traje y corbata, investigadores reputados, hombres hechos y derechos (y alguna mujer), que con argumentos contundentes contrastados con sus estudios y análisis, no dudan en demostrar una y otra vez la superioridad de la leche materna.

Y es que, obviamente, una espera que en un congreso de lactancia materna se hable con seriedad y se lleve a ponentes de calidad sobre el tema. Pero aún así, me ha sorprendido cuando a preguntas sobre la duración de la lactancia o la comparación entre la leche materna y la leche de fórmula, estos hombres “serios” han respondido con datos fríos y contundentes que demuestran la infinita superioridad de la lecha de humano para los bebés humanos.

Claro, a ver quién tiene el morro de echarles en cara eso de que son unos radicales de la teta o que sus palabras no pretenden sino culpabilizar a las madres que no amamantan. En la exposición de estos señores no cabe ese tipo de diálogo, ya que son “científicos”, personas de reputación contrastada, gente que sabe de lo que habla. Y aún así, ahí quedan declaraciones del estilo de:
  • Dudo mucho que la leche de fórmula llegue alguna vez a aproximarse mínimamente a la complejidad de la leche materna y sus múltiples beneficios.
  • El DHA con el que se enriquecen las leches de fórmula es diferente al de la leche materna y es muy dudoso que llegue a tener el mismo efecto.
  • La leche de fórmula ayuda a los bebés a sobrevivir razonablemente, pero no es un sustituto de la leche materna.
  • El bebé no se puede vincular con incubadoras, por eso es importante que la madre o el padre estén en contacto permanente con él.
  • La duración normal de la lactancia se sitúa en torno a tres años y medio, pero hay poblaciones que amamantan hasta los seis.
  • No sabemos qué impacto/coste biológico puede tener el destete temprano de los bebés humanos.
  • Por cada mes que amamanta una madre se reduce su riesgo de padecer cáncer de mama.
  • Todos los medicamentos deberían incluir información adecuada sobre lactancia en los prospectos, basada en investigaciones fiables realizadas antes de su comercialización.
Sin medias tintas, sin paños calientes, sin ambigüedades, dejando bien claro la infinita superioridad de la lactancia materna para el correcto desarrollo de los bebés. La próxima vez que alguien me insinúe lo de “radical” de la teta, le voy a poner un vídeo de estos señores a ver qué le parece.

Pero bueno, entrando en materia. Gracias a Suu, del blog Construyendo una familia, y a Medela, pude presenciar la conferencia de prensa previa al 7º Simposium Internacional de Lactancia Materna que tuvo lugar el pasado mes de abril en Austria.

Células madre
El tema estrella del congreso fue la presencia de células madre en la leche materna, un descubrimiento que se ha llevado a cabo por la UWA, una universidad australiana cuyos representantes fueron Peter Hartman y Foteini Hassiotou.

Las células madre presentes en la leche materna tienen la potencialidad de convertirse en prácticamente cualquier tipo de tejido, por lo que este descubrimiento abre muchas vías de investigación en el campo de las células madres y la medicina regenerativa. En concreto, la investigación del equipo australiano se está centrando en el papel que estas células pueden tener en el desarrollo del bebé y como pueden influir en la respuesta del organismo ante enfermedades.

Como campos futuros de aplicación de este descubrimiento, Hassiotou señaló que era necesario investigar cómo se podrían usar estas células para tratar las enfermedades de los bebés, de la madre o de los familiares.

Función defensiva
En la conferencia de prensa también estuvo Peter Hartman, miembro del equipo de investigación australiano que tanto ha hecho avanzar los conocimientos sobre lactancia materna en los últimos años. Hartman afirmó que la leche materna es una secreción muy compleja de la que apenas conocemos nada. Por ejemplo, constató que aunque se cree que el rol principal de la leche es nutricional, lo cierto es que, desde un punto de vista evolutivo, la lactancia materna apareció como mecanismo defensivo y, posteriormente, se incorporó el valor nutricional. Eso supone un gran número de implicaciones, como el hecho de que los sucedáneos de leche materna cubren (y lo hacen pobremente) solo el aspecto nutritivo y nunca podrán alcanzar la función protectora de la leche materna.

Ante la pregunta de una periodista sobre cuánto tiempo se debe prolonger la lactancia, Hartman constató que “la duración normal de la lactancia es de unos tres años y medio, aunque hay poblaciones que amamantan a los bebés hasta seis años”. “Todos los primates amamantan hasta edades muy tardías”, aseveró, añadiendo que se sabe poco todavía sobre los cambios que se producen en la composición de la leche según va creciendo el bebé, por lo que se desconoce también el impacto que puede llegar a tener un destete temprano.

En cuanto al futuro de la investigación, Hartman aseguró que se debería analizar cómo influyen en la lactancia las distintas prácticas y protocolos que se realizan en torno al momento del nacimiento.

Oligosacáridos
Una de las aportaciones que me resultó más interesante fue la de Lars Bode, investigador de la Universidad de California, que habló sobre la los oligosacáridos de la leche humana (HMO), que son distintos tipos de azúcares complejos presentes en abundancia en la leche materna. Son el tercer tipo de molécula más numeroso en la leche materna (después de la lactosa y las grasas) y se han identificado cientos de tipos diferentes en la leche materna.

Según explicó Bode, tienen un efecto prebiótico (ya que ayudan a que el intestino sea colonizado por bacterias beneficiosas) y antimicrobiano (evitan que los microorganismos dañinos se fijen en la superficie intestinal)  y fomentan el desarrollo cerebral. Además, se ha demostrado su función en la prevención de la enterocolitis necrotizante (NEC) y se está investigando su papel en la protección frente al contagio del Sida.

Respecto a este último apartado, el investigador aclaró que aunque el virus del VIH está presente en la leche, solo el 20% de los bebés de madre portadora se infectan durante la lactancia. Por eso, hoy en día se teoriza sobre si uno de estos oligosacáridos puede fijar el virus en su estructura y neutralizarlo, ejerciendo así una función protectora.

