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lunes, 4 de junio de 2012

Radicales de la teta


De izquierda a derecha, Lars Bode y Peter Hartman,
dos de los presuntos "radicales de la teta" que participaron
en el 7º Simposium Internacional de Lactancia Materna.
No voy a hablar hoy de las personas a las que se suele tachar de talibanas de la teta o locas de la teta. No, voy a hablar de personas con traje y corbata, investigadores reputados, hombres hechos y derechos (y alguna mujer), que con argumentos contundentes contrastados con sus estudios y análisis, no dudan en demostrar una y otra vez la superioridad de la leche materna.

Y es que, obviamente, una espera que en un congreso de lactancia materna se hable con seriedad y se lleve a ponentes de calidad sobre el tema. Pero aún así, me ha sorprendido cuando a preguntas sobre la duración de la lactancia o la comparación entre la leche materna y la leche de fórmula, estos hombres “serios” han respondido con datos fríos y contundentes que demuestran la infinita superioridad de la lecha de humano para los bebés humanos.

Claro, a ver quién tiene el morro de echarles en cara eso de que son unos radicales de la teta o que sus palabras no pretenden sino culpabilizar a las madres que no amamantan. En la exposición de estos señores no cabe ese tipo de diálogo, ya que son “científicos”, personas de reputación contrastada, gente que sabe de lo que habla. Y aún así, ahí quedan declaraciones del estilo de:
  • Dudo mucho que la leche de fórmula llegue alguna vez a aproximarse mínimamente a la complejidad de la leche materna y sus múltiples beneficios.
  • El DHA con el que se enriquecen las leches de fórmula es diferente al de la leche materna y es muy dudoso que llegue a tener el mismo efecto.
  • La leche de fórmula ayuda a los bebés a sobrevivir razonablemente, pero no es un sustituto de la leche materna.
  • El bebé no se puede vincular con incubadoras, por eso es importante que la madre o el padre estén en contacto permanente con él.
  • La duración normal de la lactancia se sitúa en torno a tres años y medio, pero hay poblaciones que amamantan hasta los seis.
  • No sabemos qué impacto/coste biológico puede tener el destete temprano de los bebés humanos.
  • Por cada mes que amamanta una madre se reduce su riesgo de padecer cáncer de mama.
  • Todos los medicamentos deberían incluir información adecuada sobre lactancia en los prospectos, basada en investigaciones fiables realizadas antes de su comercialización.
Sin medias tintas, sin paños calientes, sin ambigüedades, dejando bien claro la infinita superioridad de la lactancia materna para el correcto desarrollo de los bebés. La próxima vez que alguien me insinúe lo de “radical” de la teta, le voy a poner un vídeo de estos señores a ver qué le parece.

Pero bueno, entrando en materia. Gracias a Suu, del blog Construyendo una familia, y a Medela, pude presenciar la conferencia de prensa previa al 7º Simposium Internacional de Lactancia Materna que tuvo lugar el pasado mes de abril en Austria.

Células madre
El tema estrella del congreso fue la presencia de células madre en la leche materna, un descubrimiento que se ha llevado a cabo por la UWA, una universidad australiana cuyos representantes fueron Peter Hartman y Foteini Hassiotou.

Las células madre presentes en la leche materna tienen la potencialidad de convertirse en prácticamente cualquier tipo de tejido, por lo que este descubrimiento abre muchas vías de investigación en el campo de las células madres y la medicina regenerativa. En concreto, la investigación del equipo australiano se está centrando en el papel que estas células pueden tener en el desarrollo del bebé y como pueden influir en la respuesta del organismo ante enfermedades.

Como campos futuros de aplicación de este descubrimiento, Hassiotou señaló que era necesario investigar cómo se podrían usar estas células para tratar las enfermedades de los bebés, de la madre o de los familiares.

