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jueves, 19 de septiembre de 2013

Oxitocina, la hormona de las mil caras

La investigadora sueca Kerstin Uvnäs impartió la conferencia inaugural del X Congreso de Fedalma recordando que cuando ella empezó su investigación sobre la oxitocina se sabía poco o casi nada sobre el mecanismo de la oxitocina, más allá de su implicación durante el parto y la lactancia.

En cambio, hoy en día sabemos que los humanos contamos con una compleja red neuronal sensible a la oxitocina, por lo que esta hormona influye en gran cantidad de funciones fisiológicas. Por ejemplo, actualmente está demostrado que la oxitocina produce cambios psicológicos, promoviendo la calma y reduciendo el estrés.

Pero la oxitocina tiene efectos más allá del cerebro. Uvnäs señaló que esta hormona promueve el crecimiento de las células, por lo que se la puede considerar una hormona del crecimiento. Además, si la oxitocina llega a una célula cancerígena, inhibe su crecimiento, por lo que tiene un efecto preventivo en casos de cáncer de pecho, de colon, de ovario o de endometrio.

Comportamiento maternal y social
Kerstin Uvnäs también habló de experimentos en los que la administración de oxitocina a ratas (e incluso a mamíferos superiores) indujo un comportamiento maternal incluso en hembras que nunca habían dado a luz. Pero, además, los animales tratados con oxitocina se vuelven más sociables, son más cercanos y abiertos y menos propuestos a luchar por el territorio. La oxitocina tiene un efecto calmante, ansiolítico, en el área del cerebro conocida como amígdala. También reduce la sensación de dolor, tiene efecto anti-estrés, disminuye el cortisol y aumenta tránsito gastrointestinal. Por otro lado, si en lugar de administrarla puntualmente se repite la pauta y se administra durante un par de semanas, se observan efectos a largo plazo que duran incluso varias semanas:
  • Efecto similar a una ansiolítico.
  • Mayor umbral del dolor.
  • Menor inflamación.
  • Menor presión sanguínea.
  • Menor nivel cortisol.
  • Tono vagal aumentado.
  • Facilita el aprendizaje.
  • Aumenta la ganancia de peso.
  • Aumenta la tasa de curación de heridas
También en humanos
Aunque la investigación básica demuestra la gran capacidad de la oxitocina para modular el funcionamiento del organismo y el comportamiento en los animales, lo cierto es que estos efectos se han replicado también en estudios con humanos. Un efecto interesante de la oxitocina en las personas es su capacidad para aumentar la interacción social, mejorando la interpretación de los comportamientos sociales ajenos. Los individuos que reciben oxitocina se miran más los unos a los otros, sobre todo a los ojos, y entienden mejor cómo se sienten las otras personas.

Además, bajo la influencia de la oxitocina, las áreas del cortex relacionadas con el pensamiento crítico se inhiben y por eso se suele decir que el amor de madre es ciego. Al ser efectos relacionados con el área límbica, son completamente inconscientes. Kerstin Uvnäs añadió que, en ámbito de la maternidad, el papel de la oxitocina es fomentar y reforzar la confianza en la pareja y en el hijo.

Otros efectos de la oxitocina en seres humanos son:
  • Aumenta la capacidad de creer lo que la otra persona te está diciendo.
  • Reduce la ansiedad.
  • Disminuye los niveles de cortisol.
  • Menor tendencia a la la depresión.
  • Disminuye la sensibilidad al dolor.
  • Mejora la confianza.
  • Aumenta la probabilidad de ser hipnotizado.
También se están realizando ensayos clínicos sobre la influencia de la oxitocina en autismo, fobias sociales, esquizofrenia, depresión, ansiedad, enfermedades relacionadas con el estrés, abuso de sustancia, ayudante en psicoterapia, etc.


Cómo se segrega la oxitocinaLa oxitocina se segrega durante la lactancia y durante el parto, pero también se relaciona con muchas otras áreas del cuerpo y del cerebro. Por ejemplo, se puede segregar desde el estómago, cuando una comida nos complace, o con las caricias. En cuanto a la lactancia, en un estudio en el que se sacaron 25 muestras de sangre a mujeres durante una hora se constataron picos de oxitocina cada 90 segundos aproximadamente, en un patrón pulsátil muy diferente al del ciclo de la prolactina.

Kerstin Uvnäs destacó que las mujeres con mayores niveles de oxitocina fueron las que registraron también niveles más altos de prolactina, por lo que la oxitocina no solo influye en la eyección de la leche, sino que también tiene un efecto significativo sobre la producción.

