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jueves, 30 de diciembre de 2010

A vueltas con los pañales

Como ya muchos sabréis, el periódico El País ha inaugurado un blog que, con el título "De mamás & de papás" trata temas sobre maternidad y crianza. Y, en la mayoría de los casos, lo hace desde un punto de vista bastante respetuoso con los niños (artículos sobre lactancia prolongada, educar sin cachetes, rabietas, etc.) y con un tinte muy periódistico (consulta a fuente, aporte de información contrastada, etc), que normalmente se mezcla con las necesarias dósis de vida personal para hacer atractivo un blog.

En una de sus últimas entradas (El reto de los pañales de tela), Ana Pantaleoni aborda el tema de los pañales de tela. Me parece muy bien, porque es necesario que los medios de comunicación de masas contribuyan a difundir la idea de que hay otras maneras distintas de hacer las cosas, más respetuosas con el planeta y con el medio ambiente. Pero lo cierto es que hay algunas afirmaciones que no son muy acertadas y que son utilizadas por los "detractores" de los pañales de tela para atarcar la validez del resto de cosas que se dicen en el artículo.

Uno de los gazapos es el tema de que la "celulosa" de los pañales tarda mucho en degradarse. No es cierto, la celulosa es un material natural que no tarda 200 años en degradarse, pero sí lo hacen los plásticos y los geles químicos superabsorbentes que se utilizan en su fabricación para aumentar su poder de absorbencia.

Los estudios dicen, incluso, que tardarán hasta 500 años en degradarse, pero como el comienzo del uso de estos pañales es bastante reciente, pues está claro que nadie sabe a ciencia cierta cuánto tardarán es descomponerse en los vertederos modernos.

Cinco árboles menos
El principal tema con la celulosa es el tema de la gran cantidad que es necesaria de este material para los pañales. Y la gran cantidad de agua y blanqueantes que se utilizan para su producción... Aparte del hecho de que la celulosa se construye a partir de madera, con lo cual contribuye a la "deforestación" a no ser que sea celulosa de "producción reponsable" ¿¿¿???

En el foro de Crianza Natural su creadora, Rosa, usaba la siguiente alegoría: elegir usar pañales desechables es como si eligieras tus cinco árboles favoritos del parque en el que juegan sus hijos, los quitaras (se calcula que cinco es el número de árboles necesarios para producir la celulosa de los pañables desechables que utiliza un niño hasta que controla los esfinteres) y los cambiaras por cinco cabinas telefónicas llenas hasta arriba de pañales usados.

Ahora multiplica esa cantidad (5 árboles a cambio de 5 cabinas) por los niños que viven en tu edificio, en tu manzana, en tu barrio... Y probablemente en tu mente te hayas dibujado un panorama desolador lleno de cabinas llenas de pañales.

Parece que como van al vertedero nosotros tiramos la basura y nos olvidamos del problema. Pero hay que recordar que cada pañal que usamos permanecerá durante cientos de años en los vertederos.

Usar y tirar
Uno de los principales "inconvenientes" del pañal de tela que argumentan los incondicionales de los deshechables es que hay que andar "todo el día con la lavadora". Yo he usado pañales de tela con dos niños y ponía una lavadora de pañales un día sí y un día no. Ahora con solo una nena con pañales, la pongo cada dos o tres días.

Pero es que este argumento me parece muy vacío. Lo primero porque con un bebé en casa necesariamente aumenta el número de lavadoras, se salen las cacas, regurgitan, se manchan su ropa y la de la mamá, papá o la persona que lo sujeta, hay que lavar la ropa de cama, la del cochecito (o el fular o portabebés), etc. Los pañales de tela añaden un poquito más de trabajo a este "extra" que ya de por sí supone un bebé.

Por otro lado, es como decir que a partir de ahora se tiene que imponer la ropa de "usar y tirar" y en lugar de comprarnos una bonita camiseta roja de algodón de H&M, por ejemplo, nos tenemos que comprar un pack de 20 camisetas plastiqueras del Carrefour que nos van a costar lo mismo que la de algodón pero que no podremos lavar después de usarlas sino que las tendremos que tirar a la basura para coger la siguiente del pack. Y lo mismo con pantalones, faldas, medias, etc. A que parece surrealista? Pues lo de los pañales igual.