Función defensiva
En la conferencia de prensa también estuvo Peter Hartman, miembro del equipo de investigación australiano que tanto ha hecho avanzar los conocimientos sobre lactancia materna en los últimos años. Hartman afirmó que la leche materna es una secreción muy compleja de la que apenas conocemos nada. Por ejemplo, constató que aunque se cree que el rol principal de la leche es nutricional, lo cierto es que, desde un punto de vista evolutivo, la lactancia materna apareció como mecanismo defensivo y, posteriormente, se incorporó el valor nutricional. Eso supone un gran número de implicaciones, como el hecho de que los sucedáneos de leche materna cubren (y lo hacen pobremente) solo el aspecto nutritivo y nunca podrán alcanzar la función protectora de la leche materna.

Ante la pregunta de una periodista sobre cuánto tiempo se debe prolonger la lactancia, Hartman constató que “la duración normal de la lactancia es de unos tres años y medio, aunque hay poblaciones que amamantan a los bebés hasta seis años”. “Todos los primates amamantan hasta edades muy tardías”, aseveró, añadiendo que se sabe poco todavía sobre los cambios que se producen en la composición de la leche según va creciendo el bebé, por lo que se desconoce también el impacto que puede llegar a tener un destete temprano.

En cuanto al futuro de la investigación, Hartman aseguró que se debería analizar cómo influyen en la lactancia las distintas prácticas y protocolos que se realizan en torno al momento del nacimiento.

Oligosacáridos
Una de las aportaciones que me resultó más interesante fue la de Lars Bode, investigador de la Universidad de California, que habló sobre la los oligosacáridos de la leche humana (HMO), que son distintos tipos de azúcares complejos presentes en abundancia en la leche materna. Son el tercer tipo de molécula más numeroso en la leche materna (después de la lactosa y las grasas) y se han identificado cientos de tipos diferentes en la leche materna.

Según explicó Bode, tienen un efecto prebiótico (ya que ayudan a que el intestino sea colonizado por bacterias beneficiosas) y antimicrobiano (evitan que los microorganismos dañinos se fijen en la superficie intestinal)  y fomentan el desarrollo cerebral. Además, se ha demostrado su función en la prevención de la enterocolitis necrotizante (NEC) y se está investigando su papel en la protección frente al contagio del Sida.

Respecto a este último apartado, el investigador aclaró que aunque el virus del VIH está presente en la leche, solo el 20% de los bebés de madre portadora se infectan durante la lactancia. Por eso, hoy en día se teoriza sobre si uno de estos oligosacáridos puede fijar el virus en su estructura y neutralizarlo, ejerciendo así una función protectora.

Durante la charla, surgió la pregunta de si las investigaciones en este campo podrían desembocar en una mejora de los sucedáneos de leche materna, ante lo cual la respuesta de Bode fue rotundamente negativa: la leche de los animales de granja tiene una cantidad infinitamente menor de oligosacáridos que, además, no son tan complejos como los de la leche humana, explicó. Los oligosacáridos de la leche materna no se pueden encontrar en plantas o bacterias ni en ninguna otra fuente conocida. Además, los oligosacáridos de otras fuentes no tienen los beneficios de los de la leche humana, sobre todo en la protección frente a enfermedades. Por eso, recordó, hay que ser muy cauto en el uso de leche artificial, siendo siempre muy conscientes de los riesgos que conlleva.

Que no os separen
El profesor Uwe Ewald de la Universidad de Uppsala en Suecia explicó los cambios que se están llevando a cabo en las unidades de cuidados intensivos neonatales de Suecia para hacerlas más accesibles y acogedoras para las familias de los bebés ingresados. Ewald se lamentó de que hoy en día la separación de madre y bebé todavía sea una práctica rutinaria en la mayoría de los hospitales y argumentó que esta separación es “dañina y completamente innecesaria”, ya que, entre otras consecuencias, conlleva riesgo de ansiedad, depresión, estrés y sensación de incompetencia en la madre.

