jueves, 28 de octubre de 2010

Cinco libros que han configurado mi maternidad diferente

Siempre he sido una apasionada lectora. A día de hoy y después de una jornada maratoniana de trabajo, niños, cena, casa y últimos coletazos nocturnos al mundo blogueril, muchos días me acuesto agotada y solo quiero acurrucarme en la cama y cerrar los ojos. Pero, normalmente, siempre dedica aunque sea diez minutos todas las noches a leer antes de dormir. Es mi pequeño placer diario, que me ayuda a conciliar el sueño (excepto cuando la lectura es muy interesante y amanezco a la mañana siguiente con ojeras kilométricas).

El primer libro que me aportó una visión diferente sobre la maternidad fue "Un regalo para toda la vida" de Carlos González. Me lo compró mi marido cuando nuestro pequeño apenas tenía un par de meses y dábamos una vuelta por un centro comercial.

Su lectura me apasionó y me absobió. Me acompañó durante las interminables horas de lactancia de Darío, me ayudó a entender qué estaba haciendo bien y qué estaba haciendo mal y contribuyó a que fuera consciente del gran número de mitos y prejuicios que existen en el mundo de la lactancia y que, en cierto modo y de manera subrepticia, influyen en los modos de crianza actuales (te usa de chupete = el niño te toma el pelo, te manipula; hace muchas tomas = tu leche no es buena pero los de Nestlé si que saben cómo alimentar bien a un niño, etc.).


Acto seguido llegaron "Mi niño no me come" y "Bésame mucho", de Carlos González también.

Una vez me había picado el gusanillo de la prosa amena, fácil y alegre y de su visión cercana y sencilla de la maternidad, llena de sabiduría y sentido común, no podía dejar pasar la oportunidad de leer toda su obra.

También hay perlas imprescindibles en "Entre tu pediatra y tú", que casi se podría subtitular "El GPS para no perderse en la alimentación, maternidad y crianza de tus hijos".


Leíbles y releíbles hasta el infinito, sus páginas son las más manoseadas de mi biblioteca en los últimos años. Cuando una amiga mía se prepara para su maternidad, casi siempre puede estar segura de que un ejemplar de "Un regalo para toda la vida" llegará a sus manos a través de mi.


"La crianza feliz", de Rosa Jové, supuso un pilar de sustento y de argumentos científicos a las decisiones tomadas en la crianza de nuestro segundo retoño: Diana. Sueño y colecho, sobre todo, pero también un recordatorio de otros principios de "crianza natural", como la lactancia, la relación cercana con el niño, cómo negociar o intentar evitar -y a la vez comprender- las rabietas.

"Baby-led weaning" que todavía estoy terminando, me ha supuesto abrir la mente a un nuevo mundo de respeto por mis hijos, descubriendo cómo acompañarles en el camino hacia la incorporación de la comida normal en su dieta, sin pasar por los purés y por las luchas de poder que muchas veces se establecen a la hora de iniciar la alimentación complementaria.

Finalmente, aunque ya me pasé del listado de cinco, mencionar "Cómo hablar para sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen", un libro ameno y divertido que ilustra una nueva manera de relacionarse con los hijos, dejándoles expresarse y realizando una escucha atenta que les haga sentirse entendidos y valorados.

Lo he dejado para el final porque todavía no lo he terminado, porque creo que todavía hay muchos principios que no puedo aplicar con mis hijos y porque es el más complicado de interiorizar. Y es que en la vorágine del día a día es muy complicado pararse a pensar en el comentario adecuado que decir a tu hijo o intentar evitar calificar sus conductas, encasillarle o elogiarle constantemente.

Como mínimo es útil porque invita a la autoreflexión y lo hace de una manera didáctica y amena.

Finalmente, mencionar que muchas de mis lecturas complementarias han sido descubiertas por los consejos y apuntes bibliográficos del nunca lo suficientemente alabado Carlos González.

martes, 26 de octubre de 2010

Alimentación complementaria a demanda

A modo de resumen sobre el baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda, os dejo un enlace a las tres entradas que he publicado en el blog al respecto.

