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miércoles, 17 de octubre de 2012

Nódulo mamario durante la lactancia: cómo afrontar el problema y cómo gestionar la lactancia

Giulia Bellettini, Pediatra e IBCLC italiana, añadió su voz a la mesa redonda sobre lactancia materna y cáncer que se celebró en el V Simposium Internacional de Lactancia Materna organizado por La Liga de la Leche Euskadi. Belletini subrayó lo importante que es que cada mujer conozca su mama para poder ser así consciente de las alteraciones que pudieran ser peligrosas.

Durante la lactancia ambas mamas aumentan en volumen, densidad y nodularidad. Estas características se modifican cada día según el estado de turgencia de las mamas. Cuando un nódulo se puede palpar durante unos días y no cambia sus características, tiene que ser evaluado con atención y reevaluado en el tiempo.
En la lactancia la causa más frecuente de nodularidad es un vaciado inadecuado de la mama, lo que puede provocar una obstrucción de conductos o mastitis. Para prevenir este tipo de nódulos hay que promover las tomas frecuentes y con cambios de posición. También se puede realizar presión manual o masajes en dirección al pezón o aplicar calor en la zona afectada antes de la toma.

Cuando existe una componente inflamatoria importante se puede añadir un atiinflamatorio. Cuando la obstrucción deriva en mastitis, es necesario actuar con terapia antibiótica y propiciar el descanso de la madre, garantizando, a su vez, un correcto vaciado de la mama.

Si después de todos estos tratamientos el nódulo persiste y no hay mejoría, sería necesario realizar una evaluación ecográfica para discernir si es un nódulo sólido o quístico. Entre los quísticos, se podría tratar de un nódulo simple, galactocele o un absceso. Entre los sólidos: fibroadenoma, adenoma de la lactancia, hematoma, papiloma y carcinoma.

Desde el punto de vista clínico el galactocele es una dilatación del ducto mamario de aspecto quístico y lleno de leche. Es blando, elástico y móvil. Puede ser doloroso a la palpación y si es aspirado vuelve a rellenarse de leche. El contenido líquido con el tiempo puede volverse más denso por la reabsorción de la parte acuosa, con la posible dificultad en el diagnóstico ecográfico.. E n el galactocele es necesario un drenaje regular de la mama para evitar complicaciones, ya que puede evolucionar hacia un absceso mamario.

El absceso es una complicación de una mastitis debido a una falta de drenaje de la mama. Se presenta como una colección de pus en el interior del sistema alveolo-ductal sin contacto con el exterior. Desde el punto de vista clínico dos presentaciones:
  • Una muy evidente en su componente inflamatoria, abscesos más superficiales que se presentan como mamas fluctuante, se nota como se mueve el líquido. Tienden a formar fístula espontanea.
  • En el interior de la mama es menos sintomático y solo podemos sentir un nódulo profundo.
El tratamiento es en general quirúrgico, con aspiración o incisión, y terapia antibiótica hasta la resolución. Es mejor suspender la lactancia del lado afectado hasta la incisión, manteniendo un drenaje manual de la mama, aunque hay que valorar cada caso particular.

El adenoma de la lactancia es una masa no dolorosa, generalmente situada en los cuadrantes superiores externos.

Signos que deberían hacer sospechar de carcinoma:
  • Nódulo duro con márgenes irregulares.
  • Crecimiento más lento con respecto a otras situaciones.
  • Fijo con respecto al tejido circundante.
  • Retracción cutánea, retracción del pezón.
  • Adenopatías axilares.
  • Rechazo persistente a lactar de la mama afectada.
  • Secreción hemática
En casos de mastitis atípica
  • Si no desaparece,
  • tiende a regresar en la misma área,
  • hay difusa infiltración cutánea (piel de naranja), y del pezón con o sin nódulo subyacente,
  • existen adenopatías axilares duras y no dolorosas.
Son situaciones de alarma donde la madre y la doctora tienen que tener atención ya que pueden ser signos de mastitis carcinomatosa, una patología no muy frecuente y que puede confundirse con una mastitis.

Como consultores de lactancia estamos acostumbrados a tener una actitud de manos fuera, pero cuando una madre nos habla de la aparición de un nódulo es interesante que la consultora pueda ayudarla a descubrir dónde está el nódulo y que la evaluación se haga en varios momentos diferentes, resaltó Bellettini.