Durante la charla, surgió la pregunta de si las investigaciones en este campo podrían desembocar en una mejora de los sucedáneos de leche materna, ante lo cual la respuesta de Bode fue rotundamente negativa: la leche de los animales de granja tiene una cantidad infinitamente menor de oligosacáridos que, además, no son tan complejos como los de la leche humana, explicó. Los oligosacáridos de la leche materna no se pueden encontrar en plantas o bacterias ni en ninguna otra fuente conocida. Además, los oligosacáridos de otras fuentes no tienen los beneficios de los de la leche humana, sobre todo en la protección frente a enfermedades. Por eso, recordó, hay que ser muy cauto en el uso de leche artificial, siendo siempre muy conscientes de los riesgos que conlleva.

Que no os separen
El profesor Uwe Ewald de la Universidad de Uppsala en Suecia explicó los cambios que se están llevando a cabo en las unidades de cuidados intensivos neonatales de Suecia para hacerlas más accesibles y acogedoras para las familias de los bebés ingresados. Ewald se lamentó de que hoy en día la separación de madre y bebé todavía sea una práctica rutinaria en la mayoría de los hospitales y argumentó que esta separación es “dañina y completamente innecesaria”, ya que, entre otras consecuencias, conlleva riesgo de ansiedad, depresión, estrés y sensación de incompetencia en la madre.

“¿Por qué es importante implicar a los padres en el cuidado del prematuro?”, preguntó uno de los asistentes a la conferencia. “Por la misma razón por la que es importante que un niño tenga padres”, respondió contundentemente el sueco. Para cualquier niño es fundamental tener madres y la cercanía física es un requisito imprescindible para establecer el vínculo que convierte a la madre en madre y a la familia en familia. “El bebé no se puede vincular con incubadoras, por eso necesita una madre o un padre”, concluyó. Y finalizó su intervención con una bonita petición: “Mi deseo es que en ninguna unidad de cuidados intensivos neonatales se piense en la madre o en el padre del bebé como en visitantes sino que se los contemple, simplemente, como madres y padres cuidando de sus hijos”.

Medicamentos
Por último, Tom Hale centró su intervención en su área de especialización: el uso de medicamentos en las madres lactantes. Subrayó que “las madres sanas crían bebés sanos”, una frase orientada a recalcar la importancia de tratar cualquier enfermedad o dolencia de las madres para garantizar la salud presente y futura de sus retoños. Y eso incluye tratar enfermedades como la arterioescleriosis o la depresión con medicamentos sin por ello tener que abandonar la lactancia.

En el ámbito de los antidepresivos, Hale recalcó que se debe tratar a la madre lactante y no asustar a la madre dándola a elegir entre el tratamiento para su enfermedad o la lactancia. De hecho, hay muchas investigaciones y datos contrastados sobre los efectos en la leche y en el bebé de estos medicamentos. “Hay antidepresivos muy buenos y adecuados para las madres lactantes, con muchos estudios detrás que respaldan su uso”, aseguró Hale.

En una de sus intervenciones Hale aseguró que la leche materna debería considerarse casi un medicamento en si misma, ya que “tiene un enorme impacto en la prevención de enfermedades”, reduciendo en un 66% la incidencia de en el tracto respiratorio o en un 80% las otitis medias. Las infecciones se reducen enormemente, pero los beneficios también son múltiples para la madre, que por cada mes que lacta ve reducido su riesgo de padecer cáncer de mama. “Los beneficios en términos de salud son absolutamente enormes para los bebés amamantados”, sentención Hale.

Finalmente, señaló que se debería exigir a la industria farmacéutica que incluyera información adecuada sobre lactancia en los prospectos de los medicamentos ya que las advertencias que se incluyen hoy en día están escritas desde un punto de vista legal, pero no tienen ningún fundamento científico.

jueves, 23 de febrero de 2012

Inversión maternal y desarrollo cerebral

Vaya pedazo título que me he buscado hoy. Como dice mi comadre Elena, entre palabros tipo "empoderamiento" y "lactivista" parece que cada día estamos un poco más desconectadas del mundo real y parecemos más extraterrestres que mujeres con los pies en la tierra. Pero sí, somos mujeres reales y eso no quita que usemos nuestro cerebro en ebullición para inventarnos palabras con las que describir la nueva realidad que nos rodea... Y con este gran rodeo, llegamos al tema de hoy de mi post: madres y cerebros... ¡Qué bien traído! Aunque, claro, madres y cerebros quedaba un poco raro, así que me he buscado un titular un poco más rimbombante, que para eso una es periodistucha con ínfulas de literata y de vez en cuando le gusta la floritura verbal: inversión maternal y desarrollo cerebral.

No son noticias frescas (gran traición a la profesión), pero sí desconocidas, así que paso a relataros el artículo que encontré el otro día enlazado en Facebook y que describe cómo, entre los mamíferos, una mayor inversión maternal en la cría, tanto en la gestación como en el amamantamiento, se relaciona con un mayor desarrollo del cerebro.

En la Universidad de Durham han estudiado el timpo de gestación y de dependencia de las crías, analizando 128 especies de mamíferos, entre las que se incluían los humanos. Y me paso al modo cita, que siempre queda mucho más lustroso que los científicos hablen en mi blog que que yo hable por tan altas eminencias:
Los investigadores afirman que sus descubrimientos ponen de manifiesto el importante papel que juega la lactancia materna en el desarrollo cerebral, en consonancia con la recomendación de la Organización Mundial de la salud de alimentar a los bebés con lactancia materna exclusiva durante seis meses y complementada con otros alimentos hasta los dos años o más.
El estudio contribuye a explicar porque los humanos, que amamantan a sus bebés hasta tres años después de nueve meses de gestación, tienen crías con un largo periodo de dependencia de sus progenitores, ya que esta dependencia es necesaria para lograr un desarrollo óptimo del cerebro, que alcanza un volumen de 1.300 cc.

