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lunes, 3 de febrero de 2014

Un año sin ti

Pequeña Flor:

Tantas cosas que decirte y un nudo en la garganta tan grande que no sé por dónde empezar. El otro día recordaba, casi sin darme cuenta, que hacía ya un año que descubrimos que tu corazón había dejado de latir en mi interior. Y ese descubrimiento, ya de por sí fatídico, dio paso a una de las peores experiencias de mi vida. Un periplo triste y de separación cuando un parto debería ser un canto a la vida y a la fecundidad.

Dar oscuridad, en lugar de dar a luz... Crear muerte en lugar de crear vida... Y hacerlo en un ambiente frío y hostil, reclamando pequeños huecos y espacios para la despedida antes de ver mi cuerpo un poco más mancillado por la maquinaria médica. Y lo peor de todo: tu ausencia.

Y aquí estamos, un año después, llorando todavía las dos por esta separación. Y, sin embargo, también felices por ese hermanito que viene de camino, que ha vuelto a llenar de vida la pequeña cueva que tu dejaste tan solitaria, tan llena de vacío. Y ya con la fecha cumplida, con el aniversario conmemorado, vuelvo a ti para celebrarte, para recordarte, para reivindicar tu espacio único, que no por ser más etéreo deja de ser tu espacio propio en esa familia.

Y quizás necesito pedirte permiso, por esa culpabilidad que nos colgamos todas las madres desde el primer momento. Permiso para disfrutar de este parto, para desbloquear mi cuerpo, para sentir y vivir sin tapujos todo lo que está por venir. Sé que no necesito hacerlo, sé que desde tu estrella nos miras, sonríes y asientes, quizás solo sintiendo el hecho de no poder estar más cerca para acompañarnos en esta nueva etapa del viaje.

Querida Pequeña Flor, quisiera pedirte un favor muy grande. Un favor enorme. Quédate cerca. No te vayas lejos, tienes las puertas abiertas. Me gustaría que acompañaras a tu hermano en este viaje, que le cogieras de la mano y le guiaras amorosamente hacia su nueva vida, llena de incertidumbres, pero vida al fin y al cabo. Que le dieras fuerza y seguridad. Sois hermanos y eso es un vínculo imborrable. Él puede estar tan seguro como tú de mi amor, del de su padre y sus otros dos hermanos, pero quizás tú más que nadie puedas acompañarle ahora de corazón a corazón.

Me gustaría que no fueras una mera acompañane en el proceso sino que aprovecharas la ocasión para vivir la experiencia que te fue negada. No el amor de tu madre, que ese siempre lo tuviste, pero si un viaje inciático lleno de gozo y no de pesar, porque tú también te mereces disfrutar de esa experiencia como la que más.

Me gustaría sentirte de nuevo dentro de mí y alumbrarte caliente y húmeda hacia una nueva dimensión. En realidad, me gustaría alumbrarte hacia una nueva vida, pero eso es imposible. Lo cambio por una nueva dimensión en nuestra relación, una nueva maternidad para ti y para mí, en la que esa experiencia traumática ya no se interponga entre nosotras y podamos estar más cerca, más unidas que nunca, dando fuerza a esta familia para afrontar todos los retos que tenemos por delante.

Y que de la mano, de corazón a corazón, tú y yo encontremos también fuerzas dar la bienvenida al benjamín de la familia, para encontrarle su propio sitio y para animarle en su lucha particular.

Queridos hijos. Os espero. Os deseo. Os amo.

miércoles, 23 de enero de 2013

Shakira y la autonomía del paciente

La blogosfera y las redes sociales son en los últimos días un hervidero de indignación por la opción que ha elegido Shakira para el nacimiento de su bebé con un famoso futbolista español. La mayoría de los comentarios (al menos entre las personas que yo tengo en mis círculos) son muy negativos, descalificándola por haber elegido la cesárea para dar a luz a su bebé.

Yo no dejo de sentir cierto malestar ante tal linchamiento público. Obviamente, no comparto su elección, pero nosotras que enarbolamos la bandera del respeto por nuestras decisiones (lactancia materna, colecho, crianza con apego, educación libre, etc.), deberíamos ser las primeras en mostrar respeto por las decisiones de los demás.

En primer lugar, porque hablamos "de oídas", de lo que hemos leído en los medios esos que en muchos otros momentos esas mismas personas ponen "a parir" por la falsedad o lo sesgado de la información que ofrecen (y de esto soy muy consciente, ya que al ser periodista me resulta difícil pasar por alto algunas de esas críticas).

