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jueves, 29 de mayo de 2014

Extracción de leche materna

Extraer 30 ml. de calostro y sentirte
tan bien que hasta le haces una foto.
Ya os conté que los inicios de mi tercera lactancia fueron un poco complicados debido a una separación. En el primer momento, y en el resto de crisis que siguieron, el sacaleches se convirtió en mi gran aliado para superar los problemas de calibración de la producción.

Como Erik estuvo separado de mí durante varias horas, no estimuló el pecho y este no había recibido las señales necesarias para comenzar a producir toda la leche que él necesitaba. Esto, sumado a todas las pruebas que le hicieron, hacía que llorara en el pecho su hambre y todo lo que había pasado y se enrabietara todavía más al no poder saciarse.

La única manera de superar esta situación fue extrayendo leche y dándosela con jeringuilla a pelo primero y luego con la sonda directamente en el pecho a modo de "relactador".

Yo nunca había sido demasiado usuaria de sacaleches, ya que he tenido la suerte de trabajar como autónoma desde que he sido madre, sin horarios y desde casa. Con Darío usé el extractor manual de Avent. Teníamos feeeling él y yo y me funcionaba mucho mejor que cualquier otra cosa, aunque algo de daño cuando hacía el vacío sí que sentía... aparte de no sacar demasiada cantidad.

Con Diana me extraje sobre todo para donar y lo hacía con el de Avent o con uno doble eléctrico de Ameda. Con cualquiera de los dos tenía buenos resultados, pero tampoco es que me econtrara demasiado cómoda con el proceso.

Con Erik empecé a usar los de Medela en el hospital y la verdad es que el cambio fue alucinante. Sobre todo con el Symphony. Esta máquina tenía dos funciones:
- Un programa de unos 10 minutos destinado a las mamás de prematuros para estimular la producción de leche. Se trataba de un programa automático que iba variando la velocidad de los ciclos de succión y la intensidad de la misma. Y aunque estuviera específicamente diseñado para madres de prematuros yo obtenía grandes resultados en las extracción, sobre todo con los cambios de ciclos.
- Un mando normal en el que se podía configurar la intensidad de la succión.

Además, el Symphony cuenta con el sistema de doble extracción de Medela, con un primer ciclo para "llamar a la leche" y un segundo ciclo para la extracción propiamente dicha, imitando así el comportamiento de los bebés en el pecho.

He de confesar que después de varias extracciones cuando saqué 90 mililitros de leche amarillenta yo misma me quedé gratamente sorprendida, pues creo que es una de las mayores cantidades que había extraído durante todos mis años de lactancia.

Y lo mejor de todo es que con ese extractor lo lograba de manera cómoda y sin sufrir ningún tipo de dolor en el proceso. No podía pedir más y desde aquí quiero agradecer al 12 de Octubre que tengan buenos sacaleches a disposición de las madres para que los podamos usar en todo momento. Yo, personalmente, ya he usado los de la unidad de "Transición" u Hospital de Día de neonatos, los de uno de los boxes de cuidados intermedios de neonatos y el de la planta de maternidad donde yo estuve ingresada, pero también los de la sección de cirugía pediátrica y de la UCI pediátrica de este mismo hospital... Soy lo que algunos denominarían "heavy user" ;-)

Y, una vez en casa, me he lanzado a usar el Freestyle de Medela. Su extracción doble me permite extraer de los dos pechos a la vez, pero, sobre todo, me encanta la potencia de extracción y la versatilida de su motor que me permite controlar el doble ciclo (estimulación y succión), la intensidad del vacío, pero también el tiempo que llevo extrayendo. Este fue el modelo que le recomendé a África cuando inició el proceso de lactancia inducida


Mini-electric

viernes, 4 de abril de 2014

Recetar asesoría de lactancia

 A la derecha de sus pantallas, Peter Hartman.
El papel de la asesoría de lactancia es cada día más importante para apoyar a las madres en su deseo de amamantar. Muchos son los profesionales e instituciones que afirman apoyar la lactancia materna, pero este apoyo se tiene que aplicar en la práctica y no quedarse solo en la teoría.

Mientras Erik y yo estuvimos en la unidad de neonatos del Hospital 12 de octubre tuve la oportunidad de presenciar un hecho muy esclarecedor al respecto y desde entonces vengo pensando en la necesidad de recetar o prescribir asesoría de lactancia a las madres, en el mismo sentido que se haría con un medicamento o tratamiento.

