Llevo unos cuantos días-semanas leyendo en la red reflexiones sobre la blogosfera maternal... y su relación con las marcas. Parece que de un tiempo a esta parte los blogs que escribimos las madres son importantes en tanto en cuanto a soportes de publicidad o de campañas de relaciones públicas de grandes empresas, con intereses económicos centrados en el mundo de la maternidad.
Pero, si la blogosfera maternal se ha autogestado, parido y criado en los últimos años hasta florecer como una hermosa mujer por todos deseada, no ha sido como soporte publicitario o de campañas de comunicación. No, la blogosfera maternal nació en su momento como canal de comunicación entre madres, como vía para tender puentes entre mujeres, como luz para iluminar puerperios poco acompañados y también como medio para dignificar el papel de mujer-madre que tan denostado ha sido (y sigue siendo) en las últimas décadas.
Somos madres y nos sentimos orgullosas de ellos. Hablamos de nuestos cuerpos con orgullo y valentía y no nos importa contar los pormenores del uso de una copa menstrual o cómo medir la consistencia del moco vaginal para usar el método sintotérmico como anticonceptivo. Hemos sacado a la luz temas que antes se charlaban en corrillos con risitas nerviosas y hemos contribuido a dignificar nuestro cuerpo de mujer, con todos sus fluidos y con todas sus funciones biológicas, desde la menstruación hasta el amamantamiento.
Y como mujeres y blogueras hemos tenido grandes ejemplos propios y ajenos de cómo escribir un blog y dónde queríamos llegar con él. La primera oleada de las mal llamadas "dinosaurias" (pese a quien pese, todavía no están/estamos extintas), se ha visto seguida de muchas otras madres blogueras con distintos estilos, distintos objetivos... De cientos hemos pasado a miles. Hemos crecido y nos hemos multiplicado y muchas voces que antes se alzaban en solitario ahora lo hacen en compañía, con múltiples ecos, y resulta tremendamente complicado seguir el pulso de un fenómeno que ya trasciende la "blogosfera maternal" para convertirse quizás en la blogosfera femenina o en algo mucho menos definible en dos palabras...
Y es que jamás las mujeres hemos tenido, como ahora, la posibilidad de dar visibilidad a nuestras preocupaciones cotidianas, a nuestro día a día, a nuestros deseos y pesares. Porque en repetidas ocasiones, a lo largo de la historia, han sido los hombres los que han dado testimonio de los "humores" femeninos o las pocas mujeres que han llegado a la "palestra" no han representado la diversidad de tipos y caractéres que conforman el colectivo femenino.
Diversidad
Toda esta diversidad es muy positiva y permite a cada mujer bloguera encontrar su lugar y su nicho y también ofrecer a los múltiples tipos de lectoras un espejo en el que reflejarse, una reflexión, una vía de crecer o simplemente un lugar donde compartir inquietudes o trucos de cocina.
La diversidad es riqueza y esta riqueza no ha dejado de atraer a "las marcas", es decir, las empresas, que quieren arrimarse a un fenómeno tan popular como la blogosfera maternal, sacando réditos positivos de su "inversión" y/o proximidad. Y de ahí el ya manido debate de marcas y blogueras en el que unas demandan "profesionalización" y otros demandan "seriedad".
Quizás el problema es el acercamiento a la blogosfera maternal como el que se acerca a un medio de comunicación tradicional. Un medio tiene unos seguidores/lectores/audiencia que vende a los anunciantes a cambio de una cantidad de dinero que invierte en a) mantener la estructura, contenidos y trabajadores del medio y b) obtener un beneficio empresarial.
Pero en la blogosfera muchas veces nos encontramos que se empieza la casa por el tejado. Por ejemplo, quien escribe un blog que es un panfleto comercial sin apenas audiencia pero que no duda en pedir dinero/retribución en especie a cambio de una opinión/post/sorteo. Pero también empiezan la casa por el tejado las marcas que, sin molestarse en conocer la temática de un blog, su estilo y quien está detrás, mandan un mailing masivo con la esperanza de que le publiquen una nota de prensa por amor al arte.
Y aquí empiezan los problemas. Lo primero porque las blogueras no somos un medio de comunicación en el que llenar páginas y/o minutos, con lo cual no tenemos necesidad de recibir "notas de prensa" que nos ayuden a hacerlo. Por otro lado, precisamente como madres, lo que nos falta es el tiempo y muchas veces ese acoso y derribo resulta molesto (a mi muchas veces directamente me enfada) y termina siendo contraproducente para la marca/empresa en cuestión. Y porque en una nota de prensa, siempre se ofrece al medio de comunicación tradicional la información y, normalmente, la posibilidad de hacer una entrevista o de pedir más información al respecto.