La primera cronológicamente es:
Baby-led weaning o alimentación complementaria “a demanda”
En la que resumo mi experiencia y reflexiones sobre este método de inicio a la alimentación adulta, así como una recopilación de enlaces informativos, tanto en inglés como en español, al respecto.

A lo largo de mi investigación para escribir al respecto, me topé con dos documentos en inglés de gran utilidad para la gente que quiere aplicar este método y no tiene acceso al libro o a otras fuentes de información. Se trata de un folleto resumen, orientado a imprimirse a doble cara en un folio y leerlo tipo librito (por eso tiene portada) y una pequeña guía más extensa sobre los fundamentos y reglas del baby-led weaning o alimentación complementaria a demanda.

Me puse en contacto con Gill Rapley, la autora del método, del libro y de ambos folletos, y le comenté mi interés por traducirlos al español y ponerlos a disposición de los padres que quisieran aplicar este método a la alimentación de sus hijos. Recibí autorización de la autora para su traducción y su publicación en mi blog, ya que le pareció muy interesante que estuvieran disponibles en un idioma tan utilizado como el español.

He invertido tiempo en la traducción y también mis conocimientos de inglés, que no llegan al nivel de un traductor profesional, pero creo que ha quedado algo bastante decente.

En Resumen del Baby-Led Weaning (Folleto) podéis encontrar el texto del folleto traducido.


En Guía práctica de introducción de sólidos dirigida por el bebé encontraréis una información más extensa sobre los principios en los que se basa el método y sus principales reglas de aplicación para lograr el éxito manteniendo siempre la seguridad del niño.

Finalmente, en la columna de la derecha del blog y arriba del todo he puesto los enlaces a los textos en PDF que he subido a Scribd, para que los podáis descargar, imprimir o distribuir en vuestros grupos de apoyo, reuniones, para comentar al pediatra, etc.

No olvidéis que son textos de libre distribución gracias a la autora, pero con el copyright de la misma (que figura en los archivos y en ambas entradas). Os agradecería también que si los usáis enlacéis el blog y mencionárais la fuente/traducción.

¡¡¡Buen provecho!!!

Resumen del Baby-Led Weaning (Folleto)

¿Qué es la alimentación complementaria a demanda?
La alimentación complementaria a demanda (Baby-led weaning) es una manera de introducir comidas sólidas en su dieta, permitiendo que el bebé se alimente por si mismo –sin usar cucharas y sin purés. El bebé se sienta con el resto de la familia a la hora de la comida y se une a los demás cuando está preparado, usando primero sus manos para comer y después los cubiertos. 
 
La alimentación complementaria a demanda:
* permite al bebé descubrir sabores, texturas, colores y olores
* fomenta la independencia y la confianza en si mismo
* le ayuda a desarrollar y mejorar la coordinación ojo-mano y la masticación
* evita las peleas a la hora de comer y las actitudes melindrosas

Cualquier bebé sano puede empezar a alimentarse solo alrededor de los seis meses de edad. Sólo necesita que se le de la oportunidad de hacerlo.

¿Por qué la alimentación complementaria a demanda?
Portada del libro "Baby-led Weaning"
de Gill Rapley y Tracey Murkett
La alimentación complementaria a demanda está basada en el desarrollo de los bebés durante su primer año. 

Los sistemas inmunitario y digestivo de los recién nacidos no están preparados para la comida hasta que alcanzan los seis meses de edad; la leche materna (o de fórmula) es todo lo que los bebés sanos necesitan hasta eses momento. A los seis meses, los bebés son capaces de sentarse erguidos, coger pedazos de comida, llevárselos a la boca y masticarlos; es decir, se pueden alimentar ellos solos.

Antes, cuando los bebés comenzaban con la alimentación complementaria a los tres o cuatro meses, se les daban purés porque eran demasiado pequeños para comer solos. 

Si has esperado hasta los seis meses para introducir la alimentación complementaria, has superado la etapa de los purés, por lo que no los necesitarás. 