En concreto, una noche, la doctora Concha de Alba habló con una mamá que había tenido a un bebé prematuro y con crecimiento intrauterino retardado por cesárea cinco o seis días antes. Esta mamá había sido ayudada o aconsejada previamente. Muchas veces yo presencié algunos consejos equívocos o que iban en contradicción con el que le había dado el anterior turno (por ejemplo, extrae leche frecuentemente y no te extraigas antes de venir a amamantar al niño 0_0)... Pero esa noche la doctora De Alba se paró con ella, la mujer expresó su deseo de amamantar y la doctora (que además de neonatóloga es IBCLC) se sentó con ella y, con voz pausada y dulce, la fue guiando. Dejando las manos fuera y dando consejos de manera cariñosa y sencilla... Y ese bebé mamó y a esa mamá se le saltaron las lágrimas de la emoción después de haber conseguido hacer lo que hasta ese momento le había resultado imposible.

Yo no podía preguntarme qué hubiera pasado si a esa madre alguien le hubiera recetado esos 20 minutitos de asesoría de lactancia unos días antes. En esos momentos, pensaba, sería una mujer completamente distinta. 

Y hoy en la conferencia de prensa del 9º Simposio Internacional de Lactancia de Medela me he reafirmado todavía más en ello, después de escuchar al impresionante elenco de profesionales reunido en tan pocos metros cuadrados (permitidme el momento fan, pero al saludar a Peter Hartman el corazón se me ha puesto a mil por hora).

Shoo Lee, director del Centro de Investigación en Salud Materno-Infantil de Toronto (Canadá) ha comentado brevemente los datos de una intervención puesta en marcha en 20 hospitales de su país. En este proyecto, las enfermeras de las unidades neonatales dejaron de ser cuidadoras y pasaron a ser educadoras de los padres, que se convirtieron en los cuidadores de los bebés. Los padres prácticamente lo hacían todo menos manejar las vías y demás procedimientos. Y los resultados fueron sorprendentes:
- se mejoró en un 25% la ganancia de peso de los bebés.
- no se registró ni una sola infección en el grupo experimental (frente al de control).
- no se registró ningún episodio de enterocolitis necrotizante en el grupo experimental.
- se doblaron las tasas de lactancia materna.
- se redujo la duración del ingreso.
- disminuyó el estrés parental y mejoro la satisfacción de los padres.

Los padres importan. La lactancia es mucho más que un medicamento. Pero hay más factores en juego a la hora de mejorar las tasas de lactancia. Por ejemplo, los profesionales sanitarios. Lee ha afirmado con rotundidad que los profesionales médicos deben entender "que la leche humana es para los humanos y la leche de vaca para las vacas". Y, en este sentido, ha destacado que resulta absurdo a todas luces que en muchos países se necesite un consentimiento informado para alimentar a un bebé con leche donada, pero no para hacerlo con leche de fórmula. ¿Desde cuándo hay que informar de los riesgos de algo que es beneficioso y algo que tiene riesgos se puede dar libremente? Desde luego, es un cambio de mentalidad importante el que hay que lograr para que en las unidades neonatales y en los servicios de maternidad se empiece a solicitar un consentimiento informado para ofrecer suplementos y ayuditas.

Cuando se logra este cambio de mentalidad, tanto los profesionales médicos como los gestores estarán más orientados a dar a los padres el apoyo que necesitan. Y el apoyo, prescrito o estandarizado, es fundamental para lograr los mejores resultados. Shoo Lee ha mencionado que en Japón, por ejemplo, una asesora de lactancia atiende a los padres recientes en las primeras cuatro horas posparto para resolver sus dudas y dar apoyo en temas que pueden causar inquietud o temor, como la extracción de leche. "Cuando se les enseña, las madres encuentran que la lactancia es una experiencia mucho más fácil", ha subrayado.

Paula Meier, directora de Investigación Clínica y Lactancia de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Centro Médico de la Universidad de Rush (Chicago, Estados Unidos) ha contado como en su unidad cuentan con madres que, con el requisito de haber pasado un curso de orientación de tres meses y haber tenido a uno de sus hijos ingresado en esa misma unidad, están empleadas como asesoras de lactancia, dando apoyo a las familias de los bebés para instaurar su lactancia materna, resolver sus dudas e inquietudes, ayudarles a extraer de manera más eficiente, etc. 