“¿Por qué es importante implicar a los padres en el cuidado del prematuro?”, preguntó uno de los asistentes a la conferencia. “Por la misma razón por la que es importante que un niño tenga padres”, respondió contundentemente el sueco. Para cualquier niño es fundamental tener madres y la cercanía física es un requisito imprescindible para establecer el vínculo que convierte a la madre en madre y a la familia en familia. “El bebé no se puede vincular con incubadoras, por eso necesita una madre o un padre”, concluyó. Y finalizó su intervención con una bonita petición: “Mi deseo es que en ninguna unidad de cuidados intensivos neonatales se piense en la madre o en el padre del bebé como en visitantes sino que se los contemple, simplemente, como madres y padres cuidando de sus hijos”.

Medicamentos
Por último, Tom Hale centró su intervención en su área de especialización: el uso de medicamentos en las madres lactantes. Subrayó que “las madres sanas crían bebés sanos”, una frase orientada a recalcar la importancia de tratar cualquier enfermedad o dolencia de las madres para garantizar la salud presente y futura de sus retoños. Y eso incluye tratar enfermedades como la arterioescleriosis o la depresión con medicamentos sin por ello tener que abandonar la lactancia.

En el ámbito de los antidepresivos, Hale recalcó que se debe tratar a la madre lactante y no asustar a la madre dándola a elegir entre el tratamiento para su enfermedad o la lactancia. De hecho, hay muchas investigaciones y datos contrastados sobre los efectos en la leche y en el bebé de estos medicamentos. “Hay antidepresivos muy buenos y adecuados para las madres lactantes, con muchos estudios detrás que respaldan su uso”, aseguró Hale.

En una de sus intervenciones Hale aseguró que la leche materna debería considerarse casi un medicamento en si misma, ya que “tiene un enorme impacto en la prevención de enfermedades”, reduciendo en un 66% la incidencia de en el tracto respiratorio o en un 80% las otitis medias. Las infecciones se reducen enormemente, pero los beneficios también son múltiples para la madre, que por cada mes que lacta ve reducido su riesgo de padecer cáncer de mama. “Los beneficios en términos de salud son absolutamente enormes para los bebés amamantados”, sentención Hale.

Finalmente, señaló que se debería exigir a la industria farmacéutica que incluyera información adecuada sobre lactancia en los prospectos de los medicamentos ya que las advertencias que se incluyen hoy en día están escritas desde un punto de vista legal, pero no tienen ningún fundamento científico.

viernes, 27 de enero de 2012

Apoyo a José Mª Paricio

Las referencias al doctor José Mª Paricio Talayero han sido incontables desde que inicié mi camino en el mundo de la lactancia materna. Cualquier persona que investigue y se documente sobre la lactancia materna y su historia, la importancia de la leche materna para un correcto desarrollo de los bebés humanos o medicamentos y lactancia enseguida encontrará referencias a José Mª Paricio Talayero. No solo en revistas científicas, sino también en libros y manuales de referencia en castellano sobre lactancia materna o en referencias a la multitud de charlas, ponencias y conferencias que ha impartido en los foros más importantes del país sobre lactancia materna.

Especial importancia tiene su papel en desaterrar ciertos mitos muy arraigados en nuestra sociedad moderna con respecto a la lactancia materna, especialmente el que afirma que las madres lactantes no pueden tomar medicamentos. Su trabajo ha sido la piedra angular del nacimiento y consolidación de www.e-lactancia.org, una página que se ha convertido en un referencia internacional para madres y profesionales sanitarios a la hora de analizar la compatibilidad de los medicamentos con la lactancia materna. Su firma está también en muchos documentos que abundan sobre este tema, como este folleto para profesionales sobre lactancia y medicamentos del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría.

