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lunes, 7 de marzo de 2011

El habitat natural del bebé

El hábitat natural del bebé es el cuerpo de su madre.
En ecología, un hábitat es el ambiente o espacio que se encuentra ocupado por una determinada población biológica, la cual, reside, se reproduce y perpetúa su existencia allí porque el mismo le ofrece todas las condiciones necesarias para hacerlo, es decir, se siente cómoda en el porque cumple con todas sus expectativas.

He barajado varías definiciones de hábitat, pero me ha gustado esta especialmente porque en ella además de usarse los conceptos tradicionales de lugar de residencia y desarrollo de la vida de un organismo, habla de comodidad y cumplir con las expectativas.

Teniendo en cuenta esta definición, ¿Cuál sería el hábitat natural del bebé? Cierto es que la especie humana y gracias al desarrollo de la inteligencia y de la cultura se ha adaptado a todo tipo de entornos. Pero en el bebé recién nacido no hay cultura, no hay aprendizaje y el cerebro no está plenamente desarrollado. Un bebé es puro instinto y, como tal, nace con unas expectativas que debe cubrir su hábitat natural.

El hábitat del bebé occidental

Y, entonces, me vuelvo a preguntar ¿Cuál sería el hábitat natural del bebé? No, no voy a responder todavía, sino que voy a analizar los variados lugares donde "colocamos" a los bebés hoy en día, esperando que estén contentos y felices:
  • Una cuna.
  • Una cuna junto a la cama de sus padres.
  • Una cuna en otra habitación.
  • Un moisés. 
  • Una minicuna.
  • Un carrito.
  • Un cuco.
  • Una hamaquita.
  • Una trona.
  • Una incubadora (que no deja de ser una cuna con mucha tecnología).
Además, cuando se espera un nacimiento en la familia, comienza la letanía de los regalos "¿Qué necesitas?", "¿Qué necesita el bebé?" y comienza el desfile de trastos de los que la gran mayoría, inevitablemente, terminarán por ahí aparcados con poco uso y prácticamente nuevos: intercomunicadores, calientabiberones, muñequitos y peluches por toneladas, etc.

Volviendo a nuestra pregunta inicial, ¿Qué necesita el bebé? ¿Cuál es el hábitat adecuado en el que se cumplen todas sus expectativas y en el que tiene todo lo que necesita para sentirse a gusto, seguro y feliz (calor, comida, amor)? Pues, ni más ni menos que el cuerpo de su madre.

La opinión del doctor Nils Bergman

Hace ya varios años que el doctor Nils Bergman, sudafricano especialista en documentar las ventajas del método madre canguro, pronunció por primera vez esta popular frase: "el hábitat natural del bebé es el cuerpo de su madre".

Hoy en día, acostumbrados a las cunas y los carritos y a los típicos consejos de algunas visitas postparto ("no lo cojas que se va a malcriar"), cada día es más raro ver a un bebé en brazos de su madre. Pero no debemos perder de vista que esta realidad era así hace apenas tres o cuatro generaciones.

Desde que el ser humano se desarrolló como cazador/recolector hasta principios del siglo XIX, lo normal era que cuando un bebé nacía se mantuviera constantemente en contacto con su madre, en brazos, en un portabebé y durmiendo en la cama familiar por las noches. La evolución necesita cientos de generaciones para que los organismos se adapten a pequeños cambios en el medio ambiente, pero en tan solo tres generaciones en el mundo industrializado hemos pasado de "la teta al biberón" y del hábitat natural del bebé (el cuerpo de su madre) a un hábitat extraño (una cuna).

Estos cambios puede que sean "demasiado" para los límites de adaptabilidad del bebé y pueden crear problemas tanto a corto como a largo plazo. De hecho, cuando cualquier cría mamífera (incluída la del ser humano) es arrancada de su hábitat natural, se desencadena una reacción idéntica y preprogramada que se ha denominado "repuesta de protesta/desesperación".

