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lunes, 3 de abril de 2017

IX Congreso Español de Lactancia Materna: Lactancia, Colecho y SMSL

La conferencia de clausura del IX Congreso Español de Lactancia Materna corrió a cargo de Melissa Bartik, que trató de abordar las relaciones entre lactancia, colecho y Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL). Empezó analizando la relación entre la composición de la leche y el colecho en distintas especies de mamíferos.

En este sentido, señaló que la composición de la leche materna depende de la dieta de la madre, pero no de lo que come, sino en el sentido del tiempo que necesita dejar a su bebé solo mientras caza, pasta o busca comida o si del bebé se mantiene todo el rato junto a su madre. Algunos mamíferos están constantemente con sus bebés y otros los dejan solos en madrigueras o nidos mientras se ausentan durante muchos horas para cazar o comer. Esto determina la composición de la leche y la proporción de grasas, agua, proteína, etc.

Otro factor que afecta a la composición de la leche es el medio ambiente. Por ejemplo, la leche es diferente si se trata de un animal que vive en un desierto (más agua) que si vive en mares helados (más proporción de grasa).

Cuando la leche tiene un alto contenido en grasa y/o proteína, el bebé puede dormir solo (Bartik puso como ejemplo al equidna). En cambio, cuando la leche materna tiene bajo contenido en grasa o proteína, el bebé necesita tomas frecuentes y no se puede quedar solo. Por eso los terneros y las jirafas pueden dormir solos, pero no los primates o los gorilas.



Los bebés humanos son muy inmaduros al nacer y esa es una de las razones por las que no pueden dormir solos, sio que necesitan contacto y proximidad las 24 horas del día. Además, la leche materna humana es la propia de los bebés que no se pueden separar de sus madres ya que tienen que hacer tomas frecuentes. "Sabemos, por las investigaciones sobre el sueño de Helen Ball, que en diferentes culturas humanas de todo el mundo, las mujeres se mantienen en contacto con sus bebés las 24 horas del día, duermen con ellos por las noches y los alimentan a demanda", argumentó la ponente.

Para ilustrar estas diferencias, aplicadas al género humano, Bartik señaló que la leche de vaca tiene casi cuatro veces más proteína que la leche materna (y, además, son proteínas de diferente tipo). Por eso, cuando algún granjero tiene que alimentar con biberón a una ternera, solo necesitan ofrecerles dos tomas en todo el día.

Por eso, cuando los bebés toman leche de vaca (aunque se le hayan quitado gran parte de estas proteínas) duermen como si la madre estuviera ausente. Los bebés que toman biberón duermen profundamente y no lloran ni defecan, ya que estos comportamientos conllevan el riesgo de atraer a los depredadores. Ante esta evidencia, la ponente se preguntaba si no es posible que nuestro modelo actual de comportamiento infantil esté basado en la leche de vaca. ¿Esperamos que nuestros hijos se comporten como terneros en lugar de como humanos?


Separación madre-bebé
Bartik señaló que separar al bebé de su madre no es una actuación exenta de consecuencias. Si, biológicamente, el bebé humano está preparado para estar en contacto todo el día con sus protenitores, cuando sucede la separación, el bebé sufre lo que se denomina estré tóxico: "el niño experimenta una adversidad prolongada y su respuesta al estrés fisiológico puede interrumpir el desarrollo de la arquitectura cerebral y de otros sistemas orgánicos y aumentar el riesgo de enfermedades de deterioro cognitivo en relación con el estrés hasta bien entrada la edad adulta".

Colecho en bebés amamantados
En relación con la lactancia materna y el sueño, Bartik mencionó también las investigaciones de James McKenna, que demuestran que los bebés que duermen con sus madres relizan más tomas de lactancia materna, asegurando así un buen volumen y producción. Así pues, el colecho contribuye al éxito de la lactancia materna.

Además, cuando la madre lactante duerme con su bebé:
  • normalmente ambos están cara a cara, 
  • es más probable que el bebé esté en decubito supino, 
  • la madre y el bebé duermen un sueño más ligero y sus ciclos de sueño se sincronizan, 
  • las madres mantienen a los bebés por debajo de su brazo y hombro, por lo que el brazo hace de barrera frente a las almohadas. 
En cambio, los bebés alimentados con fórmula que duermen con sus padres presentan patrones de sueño más inseguros:
  • La cabeza del bebé se sitúa por encima de los hombros de la madre,
  • el bbé no está en decubito supino,
  • la nariz se aplasta contra el colchón,
  • no está cara a cara con su madre,
  • no hay barreras entre la almohada y el bebé, 
  • el sueño no se sincroniza y es demasiado profundo.
 Por tanto, argumentó Bartik, no se pueden dar las mismas recomendaciones para el colecho en madres que amamantan y madres que alimentan con fórmula a sus bebés.