En comparación, otras especies que tienen un peso corporal similar al de los humanos, como algunos venados que tienen periodos de gestación de siete meses y lactancias de seis meses, desarrollan cerebros que rondan los 220 cc, seis veces más pequeños que los de los seres humanos.
Este estudio no solo subraya las bondades de la leche materna a la hora de alcanzar un desarrollo óptimo del cerebro, sino que pone de manifiesto que lo importante es la inversión maternal. Los cuidados y recursos que la madre invierte en la crianza de su cachorro arrojan grandes dividendos en términos de capacidad cerebral y, por tanto, de adaptación y flexibilidad para la supervivencia y la perpetuación de los genes.

Así pues, los estiviles y demás defensores de los bebés independientes desde su más tierna infancia deberían darse cuenta de que sus teorías chocan radicalmente con las conclusiones de los estudios científicos y antropológicos. Los seres humanos deben ser dependientes durante periodos prolongados de tiempo para alcanzar un grado óptimo de desarrollo cerebral, que es lo que, precisamente, nos hace ser humanos y nos distingue del resto de los mamíferos. Y la afirmación de que para alcanzar la independencia primero hay que ser dependiente se ve respaldada cada día por más argumentos de peso.

Líquido vivo
El segundo artículo leído y encontrado que os traigo hoy, en apariencia, poco tiene que ver con el anterior, si no es porque contribuye a poner de manifiesto, una vez más, la increíble dimensión de la leche materna como tejido vivo que sigue contribuyendo a la construcción de nuestros hijos una vez abandonan el útero materno.

Una imagen de la muestra de leche de la que habla
el post publicado en Lactation Narration.
En el artículo de Lactation Narration, esta mamá nos cuenta cómo su participación en una investigación sobre las propiedades de la leche materna la llevó a descubrir que el oro blanco de sus pechos acumulaba 1,3 millones de células vivas por cada mililitro de líquido. ¡¡¡Oro puro en términos biológicos!!!

Eso, además, la lleva a tener aún más argumentos en contra de los que dicen que a partir de los 4, 6, 8 o X meses la leche materna es solo agua y no alimenta, ya que su leche para su hija de dos años y medio doblaba en número de células vivas a las de otras madres participantes en el mismo estudio pero con niños más pequeños.

Es lógica esta mayor concentración si tenemos en cuenta que los niños mayores van haciendo menos tomas. El cuerpo de la madre reacciona ante estos cambios concentrando los nutrientes y las células vivas que otorgan a la leche materna sus beneficios biológicos e inmunológicos por poca cantidad que se tome y por mayor que sea el niño.
Esas células vivas son absorbidas a través de la mucosa del intestino y penetran en el organismo del niño, donde siguen desarrollando sus funciones normales. Uno de los efectos colaterales de esta simbiosis es que en los casos de transplante de riñon, los receptores que fueron amamantados durante su infancia y recibieron un riñón donado de su madre tuvieron menos probabilidad de rechazar el órgano que los que no fueron amamantados o los que recibieron un riñón donado de su padre. Las células inmunitarias maternas continúan ejerciendo su función de apoyo y soporte al sistema inmunológico del niño. Verdaderamente, es un regalo maravilloso que mi propio cuerpo le da a mi hijo.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Chúpate esa, Nestlé

<p>Stem cells in breastmilk</p>
Leo hoy en Internet que científicos de una universidad australiana han confirmado la existencia de células madre en la leche materna y su potencialidad para convertirse en todo tipo de tejidos necesarios para el desarrollo del cuerpo humano (hueso, músculos, neuronas, etc.). Y esta aparentemente fría noticia me ha tocado el "corazoncito lactante", aunque no en la manera que algunos pudieran pensar de tener más argumentos para pregonar la superioridad de la leche materna.

Por un lado, tengo bastante claro que la leche materna no es "lo mejor" sino "lo normal" para la especie humana. La contundencia de datos como estos lo demuestran a simple vista. Lo que me emociona de este nuevo descubrimiento es la cantidad de incertidumbres que debe estar abriendo en los departamentos de márketing de ciertas empresas que se enriquecen con técnicas ilícitas, amorales y nada éticas en cuanto a la comercialización de sus sucedáneos de leche materna.

¿Y ahora como nos las componemos? ¿Colará si añadimos células madre de vaca a nuestro producto Nutriciación 2001? ¿U optamos por desacreditar este estudio? ¿O a sus responsables?
Desde luego, cada día se quedan con menos argumentos científicos, legales o éticos para afirmar que su leche es "lo más parecido a la leche materna". Ahora solo queda difundir este tipo de descubrimientos para que vaya calando también en ciertos estamentos resistentes a abandonar el manido "si con biberón se crían igual de bien" ante cualquier duda o tropiezo que comenten las madres con respecto a sus lactancias y las de sus bebés.

Os dejo un enlace a la publicación de la noticia en español: ¿Adios al dilema ético?

Y una traducción a la remanguillé de un artículo que he encontrado en la web internacional de Medela, ya que esta firma organiza un congreso internacional de lactancia materna en Viena (Austria) en 2012, donde se presentarán los resultados de esta investigación por primera vez (¿Algún interesado en la sala para patrocinarme la inscripción, estancia y desplazamiento al evento? Ya si eso me llevo yo la latilla de sardinas y el pan envasado para procurarme sustento baratito).
La teoría sobre la presencia de células madres en la leche materna, desarrollada en 2007 por la Universidad de Australia Occidental (UWA), ha sido elevada a un nuevo nivel gracias a los últimos resultados obtenidos por uno de los miembros más recientes del equipo, la estudiante de doctorado Foteini Hassiotou, que ha demostrado que las células madres de la leche materna tienen la potencialidad de convertirse en otro tipo de células (oseas, grasas, hepáticas, neuronas, etc..). ¿Podría ser el final del dilema ético sobre la recolección de células madre para la investigación mediante métodos no invasivos? ¿Que implicaciones tiene este descubrimiento con respecto a las capacidades únicas de la leche materna para optimizar el crecimiento y desarrollo de los bebés?