En segundo lugar, porque a nosotras mismas nos huele a cuerno quemado cada vez que alguien critica "sin conocimiento de causa" nuestras opciones de cada día, como el parto en casa o la lactancia materna más allá de los primeros seis meses.

Desde luego, polarizarnos y poner a caer de un guindo a la susodicha por su elección no nos retrata precisamente como un colectivo muy respetuoso. Por otro lado, y quizás para mi el argumento más importante, es que todas las que luchamos por un "parto respetado", porque se reconozca la opción del parto en casa como seguro, y que incluso la ampare la seguridad social, nos encomendamos de manera continuada a la tan cacareada AUTONOMÍA DEL PACIENTE.

Y, precisamente, la autonomía de paciente es el mismo derecho que ampara a una mujer que elige una cesárea aunque no haya indicación médica para ello.

Obviamente, el problema es que la sociedad asuma con normalidad la cesárea como un método para el nacimiento de los hijos "sin riesgos", cuando en realidad los riesgos para el bebé y para la madre son mayores que los del parto normal.

Obviamente, el problema sería que los estamentos médicos asuman esto con normalidad e incluso inviten a las madres a planificar sus partos a la carta (ya sea con cesárea o con inducciones) sin informar de los riesgos que ello conlleva, porque estarían negando a esa familia la posibilidad de hacer una decisión informada.

Si Shakira y Piqué han podido barajar toda la información y han tomado su decisión personal basándose en sus circunstancias, creencias y necesidades, pues será buena para ellos, aunque nosotros no la compartamos, comprendamos o entendamos.Y, además, estará amparada en su autonomía como pacientes.

Recorrer el camino
No comparto la decisión de Shakira, pero tampoco comparto el aluvión de críticas. Cuando inicié mi andadura como asesora de lactancia, me costaba un triunfo empatizar o entender a las madres que daban el biberón, que abandonaban a la primera o que incluso no lo intentaban. Sufría por esos pequeños a los que le era negado el mejor alimento y tenía una gran necesidad de "salvar todas las lactancias del mundo".

Hoy en día tengo ese sentimiento más que superado. El ser asesora de lactancia me ha proporcionado muchas enseñanzas y satisfacciones y una de ellas es poder compartir con muchas madres una verdadera "lucha de titanes" por mantener su lactancia. Madres que amamantan con grietas y con un dolor indecible, madres que sufren constantemente mastitis, madres que se pasan la vida pegada a un sacaleches y casi sin tiempo para disfrutar de sus bebés, mujeres que luchan contra los prejuicios de su familia, de sus médicos y pediatras y siguen amamantando contra viento y marea. Todo eso me ha enseñado "humildad" porque yo siempre digo que he tenido dos lactancias "asquerosamente normales", sin una grieta, una mastitis o un solo problema grave.

Humildad para entender a las madres. Orgullo por las madres que luchan y salen adelante. Pero también comprensión para las que tiran la toalla mucho antes y aquellas a las que sus decisiones les llevan por otros caminos. Paciencia y empatía para poder ofrecerles información de la mejor manera posible, sobre todo cuando se acercan a un grupo de apoyo a la lactancia para encarar el nacimiento de su segundo hijo.

La lactancia, como una atención mucho más consciente al parto, requiere un cambio social que, por desgracia y a día de hoy, todavía es necesario. Tenemos que seguir avanzando mucho. Si nos dedicamos a ponernos verdes las unas a las otras, no avanzamos sino que retrocedemos.

Hace unos días explicaba decisiones recientes, y a ojos de algunos tal vez "demasiado radicales" en mi vida. Y pedía respeto y comprensión por la postura contraria, al igual que yo lo tengo. Así que lo único que le diría a Shakira es que, sin conocer todos los detalles en los que se ha basado para elegir una cesárea, no comparto su opinión ni su decisión, pero la aplaudo por optar por la lactancia materna y la animo a obtener el apoyo y el asesoramiento de profesionales formados, así como de consultoras o asesoras de lactancia, grupos de apoyo a la lactancia materna y, por supuesto, que se acerque a sus familiares y amigas que puedan compartir con ella esta experiencia tan gratificante.

jueves, 19 de abril de 2012

Envidia cochina (II)

Imagen con la que ilustran el apartado
de Parto y Puerperio inmediato en la Guía
de Actuación en el Nacimiento y la Lactancia
Materna para profesionales sanitarios
elaborada
por el Comité de Lactancia Materna
del Hospital 12 de octubre
y C.S. Atención Primaria