¿No se ahogará?
Durante mucho tiempo, se ha recomendado a los padres que introdujeran en la dieta de sus bebés la comida en trozos a los seis meses para ayudar a que desarrollasen y fortaleciesen la masticación. La única diferencia es que con la alimentación complementaria a demanda no se ofrecen purés. Así que, siempre que se cumplan unas simples reglas de seguridad, la probabilidad de atragantamiento es la misma que con cualquier otro método de introducción de alimentos sólidos. De hecho, cuando permitimos al bebé controlar lo que se lleva a la boca, le estamos ayudando a aprender a comer de manera segura.

¿Cómo empiezo?

* Sienta al bebé erguido, frente a la mesa, ya sea en tu regazo o en una trona. Comprueba que su postura es estable y que puede utilizar las manos y los brazos libremente. 

* En lugar de darle la comida, ofrécesela; ponla frente al bebé o déjale que la coja de tu mano, de manera que sea él quien decida. 

* Comienza con comidas que sean fáciles de agarrar: al principio, lo mejor son los palitos o las tiras. Introduce nuevas formas y texturas de manera gradual, para que tu bebé pueda descubrir cómo manejarlas. 

* Incluye al bebé en las comidas familiares siempre que puedas. Cuando sea posible –y apropiado para un bebé-, ofrécele la misma comida que estés comiendo, de manera que pueda imitar lo que tú haces. 

* Elije los momentos en los que el bebé no esté cansado o tenga hambre, ya que así se podrá concentrar mejor. En esta etapa, la hora de la comida es para jugar y aprender, ya que el bebé seguirá obteniendo todo el alimento que necesita de la lactancia. 

* Sigue ofreciéndole el pecho o el biberón como siempre. La leche es la principal fuente nutricional del bebé hasta que tiene un año. Cuando el bebé necesite menos leche, reducirá las tomas por si mismo. 

* Ofrécele agua con las comidas para que pueda beber si lo necesita. 

* No distraigas o apremies al bebé mientras esté manipulando la comida; deja que se concentre y se tome su tiempo. 

*No le metas comida en la boca ni trates de convencerlo para que coma más. 

¿Qué comidas le puedo ofrecer a mi bebé?
Las autoras también han publicado
un libro de recetas en inglés
Puedes compartir prácticamente cualquier plato saludable de la comida familiar con tu bebé. Por ejemplo: fruta, verduras, carne, queso, huevos bien hechos, pan (o tostadas), arroz, pasta y la mayoría de los pescados. Al principio, elije comidas que puedan ser cortadas fácilmente en palitos o tiras cuando el pequeño esté empezando.
Si ofreces a tu bebé comidas variadas, le estás dando la oportunidad de descubrir diferentes sabores y texturas y te aseguras de que obtiene todos los nutrientes que necesita. 

Comidas a evitar
* Alimentos con sal o azúcar añadidos. Lee las etiquetas cuidadosamente, ya que muchas comidas envasadas –como legumbres, empanadas o salsas- contienen grandes cantidades de sal.
* Comida rápida y platos preparados.
* Miel, marisco, pez espada y huevos crudos. 

Consejos
* No esperes que tu hijo coma demasiado al principio. Muchos bebés comen muy poco durante los primeros meses. No te obsesiones con las cantidades y piensa en la hora de la comida como un momento más de juego. 

* ¡Prepárate para limpiar! Puedes poner un hule bajo la trona del bebé para proteger el suelo. Así podrás volver a ofrecerle los alimentos caídos. 

* Plantéalo como algo divertido. Así tu bebé estará dispuesto a probar nuevos alimentos y estará deseando que llegue la hora de la comida.
 