Este tipo de políticas no solo mejora los resultados de los bebés, sino que es tremendamente empoderante para las madres, que sienten que están haciendo algo para contribuir a la salud de sus bebés. Pero, además, también es beneficioso desde el punto de vista económico. La misma doctora Meier ha señalado que en su unidad, donde se manejan diariamente unos 500 botes de leche materna extraída por las madres de los bebés ingresados, cada mililitro de leche materna en los primeros 14 días de vida del niño supone un ahorro de 560 dólares en los gastos asociados a complicaciones médicas e ingresos más prolongados... 

Vaya, que si la leche materna es buena para el bebé, buena para la madre, empoderante y además recorta radicalmente los costes de la hospitalización y está sobradamente demostrado que la asesoría y apoyo en la lactancia puede suponer la diferencia entre el éxito y el fracaso... Blanco y en teta... ¡Leche materna! Pues lo dicho, que los pediatras deberían extender recetas en las que se garantizara media hora diaria de asesoría en lactancia, o una hora semanal de apoyo, o una plaza garantizada en un grupo de madres o 100 mililitros de formación sobre uso de extractores.

El 9º Simposium de Lactancia Materna de Medela acaba de empezar y ya estoy gratamente emocionada e indignada (por todo lo que podría hacerse y no se hace). 

miércoles, 22 de mayo de 2013

¿Cacharros o herramientas? Relactador

Hoy os traigo un nuevo capítulo de mi serie ¿Cacharros o Herramientas? Para dar “una de cal y una de arena” ahora toca uno de los buenos, una herramienta. En este caso os hablo del relactador, que ofrece una ayuda muy importante a madres con riesgos reales para su lactancia y una ayuda real para bebés que tienen dificultades en la succión o que, habiéndolas resuelto, no consiguen establecer adecuadamente la producción.

Lo bueno del relactador es que es un producto poco conocido, por lo que resulta casi imposible que una madre embarazada se diga “Uy, me voy a comprar un relactador por si acaso tengo problemas en mi lactancia”, así que se evita drásticamente su conversión en “cacharro” de la lactancia. Normalmente, las madres se plantean usar un relactador asesoradas por un profesional de la lactancia, ya sea médico, matrona, enfermera, consultor o asesora de lactancia. Aunque alguna madre también se puede plantear su uso después de haber buscado en Internet información sobre alguna problemática concreta (hipogalactia, relactanción, lactancia inducida, formas fisiológicas de suplementar, etc.).

El relactador consiste, básicamente, en un depósito en el que se coloca el suplemento que va a tomar el bebé (que puede ser de leche materna extraída, leche de fórmula o una mezcla de ambas) que cuenta con unas sondas finitas que conducen esa leche y que quedan pegaditas al pecho de la madre, de tal manera que cuando el bebé succiona el pecho toma tanto la leche que hay en la mama como el suplemento almacenado en el relactador.

El relactador puede fabricarse artesanalmente o puedes comprar el de Medela. Su principal ventaja es que, mientras el bebé toma el suplemento, está estimulando el pecho para que produzca más cantidad de leche. De este modo, sería el único modo de dar suplementos que, al mismo tiempo, lograría aumentar la cantidad de leche disponible en el pecho y, por tanto, lograría ir reduciendo la cantidad de alimento complementario que debería recibir el bebé.

Otra ventaja, evidente, es que es un modo de suplementar a los bebés más fisiológico, ya que, al succionar al pecho, el bebé controla los ritmos, hace las pausas necesarias y todas las sensaciones que recibe mientras se alimenta son las propias de la lactancia materna. Esto no es solo beneficioso para el bebé, sino también para la madre que recibe exactamente el mismo estímulo que cuando el niño mama sin relactador, por lo que fomenta la secreción de oxitocina, facilitando así el apego saludable entre la diada madre-bebé en ambos extremos de la relación.

Además, el relactador permite dar el suplemento de manera más rápida y cómoda que otras alternativas que no interfieren con la lactancia materna (sonda+jeringuilla, cuchara, vasito). El momento del suplemento es tan placentero como el momento de la lactancia.