Cuando la mujer amamanta, la oxitocina ayuda a activar el estómago y todas las hormonas necesarias para la digestión, por lo que la función del sistema gastrointestinal se adapta a la cantidad de leche que está dando. Se optimizan todas las funciones del estómago y el intestino, de tal manera que se mejora el aprovechamiento energético de todos los alimentos que ingiere la madre.

La oxitocina segregada durante la lactancia se relaciona también con una disminución de la hormona del estrés, el cortisol. Por eso, Kerstin Uvnäs  habló del efecto antiestrés de la lactancia materna, ya que cada vez que una mujer amamanta disminuye significativamente el cortisol.

La presión sanguínea también disminuye durante la lactancia con un efecto dosis-dependiente, de tal modo que la tensión de las madres suele ser mucho mejor tras cinco semanas de amamantamiento que en el posparto inmediato.

Oxitocina, lactancia y psique

Las mujeres que amamantan, debido a este patrón repetitivo y pulsatil de la oxitocina, también experimentan cambios en su personalidad. Según el estudio mencionado anteriormente, las mujeres con mayores niveles de oxitocina son las que se vuelven más sociales y registran menores niveles de ansiedad.

Además, en el estudio, las mujeres con mayores niveles de oxitocina fueron las que dieron el pecho durante más tiempo, por lo que Uvnäs relacionó esta hormona con un mejor vínculo entre la madre y el hijo. Por último, añadió que la oxitocina vuelve más protectoras a las madres.

Como resumen de todo esto, la investigadora sueca recalcó que el papel de la oxitocina va mucho más allá de la eyección de la leche, ya que mejora la respuesta fisiológica de las madres y promueve el comportamiento afectivo con el bebé.

La oxitocina y el bebéCuando se habla de la hormona oxitocina, se suele olvidar que el bebé también genera su propia oxitocina. Hasta los tres meses de edad se registra la mayor producción de oxitocina de toda la vida, aunque los mayores niveles de oxitocina en los humanos se registran justo después del nacimiento. En ese momento, los niveles del bebé son incluso mayores que los de la madre.

No solo el nacimiento estimula la secreción de oxitocina en el bebé, sino que, con la succión, el bebé segrega su propia oxitocina además de estimular el mismo efecto en el organismo de la madre. Esto se ha constatado, por ejemplo, estudiando a terneros que registraban mayores niveles de oxitocina al succionar del pecho de su madre que al beber de un cubo.

El contacto piel con piel también fomenta la secreción de oxitocina, tanto en la madre como en el bebé. Siguiendo ese patrón pulsátil al que nos referíamos anteriormente, el cuerpo de la madre varía su temperatura por el efecto vasodilatador de la oxitocina. Y este cambio se transmite al bebé.

¿Protegemos el mecanismo de la oxitocina?La oxitocina es una hormona tímida, no se segrega en la presencia de gente que no nos agrada o en situaciones percibidas como desconocidas o inseguras. Por eso es necesario cuidar tanto el momento del parto como la lactancia, para contribuir a que los mecanismos de la oxitocina funcionen tal y como están programados para hacerlo.

El problema es que hay prácticas, aparentemente inocuas, que dificultan estos procesos. Por ejemplo, en algunas maternidades se sigue envolviendo al bebé después del parto y se sabe que para los beneficios del contacto piel con piel no es suficiente la cercanía sino que tiene que haber contacto “real” de la piel del bebé con la piel de la madre.

Otro aspecto en el que se interfiere con el mecanismo de la oxitocina son las cesáreas. Cuando se realizan de urgencia sí que ha dado tiempo a que el bebé estimule el mecanismo de esta hormona, pero en las cesáreas electivas, al no desencadenarse el proceso del nacimiento, no se libera oxitocina. Y esto supone un problema a posteriori.

Uvnäs señaló, por ejemplo, que a los dos días posparto las mujeres que se habían sometido a cesáreas programadas no tenían estos picos de oxitocina que sí se registraban en las mujeres con un parto normal. Aunque se puede recuperar lo perdido después, lo cierto es que sin estos pulsos de oxitocina la prolactina tampoco sube y también se dificultan las adaptaciones psicológicas para el comportamiento maternal.

