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jueves, 27 de enero de 2011

Resolviendo dudas sobre el yodo


By Fred Hsu, via Wikimedia Commons
Últimamente no dejo de seguir recibiendo consultas sobre el yodo y la necesidad o no de suplementar en la lactancia... ¿Qué pasa si no lo he tomado hasta ahora? Yo tomo mucho pescado y sal yodada ¿no es suficiente? ¿Qué me puede pasar si no lo tomo? ¿No es capaz el organismo de fabricar yodo?

Ahí van mis últimas investigaciones sobre el tema del yodo. No pretende ser un compendio completo porque ya escribí otro post hace tiempo sobre el tema del yodo, que es complementario a este... Así que si llegáis aquí con el objetivo de leer sobre yodo y lactancia, mejor primero el otro artículo y luego este... Pero, pongámonos con el tema...

El cuerpo y el yodo
Como ya vimos en el anterior post sobre el yodo, su principal cometido es el de garantizar un correcto funcionamiento de la glándula tiroidea. El cuerpo humano no puede sintentizar el yodo (como sí ocurre con otros micronutrientes, como la vitamina D), por lo que necesitamos obtener nuestro aporte diario a través de la alimentación.

Normalmente, y según la escasa información que he sido capaz de localizar al respecto, el organismo contiene entre 20 y 30 mg de yodo. El 75% de las reservas corporales, como es lógico, se encuentra en la glándula tiroides, donde es utilizado para en la síntesis de las hormonas tiroideas.

Cuando dejamos de consumir yodo en las cantidades necesarias, el organismo comienza a utilizar las reservas almacenadas y, si estas no se reponene, se puede llegar a un agotamiento de las reservas corporales, que desembocaría en una reducción de la producción de hormonas tiroideas, desequilibrando así el metabolismo corporal.

Productos marinos
La principal fuente de yodo en la alimentación hoy en día son los productos del mar. El problema es que por ejemplo, las algas tienen “demasiado” yodo y eso es tan perjudicial como tomar “muy poco” yodo. Y, por otro lado, si aumentamos el consumo de pescado para aumentar la aportación de yodo en la dieta, pues aumentamos también la ingesta de contaminantes asociados, como el mercurio o las dioxinas, cuyo contenido es especialmente preocupante en los peces que están al final de la cadena alimenticia (atún o pez espada, los peces grandes que se alimentan de otros peces).

Por eso las recomendaciones más recientes apuntan a que no se debería exceder el consumo de 2-3 raciones por semana de estos pescados e incluso hay algunos que van más allá diciendo que se deberían evitar por completo durante el embarazo.

Según la Asociación Española de Pediatría, las necesidades de yodo de las madres lactantes son de 200 mg de yodo al día (50 mg más que un adulto normal, que son los que irían destinados al bebé). Con la alimentación normal (consumo de 2 a 4 raciones de pescado a la semana + sal yodada) se calcula que la ingesta es de 150 microgramos, por lo que sería necesario tomar suplemento.

Yodo y pescado
By Matthew Field, via Wikimedia Commons
Os copio también un texto de Alba Lactancia Materna sobre el yodo y el pescado:
“Debes recordar que se aconseja a toda mamá que amamanta que tome cada día un suplemento con 200 microgramos (mcg) de yodo, además de sal yodada, según indica nuestro Ministerio de Sanidad . En la lactancia aumentan las recomendaciones de este mineral, y es difícil cubrirlas con la dieta. Nada menos que un tercio de la población presenta déficit de yodo. Como ejemplo, 4 raciones de pescado a la semana (dos de blanco y dos de azul) sólo aportan el 5% de las recomendaciones de ingesta de este mineral en la lactancia”.
En el curso de asesoras de lactancia de Fedalma que hicimos hace poco hubo una discusión bastante interesante sobre este tema y recuerdo que el profesor del tema, Julio Basulto (nutricionista), decía que para obtener todo el yodo necesario del pescado había que tomar cantidades tremendas. Creo recordar que era algo así como 800 gramos al día de pescado… Una pena no haberme copiado la información.