Desde luego, su labor de difusión de la lactancia en ámbitos profesionales y su labor pedagógica enseñando tanto a profesionales sanitarios como a asesoras de lactancia no puede llegar a igualar la repercusión ha tenido su labor a través de e-lactancia, ya que se cuentan por miles las madres que consideran salvadas sus lactancias gracias a la información y el apoyo recibido a través de e-lactancia o el servicio de dudas habilitado en la página. Ayuda y dudas muchas veces respondidas por el propio José Mª Paricio, en su calidad de Jefe del Servicio de Pediatría del Hospital de Denia.

Agradecidas son estas madres, pero también habría que contabilizar el gran número de niños y bebés lactantes que se han beneficiado de esta ayuda y el dinero que puede haber ahorrado a las arcas públicas el hecho de que estas lactancias hayan seguido adelante, con el consiguiente beneficio para la salud particular de esos niños y sus familias, así como la salud pública en general. No olvidemos que un niño que enferma menos gracias al refuerzo inmunológico de la lactancia materna es un niño que tampoco se convierte en vector de contagio para las personas cercanas.

Beneficios que también son económicos para esas familias que han podido lactar exitosamente gracias a esta ayuda, evitando así gastos innecesarios en leche de fórmula, biberones y demás elementos necesarios para mantener una lactancia artificial o mixta.

Si bien hace poco una experta en estudios feministas nos intentaba convencer de que los esfuerzos individuales no sirven de nada a la hora de cambiar el mundo, el esfuerzo de personas como José Mª Paricio no hacen sino desmentir esta falacia y demostrar que lo único que nos ancla a una realidad injusta es el inmovilismo y que el trabajo bien hecho y fundamentado siempre obtiene resultados.

No he tenido la suerte de poder presenciar en persona ninguna de las ponencias de este gran profesional, pero sí he podido oírle y disfrutar de todas y cada una de sus palabras en el cursos online de asesoras de lactancia o en el pasado congreso de Fedalma en Castelldefels. Y atesoro con cariño cada una de las enseñanzas que he podido sacar en ambas ocasiones.

¿Despedido?
Hoy me he enterado a través de las redes sociales de que a José Mª Paricio le quieren echar de su puesto de trabajo y no puedo sino sorprenderme ante tal decisión. Me sorprendo porque el curriculum de este profesional sanitario avala su permanencia:
  • Su hospital cuenta con el aval de la iniciativa IHAN de Unicef.
  • Su hospital es referencia nacional e internacional en cuanto a lactancia y cuidados pediátricos.
  • Su servicio e-lactancia seguro que recibe muchas más visitas al día (unas 42.000 visitas al mes y subiendo según este contador estadístico) que muchas otras páginas "de referencia" del sector sanitario.
  • Sus artículos aparecen en los principales manuales de referencia sobre lactancia materna en castellano.
  • Muchos de sus artículos científicos han sido premiados por asociaciones profesionales.
  • Es miembro del Comité de lactancia materna de la Asociación Española de Pediatría.
  • Es una personalidad de referencia en el mundo de la lactancia que ha sido entrevistada en diversos medios de comunicación
  • Ha impartido múltiples conferencias y ponencias en distintos foros de maternidad, pediatría, lactancia, etc.
Me sorprendo también de que un hospital, ya sea de gestión pública o privada, quiera renunciar a un "activo humano" como es José Mª Paricio, que no solo ha sabido formar y rodearse de un excepcional equipo de profesionales en todos los niveles, sino que ha creado un gran ambiente de trabajo avalado por el hecho de que son sus propios "subordinados" los primeros en protestar por su cese.

Me llama también la atención el hecho de que este cese no parece responder a algún "error" de gran calado, a una mala gestión, a unos nefastos resultados en términos de calidad asistencial...

Desde luego, entiendo que el deseo de José Mª Paricio sea el de seguir liderando a este grupo de profesionales y continuar desarrollando la labor didáctica, pedagógica, divulgadora y asistencia en la que ha invertido tanto tiempo y esfuerzo durante las últimas décadas. Por eso, sirvan estas palabras para ofrecerle todo  mi apoyo y pedir a las personas que han tomado esta decisión que reflexionen y valoren realmente a lo que están renunciando si prescinden de su actual jefe de pediatría.