 

Repuesta de protesta/desesperación

La respuesta de protesta es una actividad intensa cuyo objetivo es permitir al bebé recuperar su hábitat. En el caso del bebé humano, la respuesta de protesta consiste en llorar. Si no logra volver a su hábitat, pasa a la respuesta de desesperación, que trata de maximizar las probabilidades de supervivencia ante la situación de privación: la temperatura del cuerpo baja y el ritmo cardiaco se reduce, debido a un aumento masivo de las hormonas del estrés.

Así pues, los bebés en el cuerpo de su madre crecen y se desarrollan con normalidad, pero fuera de su hábitat natural simplemente sobreviven.

Los trabajos del Dr. Bergman se refieren al método madre canguro, pero yo los haría extensibles al punto de vista de cualquier recién nacido, ya sea prematuro o no: "Si lo pudiéramos simplificar al máximo posible, lo que nos diría un recién nacido sería:
  • Cógeme.
  • Aliméntame.
  • Ámame".

 

La aportación de Winnicott

Bergman es el autor de la frase más llamativa, aunque no lo es menos la argumentacion que propone Donald Winnicott, pediatra, psiquiatra y psicoanalista inglés, que afirma que “un bebé no puede existir solo, sino que esencialmente es parte de un vínculo”.
“El bebé existe siempre con alguien más; una mamá que lo corporaliza, lo construye, lo invita amorosamente a vivir, la que cumple la “función materna”, que debe ser lo suficientemente buena para garantizar su salud física y psíquica”.

     

    La alternativa ecológica

    Pero, ¿en algún sitio tendré que llevar a mi bebé cuando vaya a la compra? Porque hoy en día resulta prácticamente imposible ir a ningún sitio sosteniendo un bebé en brazos. Es una objección cierta, pero hay alternativas fáciles y sencillas al hecho de separar al bebé de nosotros para llevarlo en un carrito.

    Un portabebé es la solución ideal, económica, ecológica y mucho más barata que uno de los tecnológicos carritos que parecen necesarios hoy en día para convertirse en una buena madre. Una bandolera de anillas o aprovechar una tela para mantener a nuestro bebé pegadito como hacen en las culturas más tradicionales.

    Con un portabebé la madre puede mantener su ritmo de vida sin separarse de su bebé, atendiendo a las necesidades más básicas del recién nacido. Y aquí tenéis dos buenos ejemplos de ello:

    La eurodiputada Licia Ronzulli.
    Una mamá africana.



















    sábado, 13 de noviembre de 2010

    Que la fuerza te acompañe

    Del FB de Mi Saquito Mágico
    Esta semana el carnaval de blogs de Tarkus Kids versa sobre los consejos para una crianza respetuosa. Yo no me decantaría por un consejo en concreto, porque a mi nadie me los dio. De hecho, creo que soy de las pocas personas de mi entorno más cercano que intenta ajustarse a este tipo de crianza.

    Mi llegada a "una maternidad diferente" o una "crianza diferente" no fue fruto de una charla o de un consejo, sino de un conjunto de lecturas de libros (Cinco libros que han configurado mi maternidad diferente) y de distintos foros y fuentes de información de Internet, que me hicieron reflexionar sobre la manera en que criamos hoy en día a los niños y cómo eso puede influir en su personalidad, su comportamiento y su manera de ver el mundo a medida que van creciendo.

    Al final, el mejor consejo que he podido escuchar/leer y que ofrezco a todo el mundo es el que el viejo Obi-Wan Kenobi le ofrece a Luke Skywalker en La Guerra de las Galaxias: "Utiliza la fuerza". En el caso que nos traemos entre manos, podría traducirse como "sigue tu instinto".