Algas
Muchas mamás se preguntan si pueden tomar algas o, en caso de que las hayan incorporado en su dieta habitual, cómo puede influir su consumo en la ingesta de yodo. La información recopilada por Julio Basulto en este sentido (y apoyada en abundante bibliografía científica) indica que:
  • Una ración de 8 gramos de un gran número de algas puede aportar entre el 670% y el 43.030% de las recomendaciones de ingesta de yodo.
  • Así, la alta cantidad de yodo de las algas puede producir efectos adversos tanto en la madre como en el bebé lactante.
  • Además, pueden estar contaminadas con metales pesados.
  • Los muchos reclamos de salud sobre las algas estás infundados.
  • Mejor no tomarlas.
Una objección normal a este tipo de recomendaciones es que los japoneses consumen una gran cantidad de yodo "y no les pasa nada". En este sentido, cabe destacar que los niponen han desarrollado una "resistencia" a grandes cantidades de yodo en su dieta, debido a que gran parte de su ingesta de verduras procede de las algas; aún así, no se libran de los efectos del exceso de yodo, y la población de este país tiene más probabilidades de sufrir enfermedades derivadas los efectos acumulativos del exceso de yodo.

¿Que pasa si no tomo yodo?
Pues pasar, pasar...no pasa nada. No van a venir los servicios sociales a quitarte la custodia de tu hijo por no tomar yodo. Nuestras madres y nuestras abuelas no tomaron yodo y aquí estamos nosotras. Pero hoy en día se sabe que el consumo de yodo en la población española es inferior a los niveles óptimos para un correcto funcionamiento del organismo, por lo que también sabemos que si tomamos sal yodada prevendremos la aparición de trastornos relacionados con el tiroides.

By Transity, via Wikimedia Commons
Además, en la lactancia, al aumentar las necesidades de yodo (para la mamá y el lactante) es necesario suplementar. La suplementación con yodo en la lactancia tiene como finalidad asegurar que el bebé recibe el yodo que necesita a través de la leche materna. La cantidad de yodo que haya en la leche depende de la ingesta de la madre, por eso es hay que tener en cuenta qué cantidad de yodo se está tomando.

La Organización Mundial de la Salud considera que la carencia de yodo en el organismo es la principal causa en el mundo que se puede prevenir de lesión cerebral del niño durante el embarazo y la lactancia, además de ocasionar otro tipo de alteraciones en su desarrollo físico y mental. Por otro lado, la falta de yodo en el bebé también puede provocar, según confirma Armando en el blog Bebés y más, "bocio (aumento del tamaño de la tiroides) que puede ocasionar problemas respiratorios y/o de deglución". "La carencia de yodo provoca además retraso en el desarrollo del Sistema Nervioso Central así como en el crecimiento y la maduración de los huesos del bebé", añade este blogger, padre y enfermero.

Así lo explica Carlos González en su consultorio de la revista Ser Padres

¿Qué pasa si tomo demasiado yodo?
Según Medline Plus:
Los adultos deben evitar el uso prolongado de dosis superiores a 1100 mcg por día (el Nivel Máximo de Ingesta Tolerable (UL) sin supervisión médica adecuada. En los niños, la dosis no debe exceder a los 200 mcg por día para los niños de 1 a 3 años, 300 mcg por día para los niños de 4 a 8 años, 600 mcg por día para niños de 9 a 13 años de edad, y 900 mcg por día para los adolescentes. Estos son los Límites Máximos de Ingesta Tolerables (UL). 
Existe la preocupación de que tanto en los niños como en los adultos el consumo más alto puede aumentar el riesgo de efectos secundarios tales como problemas de la tiroides. En cantidades altas el yodo puede producir sabor metálico, dolor de dientes y encías, ardor en la boca y la garganta, aumento de la salivación, inflamación de la garganta, malestar estomacal, diarrea, debilidad, depresión, problemas en la piel y muchos otros efectos secundarios.
Ya puestos...
Y ya que entramos en materia y seguro que esta duda le surge a muchas madres, no, no se debe usar povidona yodada (betadine) durante el embarzo y el postparto. Si os interesa saber más sobre este tema, aquí tenéis una interesante discusión al respecto en un foro de matronas:  http://foro.comadronas.org/showthread.php?tid=1963

martes, 28 de diciembre de 2010

Los mejores artículos de la blogosfera maternal

Top 10 2010 es un carnaval de blogs cuyo propósito es reunir los mejores artículos de la blogosfera maternal publicados durante el año 2010 en castellano.

