Parece inevitable que cada vez que vemos a un niño o bebés más o menos de la edad del nuestro comencemos las comparaciones: cuánto pesa, cuánto mide, ¡¡qué grande está!! ¿Come bien? ¿Y está así solo con teta? Y muchas otras frases a las que estamos acostumbradas.
"Cartilla del niño sano" en mano, nos metemos en una competición de percentiles, tallas de ropa y por tener al niño más gordo y lozano del vecindario. Y, llegados a cierto punto, las comparaciones pasan del peso y la talla a lo que hace el bebé ¿ya camina? ¿habla? ¿cuántas palabras dice? Da la sensación de que medimos nuestro éxito como progenitores por los logros (en la báscula o psicomotores) de nuestro bebé.
Aunque todas estas competiciones parecen ser de cara a la galería, es decir, por el aspecto. Nadie pregunta cuánto sonríe, cuántos besos le damos o si es el niño que más tiempo está en brazos.
Cuando alguna madre se decide por una opción de crianza no mayoritaria se produce un fenómeno similar en el que el resto de mujeres de su entorno se miden por esa decisión y parece que se ven obligadas a justificarse o a dar su opinión. El porteo es un buen ejemplo, ya que es un comportamiento visible desde el exterior. Así, cuando llevas a tu bebé en fular o en cualquier otro tipo de portabebé, muchas mujeres de tu entorno empiezan a transmitirte mensajes como "yo no pude portearle", "tengo la espalda mal", "no me resultaba cómodo", etc. Es el tipo de comentarios que recibo muchas veces, por ejemplo, cuando llevo a mi hijo mayor al colegio y voy con el pequeño encima.
El colegio es un ambiente en el que muchas madres nos miramos en el espejo del resto. En el que muchas tenemos más de un hijo y es constante ver a mujeres embarazadas o con varios peques de la mano. Y en un escenario en el que nos desenvolvemos entre pares, es más común escuchar este tipo de comentarios de maternidad "competitiva" o de justificaciones.
Sin embargo, al salir de este ambiente, por ejemplo en las últimas vacaciones que disfrutamos en un periodo poco al uso para escapadas con niños, me asombró recibir comentarios muy diferentes. Todas las mujeres con las que me iba encontrando tenían una sonrisa y unas palabras para mi peque y siempre iban en el sentido de "qué a gustito va ahí"... Y dándole vueltas al tema durante esos días, llegué a la conclusión de que los mensajes que recibía eran diferentes porque las mujeres que nos emitían no se ponían en una situación de pares o de igualdad. No competíamos por una mejor maternidad o crianza, por lo que primaba más la empatía y el reconocimiento de lo bien que iba el bebé (y lo guapo que es, ¡¡¡Por supuesto!!! ^_^ ).
No competíamos porque claramente yo era una visitante y porque, además, muchas de las mujeres con las que me encontraba se encontraban en un rango de edad muy diferente (más jóvenes o mayores). Y ahí las protagonistas dejábamos de ser nosotras, y una incierta escala social de puntos de "maternaje", y el foco de todo era el bebé. Y cuando el foco es el bebé, es inevitable ver lo a gusto que van al alcance de los besos de mamá.
Yo, por mi parte, aunque siempre me alegro de lo guapo y lozano que está mi bebé, he hecho y sigo haciendo firme propósito de no competir. Todas y cada una somos las "mejores madres del mundo" y queremos a nuestros hijos más que a nada en el mundo. Y eso es una verdad incuestionable e inmutable.
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miércoles, 9 de julio de 2014
miércoles, 19 de enero de 2011
Hermanos de leche
Tanto hablar de que si bancos de leche o donación no regulada madre a madre, venta de leche materna (sí, en Estados Unidos los bancos de leche venden la leche humana como medida para financiar parte de sus costes) o solidaridad altruista entre madres... Nos vamos a lo divino, a los debates de altos vuelos, y perdemos de vista la tierra donde nosotras y nuestros hijos ponemos los pies cada día.
Y ahí estaba yo documentándome sobre bancos de leche y otras iniciativas de intercambio cuando me puse a echar las cuentas de cuántos hermanos de leche tienen mis hijos:
Darío es hermano de leche de Karim, el segundo hijo de mi hermana que nació cuando Darío tenía unos siete meses. Le amamenté sobre todo en los momentos en que mi hermana estaba ausente y el niño era todavía muy pequeño. A partir de los 6 meses ya no quiso mamar conmigo. Darío no quiso tampoco mamar del pecho de mi hermana.
Diana es hermana de leche de Karim, por partida doble. Porque yo he amamantado a Karim y porque ella ha sido amamantada por mi hermana. De nuevo, mi hermana ha suplido mis ausencias, solucionando así las necesidades de mi hija, sobre todo durante las primeras semanas.
Diana es, además, hermana de leche de Omar (el primogénito de mi hermana), ya que al tomar la leche de su tía, se hermana también con Omar, que también se alimentó de leche materna.
Darío y Diana son hermanos de leche de Adrián, el hijo de una amiga mía. Porque hemos compartido maternidad y porque las cosas han surgido así, con toda naturalidad, yo he amamantado a su hijo en momentos puntuales y mi hija se ha alimentado de ella en algunas ocasiones.