Células madre en la leche materna: de teoría a realidad


<p>Dr Foteini Hassiotou</p>
Hassiotou ha realizado su descubrimiento como miembro del Grupo de Investigación sobre Lactancia Materna, que está dirigido por el profesor Peter Hartmann en la UWA. El gran valor de las células madre de la leche materna se debe a la potencialidad que estas células tienen para convertirse en cualquier tipo de tejido del cuerpo humano durante los primeros años de vida y crecimiento. Asimismo, cuentan con la capacidad de constituirse en una especie de "sistema interno de reparación". 

Aún así, tanto con las células madre adultas como con las embrionarias, los científicos se enfrentan al dilema ético que supone obtener estas células para su investigación.

El Grupo de Investigación sobre Lactancia materna lleva más de cinco años realizando estudios sobre la presencia de células madre en la leche materna. "Es apasionante ir descubriendo la biología de las células madre de la leche materna y poder realizar nuevos descubrimientos que lleven nuestro conocimiento sobre la lactancia a un nuevo nivel", ha manifestado la investigadora. "Esta estudio demuestra una vez más que la leche materna es mucho más que nutrición para el bebé".

viernes, 8 de abril de 2011

VI Congreso Lactancia: Lactancia materna en prematuros

Josefa Aguayo presentó la primera ponencia de la mesa redonda “Nuevas evidencias” que tuvo lugar durante la tarde del jueves. Durante su exposición afirmó que se iba a centrar en la última de las “C” del trinomio de “C” que definen la lactancia materna en prematuros: “Calor, Cariño y Calostro”.

“La leche materna ha sido redescubierta como uno de los factores claves en mejorar los resultados de los niños prematuros, sus efectos beneficiosos se extienden más allá del periodo neonatal y es reconocida como un estándar de calidad y de cuidados en las unidades de neonatología”, explicó Aguayo.

Su ponencia se centró en presentar las evidencias científicas aportadas por los estudios más recientes respecto a los beneficios que la lactancia materna ofrece a los prematuros, un colectivo especialmente “frágil”. Aguayo resumió los resultados de su repaso a la evidencia en cuatro grandes puntos:
  1. Infecciones nosocomiales (infecciones hospitalarias).
  2. Enterocolitis Necrotizante (ECN).
  3. Función retiniana.
  4. Desarrollo cognitivo.

En todos estos aspectos, Josefa Aguayo abundó en dos aspectos fundamentales. La importancia del periodo de tiempo en el que se introduce la LM, evitando la leche de fórmula y la relación dosis-respuesta que existe en los estudios analizados. A mayor porcentaje de leche materna, mejor respuesta en el prematuro.

Especialmente destacable fue su afirmación de que en el ámbito de las infecciones nosocomiales hay que ahondar en la política de puertas abiertas de las unidades de neonatología ya que, de este modo, los bebés se pueden poblar con la flora beneficiosa de sus madres y no con las bacterías oportunistas que se reproducen en el ámbito hospitalario.

En su ponencia señaló que, para los niños muy prematuros, la administración precoz de calostro puede compensar el periodo más corto de tiempo de no recibir el líquido amniótico deglutido in útero. “La administración inicial de calostro estimula el crecimiento rápido del área de superficie de la mucosa intestinal, facilita la endocitosis de proteínas e induce muchas de las enzimas digestivas”. Además, la leche materna puede reducir la incidencia de NEC al disminuir la colonización bacteriana patógena, promover el crecimiento de la flora no patógena, la maduración de la barrera intestinal y disminuir la respuesta proinflamatoria.

Finalmente, Aguayo desarrolló mucho menos los dos últimos puntos (función retiniana y desarrollo cognitivo) por falta de tiempo, aunque constató los beneficios que tiene también la LM en estos aspectos y la repetición de los patrones de periodos críticos y relación dosis-respuesta.

miércoles, 6 de abril de 2011

lunes, 4 de abril de 2011

Yo voy: VI Congreso Español de Lactancia Materna

El VI Congreso Español de Lactancia Materna comienza el próximo jueves, 7 de abril, en Ávila con el objetivo de actualizar la formación de los profesionales sanitarios en relación con la lactancia materna.

Obviamente, no solo asistirán médicos, pediatras, enfermeras/os y/o auxiliares, sino que también es un punto de reunión para todo los agentes sociales implicados en el fomento y promoción de la lactancia materna, incluídos los grupos de apoyo a la lactancia materna, que tendrán su propio mini-encuentro dentro del programa del congreso.

Tengo muchas ganas de asistir porque, hasta ahora, todos los encuentros de lactancia a los que he acudido me han dado la oportunidad de conocer a grandes profesionales y de profundizar en aspectos nuevos sobre la lactancia materna desde perspectivas que ni tan siquiera me había planteado.

Epero poder contaros y resumiros mis impresiones al respecto pero, en cualquier caso, os adelanto los temas del programa que más me han llamdo la atención a priori:
  • Lactancia materna en los bebés con frenillo lingual y otros problemas orofaciales.
  • El Voluntariado de madres en los hospitales.
  • Control del dolor en el parto.
  • El sueño del bebé amamantado.
  • La unidad ecológica perfecta. El neonato y su madre lactante.
  • Colecho o compartir la cama con los hijos.
  • Maternidad, empoderamiento y ciudadanía.
  • El anestesista un agente crucial en el contacto piel con piel en la cesárea y en el parto.
  • Ecografía de la lactancia. Hallazgos recientes sobre anatomía del amamantamiento y problemas de succión.
  • Lactancia y crianza
Si os interesa, aquí podéis encontrar toda la información del evento:

http://www.ihan.es/congresos/

miércoles, 16 de febrero de 2011

Agenda de lactancia

Hace poco me encontré con una interesante iniciativa empresarial de una mamá emprendedora. Se trata de la "agenda de lactancia", un cuadernillo ideado por Anna Llinares (Anantaviana) para llevar un registro de los inicios de su lactancia.