Bebé siempre seguro
* Asegúrate de que tu bebé se sienta erguido para comer.
* No le ofrezcas frutos secos o semillas enteras.
* Corta por la mitad alimentos pequeños, como aceitunas o cerezas; quita los huesos.
* No dejes que nadie, excepto el propio bebé, ponga comida en su boca.
* Explica este método a cualquiera que cuide del bebé.
* NUNCA dejes al bebé solo mientras esté comiendo

Nota
Debes comentar los detalles de la alimentación complementaria con tu pediatra o enfermer@ pediatric@ si en tu familia existen antecedentes de intolerancias, alergias alimentarias, problemas digestivos o si tienes cualquier otra duda sobre la salud o el desarrollo de tu hijo. 

Para más información (en inglés), visita www.baby-led.com, www.rapleyweaning.com o lee Baby-led Weaning, Helping your baby to love good food, un libro de Gill Rapley y Tracey Murkett.

© Gill Rapley / 
Traducción de Eloísa López 

domingo, 24 de octubre de 2010

Seguirles el juego

Es hora de entonar el mea culpa. Sí, yo fui de las primeras en indignarme con el artículo de El Mundo. Sí, yo arengué desde estas páginas contra lo que creía que eran inexactitudes y una mala actitud periodística. Sí, yo caí en la trampa.

Y es que se dejaba entrever en sus páginas que lo que querían era polémica. ¿Por qué si no esa portada? ¿Por qué si no esa disyuntiva tan radical (Madre o vaca)? ¿Por qué si no servir de altavoz a las opiniones de ignorantes que creen que los niños de África están malnutridos debido a la lactancia materna?

Lo que querían era polémica y nosotros se la hemos servido en bandeja. Hemos reaccionado airados, hemos explicado nuestra postura, nos hemos indignado y apoyado juntos, hemos demostrado que otra visión (y otro mundo) es posible… ¿Y para qué ha servido?

Para que una semana más se reafirmen en la actitud de sacar frases de contexto, de elegir lo peor de cada casa… porque digo yo que en las corrientes feministas las habrá que tengan otra opinión de los que defienden la lactancia más allá de calificarlos como talibanes… ¡¡¡que la leche materna todavía no ha matado a nadie!!! Aunque la de fórmula sí lo haya hecho… Elegir lo peor de cada casa, sí, porque entresacar del facebook  y titular por una frase “habría que matarlos” es demasiado bajo incluso para El Mundo.

Por otro lado, me apena la gente que la toma contra los periodistas, midiéndonos a todos por el rasero marcado por estos señores.

Por eso, simplemente decir que, puede que suene muy inocente, pero:
  • Creo que otro periodismo es posible y muchas voces que no tienen cabida en periódicos de tirada nacional lo intentan demostrar cada día por otros medios.
  • Creo en el derecho de cada mujer a elegir libremente su camino hacia la felicidad. Las habrá que estén contentas en casa cuidando de su marido y de sus hijos, las habrá que se sientan realizadas con jornadas de oficina maratonianas y ascensos hacia las gerencias y presidencias de importantes empresas, las habrá que encuentren su razón de ser en reivindicar un mundo mejor y las habrá que vean su mundo completamente cambiado a través de la maternidad.
  • Creo en el derecho de todos los niños y niñas a ser alimentados con el mejor alimento posible: la leche de su madre.
  •  Creo que las madres tendrían que contemplar este derecho a la hora de tomar sus decisiones y no rechazarlos por razones insuficientes.
  • Creo que todas las madres deberían contar con información suficiente sobre la lactancia materna y la de fórmula para tomar una decisión al respecto.
  •  Creo que una vez tomada la decisión, debería ser respetada, tanto por aquellos que la comparten como por los que no.
  • Creo que ninguna mujer debería abandonar la lactancia materna por problemas fácilmente superables (grietas, muchas tomas, cansancio, etc.).
  •  Creo que el sistema sanitario en su conjunto debería ofrecer un apoyo a las madres que quieren lactar mucho más sólido que la mera defensa filosófica de la lactancia, sin recursos ni profesionales formados para atender los distintos problemas que se pueden presentar en el proceso.
  • Creo que las distintas autoridades e instituciones públicas deberían hacer más esfuerzos e inversiones para promocionar la lactancia materna, contrarrestando así el bombardeo publicitario de partes interesadas económicamente.
  • Creo que las autoridades deberían tener un mayor compromiso con el cumplimiento del Código Internacional para la Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna.