La temática del carnaval engloba el embarazo consciente, el parto natural, la lactancia materna, la crianza respetuosa, la psicología, el uso de portabebés ergo, la ecología y demás temas afines.

Yo he seleccionado los siguientes artículos:

  • El chupete a debate. Una reflexión sobre cuándo se debe usar el chupete para no interferir en la lactancia y la correcta interpretación de los estudios al respecto.
  • O duermes o mamas. La nana más antigua del mundo que, como no podía ser de otra manera, habla sobre el papel del pecho materno para dormir a los bebés.
  • Lactancia y porteo. Los beneficios de portear al bebé cerca de la madre para facilitar la lactancia materna.
  • Que la fuerza te acompañe. El mejor consejo que se le puede dar a los futuros papás es que sigan su instinto a la hora de cuidar de su cachorro, desoyendo consejos del tipo "se va a malacostumbrar", "todavía no puede tener hambre" o "te está tomando el pelo".
  • El Ministerio de Sanidad recomienda el colecho. Aunque todavía mucha gente siga creyendo en las bondades de la separación, el propio Ministerio recomienda el colecho desde las maternidades por sus beneficios para la lactancia materna.
  • ¿Riesgos de la donación de leche? ¿Cuáles son los riesgos de la donación de leche "entre amigas"? ¿Serían necesarios los bancos de leche si hubiera más solidaridad madre a madre para alimentar a los hijos? ¿De verdad hay que pedir un certificado sanitario antes de dejar que tu hermana amamante a tu hijo?
  • ¿Beneficios de la lactancia materna o riesgos de la lactancia artificial? Hay que acabar con la retórica de los beneficios de la lactancia materna. Si el pecho es lo normal, no se debería hablar de sus beneficios sino de los riesgos de la lactancia artificial. Este tipo de lenguaje se usa en muchos estudios científicos, pero aún queda camino para que se asiente en la sociedad.
  • La verdad sobre el DHA ¿Es necesario tomar alimentos enriquecidos con DHA? ¿De dónde proviene el DHA usado para enriquecer? ¿Tiene el mismo efecto que el DHA de la leche materna?

martes, 6 de julio de 2010

¿Quién pone el cascabel al gato? O El yodo y la lactancia

Cuando una mujer se queda embarazada su agenda se llena de citas con el médico: consulta con la matrona, análisis del primer trimestre, curvas de glucosa, revisión con el tocólogo, ecografías, visitas al paritorio… y un largo etcétera.

Cuando finalmente nace el bebé la cosa cambia y tras un caos inicial de papeleos (registro civil, seguridad social, hacienda, etc.) la agenda de la madre se vuelve a llenar, pero con las visitas médicas del niño: segunda prueba del talón, revisión de los quince días, del mes, de los dos meses, vacunas, más revisiones, pruebas médicas, etc.

Es fácil pasar por alto la/s revisión/es postparto, que normalmente se limitan a comprobar que el útero involuciona adecuadamente y que no existen problemas de cicatrización/recuperación.

Limbo médico/mediático
La lactancia queda en un limbo médico en el que la mayoría de los ginecólogos escurren el bulto (mejor, que para lo que saben algunos de lactancia, mejor que ni mencionen el tema), el pediatra se centra en las revisiones del niño y los médicos de familia no suelen tratar rutinariamente este tema… Así, el pecho se queda desatendido a mitad de camino entre especialidades.

Esta situación me resulta especialmente desesperante en dos casos: mastitis (que ya trataré en algún otro post) y la suplementación con yodo (el tema que nos ocupa).

Enigma
Y es que no es la primera vez que amigas/conocidas mías comienzan a tomar un suplemento de yodo en la lactancia porque soy yo la que se lo advierto. ¿Cómo puede ser posible que a todos los ginecólogos, pediatras, enfermer@s de planta de la maternidad donde ha dado a luz o matronas hayan olvidado indicarle que debe tomar un suplemento de yodo durante toda la lactancia? Pues sí, ocurre y reiteradamente.