La segunda mesa redonda de la jornada encuentro entre atención primaria y especializada del Hospital 12 de Octubre se ha centrado en la atención al parto y al puerperio inmediato y ha sido la más concurrida de las tres. Coordinada por Concha de Alba, neonatóloga del hospital e IBCLC, comenzó con la intervención de Olga Arroyo, matrona del 12 de octubre, sobre el parto de mínima intervención que se practica en el hospital. Una de sus primeras aportaciones sobre el tema fue la puntualización de que la matrona es el “profesional capacitada para atender este tipo de partos y para reconocer indicadores que supongan una desviación de la normalidad, por lo que debe trabajar con plena autonomía y responsabilidad sin necesidad de ser supervisada”.

Aunque en el parto de mínima intervención se coloca una vía periférica por seguridad (seguro que no conocen esta petición de actuable), aseguró que no se ponía oxitocina ya que entiende que esta hormona, cuando es artificial, interfiere en el comportamiento maternal.

Especialmente, destacaría la enumeración del gran número de medidas disponibles para aliviar el dolor en un parto de mínima intervención sin tener que recurrir a la epidural:
  • Atención psicológica
  • Apoyo
  • Acompañamiento
  • Darle lo que ella precisa
  • Música
  • Relajación
  • Respiración
  • Masajes (pareja)
  • Agua caliente
  • Pelotas
  • Infiltración en triángulo de Michaelis
  • AcupunturaAcupresión
  • Osteopatía
  • Cambios posturales

Finalmente, y en cuanto al expulsivo, Olga Arroyo aseguró que se sigue buscando el ambiente íntimo en esta fase del parto, evitando que haya demasiada gente en el paritorio y propiciando que los profesionales sanitarios hablen en voz baja y siempre respetando la intimidad de la madre. Los pujos son espontáneos y se propicia un clampaje tardío del cordón umbilical para facilitar la adaptación del bebé a la vida extrauterina. Todo ello seguido de contacto piel con piel y de apoyo al inicio de la lactancia.


Cesáreas bajo mínimos
Isabel Camaño, ginecóloga del hospital, habló de la idoneidad de fomentar el piel con piel en todos los casos posibles, incluyendo los partos por cesárea. En primer lugar, las intervenciones de la atención a la futura madre están orientadas a evitar la cesárea al máximo posible, ya que esta supone un obstáculo para la realización del piel con piel.

Una intervención con un buen resultado es la versión externa, que se lleva practicando un año y medio en este hospital. Es una técnica por la que un profesional trata de girar al bebé que se presenta de nalgas para que se gire hasta la posición cefálica, permitiendo así un parto vaginal, ya que en muchos hospitales todos los partos de nalgas se realizan mediante cesárea.

Camaño señaló que la versión externa es segura (ya que está avalada por todas las sociedades científicas), eficaz (ya que tiene éxito en el 50% de los casos) y bien tolerada por las madres. Otra aportación interesante se centró en la cesárea “a demanda” o electiva, que cada vez piden más madres. La gestión de estos casos, según Camaño, pasaba por ofrecer información contrastada a la madre para realizar una decisión informada y proponiéndole la obtención de segundas opiniones por otros profesionales. En última instancia, dijo, no se podía evitar ya que había que respetar la autonomía del paciente.


Con prescripción médica
La mesa continuó con la aportación de una enfermera de obstetricia del hospital, Sara Rodríguez, que comentó los pormenores de las distintas actividades de información individual y grupal, así como los protocolos de suplementación y alimentación con fórmula artificial.

De su intervención, me quedaría con varias cosas, como por ejemplo el hecho de que en el 12 de Octubre se enseñe a las madres a reconocer las señales precoces de hambre, identificando el llanto como una señal tardía. Y es que este es un tema que muchas madres que acuden a los grupos de lactancia desconocen, porque nadie se lo ha contado y cuando les indicas la secuencia de movimientos que realiza un recién nacido cuando tiene hambre (bostezar, abrir y cerrar la boca, mover la cabeza hacia los lados, chuparse los puños, bracear y patalear y, finalmente, llorar), la reconocen perfectamente. Saben que su hijo hace todo eso, pero nadie les ha dicho que eso significa que tiene hambre.