Como seguro que muchas ya sabréis, al principio resulta complicado saber qué pecho le dimos en la toma anterior o acordarnos si le dimos uno o los dos... O si hizo caquita en un toma o a qué hora le dimos exactamente la última vez el pecho. Son detalles que con el tiempo aprendes a controlar de otras maneras; por ejemplo, con el tiempo aprendí a saber qué pecho le tenía que ofrecer primero con el simple truco de sopesar ambos para ver cuál estaba más lleno. De esta manera decidía si le daba el que no se había terminado del todo en la toma anterior o si le daba el más lleno para aliviar la incomodidad en ese pecho.

A lo que iba. Que los primeros días entre la falta de sueño, las visitas o el agobio de hacerte con la situación de madre, detalles como los que he mencionado antes pueden llegar a estresarte pero tienen fácil solución, llevar un pequeño y rápido registro escrito de las tomas.


Madre emprendedora
Anna describe así su experiencia y cómo se gestó la idea de la Agenda de Lactancia:
He sido mamá recientemente. Ahora mi bebé tiene 3 meses, pero los primeros días, como supongo les pasa a todas las madres, fueron un caos. Fue entonces cuando tuve la idea de registrar las tomas y así sacarme de encima una dato más a recordar. Hacía el registro en una libretita y la verdad es que lo encontré muy útil, porqué enseguida me di cuenta que las tomas a demanda tenían una lógica según el momento del día y lo que hacíamos. Esto me permitió ordenarme el tiempo y poder anticiparme. Menos de dos meses después mi hermana tubo su bebé y le mostré mis registros. Ella también lo está utilizando. Así que pensé que quizás para más madres sería útil. Y como a demás de ilustradora soy diseñadora gráfica me puse a ello para publicarlo.
Registro histórico
Tomando como punto de partida su propia experiencia, Anna diseñó una agenda de 40 páginas en la que se puede anotar el tiempo que pasa entre tomas, la hora de inicio de la toma y la hora final y los pechos que el niño ha tomado cada vez (izquierdo, derecho o los dos).

Además, incluye dos columnas personalizables que, en el ejemplo, se utilizan para anotar cuándo se realizó el cambio de pañal o cuando se le administró una medicación al bebé.

Se me ocurre también que además de para cambios de pañales o medicamentos, puede servir para controlar las horas de sueño (en caso de que los padres quieran guardar ese registro) o en caso de lactancias mixtas o suplementadas, para anotar la cantidad de suplemento ofrecida y el método de administración, por ejemplo.



Disfrutar
Finalmente, la agenda incluye un apartado de Observaciones, en el que los padres pueden anotar cualquier detalle adicional a recordar, que les haya llamado la atención o que quieran consultar en la próxima visita a su pediatra o enfermer@.
Para los primeros días, la Agenda de Lactancia te ayudará a conocer los ritmos de lactancia de tu bebé, a organizarte y a anticiparte para evitar que se sienta incómodo y llore. La Agenda de Lactancia contiene 40 páginas de registro para 40 días. Así necesitarás menos tiempo para controlar y tendrás más tiempo para disfrutar.
Con estas palabras ilustra a la perfección Anna en su web la filosofía de su agenda. No se trata de convertir la lactancia en un hecho cuadriculado o milimétrico, sino de ofrecer una ayuda a las madres que necesitan una dosis de control en ese fenómeno incontrolable que es la lactancia materna a demanda.

Actualmente la agenda es una autoedición y se imprime a demanda. Si quieres más información puedes consultar la web de esta diseñadora (www.anantaviana.com) o, directamente, comprarla por seis euros a través de la web de lulu.com.

viernes, 7 de enero de 2011

La lactancia materna mejora la fuerza muscular del niño

Fotografía que ilustra el artículo de El Mundo.
Iba a escribir hoy sobre otro tema pero me he encontrado una estupenda buena noticia en el periódico El Mundo. Mira tú por donde, el mismo medio de comunicación en el que hace unos meses se decía textualmente:  “Se sugiere, se asocia, se indica… Pero ¿se puede afirmar categóricamente que los niños criados con biberón tendrán un peor desarrollo físico, cognitivo o afectivo que los criados al pecho? Hasta ahora, no hay pruebas concluyentes”. Y hoy publican un artículo titulado "Niños más fuertes con leche materna" que confirma que "la lista de ventajas que tiene dar el pecho al bebé sigue creciendo" ya que, un estudio ha demostrado que dar el pecho al bebé le otorga, cuando alcanza la adolescencia, mayor fuerza muscular en las piernas.

Obviamente, los niños alimentados con leche de fórmula se pierden esta ventaja, por lo cual, comparativamente, tienen menor fuerza muscular en las piernas al alcanzar la adolencencia. Por tanto, estudios como este SÍ son pruebas concluyentes de que los niños con biberón tendrán un peor desarrollo físico... Del tema cognitivo ya hablé en otro post.

Investigación española
El estudio científico ha sido liderado por un investigador español y quizá, por eso, haya conseguido una mayor relevancia mediática. Enrique Artero afirma en el artículo enlazado que además, el incremento en la fuerza muscular de los niños amamantados es mayor cuanto más tiempo se prolongó la lactancia. "Este tipo de alimentación (ya sea de manera exclusiva o combinada con otros alimentos) se asoció con una mayor rendimiento en la prueba del salto horizontal en niños y niñas, independientemente de factores morfológicos, como la masa grasa, la altura del adolescente o la cantidad de músculo", concluye el estudio Longer Breastfeeding Is Associated with Increased Lower Body Explosive Strength during Adolescence. J. Nutr. November 2010 140: 11 1989-1995.