¿Alguien ha usado bragas desechables? Son incómodas, aprieta la goma, rascan y pican y nadie se plantea utilizarlas más allá de un tema de comodidad postparto... Pero a los niños les colocamos estos pañales sin plantearnos nada más allá porque son "muy cómodos" y "desechables".

Mi experiencia
A mi me costó convencerme del tema. La verdad es que es bastante latoso encontrar el sistema que más se adapta a tus necesidades y que cuesta, al principio, adaptarse a la dinámica de limpieza y almacenamiento, pero, una vez puesta en marcha la máquina, no cuesta mucho más trabajo que estar pendiente de ir al super a comprar pañales, cargarlos en el maletero, almacenarlos en casa, etc.

Las veces que he optado por usar desechables por necesidad se le ha irritado el culete a la nena (todo rojo en la zona cubierta por el pañal) así que en mi último viaje he optado por comprar pañales desechables ecológicos (usan menos materiales agresivos con la piel del bebé y con el medio ambiente), como ya contaba en una entrada anterior. Tengo también pendiente hacer un análisis de los pros y contras que encontré en el uso de estos pañales.

Enlaces interesantes
Os dejo los enlaces a tres blogs fantásticos sobre el tema:
Va de tela (de la única e irrepetible Silvia)
Entre algodones (de Julia, una enciclopedia andante sobre pañales de tela)
El blog de Culitos de tela (el blog de la tienda www.culitosdetela.com)

Puedes comprar pañales de tela en www.culitosdetela.com








jueves, 4 de noviembre de 2010

Bioculturizándonos

¡¡¡Vaya palabro!!! Pero suena bien. ¿Y qué es eso de bioculturizarse? Pues para mí y para Diana ha consistido básicamente en acudir a la feria Biocultura que se celebra estos días (del 4 al 7 de noviembre) en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo (Madrid).

El año pasado me la perdí, porque Diana acababa de nacer y porque tampoco estaba yo muy convencida de que esta feria fuera un "must" para las mamás presentes y futuras. Yo ya había consumido alimentos ecológicos, sobre todo frutas y verduras en la época en que alimenté a Darío con purés, y no pensaba que la cosa diera para tanto.

Pero, fíjate tú, que la Biocultura va mucho más allá de la venta de productos de la huerta ecológicos. Hoy hemos podido ver técnicas de construcción de casas más ecológicas, sartenes y cacerolas de hierro, prendas de ropa fabricadas con algodón y otras fibras procedentes del cultivo ecológico, pañales de tela, productos de artesanía, libros, fulares, ONGs comprometidas con el medio ambiente y ¡¡¡Mucho producto alimenticio ecológico!!!

Fiebre de espelta
Me ha llamado mucho la atención la gran pasión por la espelta que reinaba en los distintos stands de la planta alta (que albergaba la sección de alimentación y estética). Había de todo hecho con harina de espelta: pasta, galletas, pan, bizcochos, magdalenas, cocas, pizzas... ¿Y qué es eso de la espelta? Me preguntaba yo, en mi ignorancia, hasta que un cártel de un stand (especializado en espelta ¡¿Cómo no?!) me ha ilustrado. He entendido que se trata de una variedad muy antigua de trigo del que desciende la mayor parte de las variedades actuales de este cereal y que es muy apreciado por sus propiedades nutricionales. Lo que ya no he llegado a adivinar es qué es el kamut... pero todo se andará (wikipedia mediante, claro).

Imagen de www.noticiaspositivas.net
De la parte alimenticia me quedo también con la variedad de productos a base de quinoa, con las ricas degustaciones de aceite de oliva, almendras, pimenton o bebida de chufas, etc. y de la gran variedad de productores. Parece que comprar ecológico no solo tiene ventajas para la salud, sino también para pequeños negocios locales y proyectos con personalidad propia.