El relactador se puede utilizar a distintos niveles:
  • Se puede dar primero el pecho y luego el pecho con el relactador o bien empezar directamente con el relactador.
  • Se pueden usar sondas de distintos grosores para que la ingestión del suplemento sea más o menos fácil en función de las capacidades del bebé.
  • Se puede colocar el depósito de la leche a distintas alturas, de tal modo que si se coloca más alto que el pezón la leche tenderá a caer por si misma (teoría de los vasos comunicantes), mientras que si se coloca más bajo que el pezón, el bebé tendrá que realizar un mayor esfuerzo de succión para obtener la misma cantidad de leche del relactador.
  • Se puede usar en un solo pecho o en los dos pechos (simultáneamente o alternativamente).
Yo suelo recomendarlo básicamente para las madres que quieren ofrecer un suplemento (entendido como cantidad suplementaria de leche extraída o de formula que complementa la que el bebé toma directamente al pecho) sin por ello dificultar o interferir en su lactancia. Pueden ser mujeres que:
  • Desean pasar de lactancia mixta a lactancia materna exclusiva, pero no tienen tiempo disponible como para realizar varias extracciones diarias. En este caso, se sustituye la estimulación mediante la extracción con la estimulación directa del bebé al tomar el suplemento.
  • Quieren pasar de lactancia mixta a materna exclusiva y buscan una forma de dar los suplementos que interfiera lo menos posible con la lactancia.
  • Desean relactar después de haber destetado a su bebé.
  • Quieren inducirse la lactancia para un bebé que no es su hijo biológico (madres adoptivas, parejas de madres lesbianas, mujeres que amamantan al bebé de algún familiar, etc.). 
  • Tienen bebés con patrones débiles o desorganizados de succión que necesitan tomar suplementos.
Aquí os dejo un testimonio de relactación, publicado en el blog de Sina.

jueves, 25 de abril de 2013

Se me cae la baba

Se me ocurren distintas maneras de titular este post, todas igual de evocadoras pero en mayores o menores niveles de "sonoridad lingüística" (por decirlo de alguna manera). Pero todos ellos se reducen en "se me cae la baba". Y es que a mí se me cae la baba con cosas muy raras. Obviamente, con mis hijos y todos sus logros, pero también viendo a señores mayores, con sus arrugas y sus canas, hablando de tetas.

Y no, no me refiero a esos "viejos verdes" que florecen con la primavera en los bancos de los parques lanzando piropos más o menos soeces a la concurrencia femenina. No. Me refiero a Señores, con mayúsculas, a Radicales de la Teta, como aquellos de los que os hablaba hace tiempo. Y entre ellos, algunos muy especiales, como Nils Bergam, por los que te recorres media geografía española para verlos en un congreso con la sensación de ser una fan adolescente...

Pero es que, chica, es oírlos hablar y quedarte extasiada... En fin. Que me pierdo. Que acabo de escuchar hablar a Peter Hartmann y ya me ha salido la groopie de la teta a la que se le cae la baba con cada frase y cada palabra... Gracias a las chicas de Medela (que todas ellas son fantásticas, pero en especial Mafalda y Maika) he tenido la oportunidad de escuchar a algunos de los ponentes del  8º Symposium Internacional de Lactancia, entre los que se encuentra Peter Hartmann.

Y es que este señor no se pone a hablar de términos científicos complicadísimos ni ha hacer trabalenguas técnicos. No, este caballero se va a un congreso internacional a resolver lo que nos preocupa a las madres lactantes en el día a día. Si es que me parece estar en el grupo de lactancia:

- Es que he ido al pediatra a decirle que me duele al dar el pecho y me ha dicho que es normal, que tiene que hacerse callo.
- Pues chica, a mí me parece que tu pediatra no tiene ni idea de lactancia.

Pues en resumen eso, pero dicho un poco de otra manera. "Si se mira la televisión y los medios de comunicación, se puede deducir que hay un gran interés en el pecho humano; pero en lo que se refiere al conocimiento científico del pecho humano, falta mucha información" comenzó. Irónico y directo al grano.

"Si vas a tu médico de familia con un problema de cualquier tipo te mandará al especialista, pero no hay ningún especialista en el “funcionamiento normal” del pecho humano", puntualizó.