PD. La excusa de que la vaca es el principal exponente de los mamíferos para comparar a las madres con las vacas no me vale… Cuando pensamos en la leche de vaca nadie piensa en un ternero mamando, pero sí en una vaca siendo ordeñada (manualmente o por una máquina) o en un tetra-brik de leche.

jueves, 21 de octubre de 2010

Guía práctica de introducción de sólidos dirigida por el bebé

Introducción

Para iniciar la introducción de los sólidos teniendo en cuenta la perspectiva del bebé hay que entender las razones por las cuales esta aproximación es lógica y segura. El primer apartado de este documento explica los principios fundamentales y subyacentes en los que se apoya este método para la introducción de la alimentación complementaria. La última sección, lo que debes y no debes hacer, ofrece una guía rápida de los puntos fundamentales. Siguiendo estas instrucciones, aumenta la probabilidad de que tanto los padres como el bebé disfruten de la transición hacia las comidas sólidas y, además, se contribuye a asegurar el bienestar del bebé. 


La mayoría de los bebés están preparados para comenzar a experimentar con los alimentos sólidos alrededor de los seis meses de edad.

Los padres de los bebés prematuros (menos de 37 semanas de gestación), o de los que tengan alguna enfermedad o trastorno que pueda afectar su capacidad para manejar comida con seguridad o para digerir algún tipo de alimentos, deben consultar con su pediatra sobre el momento más apropiado para la introducción de los sólidos y sobre la idoneidad o no de usar la alimentación complementaria a demanda (ACD) como único método. 



Fundamentos de la alimentación complementaria
guiada por el bebé

1. Lactancia materna como la base de la alimentación autónoma 
  Se recomienda lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé. La lactancia materna ofrece la base ideal para la alimentación autónoma del bebé con sólidos, ya que los niños amamantados se alimentan a su propio ritmo. ¡¡De hecho es imposible obligarlos a comer más rápido o más despacio!! Además, controlan su ingesta de nutrientes y fluidos, acortando o alargando cada tetada. Por otro lado, y teniendo en cuenta que el sabor de la leche materna varía en función de la dieta de la madre, la lactancia materna prepara al bebé para aceptar nuevos sabores.

Los bebés saludables y normales alimentados con lactancia materna son muy capaces de gestionar el proceso de introducción de sólidos, siempre que cuenten con el apoyo adecuado por parte de sus padres. Aunque la capacidad de alimentarse de manera autónoma que caracteriza a la lactancia materna es la que sostiene la teoría de la ACD, muchos padres que han alimentado a sus bebés con biberón han descubierto que este método también funciona con sus hijos. La única diferencia significativa es la necesidad de asegurarse de ofrecer al bebé otras bebidas, además de la leche.

2. Entender las motivaciones del bebé
Este enfoque para la introducción de los alimentos sólidos ofrece al bebé la oportunidad de descubrir todo lo que la comida puede ofrecer, como parte del proceso de exploración del mundo que le rodea. Para ello, el bebé aprovecha su deseo de explorar, experimentar e imitar las actividades de los demás. Si se permite que el bebé establezca el ritmo de cada comida, y se insiste en el juego y la exploración más que en el propio acto de comer, la transición hacia las comidas sólidas tendrá lugar de una manera muy natural. El cambio resultará fácil porque la motivación del bebé para avanzar en el proceso es la curiosidad y no el hambre.

No es necesario que los momentos de la comida coincidan con las tetadas. De hecho, si pensamos en la lactancia y la alimentación complementaria como dos actividades separadas, el proceso será más relajado y se convertirá en una experiencia agradable tanto para los padres como para el bebé.
Al principio, la hora de la comida será un momento más de juego.


3. ¿No se ahogará?