Importante también el protocolo para evitar los suplementos innecesarios, comenzando por informar a la madre de que el calostro es suficiente y del riesgo que supone la alimentación con sucedáneos cundo es innecesaria. Además, en el hospital los suplementos se administran únicamente con orden médica y con el consentimiento de los padres, debiéndose registrar en la historia clínica del bebé. Un método que, a mi modo de ver, es ideal para acabar con los biberones secretos en las maternidades.


Respeto por la lactancia
Por su parte, Patricia Magaz, auxiliar de enfermería de esta institución, presentó una comunicación sobre cómo se ayuda a las madres con necesidades de extracción, centrándose, principalmente, en los casos de niños ingresados en neonatos. Importante la política clara de lactancia en la que se permite a los bebés ingresados en esta unidad mamar a demanda y no se interrumpe ninguna toma para realizar exploraciones. Estas decisiones tan pequeñas y banales, a mi modo de ver, son las que dignifican realmente el papel de la madre y la importancia de la lactancia materna. Como lo fundamental es que el bebé coma, la enfermera, el pediatra o el cirujano son los que deben esperar, al contrario de lo que sucede en otras muchas instituciones en las que nadie duda en separar al bebé del pecho de su madre para realizar cualquier exploración o maniobra que bien pudiera haber podido esperar. Además, según explico Patricia Magaz, todas las actividades de enfermería se realizan con el niño al pecho.

Aparte de las particularidades sobre la información ofrecida a las madres sobre la extracción, también me alegró el hecho de que advirtieran a las madres de que el Método Madre Canguro (MMC) “incrementa la duración de la lactancia y la producción de leche”.


Ingreso conjunto
Esta interesante mesa redonda se cerró con la intervención de la pediatra del hospital, Silvia Belda, que habló de cómo se ayuda a la diada mamá-bebé en caso de separación durante un ingreso hospitalario del pequeño.

En este sentido es especialmente reseñable el hecho de promover la “cohabitación 24 horas al día” de madre y bebé, facilitando un espacio lo más confortable posible para ello y adaptando los recursos materiales y personales.

Con el objetivo de contribuir a mantener la lactancia materna incluso en caso de separación, todos los servicios en los que se atiende a niños en el hospital cuentan con extractores de leche para las madres y personal formado para la manipulación y administración de la leche materna.

Como véis, más razones para seguir teniendo envidia cochina de todo lo que oí y ví durante esas jornadas. Casi me entraron ganas de secuestrar a un gran número de esas mujeres maravillosas y traérmelas conmigo para sumarlas a un "dream team" encabezado por José Mª Paricio.

Continuará...

martes, 17 de mayo de 2011

Cóctel de celebraciones

Se nos presenta una semana intensa, muy intensa... Y es que, sin comerlo ni beberlo, nos hemos juntado con la celebración de tres "semanas internacionales" relacionadas con el mundo de la maternidad y la crianza. Del 16 al 22 de mayo de 2011 se celebran los siguiente eventos, que procuraré ordenar por importancia:

- Semana Mundial del Parto Respetado. Se celebra con el lema "Por el derecho a parir y nacer como quieras, donde quieras y con quien quieras", una frase que resume muy bien lo que debería ser un parto respetado que siguiera los principios básicos de intimidad y autonomía para la parturienta. Unos principios que garantizan un trabajo de parto más sencillo y una bienvenida más relajada que cuando se intentan seguir rutinas absurdas o protocolos desfasados. Os dejo el excelente ejemplo con el que Ileana, de Tenemos Tetas, ha ilustrado la diferencia entre un parto respetado y uno no respetado.

- Semana Mundial del Masaje Infantil. Ha sido la última de la que he tenido noticia, gracias a Nohemí del blog Mimos y Teta. En su post explica que este evento está organizado por la IAIM (International Association of Infant Massage) y que los actos organizados en España por la Asociación Española de Masaje Infantil (AEMI) están orientados a difundir el masaje infantil como medio para nutrir afectavemente, a través del tacto y la comunicación, de manera que las madres, los padres y los niños y niñas sean amados valorados y respetados.
En este archivo podréis consultar toda la agenda de actividades programada por AEMI para esta semana.


- Semana Internacional del Pañal de Tela. Es la que tengo en mente desde hace más tiempo debido a la temática de mi último proyecto personal (Culitos de Tela). En este sentido, os dejo el enlace a una entrada de mi otro blog en la que explico la mejor manera que he encontrado para celebrar este evento en mi zona: la organización de un taller gratuito sobre pañales de tela para difundir los pormenores de su uso y conservación, explicar sus ventajas económicas, ecológicas y dermatológicas y responder a cualquier duda que pueda surgir al respecto. Así que si os interesa el tema y estáis cerca, no lo dudéis.