Y, aprovechando que hablamos de estudios y de medios de comunicación, os enlazo otro artículo que habla sobre la influencia de la lactancia materna en el rendimiento escolar. En concreto, el diario Público se hace eco de un estudio de la revista Pediatrics que intentó medir la influencia de la lactancia materna en el rendimiento escolar de los niños de diez años.
Rendimiento escolar
En el artículo titulado (demasiado telegráficamente, para mi gusto) "Lactancia beneficia más a los varones en el rendimiento escolar"se resumen los hallazgos del estudio científico australiano publicado en la revista Pediatrics (Wendy H Oddy, Jianghong Li, Andrew J O Whitehouse, Stephen R Zubrick, and Eva Malacova (2010) Breastfeeding Duration and Academic Achievement at 10 Years. Pediatrics, Dec 2010; doi:10.1542/peds.2009-3489) que establece en sus conclusiones que la lactancia materna exclusiva durante seis meses o más está asociada con mejores logros académicos a los diez años de edad. "Aún así, la eficacia de la lactancia materna difiere en función del sexo; los beneficios sólo fueron evidentes en los varones".
El artículo de Público recoge una entrevista con Wendy Oddy, una de las artífices de la investigación, que afirma que el contenido en ácidos grasos en la leche materna es clave para mejorar el desarrollo cerebral. "Hay pruebas de que los varones son más vulnerables que las mujeres a la "adversidad" durante los períodos críticos del desarrollo cerebral. Es posible, explicó Oddy, que el estrógeno de la leche materna, que tiene un efecto protector sobre las células cerebrales, beneficie más a los niños que a las niñas. Otra teoría es que los varones obtengan más beneficios que las mujeres del apego que genera la lactancia materna", explica el artículo citando a la investigadora.

Y para terminar, un extracto de un interesante artículo de La Nueva España sobre la influencia de la contaminación ambiental en el embarazo y la salud neonatal ("Un estudio del Hospital alerta del efecto de la contaminación en los recién nacidos"): "Lactancia materna exclusiva hasta que los bebés tengan seis meses. «No sabemos muy bien por qué, pero la lactancia protege al niño de toda la contaminación medioambiental. Incluso aunque fumen es recomendable, es la mejor inversión que se puede hacer. De la lactancia materna depende hasta la inteligencia de un niño», sentencia Anodina Tardón, e Isolina Riaño precisa: «Tenemos la evidencia científica de que la lactancia materna es buena para el desarrollo motor y psíquico»".

lunes, 27 de diciembre de 2010

Con bibe, con teta o con fabada, duermen igual

Uno de los mitos más extendidos sobre la lactancia materna es que los bebés amamantados se despiertan más por las noches, reclamando la atención/alimentación de sus madres.

Obviamente se despiertan más que alguien. Porque ya se sabe que en las comparaciones hay dos extremos. En este caso, obviamente, siempre se suele obviar una de las partes. Lo cierto es que habría que decir que los bebés amamantados se despiertan más que los que toman biberón o, al contrario, que los bebés de bibe se despiertan menos que los que toman teta.

No alcanzo a adivinar de dónde proviene ese mito. ¿Lo empezarían a difundir los fabricantes de polvitos para bebés? ¿Lo inventaría una madre con cierta culpabilidad por haber abandonado la lactancia materna? ¿Algún perverso bebé se encargaría de introducir telepáticamente esa idea en el cerebro de su madre?

Tampoco entiendo por qué se pone el énfasis en los bebés. El nene duerme más o duerme menos, cuando lo que en realidad nos suele importar a los padres es lo que dormimos nosotros. Las madres que decidan optar por el biberón teniendo en cuenta este mito, no lo hacen porque el bebé vaya a dormir más o menos sino por garantizarse ella el descanso nocturno. Si lo hiciéramos por el bebé, nos daría igual que durmiera por el día o por la noche, pero se trata de que las rutinas del bebé se adecúen a los ritmos que los adultos no deseamos o no podemos cambiar.

La falsedad del mito
Lo único cierto en todo esto es que es un mito. Así, en negrita y subrayado, para que quede bien clarito. Lo pondría en mayúsculas, pero ya se sabe que en internet es se interpreta como un "grito" y no es cuestión de ponerse a gritar con un tema tan serio como este.

Y digo que es un mito porque, aunque algunas madres ya fueran conscientes de ello, recientemente la revista Pediatrics, publicada por la Asociación Americana de Pediatría, ha publicado un artículo que relaciona los métodos de alimentación de los bebés con el sueño de la madre y su alerta/somnolencia durante el día (Infant Feeding Methods and Maternal Sleep and Daytime Functioning. Montgomery-Downs et al.  Pediatrics.2010; 0: 201012691-20101269), cuyo resumen y principales conclusiones se pueden consultar en el siguiente enlace: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/21059713

Y la principal conclusión de dicho artículo es que no hay diferencia alguna en la cantidad y calidad del sueño materno en las madres, sea cual sea el método utilizado para la alimentación de su hijo: lactancia materna, mixta o artificial.

El estudio
Dispositivo usado para medir
"objetivamente" el sueño materno.
Estos datos se desprenden del estudio realizado, en el que se solicitó la participación de las madres, a las que se les entregaba un dispositivo encargado de medir objetivamente el tiempo de sueño y los despertares nocturnos, así como una PDA para anotar su valoración subjetiva del sueño y de su estado de alerta/somnolencia durante el día.

Posteriormente a la recogida de los datos, se llamaba a las madres para preguntarles por el método de alimentación utilizado y los posibles cambios en el mismo (normalmente de lactancia materna exclusiva a lactancia mixta y a lactancia artificial). 

Las mediciones se realizaron durante las 12 primeras semanas tras el parto y el estudio contó con la participación de 80 mujeres.

Evidencia
En el análisis de los datos recogidos no se aprecia ninguna diferencia en el sueño objetivo, apreciación subjetiva del sueño o la somnolencia/fatiga diurna entre las madres que estaban amamantando, las que alimentaban a sus hijos con leche de fórmula o las que combinaban ambos métodos.