Muchos padres se preocupan por la posibilidad de ahogamiento. Aún así, hay indicios que hacen pensar que si los bebés controlan lo que se llevan a la boca tienen menos riesgo de atragantarse que cuando son alimentados con una cuchara. Esto se debe a que los bebés no son capaces de mover intencionadamente la comida hacia la garganta hasta después de haber desarrollado la habilidad de masticar. Y no desarrollan la habilidad de masticar hasta después de haber aprendido la habilidad que les permite alcanzar y agarrar cosas. La capacidad de agarrar objetos muy pequeños se desarrolla aún más tarde. Así, un bebé muy pequeño no puede aumentar el riesgo de atragantamiento porque es incapaz de llevarse cosas pequeñas a la boca. Sin embargo, si alimentamos al bebé con la cuchara, estamos instándole a que sorba la comida hasta el fondo de la boca, aumentando el riesgo de atragantamiento.

Merendando manzana,
con 9 meses
Parece que el desarrollo general del bebé mantiene el ritmo de su capacidad para manejar la comida con la boca, y para digerirla. Un bebé al que le cuesta llevarse comida a la boca probablemente no está muy preparado para comerla. Por eso, es importante resistir la tentación de “ayudar” al bebé que se encuentra en esa situación. Es el propio desarrollo de las distintas habilidades implicadas en el acto de comer lo que asegura que la transición hacia la alimentación sólida se produce al ritmo adecuado, manteniendo el riesgo de ahogamiento en niveles mínimos.

Inclinar al bebé o tumbarlo para alimentarlo con sólidos es peligroso. Un bebé que manipula comida siempre debe estar sentado en posición erguida. De este modo, facilitamos que la comida que todavía no es capaz de tragar, o que no desea tragar, caiga fuera de su boca.

Seguir los deseos y el ritmo del bebé a la hora de introducir la alimentación complementaria no significa dejar de lado las reglas de seguridad que nos dicta el sentido común. Es muy improbable que un bebé pequeñito pueda lograr agarrar un cacahuete, por ejemplo, pero los accidentes pueden ocurrir, sea cual sea el modo en que es alimentado el bebé. Las reglas normales de seguridad para la prevención de accidentes durante las comidas y el juego también se deben seguir cuando la transición hacia las comidas sólidas es dirigida por el bebé.

4. Asegurar una correcta nutrición
Si se permite que los bebés se alimenten por sí mismos, suelen aceptar una amplia variedad de comidas. Probablemente, esto se debe a que, cuando seguimos este método, permitimos al bebé centrarse en muchos otros aspectos además del sabor; también perciben la textura, el color, el tamaño y la forma. Además, ofreciéndoles los alimentos por separado o de tal modo que ellos mismos puedan separarlos, les permitimos aprender sobre las diferencias entre los distintos sabores y texturas. Y si les dejamos rechazar cualquier alimento que no parezca gustarles, contribuimos a que, en el futuro, sigan estando dispuestos a aceptar nuevos alimentos.

Los principios generales de una alimentación saludable para niños se aplican también a los bebés que están gestionando su propio proceso de introducción de sólidos. Por eso, deben evitarse las comidas rápidas y los alimentos con azúcar o sal añadidos. Aún así, cuando un bebé supera los seis meses de edad, no hay necesidad de restringir los alimentos que se le deben ofrecer (a menos que haya antecedentes familiares de alergias o alguna enfermedad relacionada con el sistema digestivo). Son ideales las frutas y verduras, combinadas con otros alimentos cocidos ligeramente para que estén lo suficientemente blandos como para masticarlos. Al principio, es mejor ofrecer la carne en trozos grandes, para que puedan experimentar con ella y chuparla; una vez el bebé puede coger y soltar puñados de comida, la carne picada es una buena opción (Nota: los bebés no necesitan dientes para morder y masticar; ¡Con las encías se apañan bastante bien!).