"Si lo analizamos desde el punto de vista metabólico de la madre lactante, el pecho gasta en torno al 30% de la ingesta calórica, mientras que el cerebro solo gasta el 20%. Vemos, por tanto, que el pecho humano es un órgano tremendamente activo", prosiguió Hartmann, explicando que, desde el punto de vista evolutivo, cuando una función humana gasta el 30% de la ingesta calórica, tienen que ser tremendamente importante para la supervivencia de la especie.

Esta importancia biológica y evolutiva de la lactancia contrasta con la falta de investigación sobre la función y funcionamiento normal del pecho. "En las escuelas de medicina, se presta muy poca atención a la enseñanza de la función del pecho, la lactancia y el papel de la lactancia en el desarrollo del ser humano; por eso, las madres no tienen ningún lugar a donde cuando buscan apoyo o información sobre lactancia y los problemas que conlleva", argumentó.

El problema de todo esto es que, obviamente y como pasa con cualquier otro órgano, el pecho no funciona con un 100% de eficacia en el 100% de las mujeres. Por eso y para tratar de superar estos problemas de falta de conocimiento sobre el pecho, el equipo de Peter Hartmann ha diseñado la online LAMP (Lactation Assesment and Managemente Program).

La idea es ayudar a los doctores en la consulta, ofreciéndoles acceso a información sobre cualquier tipo de problema que puede tener la madre durante su lactancia. Por ejemplo, si una mujer acude a la consulta con dolor en el pezón, hacen click en la opción "dolor del pezón" y la pantalla les devuelve 12 causas de dolor en el pezón, desde las más comunes a las menos comunes. El doctor puede pinchar en cada una de ellas para obtener una descripción de la causa y una guía para tratarlo basada en las últimas evidencias disponibles, ya que es una herramienta basada en la evidencia.

En fin, un sueño hecho realidad. La mejor noticia, que en 2014 el Symposium Internacional de Medela se celebrará ¡¡¡En Madrid!!! Y yo, si viene Peter Hartmann, estoy dispuesta a empezar a hacer cola en la sede del congreso desde unas semanitas antes.

jueves, 7 de marzo de 2013

Ganadoras del sorteo

Como os comenté, he tenido la suerte de contar con dos grandes colaboraciones a la hora de buscar algo con los que "premiar" y "corresponder" todo el apoyo recibido en mi petición de ayuda para poder acudir al Congreso Español de Lactancia Materna que comienza hoy.

Y aquí están los resultados del sorteo:






Enhorabuena a las dos ganadoras. En breve me pondré en contacto con vosotras para gestionar la entrega :D

Y espero comenzar enseguida a bombardearos con los post sobre todas las cosas interesantes de las que se hable en el congreso.

De nuevo: ¡¡¡Gracias!!!

lunes, 4 de junio de 2012

Radicales de la teta


De izquierda a derecha, Lars Bode y Peter Hartman,
dos de los presuntos "radicales de la teta" que participaron
en el 7º Simposium Internacional de Lactancia Materna.
No voy a hablar hoy de las personas a las que se suele tachar de talibanas de la teta o locas de la teta. No, voy a hablar de personas con traje y corbata, investigadores reputados, hombres hechos y derechos (y alguna mujer), que con argumentos contundentes contrastados con sus estudios y análisis, no dudan en demostrar una y otra vez la superioridad de la leche materna.

Y es que, obviamente, una espera que en un congreso de lactancia materna se hable con seriedad y se lleve a ponentes de calidad sobre el tema. Pero aún así, me ha sorprendido cuando a preguntas sobre la duración de la lactancia o la comparación entre la leche materna y la leche de fórmula, estos hombres “serios” han respondido con datos fríos y contundentes que demuestran la infinita superioridad de la lecha de humano para los bebés humanos.