Repasemos

El yodo es un elemento químico del grupo de los halógenos. Dentro de este último grupo (el de los halógenos) el yodo es el menos abundante en la corteza terrestre. En cuanto a su papel biológico, en el ser humano resulta fundamental para el desarrollo y el buen funcionamiento de la tiroides, ya que esta glándula necesita yodo para fabricar las hormonas tiroxina y triyodotironina.

La tiroides, según recoge la Wikipedia en español, “regula el metabolismo del cuerpo, es productora de proteínas y regula la sensibilidad del cuerpo a otras hormonas”. Este mismo recurso atribuye a la tiroxina y a la triyodotironina las funciones de “estimular el metabolismo de los hidratos de carbono y grasas, activando el consumo de oxígeno, así como la degradación de proteínas dentro de la célula”.

Normalmente el ser humano obtiene el yodo del consumo de los productos del mar, fundamentalmente el pescado y las algas. El cambio de los hábitos de vida y el acceso limitado a este tipo de productos en muchas zonas determina que se produzca una ingesta de yodo muy inferior a las necesidades del organismo para funcionar con normalidad.

Sal yodada
Esta situación ha llevamos a muchas autoridades a recomendar el consumo generalizado de sal yodada como medida para aumentar el aporte de yodo en la dieta. El problema es que el yodo se “evapora” con facilidad, por lo que solo permanece en el paquete de sal entre 3 y 5 meses… Y eso sin tener en cuenta que la degradación sería mayor una vez volcamos el paquete en el salero que usamos para cocinar.
Por otro lado, el yodo se pierde también durante la cocción, por lo que, finalmente, resulta complicado valorar el aporte final de yodo que ingerimos con el consumo de sal yodada.

Yoduria insuficiente
Normalmente esto produce un consumo de yodo por debajo de las necesidades. España, por ejemplo, está clasificada como un país con yoduria deficiente (http://www.msc.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/docs/yodoSEEN.pdf); es decir, consumimos menos yodo del necesario, aunque también es cierto que esta situación varía en función de las regiones.

Un problema añadido es que durante el embarazo y la lactancia se multiplican los requerimientos de yodo, ya que la mujer debe consumir el que necesita para su organismo y el que debe aportar a su hijo. Y en estas situaciones el correcto aporte de yodo es fundamental, ya que en las etapas de formación del cerebro y el sistema nervioso, así como en el vertiginoso crecimiento de un bebé, son periodos sensibles en los que las consecuencias de la carencia de yodo pueden ser importantes.

No es que lo diga yo, es que lo dice el Ministerio de Salud en un folleto informativo sobre la prevención de la deficiencia de yodo durante el embarazo y la lactancia:
“El Yodo es un elemento imprescindible para el desarrollo del sistema nervioso central del niño y para su desarrollo y crecimiento”.

Además, la Organización Mundial de la Salud considera que “la carencia de yodo en el organismo es la principal causa en el mundo que se puede prevenir de lesión cerebral del niño durante el embarazo y la lactancia, además de ocasionar otro tipo de alteraciones en su desarrollo físico y mental”.

Suplementación
En ese mismo folleto del Ministerio de Salud se habla de la necesidad de suplementación de yodo durante el embarazo, pero también durante toda la lactancia:
“Es fundamental que la mujer tenga buenas reservas de yodo incluso antes de quedarse embarazada. Esto permitirá, especialmente durante el primer trimestre de embarazo, que lleguen al feto las hormonas yodadas de la madre en las cantidades necesarias para la formación y maduración de los tejidos”. “Lo mismo sucede durante la lactancia, ya que el yodo que la madre elimina a través de la leche es la única forma de que el niño reciba esta sustancia, muy necesaria para prevenir problemas de retraso en el crecimiento y el desarrollo cerebral”, concluye.