Así pue, la principal conclusión del estudio es que actualmente no existe evidencia científica que apoye el mito de que la lactancia materna podría tener un impacto negativo en el sueño maternal. Por tanto, la información a las madres embarazadas sobre lactancia materna debería incluir datos científicos y contrastados sobre el sueño materno, para evitar que las madres tomen sus decisiones en torno a creencias erróneas que las pueden llevar a elecciones precipitadas. 

Los autores del estudio afirman que se debería insistir en que la elección de lactancia artificial no implica una mejora en el sueño. Los riesgos de no amamantar deben ser cuidadosamente valorados frente al creciente número de estudios que demuestran que la lactancia artificial no beneficia la cantidad o calidad del sueño materno.

Volviendo al principio
Así que, volviendo al principio, hay que recordar que el tipo de alimentación no influye ni en el sueño de los niños ni en el de sus madres. Si un niño se queda con hambre (ya sea con teta, con biberón o con fabada) no dormirá hasta que caiga de puro agotamiento, porque tendrá hambre. Si un niño está satisfecho, haya cenado teta, biberón o fabada, se dormirá y se volverá a despertar siguiendo patrones más o menos similares.

Tal vez sí se encontraran evidencias sobre diferencia en el sueño materno (y en el infantil) estudiando el lugar en el que duermen los bebés. Algo así como colecho, cohabitación y niño en habitación separada y su influencia en el patrón de sueño del bebé y de su madre (y ya puestos, del padre también).

jueves, 16 de diciembre de 2010

Tesoro fotográfico sobre lactancia



Normalizar la lactancia materna. Supongo que ese era uno de los objetivos de los profesionales del Hospital de la Marina Alta de Denia a la hora de implementar la primera edición de su concurso fotográfico de lactancia materna.

En 1997 tuvo lugar la primera edición del concurso y su éxito ha sido incontestable desde entonces. La respuesta de las familias españolas y extranjeras a la convocatoria ha sido masiva y se ha constituido en una herramienta impagable para promocionar la lactancia materna, no solo en su vertiente más clásica sino en modalidades menos extendidas hace ya 13 años (lactancia en gemelos, mellizos y tándem, lactancia prolongada, lactancia en exteriores, etc.).

Además, el concurso ha servido para configurar una base de imágenes de tremenda magnitud sobre lactancia. No solo las premiadas, sino que el conjunto de las instantáneas presentadas en cada una de las ediciones supone un tesoro de valor incalculable para promocionar la lactancia materna en una sociedad en la que cada vez es más cierto el dicho de que "una imagen vale más que mil palabras".

A día de hoy, es de lo más normal ver imágenes del concurso fotográfico de lactancia materna del Hospital de la Marina Alta de Denia en folletos, carteles, comunicaciones en congresos profesionales y páginas web.

Libro recopilatorio
Ahora, la comunidad de voluntarios y profesionales que trabajamos para promocionar la lactancia materna contamos con una herramienta más gracias a nuestros colegas de la Comunidad Valenciana. Se trata de un libro que recoge los diez primeros años de historia del concurso fotográfico del hospital y que lo hace con mimo y ternura, reproduciendo fotos escogidas, con textos de pediatras, enfermeras, madres, grupos de lactancia y demás profesionales implicados en el proyecto, y ahondando en estrategias fundamentales para la promoción de la lactancia materna, como los diez pasos de la IHAN.

Yo lo descubrí tarde el otro día, gracias a un enlace de Bebés y Más, pero una vez comencé a ojearlo, no pude parar, porque supuso un baño de buenas energías para mi cerebro cansado y una nana reconstituyente que seguro que me ayudo a descansar con mayor intensidad aquella noche.

Aquí os dejo un enlace al libro en PDF: "Mil imágenes en dos palabras: lactancia materna. 10 años del concurso fotográfico de lactancia materna del Hospital Marina Alta".

Y como muestra del trabajo realizado, os dejo dos collages que están en las páginas inaugurales del libro.





lunes, 29 de noviembre de 2010

¿Beneficios de la lactancia materna o riesgos de la lactancia artificial?

A riesgo de ser excesivamente autoreferencial, os recuerdo que hace unos días ofrecí una conferencia en la feria Bebés & Mamás sobre lactancia materna. La última parte de la presentación fue peliaguda desde su misma concepción, pero no quería desaprovechar una tribuna como la de ese encuentro para lanzar ese mensaje, por muy polémico que fuera.

Me refiero a que en las últimas diapositivas hacia una reflexión sobre los "beneficios" de la lactancia materna... Que en realidad no son tales. Si la lactancia materna es lo normal, el estándar, no se deberíahablar de beneficios de la lactancia materna sino de riesgos o peligros de la lactancia artificial.

Y es que vivimos rodeados del márketing de las fabricas de polvitos blancos a las que le interesa más que se hable de los beneficios de la leche materna que de los riesgos de las fórmulas que nos venden a precio de oro, intentando que cuele eso de "se crían igual de bien".

Acalorado debate
El primer debate sobre el tema fue con mi marido, al que le parecía excesivo hablar de los riesgos de la lactancia artificial, hasta que di con una metáfora que se lo dejo mucho más claro.

Imaginate, le dije, que de aquí a 50 años se pone de moda ir todo el día en silla de ruedas en lugar de andar (o en sillas flotantes, como en Wall-e). Entonces, después de unos años de furor en los que se venden las sillas de ruedas como la solución a los dolores de espaldas o la mejor ayuda para prolongar la salud muscular y mejorar la circulación, los médicos y científicos se echan las manos a la cabeza y empiezan a defender que se vuelva a andar, que andar es lo normal, y que desplazarse en silla de ruedas es una mala imitación y solo trae problemas.

En ese contexto, ¿se debería hablar de los beneficios de andar o de los riesgos de moverse en silla de ruedas? Para todo el mundo queda bien claro que sería lo segundo ¿no? Pues ¡¡¡Voilá!!! Lo mismo se aplicaría para la lactancia materna, ¿verdad?