    Darío en la expo Star Wars
    Y es que en todas las madres y padres se remueve algo en su interior cuando su hijo está llorando y no acuden inmediatamente a ver qué le pasa, todos los adultos estamos deseando acunar y mecer en brazos a cualquier recién nacido,... Simplemente hay que olvidarse de los consejos que van en la línea "te está tomando el pelo", "lo vas a malcriar", y seguir los dictados de tu corazón. Nadie estaría tan tranquilo dejando a su hijo llorar durante horas si no fuera porque lo ha leído en un libro o se lo han grabado a fuego en la cabeza los comentarios ajenos. De hecho, siempre oyes a papás que dicen "si yo sufro más que él" :-(

    La infancia es un momento irremplazable y hay que disfrutarlo al máximo. Los besos y los brazos, los mimos y tetas no malcrían sino que enseñan al niño que es valorado y que se tienen en cuenta sus necesidades. Así que, mi consejo para una crianza respetuosa es "Que la fuerza te acompañe" o, mejor dicho, "que el instinto te acompañe".

    jueves, 4 de noviembre de 2010

    Bioculturizándonos

    ¡¡¡Vaya palabro!!! Pero suena bien. ¿Y qué es eso de bioculturizarse? Pues para mí y para Diana ha consistido básicamente en acudir a la feria Biocultura que se celebra estos días (del 4 al 7 de noviembre) en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo (Madrid).

    El año pasado me la perdí, porque Diana acababa de nacer y porque tampoco estaba yo muy convencida de que esta feria fuera un "must" para las mamás presentes y futuras. Yo ya había consumido alimentos ecológicos, sobre todo frutas y verduras en la época en que alimenté a Darío con purés, y no pensaba que la cosa diera para tanto.

    Pero, fíjate tú, que la Biocultura va mucho más allá de la venta de productos de la huerta ecológicos. Hoy hemos podido ver técnicas de construcción de casas más ecológicas, sartenes y cacerolas de hierro, prendas de ropa fabricadas con algodón y otras fibras procedentes del cultivo ecológico, pañales de tela, productos de artesanía, libros, fulares, ONGs comprometidas con el medio ambiente y ¡¡¡Mucho producto alimenticio ecológico!!!

    Fiebre de espelta
    Me ha llamado mucho la atención la gran pasión por la espelta que reinaba en los distintos stands de la planta alta (que albergaba la sección de alimentación y estética). Había de todo hecho con harina de espelta: pasta, galletas, pan, bizcochos, magdalenas, cocas, pizzas... ¿Y qué es eso de la espelta? Me preguntaba yo, en mi ignorancia, hasta que un cártel de un stand (especializado en espelta ¡¿Cómo no?!) me ha ilustrado. He entendido que se trata de una variedad muy antigua de trigo del que desciende la mayor parte de las variedades actuales de este cereal y que es muy apreciado por sus propiedades nutricionales. Lo que ya no he llegado a adivinar es qué es el kamut... pero todo se andará (wikipedia mediante, claro).

    Imagen de www.noticiaspositivas.net
    De la parte alimenticia me quedo también con la variedad de productos a base de quinoa, con las ricas degustaciones de aceite de oliva, almendras, pimenton o bebida de chufas, etc. y de la gran variedad de productores. Parece que comprar ecológico no solo tiene ventajas para la salud, sino también para pequeños negocios locales y proyectos con personalidad propia.

    Me ha comprado tres kilitos de mandarinas ecológicas de EcoEbro por cinco euritos... A Diana le han encantado y envían a domicilio, así que habrá que ponerse de acuerdo para comprar en grupo y ahorrarnos los gastos de envío.  :-D

    ONGs
    En la entreplanta había mucha artesanía y dos iniciativas muy interesantes:
    • La ONG Amigos de la Tierra tenía un stand centrado en la campaña "Yo digo NO a las bolsas de plástico", con una recogida de firmas y ofreciéndose a cambiar las bolsas de plástico de los asistentes por una bolsa de tela. Yo, como ya llevaba la mía, me llevé como obsequio una guía para la reducción de residuos que me estudiaré en breve.
    • Amnistía Internacional estaba también presente con diversas iniciativas para recaudar fondos (venta de lotería de navidad de la Bruixa d'or y comercialización de distintos productos) y con recogida de firmas para pedir al gobierno israelí que pare el derribo de casas en Palestina.
    La imagen de la campaña de Amigos de la Tierra