Churro en Ribadesella.
Tampoco es necesario cortar la comida en trocitos diminutos, ya que los bebés más pequeños no serían capaces de cogerlos. Una buena medida para valorar el tamaño y la forma en la que se deben preparar los alimentos es el propio puño del bebé, aunque hay que tener en cuenta un dato muy importante: los bebés más pequeños no pueden abrir el puño intencionalmente para soltar objetos. Esto implica que manejarán mejor la comida con forma de palito o que tenga un asa incorporada (como el tallo de un trozo de brócoli). De este modo, pueden masticar el trozo que sobresale de su mano y descartar el resto después –normalmente cuanto tratan de alcanzar la siguiente pieza de comida que atrae su interés. A medida que sus habilidades mejoran, aprovecharán más la comida.

5. ¿Y las bebidas?
El contenido en grasa de la leche materna aumenta al final de la tetada. Un bebé amamantado reconoce este cambio y usa este conocimiento para controlar su ingesta de líquidos. Si tiene sed, tenderá a succionar poco tiempo, quizás de ambos pechos, mientras que si tiene hambre prolongará la toma durante más tiempo. Gracias a ello, los bebés amamantados a demanda no necesitan beber nada más, ni siquiera en verano.

Este principio también se puede aplicar al periodo de transición hacia la comida normal, siempre que el bebé siga siendo amamantado a demanda. Se le puede ofrecer un vaso de agua durante las comidas como parte de la exploración, pero no hay necesidad de preocuparse si no quiere beber nada.

Los bebés alimentados con leche de fórmula necesitan un enfoque ligeramente diferente, ya que los biberones tienen la misma consistencia durante toda la toma, por lo que hay menos posibilidad de saciar la sed. Para garantizar un aporte de líquidos suficiente, sólo hay que estar pendiente de ofrecer al bebé agua con cierta frecuenta una vez ha comenzado a comer pequeñas cantidades de los alimentos ofrecidos.

Si continuamos ofreciendo lactancia a demanda durante el periodo de introducción de la alimentación complementaria, dejamos en manos del bebé la decisión de cómo y cuándo reducir sus tomas de leche. A medida que ingiere mayor cantidad de alimentos durante las comidas familiares, se “olvidará” de pedir alguna toma o tomará menos cantidad de leche en cada toma. No es necesario que su madre tome esas decisiones por él. 



Lo que DEBES y NO DEBES hacer en la alimentación complementaria a demanda

1. DEBES ofrecer a tu bebé la posibilidad de participar siempre que la familia esté comiendo. Puedes comenzar a hacerlo tan pronto como el bebé muestre interés en observarte mientras come, aunque no es probable que esté preparado para llevarse comida a la boca hasta que tenga seis meses.

2. DEBES asegurarte de que tu bebé está sentado con la espalda erguida mientras experimenta con la comida. Al principio, puedes sentarlo en tu regazo, mirando hacia la mesa. Una vez que empieza a desarrollar la habilidad de coger comida, casi con toda probabilidad será capaz de mantenerse solo sentado, con un soporte mínimo, en una trona.

3. DEBES comenzar ofreciéndole alimentos adaptados al tamaño de su puño, preferiblemente en forma de palitos (o con un “asa”). Siempre que sea posible –y que los alimentos sean adecuados para el bebé-, ofrécele la misma comida que al resto, para que se sienta integrado en la experiencia familiar.

4. DEBES ofrecerle alimentos variados. No es necesario limitar su acceso a la comida, igual que tampoco lo haces con los juguetes.

5. NO DEBES meter prisa al bebé. Permítele que haga las cosas a su propio ritmo. Es especialmente importante que evites la tentación de “ayudarle” poniendo comida en su boca.

6. NO DEBES esperar que el bebé coma nada durante los primeros intentos. Una vez haya descubierto que sus nuevos juguetes saben bien, comenzará a masticarlos y, después, a tragarlos.

7. NO DEBES aspirar a que el bebé se termine cada trozo de comida, sobre todo al principio. Recuerda que todavía no ha desarrollado la habilidad de alcanzar la comida que está dentro de su puño.

8. DEBES volver a ofrecerle más adelante la comida que ha rechazado. Los bebés cambian de opinión y pueden aceptar alimentos que en un primer momento rechazaron.