Y debate otra vez
Cuando di la charla en la feria, al final de la misma se acercó una pareja para hablar conmigo. Me comentaron que les había gustado mucho la presentación pero que no estaban de acuerdo con la parte final. Eran tres diapos. En una ponía la típica tabla de las ventajas de la lactancia materna. En la segunda hacía una reflexión sobre que lo normal era el pecho y en la tercer ponía la misma tabla acompañada de otra en la que ponía "riesgos de la lactancia artificial" y les dije que lo único que había hecho había sido cambiar el verbo. Por ejemplo "Mejora la digestión" cambiaba por "Dificulta la digestión".

Decían que no era cierto que si la lactancia materna "prevenía" el cáncer de mama, la lactancia artificial "predispusiera" al cáncer de mama y les parecía poco apropiado que dijera eso. Y es que, parece que por muy concienciados que estemos, todavía pica un poco cuando alguien se sale del discurso políticamente correcto e intenta hacer ver la realidad de las leches de fórmula.


Yo les respondía que, desde luego, si una mujer que había amamantado tenía menos riesgo (digamos un 5%) de tener cáncer de mama que una madre que hubiera dado LA (digamos un 10%), para mi era evidente que si la LM previene la LA predispone. Si lo que molestan son las palabras, debería decirse que la LM reduce la posibilidad y la LA la aumenta. Tan falso es decir previene como que predispone. Pero las estadísticas están ahí y el que no quiera verlas, pues no tiene más que seguir tapándose los ojos.


Más argumentos
Además de estarme formando como asesora de lactancia, intento seguir incrementando mis conocimientos sobre el tema con todo tipo de lecturas. Y en el transcurso de ellas, el otro día me encontré con una bonita tabla que me trajo a la memoria ese debate. Y es que creo que era la primera vez que me encontraba una tabla en la que sin paños calientes o vendas se hablaba de los riesgos de la lactancia artificial.

"Los niños alimentados con fórmulas artificiales demuestran resultados diferentes en neurodesarrollo y cognición" era el evocador título de la tabla, que resumía, citando estudios científicos, las consecuencias de alimentar a los bebés con fórmulas artificiales en lugar de leche materna... Para que luego algunos periodistas (¿verdad Carmen Machado?) y comentaristas de blogs se llenen la boca diciendo que las supuestas ventajas de la lactancia materna no están demostradas científicamente.

En fin, que os dejo una lista de las diferencias en neurodesarrollo y cognición de los niños alimentados con leche artificial*:
  • Diferente composición del cerebro que en niños amamantados (Uauy, 1990)
  • Concentraciones reducidas de acido siálico en el cerebro, que producen déficits potenciales del desarrollo neuronal y cognitivo (Wang et al., 2003).
  • Organización neuroconductual más probre con una semana de edad (Hart et al., 2003).
  • Nivel de neurodesarrollo más bajo a los cuatro meses (Agostoni et al., 1995).
  • Menor desarrollo cognitivo observado entre los 6 meses y los 16 años (Anderson et al., 1999).
  • Peores puntuaciones en desarrollo mental y psicomotor a los 12 meses (Agostoni et al., 2001).
  • Sistema nervioso menos maduro con un año de edad (Khedr et al., 2004).
  • Menores puntuaciones de desarrollo mental a los 18 meses (Florey et al., 1995).
  • Peor desarrollo en niños nacidos con bajo peso a los 18 meses de edad (Vohr et al., 2006).
  • Puntuaciones más bajas de desarrollo mental a los 2 años (Morrow-Tlucak et al., 1988).
  • Menor desarrollo cognitivo a los 3 años de edad (Bauer et al., 1991; Johnson & Swank, 1996).
  • Menor función cognitiva en niños de bajo peso al nacer a los 5 años de edad (Tanaka et al., 2008).
  • Menor coeficiente intelectual a los seis años y medio (Kramer et al., 2008).
  • Menor coeficiente intelectual a los 7 años (Lucas et al., 1992).
  • Doble incidencia de disfunciones neurológicas menores a los 9 años (Lanting et al. 1994).
  • Menor coeficiente intelectualentre los 11 y los 16 años (Greene et al., 1995).
  • Menor coeficiente intelectualy peor rendimiento escolar a los 18 años (Horwood & Fergusson, 1998).
  • Peor desarrollo cognitivo en niños que nacieron pequeños para su edad gestacional (Rao et al., 2002; Slykerman et al., 2005).
  • Aumenta el riesgo de trastornos del lenguaje (Tomblin et al., 1997).
  • Presencia de la mitad de DHA que en el cerebro de un niño amamantado (Cunnane et al., 2000).
  • DHA significativamente menor en la materia gris y blanca del cerebelo (coordina el movimiento y el equilibrio) (Jamieson et al., 1999).
  • Maduración más lenta en el tronco cerebral en prematuros (Amin et al., 2000).
  • Aumento de anomalías en neurocomportamiento en prematuros (Brown et al., 2006).
  • Peor agudeza auditiva a los 3 años y medio y a los 6 años (Singhal et al., 2007; Williams et al., 2001).
  • Calidad de los movimientos generales por debajo del nivel óptimo, que se relaciona con un peor neurocomportamiento en niños en edad escolar (Bouwstra et al., 2003).
  • Aumenta el retraso en la psicomotricidad gruesa (Sacker et al., 2006).
  • Peor procesamiento del habla con la subsiguiente disminución potencial del desarrollo linguístico y cognitivo óptimo (Ferguson & Molfese, 2007).
  • Menor coeficiente intelectual en adultos jóvenes (Mortensen et al., 2002).
*Fuente: Breastfeeding Management for the Clinician. Using the Evidence. Marsha Walker. Second Edition. Jones and Bartlett.

N.del B. Cualquier error de bulto en la traducción o en la terminología médica se debe a mis prisas e inexperiencia con respecto al vocabulario científico en inglés.

    Otros post interesantes

    Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...