Ya veis, mucho por celebrar y mucho por reivindicar. Y vosotras ¿haréis algo especial para celebrar alguno de estos acontecimientos? ¿Conocéis alguna semana mundial que me haya dejado en el tintero?

jueves, 31 de marzo de 2011

La ley del esfínter o cómo arruinar un buen parto

La jornada de actualización en lactancia materna que impartió Diane Wiessinger en Madrid se asemeja a un buen vino, porque cuando más la paladeo y me paro a reflexionar sobre ella, más matices y enseñanzas encuentro incluso en los comentarios más casuales.

Su primera charla se titulaba “¿Qué harían los mamíferos?” y era un repaso a algunas prácticas obstétricas y hospitalarias que se practican rutinariamente con las humanas, pero que a nadie se le ocurriría practicar con un animal porque se arruinaría el parto o, incluso, la madre podría rechazar a su cría.

Un buen ejemplo de su teoría son los famosos “tactos” por los que casi toda parturienta pasa al menos una o dos veces, como si fuera lo más normal del mundo, pero ¿os imaginais a un veterinario haciendo un tacto a una gata de parto? ¿Creéis que la gata se dejaría? ¿Pensáis que podría continuar con su proceso como si tal cosa?

La ley del esfínter
Wiessinger habló de la Ley de Esfínter, postulada por la famosa matrona defensora del parto en casa Ina May Gaskin. Lo que viene a decir esta ley es que el cuello del útero (cérvix) funciona como un esfínter y, como el resto de esfínteres del cuerpo humano, no reacciona bien ante las órdenes, presiones o el miedo.

El mejor ejemplo de esta ley es cuando una persona intenta orinar o defecar en una situación de falta de intimidad (baño público o con alguien delante) o de presión. Normalmente, ante este tipo de estímulos los esfínteres se cierran (¿respuesta fisiológica evolutiva que favorece el instinto de huida por encima de otras necesidades?), por lo que resulta extremadamente complicado.

De igual manera sucede con el parto, más aún si cabe cuando la situación de la madre es extremadamente expuesta desde un punto de vista biológica y tremendamente falta de intimidad si tenemos en cuenta las rutinas hospitalarias actuales. En situaciones de miedo, exposición, vergüenza o presión el cérvix responde cerrándose… Lo cual explica por qué partos perfectamente normales se “paran” cuando la futura madre llega al hospital.

El humor como vía de escape
Los años de experiencia de Ina May Gaskin en este tipo de situaciones la han llevado a argumentar que una de las mejores soluciones para este tipo de situaciones es el recurso al humor.

Una broma, un chiste o cualquier otro intento similar para crear un ambiente distendido buscando la risa o la sonrisa tienen dos efectos principales:
  • Fomentan la secreción de endorfinas que pueden neutralizar a la adrenalina que ha causado que el parto se pare.
  • La risa relaja la boca y la mandíbula, fomentando así la relajación del cérvix y del útero.

Este último efecto, el de la relajación de la boca y la mandíbula, se puede lograr también de otras maneras, como, por ejemplo emitiendo gruñidos graves o bufando como un caballo (dejando que vibren los labios). Un apasionado beso con la pareja también contribuye a mantener la mandíbula relajada. Aunque si el parto se produce en un ámbito hospitalario, prácticamente la mejor solución es pedir al equipo médico un poco de intimidad.

La ley del esfínter formulada
- Los esfínteres no reaccionan bien ante las órdenes.
- Los esfínteres funcionan de manera óptima en un ambiente íntimo.
- Los esfínteres se pueden cerrar bruscamente con las agresiones a la intimidad o la confianza.
- Los esfínteres se abren de una manera más efectiva cuando la boca y la mandíbula están abiertas y relajadas.

Y siguiendo con la comparación entre el parto y otros actos fisiológicos propios del cuerpo humano, en otro momento de su exposición Diane Wiessinger comentó las ventajas del parto en casa con otra curiosa analogía: muchas veces nos vamos de viaje y lo pasamos genial, pero nuestro cuerpo espera a llegar a casa para vaciar los intestinos… El cuerpo es sabio y reconoce perfectamente cuando se encuentra en un entorno de paz, tranquilidad y confianza. Y si esto es aplicable a un acto tan poco significativo como cagar, con cuánta más razón se le debería prestar atención cuando se trata de parir.

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