Por otro lado, me gustaría comentarle al doctor Paricio que aunque Madrid esté fuera de su horizonte en este momento, todos los días paso de camino al trabajo por la obra de un gran hospital, que será el segundo de Móstoles y esperemos que se convierta en un ámbito de referencia en el sur madrileño. He podido saber que hay un gran grupo de profesionales muy ilusionados por comenzar su labor en este centro y, yo, por mi parte, estaría encantada de acercarles a los gestores de este centro el curriculum de José Mª Paricio para que consideraran su candidatura al puesto de jefe de pediatría... Desde luego, no podría sino dar saltos de alegría (y junto conmigo otras muchas familias de esta zona) si tuviéramos la suerte de contar con un profesional de su calibre a nuestro alcance.

No se trata de aprovechar la oportunidad para sacar tajada (qué más quisiéramos), sino que me gustaría que estas palabras le dieran ánimos a José Mª Paricio, ya que estoy segura de que serían muchos los centros hospitalarios a los que les gustaría contar con sus servicios como responsable del área de pediatría. Y me gustaría también que hicieran reflexionar a las personas que hayan tomado esta decisión, porque ya lo confirma el dicho: "es mejor prevenir, que curar".

Por último, os dejo el enlace a esta petición de Actuable para que los responsables de esta petición la reconsideren.

Además, si os animáis, parece ser que los miembros del equipo de José Mª Paricio han animado a todas las madres, familias y grupos de lactancia que se han beneficiado de e-lactancia y de la labor y enseñanzas de este doctor a que envíen una carta de apoyo al e-mail pediatriadenia@gmail.com. De este modo, podrán preparar un dossier con todos los apoyos recibidos y enviárselo a los gestores del hospital para que reconsideren su decisión.  Podéis copiar y pegar cualquier parte de este post para usarlo en vuestros correos en apoyo a José Mª Paricio.

martes, 25 de enero de 2011

Lactancia y fitoterapia

Alfalfa (medicago sativa).
Se me acumulan los temas de los que quiero escribir y cuando parece que tengo dos minutos seguidos, aparecen tres o cuatro más con prisa y urgencia. Este es uno de esos temas "urgentes". No es que corra peligro de vida o muerte el hecho de que escriba o no sobre el tema, sino tal vez el hecho de quitármelo de la cabeza en plan "desahogo" y permitirme el seguir adelante con mi rumbo blogueril.

En fin, que el viernes pasado ofrecí una charla sobre Baby-Led Weaning (BLW) a través de la Asociación Besos y Brazos de Navalcarnero (Madrid). No es que yo sea enfermera, pediatra o similar, sino que la ofrecí desde mi modesta situación como madre que ha practicado el método, que ha leído el libro de Gill Rapley en el que se basa el mismo y que ha traducido (con mayor o menor éxito) un par de documentos sobre BLW que podéis encontrar enlazados en varios lugares de esta página.

En fin, que la charla fue amena, transcurrió muy bien, los enanos se lo pasaron genial jugando unos con otros y los papás resolviendo dudas y aportando un poco entre todos lo que sabíamos de este método más respetuoso de introducir la alimentación complementaria.

Alimentos que producen leche
Al final hicimos una ronda de preguntas y era inevitable resolver también alguna duda sobre lactancia. Una mamá me preguntó sobre si se tenía que seguir tomando el Natalben (o cualquier otro de estos suplementos que nos mandan en el embarazo para engrosar la cuenta de resultados de alguna farmaceútica y el rappel de algún ginecólogo) y le respondí que no, que solo yodo (no muy sorprendentemente, había más de una madre lactante que no tomaba suplemento de yodo... todavía).

Luego me comentó que también estaba tomando alfalfa. Que se lo habían recetado durante el embarazo por anemía, para contribuir a fijar bien el suplemento de hierro que también le habían recetado. Y que le habían dicho que se lo siguiera tomando para la subida de la leche.