Epidural
Al aplicar la anestesia epidural, los nervios y los impulsos de toda esa zona se bloquean, por lo que el cerebro no registra lo que está sucediendo en la zona pélvica. De nuevo, esto dificulta la producción de oxitocina y, por tanto, influirá en los niveles de prolactina y en la adaptación maternal. En las madres que dieron a luz con anestesia epidural se constató que, dos días después del parto, los bebés amamantado no experimentaban aumento de la temperatura corporal con el contacto piel con piel. La teoría es que está fallando algo básico en la comunicación entre el cuerpo del bebé y el de la madre.

Finalmente, y en lo que se refiere al uso de oxitocina sintética durante el parto, Kerstin Uvnäs señaló que una de las principales diferencias entre ambas hormonas es que la natural fluctúa en picos mientras que la sintética se inyecta de una manera lineal. Al comprobar los niveles de oxitocina a los dos días posparto en las mujeres que recibieron oxitocina sintética se constató que producían menos oxitocina natural. “La producción endógena de oxitocina se regula a la baja de manera artificial”, concluyó la ponente.

Cuando se producen intervenciones, hay riesgos. Se interfiere en el proceso natural de la oxitocina, lo que induce cambios a nivel fisiológico que no se resuelven con intervenciones posteriores. La receta para evitarlo, dijo Uvnäs, es simple: continuar con el mecanismo fisiológico de parto, lactancia, contacto piel con piel, masaje, interacción social y apoyo familiar a la madre.

viernes, 8 de julio de 2011

Pechos llenos, brazos vacíos

El Congreso de Fedalma que se celebró los días 1 y 2 de junio en Castelldefels ha supuesto una ocasión excepcional para seguir aprendiendo sobre lactancia gracias a "primeras figuras" nacionales e internacionales en el apoyo a la lactancia materna, pero, sobre todo, me siento orgullosa de haber conocido y puesto cara y abrazos a tantas mujeres a las que solo había conocido de manera virtual.

Gracias a las excelentes instalaciones, tuve oportunidad de "tuitear" durante todo el congreso. Si os interesa, podéis repasar los tuits en este enlace (http://twitter.com/#!/search?q=%23fedalma), pero me queda por contar una parte muy interesante que fueron las comunicaciones libres del segundo día. Obviamente, no podía estar en el estrado y tuiteando (como quien está en misa y repicando), pero eso no me impidió prestar atención a las interesantes experiencias que se narraron en las comunicaciones libres.

Cristian Quilez comentó su experiencia como estudiante de psicología que realiza prácticas en un grupo de lactancia, resumiendo sus percepciones y aportaciones a la dinámica del grupo.

Patricia López Izquierdo, una de mis fuentes de inspiración en el tema de la lactancia de la mano de la gran ayuda que ofrece a través del foro de Crianza Natural, presentó una interesante comunicación sobre dos casos de hipogalactia.

Hoy me centraré especialmente en la comunicación que da título a mi post: "Pechos llenos, brazos vacíos: manejo de la lactogénesis II en la pérdida perinatal", de Susana Cenalmor y M.Àngels Claramunt. Una presentación valiente y emotiva que da voz a un hecho poco reconocido y discutido en la sociedad, las perdidas perinatales y como apoyar a una madre que se encuentra con los pechos llenos de leche y sin bebé al que poder ofrecer el fruto de sus senos.

Y es que si las pérdidas perinatales son un tema tabú en nuestra sociedad, más oculto todavía queda el hecho de que esas madres no solo lloran con los ojos, con el alma, a sus hijos, sino también con sus pechos.
"La pérdida perinatal sigue siendo en el siglo XXI, un tema tabú. Cuando una mujer pierde a su hijo la sociedad la silencia. No se habla de bebés, se guarda el ajuar preparado y se venda el pecho, un pecho lleno, de amor que desgarra, de dolor… y de leche". 
Para mí, como madre y asesora de lactancia, esta comunicación me abrió los ojos, me quitó una venda que ni tan siquiera sabía que tenía, porque nunca me había parado a reflexionar sobre este tema, no se me había ocurrido añadir esta capa adicional al duelo, al dolor, que tienen que elaborar las madres que pierden a sus esperados bebés.

Y ni siquiera había pensado en ello supongo que por esa necesidad de callar, de silenciar, de negar lo que ha sucedido, de negar el dolor y el duelo a esas madres.