Riesgos del colechoMelissa Bartik continuó analizando los riesgos del colecho. Presentó los resultados de la investigación de Carpenter del 2013, que encontró un riesgo 5 veces mayor de SMSL en bebés amamantados de menos de tres meses que compartían cama con padres no fumadores y que no consumían alcohol o drogas. Pero, señaló la ponente, estos resultados tenían ciertas limitaciones en cuanto a lso datos de consumo de alcohol y droga y la imputación de datos perdidos ha puesto en entredicho los resultados del estudio.

En este sentido, Bartik destacó la importancia de distinguir entre colecho intencional y no intencional. Y también la de distinguir entre las recomendaciones para evitar la axfisia del bebé y las recomendaciones para evitar el SMSL.

Las recomendaciones de Bartik para evitar la asfixia son:
  • Evitar alimentar en sofás o sillones reclinables.
  • No dormir con el bebé cuando se está bajo los efectos de las drogas o el alcohol.
  • Evitar compartir la cama con el bebé en determinadas circunstancias (bebés alimentados con fórmula, cama compartida con hermanos, almohadas).
  • Mantener el área de sueño despejada y segura y con un colchón firme.
Las recomendaciones para evitar el SMSL son las siguientes:
  •  Dormir boca arriba.
  • No fumar (ni en el embarazo ni después).
  • Evitar la alimentación con fórmula.
  • Mantener al bebé durmiendo lejos de cualquier adulto que esté bajo los efectos del alcohol o las drogas.
  • Usar ropa adecuada para dormir.
  • Usar chupete para dormir si el bebé toma fórmula.
  • Cunas "sidecar".
En cuanto a las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría del 2016, Bartik señaló que "a expensas del colecho, no se insiste suficientemente en el riesgo del tabaquismo, dormir en sillones o con adultos bajo los efectos de las drogas y el alcohol". "Me preocupa cómo ordenan sus prioridades, criminalizando el colecho", argumentó.

Por último, Bartik mostró los avances que se están produciendo en el campo del sueño infantil de la mano de la Asociación de Acción Nacional para Apoyar el Sueño Seguro en en EEUU (NAPPSS). Se trata de una entidad que incluye organizaciones de lactancia materna, industria de cunas, asociaciones culturales, organizaciones medicas como la AAP y que, además, cuenta con el apoyo del gobierno. El diálogo entre los distintos implicados permite un progreso real, ya que se está reconociendo que importante mantener un diálogo con las familias sobre el sueño seguro que vaya más allá de la mera prohibición de la práctica. Además, reconocen que las recomendaciones tradicionals de la AAP no encajan con todas las familias, por lo que los padres necesitan ser informados y empoderados para tomar sus propias decisiones sobre el sueño seguro.

En resumen, los humanos estamos programados para amamantar y compartir la cama, se debe enseñar a compartir la cama de forma segura a todos los padres y hay que proporcionar asesoramiento indivual a los padres, especialmente a los padres que alimentan con formula. Finalmente, se puede considerar el uso de cunas sidecar como, posiblemente, la opción más segura.

En cuanto a las intervenciones de salud pública señaló la necesidad de tener cuidado en los mensajes ya que las consecuencias pueden ser peores, por ejemplo, cuando la gente duerme en sofás con sus bebés con tal de no compartir cama.

En cuanto al colecho, argumentó que "si hay un pequeño aumento del reisgo de muerte infantil, este debe ser ponderado frente a los riesgos totales de salud pública del destete (infecciones y enfermedades materno infantiles)". "La prevencion de la muerte infantil debería centrarse más en los factores de riesgo conocidos (fumar, sofas, lactancia artificial, alcohol y drogas) y situaciones de sueño no seguro", concluyó.

lunes, 22 de octubre de 2012

Efecto preventivo de la lactancia en el cáncer de mama premenopaúsico

Fedro Peccatori, Oncólogo del Instituto Europeo de Oncología, tuvo otra interesante intervención sobre lactancia y cáncer de mama en el V Simposium de Lactancia Materna de La Liga de la Leche de Euskadi. En su aportación sobre el efecto preventivo de la lactancia en el cáncer de mama premenopaúsico, afirmó que se debería incluir información sobre el efecto de la lactancia materna en las campañas de prevención del cáncer de mama.