Me ha comprado tres kilitos de mandarinas ecológicas de EcoEbro por cinco euritos... A Diana le han encantado y envían a domicilio, así que habrá que ponerse de acuerdo para comprar en grupo y ahorrarnos los gastos de envío.  :-D

ONGs
En la entreplanta había mucha artesanía y dos iniciativas muy interesantes:
  • La ONG Amigos de la Tierra tenía un stand centrado en la campaña "Yo digo NO a las bolsas de plástico", con una recogida de firmas y ofreciéndose a cambiar las bolsas de plástico de los asistentes por una bolsa de tela. Yo, como ya llevaba la mía, me llevé como obsequio una guía para la reducción de residuos que me estudiaré en breve.
  • Amnistía Internacional estaba también presente con diversas iniciativas para recaudar fondos (venta de lotería de navidad de la Bruixa d'or y comercialización de distintos productos) y con recogida de firmas para pedir al gobierno israelí que pare el derribo de casas en Palestina.
La imagen de la campaña de Amigos de la Tierra

Cargada de atractivos
La planta baja es donde he pasado la mayor parte de mi tiempo, cotilleando en vivo y en directo en muchas de las tiendas a las que normalmente hago pedidos por Internet:

  • En Instinto Maternal he estado charlando con Elena (Monitos y Risas), un encanto de mujer gracias a la cual me inicié en el mundo de los pañales de tela y en el de los portabebés. Y que es un ejemplo a seguir con la cantidad de iniciativas que está poniendo en marcha para los que vivimos en la zona sur de Madrid.
  • En Crianza Natural, Rosa me ha dado algunos consejos sobre libros de lactancia materna y sobre crianza. He quedado muy contenta por su guía sincera, su amabilidad y sus piropos hacia la pequeña Diana.
  • En Mi Saquito Mágico (blog y tienda) he conocido a Mercedes, un encanto de mujer, con la que he estado charlando de lo divino y de lo humano en esto de la maternidad... Si os pasáis por Biocultura no os perdais su stand, su colección de Tongas, su sorteo de un Tonga y, sobre todo, su simpatía y su sonrisa. 
  • También he estado charlando con Dolores, de Bebés Ecológicos, sobre la llegada a España de los Tutto, los pañales unitalla de mi marca favorita: Itti Bitti. Es una lástima, pero parece que tendremos que seguir esperando para disfrutarlos en España, aunque me consta que en algunas webs francesas todavía los tienen en stock.
  • Ya había oído hablar de Huertos Ecológicos, una empresa localizada en Alcorcón que alquila espacios para plantar verduras y hortalizas ecológicas desde 35 euros mensuales. Me ha sorprendido la calidez, cercanía y amabilidad de sus responsables, que me han informado de que también hacen venta directa al público de sus verduras ¡¡¡Y qué verduras!!! Tenían unas cestas con algunos ejemplos, que daba gloria verlas :-D. Está en mi agenda de visitas obligadas para la semana que viene.
  • Me ha gustado también un stand lleno de instrumentos musicales, que, en un principio, estaban destinados a ayudar a la meditación, pero que también tenía un montón de silbatos y meteruidos chulos para los más pequeños de la casa.    
  • He visto a una mami embarazada disfrutando de lo lindo mientras le hacían un minitratamiento de masaje en el stand de Khardaia y también he descubierto que en espacio de la Red Circular de Doulas había un rinconcito de lactancia... aunque yo prefiero hacer de cada tetada una reivindicación de la lactancia materna (y de mis tetas, of course), así que he amamantado on the go (sobre la marcha con Didi en el mei tai) y en un banquito frente a la casita de madera de mi amiga L.
Mis compras
Unas tortitas de arroz con yogur de fresa de chuche para Darío.
3 kilos de mandarinas.
Crema para el cambio de pañal de caléndula de Weleda Bebé.
Y muchos libros:
  • El poder de las caricias, de Adolfo Gómez Papí.
  • El concepto del continuum, de Jean Liedloff.
  • Padres liberados, hijos liberados, de Adele Faber y Elaine Mazlish.
  • Mamá nido, de Gloria Lizano.
  • La pequeña oruga glotona, de Eric Carlé.
  • Kirikú y las bestias salvajes, de Michel Ocelot.

Lactancia
He echado en falta más promoción de la lactancia materna, porque ¿qué alimento hay más ecológico y biológico para el ser humano que la leche de su propia madre? Pero, claro, tiene un inconveniente, ¡¡¡Qué es gratis!!! Así que, ¿quién se va a gastar el dinero en promocionar algo que no tiene un retorno monetario directo y cuantificable?

A mí se me ocurre que deberían ser las consejerías e instituciones con competencias en materia de salud, mujer e infancia... pero... pasa lo de siempre, que el dinero para la promoción de la lactancia se va escurriendo gota a gota vete tú a saber dónde.
Habrá que desnudarse y hacer un calendario de tetas para vender en este tipo de eventos. :P

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