Por otro lado, otra de las cosas que me chocó especialmente de la ponencia de Susana y M. Àngels fue cómo se gestiona la lactogénesis II (cuando comienza la producción de leche y calostro después del parto) en estos casos. Ellas narraron una historia terrible de negación, de madres a las que no se informa, a las que no se les ofrece la posibilidad de elegir, a las que se les imponen unas pastillas para cortar la leche que no siempre funcionan y que se encuentran con los pechos llenos y los brazos vacíos incluso desafiando a los textos de ginecología, con casos de lactogénesis II en pérdidas antes de las 20 semanas de gestación.
"La subida de leche tras una muerte perinatal es un hecho posible a partir del segundo trimestre de embarazo. Dado el número de pérdidas que suceden (en el año 2009, el INE registró una tasa de 4,55 casos por cada mil nacidos vivos de pérdidas perinatales sumando un total de 2621 casos y 49889 casos de embarazo con resultado abortivo registrados, podemos afirmar, por tanto, que esta vivencia afecta a un número importante de mujeres".
Otro párrafo destacable, por el hecho de que más de 50.000 casos al año parece una cuestión de salud pública nada desdeñable, que no se debería obviar. ¿No saldría en los periódicos en grandes titulares si se administrara a 50.000 pacientes un medicamento sin su consentimiento? ¿No saldría en todas las televisiones si a 50.000 españoles se les dijera que tienen que ir a trabajar y que su depresión es un estado que se puede obviar? Otra venda más que cae cuando ya creíamos que nos habíamos quitado "casi" todas.

Susana y M. Ángels decidieron hacer una encuesta entre madres que habían sufrido una pérdida, para averiguar cómo se gestionaba la lactogénesis II en estos casos y cuáles eran los sentimientos de las madres en cuanto a cómo habían sido tratadas y la información que se les había ofrecido. Os dejo con sus datos:

Hemos observado que no existe ningún tipo de protocolo ni estudio que valore el impacto que puede suponer este manejo para futuras lactancias o lactancias establecidas de otros hijos. Con tales en cuestas, hemos registrado cuatro casos de subida de leche en pérdidas de menor de 20 semanas de gestación: una en la semana 13, dos en la semana 14 y una en la semana 18. 
Pretendemos abrir una línea de trabajo basada en la revisión de protocolos actuales y /o creación de nuevas guías de actuación con el objetivo de que se tenga en cuenta las necesidades y el correcto acompañamiento de las mujeres con los pechos llenos y los brazos vacíos.

Por lo general la lactogénesis II se inhibe en estos casos de manera farmacológica sin informar previamente a las madres en la mayoría de las ocasiones. En los casos que hemos estudiado sólo en uno se le preguntó por la posible existencia de otros hijos mayores lactando, con la posible pérdida de lactancia de ese hijo mayor. En sólo tres casos las madres fueron informadas de la medicación que se les ofrecía y en dos se pidíó su consentimiento. Tras estudiar las encuestas realizadas se relata como a la gran mayoría no se les informó, o bien les impusieron el fármaco por prescripción médica o bien no se trató ese punto: no se les dio medicación ni se les informó de lo que podía ocurrir en caso de subida de leche. Encontrándose las mujeres en sus casas, solas, con una ingurgitación mamaria, padeciendo dolor físico y sin ningún tipo de apoyo.

Proponemos que la mujer tome esta decisión de manera consciente, que se le haga partícipe de su tratamiento. Proponemos que se informe de otras posibilidades como la inhibición fisiológica de la lactancia o bien la donación en bancos de leche. Siempre en función de lo que la madre desee.