Es decir, a mi me mandan notas de cadenas de jugueterías que sacan una tablet y a la idea que me surge es poder entrevistar al responsable científico del desarrollo de ese producto para ver cómo afecta y en qué beneficia a mis hijos el uso de ese tipo de dispositivos... Pero no me dan la oportunidad de hacerlo, ya que la intención es que repita mecánicamente (copypastear se llama ahora) el mensaje sin más... Y eso, muchas blogueras, no estamos dispuestas a hacerlo.
Por otro lado, sí, voy a buscar contenidos fuera e, incluso, estoy dispuesta a pagar por ellos, asistiendo a congresos o encuentros profesionales. Pero, normalmente, tenemos muy clara la diferencia entre lo que interesa a nuestro público "per se" y lo que una marca comercial quiere que contemos buscando un beneficio propio. Por ejemplo, muchas blogeras van a charlas de Carlos González, Rosa Jové o cualquier otro gurú de la crianza y hablan sobre ello sin pedir un duro a cambio, contribuyendo, sin duda, a mejorar las ventas de libros de estos autores. ¿Por qué lo hacen? Porque les interesa a ellas y porque les interesa a sus lectores. El problema es que muchas notas de prensa o mailings de marcas ni nos interesan a nosotras ni a nuestro público.
Lo que buscan las marcas
Otra de las dudas que me asalta en este debate marcas-blogueras es por qué algunos blogs son más populares y reciben más ofertas publicitarias y son incluidos en rankings y listados y sesudos análisis y documentos sobre la blogosfera maternal y otros no. Y es que las mujeres compramos, las mujeres cada vez decidimos más sobre las grandes compras del hogar, y somos un público jugoso al que llegar con recomendación, es decir, a través de una bloguera.
Aún así, hay temas que interesan más y temas que interesan menos. Blogs que reciben más ofertas comerciales y otros que las reciben menos. Y la sensación que me da es que para poder sacar rentabilidad a tu blog y tener ofertas comerciales hay que ser "políticamente correctas" y no tratar temas polémicos... O al menos no centrarte demasiado en ellos... O sea, puedes participar en una campaña contra Dodot o contra las vacas de El Mundo, pero no debes centrarte demasiado en temas como la lactancia materna ya que
a) sigue percibiéndose como un tema polémico
b) no da dinero y
c) no hay nadie (marca/empresa) demasiado interesado en asociarse con "las locas de la teta"
Lo que buscan las personas
Sin embargo, muchos blogs muy bien posicionados en la blogosfera maternal hablan de tetas, de mimos, de leche materna, de lactancia y de colecho. Y no reciben visitas por ser muy populares entre iniciativas de relaciones públicas de marcas o por ser más o menos guays en el ranking del momento sino porque la gente que busca información veraz, contrastada, responsable y razonada sobre un tema en concreto llega a sus páginas de manera masiva. Y lo hacen de la mano de algunos los jueces más asépticos que se pueden encontrar hoy en día: los buscadores y sus algoritmos.
Y héteme aquí en el fin de mi diatriba. Porque ¿Para quién escribimos las madres blogueras? ¿Para las marcas? ¿Para crear una audiencia que vender? Pues yo creo que no, creo que las madres blogueras escribimos para otras madres, mujeres, familias y que quienes dedican su tiempo a leernos. Escribimos muchas veces para nosotras mismas, para las madres que fuimos hace años, pensando en cómo encaminarla hacia la mujer que somos ahora. Y en el camino seguimos creciendo y dejando algo de nuestro propio yo; y nos enriquecemos con cada visita, con cada comentario, con cada compañera que encontramos, con cada alma gemela y con cada archienemigo que nos creamos.
Mostrando entradas con la etiqueta madres blogueras. Mostrar todas las entradas
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martes, 3 de diciembre de 2013
viernes, 15 de febrero de 2013
¿Y tú? ¿Qué opinas?
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Imagen enlazada desde el blog de La doctora Jomeini y su post Anónimo. |
Os reproduzco aquí el comentario:
Anónimo
Hoy es el dia del niño con cancer. No seria mejor que esos 300€ fueran a una fundacion que investigue sobre esta enfermedad? O a personas que lo estan perdiendo todo y no pueden dar de comer a sus hijos?
Me encanta tu blog pero creo que hay muchas cosas por las que pedir dinero que pueden ayudar a muchas personas.
Un beso
Y aquí mi respuesta:
Hola Anónimo:En fin, que no lo entiendo. Si un patrocinador me hubiera pagado la inscripción al congreso ¿También estaría mal? ¿Sería una ofensa que les hubiera pedido ese dinero para mi participación en el congreso en lugar de pedirlo para la investigación sobre el cáncer infantil? ¿O en ese caso no se hubiera ofendido nadie?