Peccatori dividió los factores de riesgo del cáncer de mama en dos:
  • Fijos
    • Sexo: obviamente, ser mujer es un factor de riesgo para padecer cáncer de mama.
    • Edad: la posibilidad de contraer este tipo de cáncer aumenta con los años.
    • Genética: entre el 5% y el 10% de los cánceres de mama.
    • Historia familiar: el riesgo aumenta entre pacientes con familiares afectadas por este tipo de cáncer.
    • Antecedentes personales: un cáncer de mama previo aumenta las posibilidades de volver a padecer el mismo cáncer.
    • Menstruaciones: las mujeres con menarquía precoz o menopausia tardía tienen riesgo más alto de padecer cáncer de mama.
    • Tejido mamario denso: cuanto más denso, más riesgo.
  • Modificables
    • Consumo de alcohol: las mujeres que consumen alcohol tienen un riesgo 1,5 veces mayor de contraer cáncer de mama.
    • Obesidad: un 30% más de riesgo.
    • Ejercicio: 2 horas y media de ejercicio físico a la semana reducen el resgo en un 18%.
    • Paridad: las mujeres que no han tenido hijos o que tuvieron el primero después de los 30, tienen un riesgo un poco mayor de padecer cáncer de mama.
    • Lactancia: la lactancia disminuye el riesgod de padecer cáncer de mama, especialmente cuando es de larga duración.
Teniendo en cuenta que la autonomía del paciente es uno de los principales derechos de los usuarios de los sistemas de salud, resulta especialmente relevante ofrecer a las mujeres toda la información sobre la influencia en su salud de sus prácticas reproductivas. El problema con la lactancia, es que muchas veces está mal enfocada en los estudios clínicos sobre el cáncer de mama.

A continuación Peccatori citó varios estudios que confirman el efecto protector de la lactancia materna frente al cáncer de mama:
  • Breastfeeding and risk of breast cancer: a meta-analysis of published studies.
    Las conclusiones de este meta-análisis confirman que la lactancia materna tiene ligeros, pero significativos, efectos protectores frente al cáncer de mama. En concreto, las mujeres que amamantaron tuvieron un 16% menos de riesgo de padecer cáncer de mama con cualquier tipo de lactancia y el riesgo disminuyó un 28% para las mujeres con una lactancia mayor de un año.
  • Breast cancer and breastfeeding: collaborative reanalys of individual data from 47 epidemiological studies in 30 countries, including 50.302 women with breast cancer and 96.973 without the disease.
    Este estudio encontró que a mayor partidad y lactancias más largas, menor la incidencia del cáncer de mama. La reducción fue del 7% para cada parto y del 4,3% por cada 12 meses de lactancia. La reducción del riesgo asociada a la lactancia fue independiente de la edad, país de origen, número de partos, edad al primer parto o estado de menopausia al diagnóstico del cáncer de mama.
  • Reproductive factors and breast cancer risk according to joint estrogen and progesterone receptor status: a meta-analysis of epidemiological studies.
    Este estudio comparó los casos de cáncer de mama con positivo o negativo en receptores de estrógenos. La lactancia tuvo un efecto protector frente a ambos tipos de cáncer.
En cuanto a las razones por las que la lactancia protege frente al cáncer de mama, Peccatori aportó tres hipótesis de trabajo:
  • La vulnerabilidad a los agentes carcinógenos depende directamente de la tasa de proliferación y es inversamente proporcional a la diferenciación del tejido mamario. Como el embarazo y la lactancia inducen diferenciación del tejido mamario, tienen un efecto protector.
  • La incidencia del cáncer de mama es directamente proporcional al número de ciclos menstruales y de exposición a los estrógenos durante la vida. Como una lactancia larga se asocia con amenorrea y, por tanto, bajos niveles de estrógenos, tiene un efecto protector frente al cáncer de mama.
  • La incidencia del cáncer de mama es directamente proporcional a los estrógenos y carcinógenos intramamarios. Y la lactancia se asocia con niveles más bajos de carcinógenos intramamarios.

Teniendo en cuenta todos estos datos, la lactancia por si misma puede evitar cinco casos de cada mil de cáncer de mama. Pero teniendo en cuenta los datos de Italia, donde cada año se diagnostican cerca de 45.000 nuevos casos de cáncer de mama, una correcta información sobre el efecto preventivo de la lactancia materna podría prevenir cientos de casos cada año.

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