Y que, en la medida de lo posible, no pase sola por esta situación, porque si en una situación normal el apoyo, la red social, los grupos de apoyo son muy importantes, es fundamental en casi de pérdida no pasarlo sola y en silencio, sin que nadie repare en esta dolorosa vivencia. Nos hemos encontrado casos en los que se relata la sensación de puerperio robado y el hecho de “cortar la leche” de manera brusca ha supuesto un duelo añadido. Hemos acompañado a madres a las que se les ha ordenado el vendado de pechos y no se les ha hablado de la posibilidad de control del dolor por medio de analgesia. Con todo ello, nuestra propuesta en este campo es: 
  • Que hay necesidad de normalizar un tema tabú en la sociedad, ofreciendo información clara y concisa. Formación básica a profesionales y asesoras en duelos perinatales. 
  • Invitamos a una reflexión sobre las prácticas protocolarias habituales o falta de protocolo en estos casos 
  • Proponemos abrir posibilidades de actuación relacionadas con la facultad de dotar a las madres para que puedan escoger el tipo de manejo frente al inicio de la lactogénesis II: inhibición farmacológica o fisiológica de la lactancia, así como diferentes posibilidades de uso de la leche extraída (donación, uso para otros hijos…). 
  • Alertamos de la necesidad de dar información (consentimiento informado), dejar elegir y dar apoyo emocional a la mujer durante este proceso.
 Más allá de este análisis y conclusiones generales, Susana y M. Àngels dieron voz a madres que han pasado por experiencias que se podrían calificar de "surrealistas" si no tuviéramos la certeza de que son reales:
Especialmente relevante es el caso de una mamá que explica que estaba amamantando a su hija de 5 años y que preguntó si algún medicamento podía afectar a la pequeña y le aseguraron que no. Más tarde, en el informe, leyó que le habían administrado cabergolina "por deseo expreso del paciente". En un caso, donde en el hospital se "olvidaron" de hablarle de la subida de la leche, fue la madre quien puso en alerta a la hija, la informó y buscaron un ginecólogo de guardia, después del alta. Éste les recetó pastillas para cortar la leche cuando ya había empezado la subida.
Finalmente, y en cuanto a los resultados de la encuesta, destacaría también la parte en la que las autoras resumen cómo esta experiencia ha cambiado la percepción de la lactancia para las madres entrevistadas:
  • Algunas comentan que les hubiera gustado que las informaran, que les hubieran explicado más opciones, que tenían sentimientos ambiguos, querían cortar la leche y no querían.
  • Una mamá explica que se tomó la pastilla, le subió igual, le recomendaron otra dosis, y no quiso tomársela. Le hería “cortar” la leche, pero le dolía el alma que hubiera la leche ahí sin su bebé.
  • Algunas comentan que ahora tienen la duda de si tienen leche o no, ya que no tuvieron / notaron la subida.
  • Otras explican que les sorprendió que, estando de pocas semanas, su cuerpo estuviera tan preparado para amamantar, ni habían pensado en esa posibilidad, ni ellas ni quienes les atendieron, una pérdida en la semana13, dos en la 14,en la 15, en la 22 y otra en la 24.
  • A una le pareció muy triste tomar las pastillas para cortar.
  • Una madre tenía la percepción de que su cuerpo “fallaba” puesto que nunca había llegado a ver esa leche, ya que la inhibición fue dada en el momento correcto pero sin información: en el momento de realizar la encuesta nos relataba como tenía dudas sobre su capacidad de amamantar a un futuro bebé.
  • Algunas comentan que ahora dan un valor especial a la lactancia, que la valoran más. Porque les ha ayudado a sanar la herida y a vincularse con el nuevo bebé, porque les ha ayudado a crear una unión especial con el nuevo hijo. (*)
(*) Esto es especialmente relevante si tenemos en cuenta que una de las características del duelo perinatal es la dificultad de vincularse con el nuevo bebé, por lealtad al que se fue; por sentir que el nuevo vínculo traiciona al hermano muerto. Con los comentarios del último punto, podemos observar un camino sano de unión y vínculo con el nuevo bebé, a través de la LM, que vemos como un valor añadido fundamental, especialmente importante en estos casos.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Sentando cátedra

No tanto como sentar cátedra, pero estoy muy contenta porque hoy me ha llegado una noticia fenomenal, y es que el comité científico del VIII Congreso de Fedalma, que se celebrará en Castelldefels (Barcelona) el 1 y el 2 de julio, ha aceptado una propuesta de comunicación libre que les envié al inscribirme para asistir al encuentro.

El lema del congreso es "Lactancia materna: construyendo el ser humano" y me animé a apuntarme (y a desplazarme desde Madrid y a pagar la inscripción y a pagar el alojamiento y...) porque me parece que habrá ponencias muy interesantes de algunos "gurús" de la lactancia que pocas veces se pueden ver en España, como Catherine Watson Genna, y otras tamibén atrayentes, como las de Carlos González y Rosa Jové...

Quería daros las gracias porque este blog y la comunidad de madres y personas a las que me ha acercado más que nunca me ha servido de inspiración a la hora de plantear mi comunicación libre, que se titular "La web, las redes sociales y la lactancia materna". Como os podréis imaginar, hablaré largo y tendido de las mamás blogueras, la cibertribu, las redes sociales, los intercambios en Facebook y Twitter, etc., etc.

Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid os invito a dejar vuestras sugerencias y opiniones en los comentarios, ya que cualquier idea seguro que contribuirá a enriquecer mi presentación y a dar a conocer este mundo virtual tan interesante a los profesionales sanitarios y asesoras de lactancia que se darán cita en el congreso.

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