    Cargada de atractivos
    La planta baja es donde he pasado la mayor parte de mi tiempo, cotilleando en vivo y en directo en muchas de las tiendas a las que normalmente hago pedidos por Internet:

    • En Instinto Maternal he estado charlando con Elena (Monitos y Risas), un encanto de mujer gracias a la cual me inicié en el mundo de los pañales de tela y en el de los portabebés. Y que es un ejemplo a seguir con la cantidad de iniciativas que está poniendo en marcha para los que vivimos en la zona sur de Madrid.
    • En Crianza Natural, Rosa me ha dado algunos consejos sobre libros de lactancia materna y sobre crianza. He quedado muy contenta por su guía sincera, su amabilidad y sus piropos hacia la pequeña Diana.
    • En Mi Saquito Mágico (blog y tienda) he conocido a Mercedes, un encanto de mujer, con la que he estado charlando de lo divino y de lo humano en esto de la maternidad... Si os pasáis por Biocultura no os perdais su stand, su colección de Tongas, su sorteo de un Tonga y, sobre todo, su simpatía y su sonrisa. 
    • También he estado charlando con Dolores, de Bebés Ecológicos, sobre la llegada a España de los Tutto, los pañales unitalla de mi marca favorita: Itti Bitti. Es una lástima, pero parece que tendremos que seguir esperando para disfrutarlos en España, aunque me consta que en algunas webs francesas todavía los tienen en stock.
    • Ya había oído hablar de Huertos Ecológicos, una empresa localizada en Alcorcón que alquila espacios para plantar verduras y hortalizas ecológicas desde 35 euros mensuales. Me ha sorprendido la calidez, cercanía y amabilidad de sus responsables, que me han informado de que también hacen venta directa al público de sus verduras ¡¡¡Y qué verduras!!! Tenían unas cestas con algunos ejemplos, que daba gloria verlas :-D. Está en mi agenda de visitas obligadas para la semana que viene.
    • Me ha gustado también un stand lleno de instrumentos musicales, que, en un principio, estaban destinados a ayudar a la meditación, pero que también tenía un montón de silbatos y meteruidos chulos para los más pequeños de la casa.    
    • He visto a una mami embarazada disfrutando de lo lindo mientras le hacían un minitratamiento de masaje en el stand de Khardaia y también he descubierto que en espacio de la Red Circular de Doulas había un rinconcito de lactancia... aunque yo prefiero hacer de cada tetada una reivindicación de la lactancia materna (y de mis tetas, of course), así que he amamantado on the go (sobre la marcha con Didi en el mei tai) y en un banquito frente a la casita de madera de mi amiga L.
    Mis compras
    Unas tortitas de arroz con yogur de fresa de chuche para Darío.
    3 kilos de mandarinas.
    Crema para el cambio de pañal de caléndula de Weleda Bebé.
    Y muchos libros:
    • El poder de las caricias, de Adolfo Gómez Papí.
    • El concepto del continuum, de Jean Liedloff.
    • Padres liberados, hijos liberados, de Adele Faber y Elaine Mazlish.
    • Mamá nido, de Gloria Lizano.
    • La pequeña oruga glotona, de Eric Carlé.
    • Kirikú y las bestias salvajes, de Michel Ocelot.

    Lactancia
    He echado en falta más promoción de la lactancia materna, porque ¿qué alimento hay más ecológico y biológico para el ser humano que la leche de su propia madre? Pero, claro, tiene un inconveniente, ¡¡¡Qué es gratis!!! Así que, ¿quién se va a gastar el dinero en promocionar algo que no tiene un retorno monetario directo y cuantificable?