Claro, a ver quién tiene el morro de echarles en cara eso de que son unos radicales de la teta o que sus palabras no pretenden sino culpabilizar a las madres que no amamantan. En la exposición de estos señores no cabe ese tipo de diálogo, ya que son “científicos”, personas de reputación contrastada, gente que sabe de lo que habla. Y aún así, ahí quedan declaraciones del estilo de:
  • Dudo mucho que la leche de fórmula llegue alguna vez a aproximarse mínimamente a la complejidad de la leche materna y sus múltiples beneficios.
  • El DHA con el que se enriquecen las leches de fórmula es diferente al de la leche materna y es muy dudoso que llegue a tener el mismo efecto.
  • La leche de fórmula ayuda a los bebés a sobrevivir razonablemente, pero no es un sustituto de la leche materna.
  • El bebé no se puede vincular con incubadoras, por eso es importante que la madre o el padre estén en contacto permanente con él.
  • La duración normal de la lactancia se sitúa en torno a tres años y medio, pero hay poblaciones que amamantan hasta los seis.
  • No sabemos qué impacto/coste biológico puede tener el destete temprano de los bebés humanos.
  • Por cada mes que amamanta una madre se reduce su riesgo de padecer cáncer de mama.
  • Todos los medicamentos deberían incluir información adecuada sobre lactancia en los prospectos, basada en investigaciones fiables realizadas antes de su comercialización.
Sin medias tintas, sin paños calientes, sin ambigüedades, dejando bien claro la infinita superioridad de la lactancia materna para el correcto desarrollo de los bebés. La próxima vez que alguien me insinúe lo de “radical” de la teta, le voy a poner un vídeo de estos señores a ver qué le parece.

Pero bueno, entrando en materia. Gracias a Suu, del blog Construyendo una familia, y a Medela, pude presenciar la conferencia de prensa previa al 7º Simposium Internacional de Lactancia Materna que tuvo lugar el pasado mes de abril en Austria.

Células madre
El tema estrella del congreso fue la presencia de células madre en la leche materna, un descubrimiento que se ha llevado a cabo por la UWA, una universidad australiana cuyos representantes fueron Peter Hartman y Foteini Hassiotou.

Las células madre presentes en la leche materna tienen la potencialidad de convertirse en prácticamente cualquier tipo de tejido, por lo que este descubrimiento abre muchas vías de investigación en el campo de las células madres y la medicina regenerativa. En concreto, la investigación del equipo australiano se está centrando en el papel que estas células pueden tener en el desarrollo del bebé y como pueden influir en la respuesta del organismo ante enfermedades.

Como campos futuros de aplicación de este descubrimiento, Hassiotou señaló que era necesario investigar cómo se podrían usar estas células para tratar las enfermedades de los bebés, de la madre o de los familiares.

Función defensiva
En la conferencia de prensa también estuvo Peter Hartman, miembro del equipo de investigación australiano que tanto ha hecho avanzar los conocimientos sobre lactancia materna en los últimos años. Hartman afirmó que la leche materna es una secreción muy compleja de la que apenas conocemos nada. Por ejemplo, constató que aunque se cree que el rol principal de la leche es nutricional, lo cierto es que, desde un punto de vista evolutivo, la lactancia materna apareció como mecanismo defensivo y, posteriormente, se incorporó el valor nutricional. Eso supone un gran número de implicaciones, como el hecho de que los sucedáneos de leche materna cubren (y lo hacen pobremente) solo el aspecto nutritivo y nunca podrán alcanzar la función protectora de la leche materna.

Ante la pregunta de una periodista sobre cuánto tiempo se debe prolonger la lactancia, Hartman constató que “la duración normal de la lactancia es de unos tres años y medio, aunque hay poblaciones que amamantan a los bebés hasta seis años”. “Todos los primates amamantan hasta edades muy tardías”, aseveró, añadiendo que se sabe poco todavía sobre los cambios que se producen en la composición de la leche según va creciendo el bebé, por lo que se desconoce también el impacto que puede llegar a tener un destete temprano.

En cuanto al futuro de la investigación, Hartman aseguró que se debería analizar cómo influyen en la lactancia las distintas prácticas y protocolos que se realizan en torno al momento del nacimiento.

Oligosacáridos
Una de las aportaciones que me resultó más interesante fue la de Lars Bode, investigador de la Universidad de California, que habló sobre la los oligosacáridos de la leche humana (HMO), que son distintos tipos de azúcares complejos presentes en abundancia en la leche materna. Son el tercer tipo de molécula más numeroso en la leche materna (después de la lactosa y las grasas) y se han identificado cientos de tipos diferentes en la leche materna.

Según explicó Bode, tienen un efecto prebiótico (ya que ayudan a que el intestino sea colonizado por bacterias beneficiosas) y antimicrobiano (evitan que los microorganismos dañinos se fijen en la superficie intestinal)  y fomentan el desarrollo cerebral. Además, se ha demostrado su función en la prevención de la enterocolitis necrotizante (NEC) y se está investigando su papel en la protección frente al contagio del Sida.