Conclusiones
  • La mayoría de los nódulos mamarios en la lactancia son de tipo benigno.
  • Es fundamental una adecuada gestión de la lactancia que permite prevenir, resolver los nódulos debidos al drenaje.
  • En caso de nódulos que persisten durante más de 72 horas, tres cuatro días y no cambian sus características clínicas, se debe enviar a la madre a hacer una ecografía.
  • La ecografía permite discriminar nódulos quísticos de sólidos. 
  • La necesidad de una biopsia con una aguja fina o de una biopsia microhistológica tiene que ser valorada en base a criterios clínicos y radiológicos

lunes, 15 de octubre de 2012

Diagnóstico radiológico de nodulo mamario durante la lactancia

Paula Merino impartió una ponencia titulada "Diganóstico radiológico del nódulo mamario durante la lactancia", un tema muy importante para aclarar dudas y falsos mitos a los que se enfrentan muchas mujeres a la hora de diagnosticar cualquier bulto o nódulo que aparece en el pecho durante la lactancia. Sobre todo, teniendo en cuenta que muchos profesionales todavía recomiendan destetar a la ligera o le señalan a la madre que mejor vuelva cuando deje de dar el pecho, en la absurda creencia de que las lactancias de hoy en día siguen durando apenas dos o tres meses.

Paula Merino, adjunta de la unidad radiológica de diagnóstico por la imagen del cáncer de mama del Hospital Marqués de Valdecilla (Santander), habló de los cambios fisiológicos que se producen en el pecho durante el embarazo y la lactancia. “Aunque no existe un protocolo de imagen estandarizado en cuanto al estudio del nódulo mamario durante el embarazo y la lactancia, ante una mujer que durante éste período presente a la exploración física un nódulo palpable la primera prueba de imagen a considerar es la realización de una ecografía”, señaló Merino . “Se trata de una prueba inocua (al no usar radiaciones ionizantes) y con alta rentabilidad diagnóstica (con una sensibilidad cercana al 100%) en este tipo de pacientes en las que la alta densidad mamaria disminuye la sensibilidad de la mamografía”, añadió. La ecografía será, por tanto, la prueba de elección para el diagnóstico, pero también como guía para cualquier otro tratamiento diagnóstico o terapéutico.

¿Se debe entonces realizar una mamografía?, se preguntó la ponente. La respuesta es afirmativa, siempre y cuando el especialista crea que va a proporcionar información adicional y, sobre todo, ante la sospecha de un cáncer de mama, ya que, en este último caso, la mamografía aporta información radiológica que no aportar la ecografía.

En el caso de la mujer embarazada, la única indicación de una mamografía será la sospecha de cáncer de mama. En este supuesto, la paciente debe tener claro que la dosis de radiación absorbida por el feto es muy inferior a la considerada segura en estos casos.

Resonancia magnética
En cuanto a esta prueba diagnóstica, Merino argumentó que la interpretación de las imágenes puede ser difícil, debido a la rápida absorción del contraste en la mama. Al igual de la mamografía, su uso será el estudio de extensión del cáncer de mama. La ponente aclaró, además, que el contraste que se usa en resonancia magnética es seguro en la mujer que está dando el pecho.

Citología
Una vez realizadas las pruebas de imagen, puede ser necesario realizar una citología o una biopsia para llegar al diagnóstico del nódulo  mamario. En la citología cabe la posibilidad de falsos positivos debido al estímulo hormonal que afecta a las células epiteliales. Hay que contar con un citopatólogo experto y resaltar que la prueba se ha realizado en una mujer lactante. En cuanto a las biopsias, Paula Merino señaló que la que se realiza con aguja gruesa es segura y sustitutiva de la biopsia quirúrgica.

Lesiones palpables en la lactancia
  • Galactocele: Es el nódulo benigno que se diagnostica con más frecuencia durante la lactancia. Se produce por obstrucción ductal debido a una reacción inflamatoria. La aspiración del contenido es la prueba a realizar para tener un diagnóstico definitivo.
  • Adenoma de la lactancia. Es un nódulo benigno. Normalmente son fibroadenomas o adenomas tubulares preexistentes en los que el embarazo ocasiona actividad secretora.
  • Fibroadenoma. Es el nódulo sólido, benigno, diagnosticado con más frecuencia en las mujeres jóvenes. Es hormonosensible, por lo que puede crecer durante el embarazo. Es difícil diferenciarlo del adenoma de la lactancia.
  • Mastitis. Es una complicación frecuente en el puerperio.
  • Cáncer de mama: se encuadra en el epígrafe de cáncer de mama asociado al embarazo, ya que este se define como el que aparece durante la gestación o hasta un año después. El diagnóstico suele realizarse en un estadio más evolucionado que en mujeres no embarazadas, por lo que tiene un peor pronóstico. Los principales motivos de retraso en el diagnóstico son:
    • Atribuir nódulos palpables a pesuodnódulos. 
    • Su crecimiento rápido debido a la influencia estrogénica del embarazo.
    • Rechazo al uso de la mamografía durante el embarazo.
    • Reticencia al empleo de maniobras intervencionistas, como una biopsia.
Conclusiones
  • La mayoría de las lesiones palpables en embarazo y lactancia son benignas.
  • Los cambios fisiológicos de la lactancia hacen la valoración más difícil.
  • La exploración clínica y la ecografía son obligadas ante cualquier lesión palpable.
  • La mamografía es necesaria siempre ante la sospecha de cáncer de mama.
  • El embarazo y la lactancia no deben ser motivo de retraso diagnóstico.

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