Ojiplática me quedé. En primer lugar porque era la primera vez que oía hablar de las propiedades de la alfalfa para "fijar" el hierro. En lo que he podido leer sobre el tema me había forjado la opinión de que había nutrientes que facilitan la asimilación del hierro (como la vitamina C) y otros que interfieren con su absorción (como el té), pero nunca había leído sobre alimentos que ayudaran a "fijar" el hierro.

Le comenté el tema de la recomendación de la Asociación Española de Pediatría de suplementar con yodo. Le aseguré que no hay alimentos que hagan que las mujeres produzcamos más leche y le dije que, con respecto a la alfalfa, yo le recomendaría que la dejara de tomar, puesto que no había necesidad por el tema de la lactancia, pero que, en cualquier caso, lo consultara en www.e-lactancia.org.

Medicamentos y plantas
El caso es que ayer, cuando me planté ante el ordenador, me acordé y busqué en la mencionada web la alfalfa y cuál fue mi sorpresa (bueno, no tanta que ya había oído hablar de que podía haber problemas con los "remedios naturales") al descubrir que la alfalfa está calificada como "Riesgo 2" (producto "poco seguro" y "completamente prescindible", para más señas).

Obviamente, enseguida me puse en contacto con las personas que podrían alertar a esa madre sobre el tema de la alfalfa y, defectos que tiene una, me puse a buscar información sobre "remedios naturales" o "fitoterapia" y lactancia.

Contrastar información
Lo primero que descubrí es la cantidad de información poco contrastada que uno puede encontrar cuando busca "fitoterpia+lactancia" en Google.  Podéis probar vosotros mismos, pero uno de los primeros resultados es el de la web Botanical Online, en el que afirman que:

se llaman plantas galactagogas aquellas que contienen propiedades similares a los estrógenos femeninos, por lo que estimulan las glándulas mamarias incrementando la producción de leche en las madres que amamantan con su pecho”
 ¡¡¡Meeec!!! ¡¡¡Error!!! Los estrógenos tienen un papel fundamental en la formación de las glándulas mamarias durante la adolescencia y, precisamente, durante el embarazo, los altos niveles de progesterona y estrógenos impiden la producción de leche (y por eso la placenta retenida puede ser una causa de hipogalactia). Pero es que, además, si durante la lactancia se toma la píldora anticonceptiva normal (basada en un alto contenido de estrógenos) se puede inhibir la secrección de prolactina, con las consiguientes dificultades para la lactancia materna.

Medicinas complementarias y alternativas
En varios de los estudios consultados, se hace alusión a la fitoterapia, acupuntura y otras artes curativas como "medicinas complementarias y alternativas" (MAC). Un artículo presentado en el Congreso Español de Lactancia materna de 2007 (Medicinas alternativas y complementarias y lactancia materna, de J. González de Dios) hace un repaso de estas artes y su aplicación a la lactancia, citando estudios en los que, en el mejor de los casos, la evidencia encontrada es "anedótica" (o sea, nula) y los nulos resultados, en algunos casos, se atribuyen a un tamaño insuficiente de la muestra.

Aunque defiende el uso de las MAC y su aproximación con la medicina tradicional, este autor deja muy claro el extremo que yo quiero ilustrar:
El principio de la prudencia indica que si la planta medicinal no es crítica en la salud de la madre (casi nunca lo será) debe postponerse su ingestión hasta después de la época de lactancia, que es la medida más segura para prevenir cualquier potencial complicación al respecto, lo que no es óbice para que el médico conozco la planta medicinal que toma la mujer y comentar con la madre los beneficios y riesgos que conlleva su ingestión. El consumo moderado de infusiones de plantas habituales es inofensivo durante la lactancia. Sin embargo, su abuso puede ser perjudicial para el lactante o puede disminuir la producción de leche. Algunas plantas contienen productos tóxicos y tomadas en cantidad o tiempo suficiente, podrían dañar al lactante, como la alfalfa, amapola, anís estrellado, anís verde, artemisa, boj, boldo, caulofilo, corenzuelo, efedra, eucalipto, fucus, hinojo, kava, nuez moscada o salvia.