Carlos González
Es antiguo, pero en un encuentro digital de El Mundo con Carlos González, el pediatra ya trataba este problema, aportando datos interesantes sobre la suplementación y el “posible” exceso de yodo en la dieta:

Pregunta: ¿Es necesario tomar suplemento de yodo con la lactancia o da igual? Yo no lo tomo y mi hija es muy curiosa y lista.
Respuesta: En España y en toda Europa hay un porcentaje muy grande de déficit de yodo. Todo el mundo debería tomar siempre sal iodada pero incluso así, la mayor parte de las madres no llegan a cubrir las necesidades durante el embarazo y la lactancia, que son mucho más altas que en otras épocas. Por eso, se recomienda tomar 100 a 200 microgramos de yodo al día durante el embarazo y la lactancia. Esta cantidad de yodo no es peligrosa para las personas que ya tienen suficiente yodo; al aplicarse yodo en una herida se absorben cientos de veces más cantidad de yodo que lo que hay en esas pastillas.
*Fuente: http://www.elmundo.es/encuentros/invitados/2006/06/2077/

Yodo y alimentación complementaria
En muchas fuentes de las que he consultado a la hora de preparar este artículo mencionan que la suplementación de yodo sólo es necesaria mientras que el lactante toma exclusivamente pecho y que se debería abandonar con el inicio/establecimiento de la alimentación complementaria.

Pues bien, personalmente no creo que esta recomendación sea muy acertada. Es cierto que al introducir otros alimentos estamos diversificando las posibles fuentes de micronutrientes, pero también es cierto que el pescado, por ejemplo, no se suele introducir hasta los diez meses o el año.

En cuanto a la sal, la mayoría de los manuales/profesionales/literatura respecto a la alimentación complementaria recomienda cocinar las comidas para los bebés sin sal, así que difícilmente pueden obtener el aporte de yodo de la sal yodada que se utiliza para cocinar.

En los foros del Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría he encontrado una aportación muy ilustrativa sobre esta duda:
Re: requerimientos de yodo y cómo medirlos
Hola a todas, perdón por la tardanza, hemos tenido algún problema. Una madre que da el pecho puede dejar de tomar el suplemento de yodo cuando su hijo recibe suficiente yodo a través de la dieta.
Mirad estos datos a ver si os sirven de aclaración:
Las cantidades necesarias de yodo varían con la edad. En lactantes mayores de 6 meses, el yodo requerido es de 50 microgramos al día.
En niños y niñas las cantidades van de los 70 a los 120 microgramos, dependiendo de la edad, mientras que en los adolescentes y adultos, una cantidad de 150 microgramos de yodo al día es suficiente.
En el caso de las mujeres embarazadas, las necesidades aumentan hasta alcanzar los 175 microgramos, mientras que en las lactantes los requerimientos llegan a los 200 microgramos de yodo al día.
Un 1/4 de cucharada pequeña de sal de mesa yodada proporciona 95 microgramos de yodo.
Un saludo. Comité de LM de la AEP

Re: Duda, requerimientos de yodo y cómo medirlos
El caso es que todo esto no está claro porque no sabemos exactamente cuántos mililitros de tu leche toma tu hijo cada día, ni exactamente qué cantidad de yodo le pasas. Así que:
- si en la alimentación complementaria de tu bebé NO añades la suficiente sal yodada como para cubrir los microgramos que requiere por su edad, entonces toma tú el suplemento.
- si en la alimentación complementaria de tu bebé SÍ añades la suficiente sal yodada como para cubrir los microgramos que requiere por su edad, entonces no tomes tú el suplemento.
Un saludo. Comité de LM de la AEP

*Fuente: http://www.aeped.es/foros/dudas-sobre-lactancia-materna-padres/al-comite-yodo

Finalmente, os dejo un enlace a las recomendaciones del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría en cuanto a la suplementación con yodo en la lactancia:
http://www.aeped.es/faq/lactancia-materna#48n167
http://www.aeped.es/faq/yodo-y-lactancia-materna

La web http://www.yodoembarazoylactancia.com también ofrece información interesante sobre el papel del yodo y las consecuencias de su carencia durante el embarazo y la lactancia. Se supone que está dirigida a profesionales médicos y tiene un tufillo más que notorio a web de la industria farmacéutica para que los profesionales de la sanidad receten suplementos de yodo de la marca X, pero es información extensa y con enlace a múltiples documentos que sin duda serán de utilidad para quien quiera profundizar más en el tema.

Por cierto, creo que el único suplemento en el mercado de exclusivamente yodo en las cantidades necesarias es Yoduk de 200.

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