Muchas gracias por tu aportación y por seguir mi blog... Pero la verdad es que no sigo tu razonamiento. Me dices que hay muchas cosas por las que pedir dinero que pueden ayudar a muchas personas, pero mi experiencia y los mensajes recibidos ayer y hoy me demuestran que mi blog ayuda a muchas personas. A madres, padres y a muchas asesoras de lactancia y profesionales sanitarios que lo usan como fuente de referencia para sus consultas. Sin ir más lejos, en el comité de lactancia de la Asociación Española de Pediatría enlazan mi blog en múltiples ocasiones para ofrecer a los padres y a los profesionales información sobre alimentación complementaria.
La verdad es que no entiendo tu razonamiento. Esa persona que investiga sobre el cáncer ¿Merece más que yo un pago/sueldo por lo que hace? ¿Está más formada y más cualificada? ¿Acaso yo no invierto tiempo que quito a mi familia y a mis hijos por esta ayuda que doy a los demás? ¿Cómo contabilizas tú cuánta gente se beneficia de lo que yo escribo en el blog? Te dejo un enlace muy interesante de Azucena Caballero dónde ella da muy buenas respuestas a la gente que, como tú, opina que debo gastar mi tiempo y dinero y además no "osar" a pedir nada a cambio.
Desde luego cada uno es libre de decidir dónde invierte su dinero. Habrá quien done dinero para evitar la extinción del mejillón amarillo de las rías medias y habrá gente que considere que su dinero está bien invertido financiando mi participación en el congreso.
En cuanto a las personas que lo están perdiendo todo y no pueden dar de comer a sus hijos. ¿En España? ¿En Filipinas? Yo tengo mis propias ONGs a las que dono dinero anualmente. Unicef e Intermon Oxfam. Y en cualquier caso, eso es asunto mío. Y si tengo un vecino que no puede dar de comer a sus hijos, le invitaré a comer a mi casa todas las veces que sea necesario. Por ese mismo razonamiento, te sugiero que vayas a la puerta del congreso a gritar indignada a toda la gente que entre, reprochándoles que esos 400 euros los pueden donar a la investigación al cáncer infantil en lugar de perder el tiempo en un congreso de lactancia. ¿O la única que no tiene derecho a ir soy yo?
Yo no obligo a nadie a darme dinero. Quien me lo da, lo da porque buenamente quiere y puede. Y elige entre todas las "buenas causas" a su alcance y a su disposición.
¿Cuándo ves a alguien que pide dinero para operar a su hijo en Houston también le dices a esa gente que no pida dinero y que mejor lo den para financiar la investigación? Lo siento, pero me parece que tu argumento es falaz y que esconde segundas intenciones.
Y, desde luego, si no te gusta mi blog o mi política, nadie te obliga a estar aquí y a leer lo que yo escribo... Es muy elástico venir a leer artículos que yo escribo a raíz de mi asistencia a un congreso en el que he invertido casi 300 euros en la inscripción (como los del verano pasado en San Sebastián), más desplazamientos y otros gastos, y luego pensar que soy egoista por pedir colaboración para ir a otro congreso.
Desde luego, así va el mundo. Todo esto dicho desde el cariño ;-)
Un beso
Si me lo pago yo de mi bolsillo y luego no lo comparto ¿También estaría bien? ¿O además estaría obligada a compartirlo?
Y aún yendo más allá, si recibo dinero de una empresa por un blog patrocinado ¿También debería donarlo a la investigación contra el cáncer? ¿Acaso las madres que escribimos un blog debemos ser Teresa de Calcuta (pero sin la infrestructura económica de la Iglesia detrás)? ¿Acaso es poco ético pretender una remuneración por el tiempo que le quitas a tu familia y que dedicas al blog?
Obviamente, nadie nos pone una pistola en la cabeza para escribir un blog. Lo hacemos porque queremos. Pero igualmente cuando nos cansamos de invertir el tiempo, de contestar consultas, o simplemente nuestras circunstancias cambian ¿estamos obligadas a seguir? Pues tampoco.
Lo que más me ofusca de todo esto es que yo no estoy pidiendo nada para mí. Es para compartir. Yo no me voy a comprar una tele o irme de vacaciones, voy a invertir mi tiempo en ir a un congreso y más de mi tiempo en contarlo por escrito. ¿Además de invertir mi tiempo me tengo que endeudar con el banco para pagar mi asistencia? Claro, la opción es no ir. Y si nadie me hubiera apoyado con eso me hubiera quedado, pero vuelvo a decir que me siento feliz y orgullosa del apoyo recibido porque demuestra que lo que hago merece la pena y que así lo ve mucha gente.
En fin, que me gustaría conocer vuestra opinión, porque muchas de las que estáis por aquí sois madre, blogueras, emprendedoras, asesoras. Así que me repito, ¿Y tú? ¿Qué opinas?
Publicado por
Eloísa
Etiquetas:
congreso,
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