jueves, 8 de julio de 2010

Que se van a encanijar

Hoy hablaba con mi madre y no sé como me ha venido a la cabeza, pero le he dicho ago así como
-Coge a la niña a ver si se encanija un poco.
Y es que la beba en cuestión anda por los diez kilazos con ocho meses y me ha salido como la típica gracieta fácil. Después de soltar la frase, algo ha hecho click en mi cabeza y le he dicho:
-Porque eso era lo que se decía antes ¿no?, No cojas al niño porque se va a encanijar.

Y es que parece que los peligros de los brazos maternos varían en función de la época y en función de los miedos que socialmente se nos pretenden inculcar sobre el cuidado de los hijos. Así, en la España de la segunda mitad del siglo XX la mayor preocupación de las madres y de las familias debía ser tener hijos robustos y saludables que superaran la infancia sin problemas y que se convirtieran en jóvenes lozanos que contribuyeran a sacar adelanta la familia hasta que formaran la suya propia...

Y, como todo el mundo sabía por aquellos entonces, los brazos de la madre o de cualquier otra persona tenían propiedades mágicas y nocivas capaz de torcer el desarrollo de los bebés... que, ¡Claro! nada tenía que ver con las carencias y penalidades que se vivían por aquellos entonces.

Hoy en día los peligros son otros. Los padres tenemos que ser productivos, independientes, tenemos que estar programados para irnos a trabajar felizmente mientras dejamos a nuestros hijos en guarderías al cuidado de personas ajenas.

Hoy en día está demostrado que los niños no se "encanijan" por tenerlos en brazos. Y también parece que está bastante claro que hay niños grandes y niños pequeños, y que tan normal es estar en un percentil 3 como en un 97 (bueno, esto último a algunos todavía les cuesta un poquillo entenderlo, comunidad médica incluida). También parece que está demostrado que teniendo una buena alimentación (nutritiva y afectiva, diría yo) y ninguna enfermedad reseñable los niños están perfectamente capacitados para alcanzar su pleno potencial de crecimiento.

Por eso, hoy en el peligro de coger a los niños en brazos es que "se acostumbran y luego tienes que estar todo el día con ellos en brazos". Parece, por tanto, que el peligro de cogerlos en brazos es que se vayan a encariñar demasiado con sus padres y luego protesten cuando los queramos dejar en la guardería, o que nos reclamen cuando queramos que pasen el rato jugando solos o cuando queremos hablar por teléfono o cuando...

Los padres tienen que ser individuos centrados en el trabajo y en el consumo y un vínculo afectivo demasiado fuerte con los hijos podría afectar su rol como unidades económicas, haciéndolos sentir culpables por no poder pasar más tiempo con sus hijos o por no poder "conciliar" su vida laboral y familiar. Por eso, la sociedad (personificada en sus miembros, obviamente) se encarga de inculcarles temores y miedos que eviten que se vuelquen demasiado en el cuidado de los hijos (más allá de comprarle la retahíla de cacharros inútiles de rigor que son muuuuuuy importaaaantes).

Y, de aquí a veinte años, ¿Cuál será el terrible peligro que aceche a los padres que cojan demasiado a sus hijos? Se aceptan apuestas.

2 comentarios:

  1. Si lo de los brazos es saludabilísimo, yo desde que cojo a Diana no tengo que ir al gimnasio de todo lo que pesa la tía rolliza.

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  2. Yo es que creo que Diana se ha expandido demasiado por tener pocos brazos... La vamos a tener que coger un poco más :P

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