    A mí se me ocurre que deberían ser las consejerías e instituciones con competencias en materia de salud, mujer e infancia... pero... pasa lo de siempre, que el dinero para la promoción de la lactancia se va escurriendo gota a gota vete tú a saber dónde.
    Habrá que desnudarse y hacer un calendario de tetas para vender en este tipo de eventos. :P

    jueves, 28 de octubre de 2010

    Cinco libros que han configurado mi maternidad diferente

    Siempre he sido una apasionada lectora. A día de hoy y después de una jornada maratoniana de trabajo, niños, cena, casa y últimos coletazos nocturnos al mundo blogueril, muchos días me acuesto agotada y solo quiero acurrucarme en la cama y cerrar los ojos. Pero, normalmente, siempre dedica aunque sea diez minutos todas las noches a leer antes de dormir. Es mi pequeño placer diario, que me ayuda a conciliar el sueño (excepto cuando la lectura es muy interesante y amanezco a la mañana siguiente con ojeras kilométricas).

    El primer libro que me aportó una visión diferente sobre la maternidad fue "Un regalo para toda la vida" de Carlos González. Me lo compró mi marido cuando nuestro pequeño apenas tenía un par de meses y dábamos una vuelta por un centro comercial.

    Su lectura me apasionó y me absobió. Me acompañó durante las interminables horas de lactancia de Darío, me ayudó a entender qué estaba haciendo bien y qué estaba haciendo mal y contribuyó a que fuera consciente del gran número de mitos y prejuicios que existen en el mundo de la lactancia y que, en cierto modo y de manera subrepticia, influyen en los modos de crianza actuales (te usa de chupete = el niño te toma el pelo, te manipula; hace muchas tomas = tu leche no es buena pero los de Nestlé si que saben cómo alimentar bien a un niño, etc.).


    Acto seguido llegaron "Mi niño no me come" y "Bésame mucho", de Carlos González también.

    Una vez me había picado el gusanillo de la prosa amena, fácil y alegre y de su visión cercana y sencilla de la maternidad, llena de sabiduría y sentido común, no podía dejar pasar la oportunidad de leer toda su obra.

    También hay perlas imprescindibles en "Entre tu pediatra y tú", que casi se podría subtitular "El GPS para no perderse en la alimentación, maternidad y crianza de tus hijos".


    Leíbles y releíbles hasta el infinito, sus páginas son las más manoseadas de mi biblioteca en los últimos años. Cuando una amiga mía se prepara para su maternidad, casi siempre puede estar segura de que un ejemplar de "Un regalo para toda la vida" llegará a sus manos a través de mi.


    "La crianza feliz", de Rosa Jové, supuso un pilar de sustento y de argumentos científicos a las decisiones tomadas en la crianza de nuestro segundo retoño: Diana. Sueño y colecho, sobre todo, pero también un recordatorio de otros principios de "crianza natural", como la lactancia, la relación cercana con el niño, cómo negociar o intentar evitar -y a la vez comprender- las rabietas.

    "Baby-led weaning" que todavía estoy terminando, me ha supuesto abrir la mente a un nuevo mundo de respeto por mis hijos, descubriendo cómo acompañarles en el camino hacia la incorporación de la comida normal en su dieta, sin pasar por los purés y por las luchas de poder que muchas veces se establecen a la hora de iniciar la alimentación complementaria.

    Finalmente, aunque ya me pasé del listado de cinco, mencionar "Cómo hablar para sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen", un libro ameno y divertido que ilustra una nueva manera de relacionarse con los hijos, dejándoles expresarse y realizando una escucha atenta que les haga sentirse entendidos y valorados.

    Lo he dejado para el final porque todavía no lo he terminado, porque creo que todavía hay muchos principios que no puedo aplicar con mis hijos y porque es el más complicado de interiorizar. Y es que en la vorágine del día a día es muy complicado pararse a pensar en el comentario adecuado que decir a tu hijo o intentar evitar calificar sus conductas, encasillarle o elogiarle constantemente.

    Como mínimo es útil porque invita a la autoreflexión y lo hace de una manera didáctica y amena.

    Finalmente, mencionar que muchas de mis lecturas complementarias han sido descubiertas por los consejos y apuntes bibliográficos del nunca lo suficientemente alabado Carlos González.

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