No son aconsejables las mezclas de plantas, así como las de composición y efectos mal conocidos. Hay pocos estudios acerca de la seguridad de las MAC en el período de lactancia, principalmente realizados con la hierba de San Juan (Hypericum perforatum) en la lactancia, dado que es una planta que se ha utilizado a menudo para el tratamiento de la depresión postparto: en un estudio, realizado sobre 33 madres que tomaron la planta medicinal frente a un grupo control de 101 madres sin medicación, se han descrito efectos adversos significativamente más frecuentes en los que tomaban la hierba de San Juan (dos niños con “cólicos”, dos con “somonolencia” y uno con “letargia”); en otros estudio, se encuentran bajas concentraciones de los principios activos de la planta (hipericina e hiperforina) y ausencia de efectos adversos en la madre y el hijo a corto plazo, constatándose en el estudio la necesidad de estudios a largo plazo.

Dignificar las MAC
Y lo que yo quiero ilustrar no es ni más ni menos la indignación que me produce el hecho de que algunos profesionales se tomen a la ligera la recomendación del uso de plantas. Si estas son usadas por sus propiedades terapeúticas, al fin y al cabo, se las está considerando como una medicina y como tal deberían tratarla, tomando en consideración sus efectos adversos y contraindicaciones... Pero hay un falso sentimiento de seguridad en el que parece que "lo natural" es inócuo e infensivo (y a la vez cura, ¡qué contradicción!).

Pues no, los remedios naturales, la fitoterapia, el abuso de infusiones (no hablan en ningún momento de las famosas cápsulas con el principio activo "concentrado", que es como las venden), tienen efectos adversos y pueden ser perjudiciales para la salud de la madre y para la salud del bebé al que están amamantando.

Además, el hecho de vender una hierba que "aumenta la leche" no hace más que perpetuar el mito de que "algunas mujeres tienen poca leche", fomentando la inseguridad de las madres, que no se sienten capacitadas para alimentar con éxito a sus hijos y tienen que recurrir a "ayudas milagrosas". Si se vende una hierba que "cura las grietas", la madre que recurra a ella tal vez arregle el síntoma (las grietas), pero no podrá arreglar el problema de fondo (mala posición, frenillo, agarre incorrecto, etc.).

No voy a entrar en si estoy a favor o en contra de las MAC, lo que sí digo alto y claro es que si se quieren dignificar las MAC se tienen que tratar como eso, como medicinas: realizando estudios sobre la cantidad de principio activo necesario para tratar un problema determinado, documentando con estudios contrastados los efectos de las plantas, teniendo en consideración todas las circunstancias de la persona que las va a tomar, sus efectos secundarios indeseados, sus interacciones con otros principios activos (ya sean medicinales o fitoterápicos), etc.


Y el que tenga curiosidad, que se revise el listado completo de productos de fitoterapia en e-lactancia y apueste a ver cuántos compuestos encuentra de Riesgo 0.

Difusión
Al final, este tipo de sucesos lo que hacen es poner en evidencia la necesidad de seguir difundiendo información sobre la lactancia. Si no fuera de creencia popular (incluso entre los profesionales sanitarios) que las madres lactantes no pueden tomar ningún medicamento, tal vez no se recurriría tan alegremente a los "remedios naturales".

Si hubiera suficiente información al respecto, no nos encontraríamos continuamente a madres que no toman suplemento de yodo o que creen que tomando pescado y sal yodada cubren sus necesidades y las de sus hijos.

Si trabajáramos todos a una en la difusión del conocimiento más básico sobre lactancia no habría mujeres que creen que necesitan ayudas externas para tener suficiente leche como para nutrir a sus hijos.

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