Darío y Diana son hermanos de leche de Álvaro, el hijo de otra amiga mía, un pequeño de siete meses que el otro día me recordó lo diferente que es la succión de un bebé de la de un niño más crecidito. Es una lástima que el hermanamiento de leche con Álvaro no se extienda a su hermano mayor, Alberto, que no pudo tomar una leche que, ahora se ha demostrado, su madre es perfectamente capaz de producir. Afortunadamente, los segundos hijos nos permiten volver sobre los errores del pasado y sobreponernos a ellos, enseñándonos lecciones impagables ¿verdad, Nuria?
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Diana y Adrián. |
Karim, Adrián y Álvaro se llevan el kit completo de hermanamiento, ya que han compartido la calidez del pecho, la firmeza del abrazo, el ritmo acompasado del latir de mi corazón, las sonrisas y caricias que les he dedicado mientras los sostenía en mi regazo y la suavidad de la piel contra la piel, además del alimento primordial.
Los niños que han recibido leche materna donada sólo comparten con mis hijos un alimento mediatizado y pasteurizado, acompañado de una ficha con la analítica de sangre correspondiente y una descripción de los hábitos de vida de la donante. En el mejor de los casos, lo habrán recibido mediante un relactador, pegaditos al pecho de su mami, mientras practicaban el método canguro. En el peor de los casos, los habrán alimentado con un biberón que puede haber obstaculizado su correcta alimentación en el futuro al pecho de su propia madre.
Los niños que he amamantado han recibido leche, amor, comunicación y comprensión. Pero entre sus madres y yo también se ha establecido un flujo de confianza, de solidaridad, de la tranquilidad que da saber que hay alguien que te respalda en caso de necesidad, de entrega, de cariño,... todos ellos valores que consolidan los lazos previos que nos unían.
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Álvaro. |
pero yo, además, me siento madre de leche de esos tres niños y, en mayor o menor medida, los llevo en mi corazón como mis hijos de leche.
Ahora que lo pienso, soy afortunada, pues tengo una maravillosa familia numerosa... ¡¡¡de leche!!!
Publicado por
Eloísa
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Y llegamos a 5.000
Pues eso... Que mi hermoso blog ha llegado y ha superado felizmente las 5.000 páginas vistas... Un sueño prácticamente inalcanzable allá por el mes de abril, cuando empecé con paso titubeante mi andadura por el ciberespacio blogueril.
Como en todo discurso de agradecimiento por un premio (y que mejor premio que el respaldo, apoyo y ánimos que me dáis con vuestras visitas), no hay que olvidarse de las personas que me han ayudado a llegar hasta aquí:
Darío y Diana, mi inspiración continua y también inagotable fuente de quebraderos.
Twychi Twy, compañero incansable, faro para no perderse, llevador de contraria por afición para chequear la convicción y fortaleza de mis argumentos.
Iliana, La Miri, Patricia y el resto de blogueras que me han acogido en su tribu virtual como una más. Vuestro cariño y vuestros comentarios me han empujado y animado a seguir.
Irene, Rafi y otras amigas en la distancia, a las que he sentido muy cercanas por momentos gracias a sus comentarios y reflexiones vertidas en estas páginas digitales.
Mis amigas con apego, Elena, Rocío, Esmeralda, Lydia y muchas más, que a través del FB y otros foros siguen mis andanzas e, incluso, las comparten con sus contactos.
Nohemí, LadyA, Mama CC y otras a quienes no tengo el gusto de conocer, pero cuyos trabajos y reflexiones me sirven como espejo en el que mirarme.
También hay que dar las gracias a Carmen Machado, Elvira Lindo y otras figuras del "periodismo" de primer línea que, con sus ataques, no hacen sino unirnos y volvernos más fuertes y más conscientes de nuestro poder.
Espero, en breve, poder hacer algún anuncio con el que festejar aún más este momento tan especial... Seguiremos informando.
Como en todo discurso de agradecimiento por un premio (y que mejor premio que el respaldo, apoyo y ánimos que me dáis con vuestras visitas), no hay que olvidarse de las personas que me han ayudado a llegar hasta aquí:
Darío y Diana, mi inspiración continua y también inagotable fuente de quebraderos.
Twychi Twy, compañero incansable, faro para no perderse, llevador de contraria por afición para chequear la convicción y fortaleza de mis argumentos.
Iliana, La Miri, Patricia y el resto de blogueras que me han acogido en su tribu virtual como una más. Vuestro cariño y vuestros comentarios me han empujado y animado a seguir.
Irene, Rafi y otras amigas en la distancia, a las que he sentido muy cercanas por momentos gracias a sus comentarios y reflexiones vertidas en estas páginas digitales.
Mis amigas con apego, Elena, Rocío, Esmeralda, Lydia y muchas más, que a través del FB y otros foros siguen mis andanzas e, incluso, las comparten con sus contactos.
Nohemí, LadyA, Mama CC y otras a quienes no tengo el gusto de conocer, pero cuyos trabajos y reflexiones me sirven como espejo en el que mirarme.
También hay que dar las gracias a Carmen Machado, Elvira Lindo y otras figuras del "periodismo" de primer línea que, con sus ataques, no hacen sino unirnos y volvernos más fuertes y más conscientes de nuestro poder.
Espero, en breve, poder hacer algún anuncio con el que festejar aún más este momento tan especial... Seguiremos informando.
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