Respecto a este último apartado, el investigador aclaró que aunque el virus del VIH está presente en la leche, solo el 20% de los bebés de madre portadora se infectan durante la lactancia. Por eso, hoy en día se teoriza sobre si uno de estos oligosacáridos puede fijar el virus en su estructura y neutralizarlo, ejerciendo así una función protectora.

Durante la charla, surgió la pregunta de si las investigaciones en este campo podrían desembocar en una mejora de los sucedáneos de leche materna, ante lo cual la respuesta de Bode fue rotundamente negativa: la leche de los animales de granja tiene una cantidad infinitamente menor de oligosacáridos que, además, no son tan complejos como los de la leche humana, explicó. Los oligosacáridos de la leche materna no se pueden encontrar en plantas o bacterias ni en ninguna otra fuente conocida. Además, los oligosacáridos de otras fuentes no tienen los beneficios de los de la leche humana, sobre todo en la protección frente a enfermedades. Por eso, recordó, hay que ser muy cauto en el uso de leche artificial, siendo siempre muy conscientes de los riesgos que conlleva.

Que no os separen
El profesor Uwe Ewald de la Universidad de Uppsala en Suecia explicó los cambios que se están llevando a cabo en las unidades de cuidados intensivos neonatales de Suecia para hacerlas más accesibles y acogedoras para las familias de los bebés ingresados. Ewald se lamentó de que hoy en día la separación de madre y bebé todavía sea una práctica rutinaria en la mayoría de los hospitales y argumentó que esta separación es “dañina y completamente innecesaria”, ya que, entre otras consecuencias, conlleva riesgo de ansiedad, depresión, estrés y sensación de incompetencia en la madre.

“¿Por qué es importante implicar a los padres en el cuidado del prematuro?”, preguntó uno de los asistentes a la conferencia. “Por la misma razón por la que es importante que un niño tenga padres”, respondió contundentemente el sueco. Para cualquier niño es fundamental tener madres y la cercanía física es un requisito imprescindible para establecer el vínculo que convierte a la madre en madre y a la familia en familia. “El bebé no se puede vincular con incubadoras, por eso necesita una madre o un padre”, concluyó. Y finalizó su intervención con una bonita petición: “Mi deseo es que en ninguna unidad de cuidados intensivos neonatales se piense en la madre o en el padre del bebé como en visitantes sino que se los contemple, simplemente, como madres y padres cuidando de sus hijos”.

Medicamentos
Por último, Tom Hale centró su intervención en su área de especialización: el uso de medicamentos en las madres lactantes. Subrayó que “las madres sanas crían bebés sanos”, una frase orientada a recalcar la importancia de tratar cualquier enfermedad o dolencia de las madres para garantizar la salud presente y futura de sus retoños. Y eso incluye tratar enfermedades como la arterioescleriosis o la depresión con medicamentos sin por ello tener que abandonar la lactancia.

En el ámbito de los antidepresivos, Hale recalcó que se debe tratar a la madre lactante y no asustar a la madre dándola a elegir entre el tratamiento para su enfermedad o la lactancia. De hecho, hay muchas investigaciones y datos contrastados sobre los efectos en la leche y en el bebé de estos medicamentos. “Hay antidepresivos muy buenos y adecuados para las madres lactantes, con muchos estudios detrás que respaldan su uso”, aseguró Hale.

En una de sus intervenciones Hale aseguró que la leche materna debería considerarse casi un medicamento en si misma, ya que “tiene un enorme impacto en la prevención de enfermedades”, reduciendo en un 66% la incidencia de en el tracto respiratorio o en un 80% las otitis medias. Las infecciones se reducen enormemente, pero los beneficios también son múltiples para la madre, que por cada mes que lacta ve reducido su riesgo de padecer cáncer de mama. “Los beneficios en términos de salud son absolutamente enormes para los bebés amamantados”, sentención Hale.

Finalmente, señaló que se debería exigir a la industria farmacéutica que incluyera información adecuada sobre lactancia en los prospectos de los medicamentos ya que las advertencias que se incluyen hoy en día están escritas desde un punto de vista legal, pero no tienen ningún fundamento científico.

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