9. NO DEBES dejar al niño solo mientras come.

10. NO DEBES ofrecer comidas que suponen un riesgo evidente, como frutos secos.

11. NO DEBES ofrecerle comida rápida, platos preparados o alimentos a los que se haya añadido azúcar o sal.

12. DEBES ofrecerle agua en un vaso o taza, pero no te preocupes si no muestra interés. En especial, los bebés amamantados probablemente seguirán obteniendo todos los líquidos que necesitan del pecho durante algún tiempo.

13. DEBES estar preparado para el caos y el desorden. Un plástico bajo la trona protegerá el suelo o la alfombra y facilitará la limpieza. También te permitirá volver a ofrecer al bebé los alimentos que se hayan caído, disminuyendo la cantidad de comida desperdiciada. (¡Te sorprenderá positivamente descubrir lo rápido que el bebé aprende a comer manchando menos!).

14. DEBES continuar amamantando a tu bebé a demanda, durante todo el tiempo que quiera. Es probable que cambie el patrón de las tomas a medida que come más.

15. Si tienes antecedentes familiares de intolerancia, alergias alimentarias o trastornos digestivos, DEBES consultar a tu pediatra antes de comenzar.

16. Finalmente, ¡DEBES disfrutar viendo como tu bebé aprende a comer y observando cómo desarrolla su habilidad con las manos y la boca durante todo el proceso!


© Gill Rapley, 2008
Traducción de Eloísa López

Si te quedas con las ganas de saber más, ¡¡¡Apúntate a nuestro nuevo taller online de Baby-Led Weaning!!!

domingo, 17 de octubre de 2010

Vaca NO, mamífera SÍ... Y, por supuesto, MADRE

Hace unos días daba una pequeña ponencia sobre la relación entre medios de comunicación y lactancia materna en el marco de la jornada con la que Multilacta y el Hospital del Henares (Coslada) celebraban la Semana Mundial de la Lactancia Materna.

Era un discurso optimista en el que asumía que los medios informativos ofrecían noticias contrastadas y veraces sobre la lactancia materna (aunque acompañadas con publicidad de alimentación artificial, biberones, chupetes y resto de industria asociada: esterilizadores, botecitos para leche…) y que el principal problema se encontraba en la falta de referentes culturales de lactancia materna en series, películas, dibujos, programas de debate, etc.

Subjetividad
Pues bien, hoy me encuentro en Internet con la referencia a un artículo del el Magazine (suplemento dominical) de El Mundo, titulado “La era de las madres vaca”. Y aparte de estar plagado de prejuicios, mitos e incorrecciones sobre la lactancia, pues me llama poderosamente la atención la falta de rigor periodístico que desprende este artículo desde su mismísimo titular.
   
Portada de Magazine, el suplemento dominical
que destribuye el periódico El Mundo.
Y es que adjetivar a una madre como vaca la reduce a un animal y su papel al de la mera alimentación por el simple hecho de ofrecer a su bebé la leche materna. 

Leche, que, no lo olvidemos, es gratuita, adaptada siempre a las necesidades del bebé, a la temperatura perfecta y que no requiere de ningún accesorio o instrumento externo para su administración. 

No se compra ni se vende, no se desperdicia, nunca sobra o falta, siempre hay la necesaria para el bebé y, además, le permite aprender a identificar si tiene sed o hambre, cuánto quiere comer, cuándo está satisfecho… 

Más allá de los consumismos desaforados y de las tablas de alimentación para bebés cuadriculados a los que hay que medir por el mismo rasero y debe hacer tomas milimétricas, siempre con la misma cantidad y presionados para terminarse el biberón.


Elecciones partidistas
En fin, que para este articulista (y para el resto de periodistas que filtran, editan y revisan los contenidos) la madre que alimenta a su hijo prescindiendo del biberón es una vaca y la lactancia no es materna sino natural (ya que el antetítulo reza “lactancia natural”). La elección del adjetivo tampoco es inocua, ya que la palabra lactancia materna tiene connotaciones positivas, mientras que lactancia “natural” ya puede relacionarse con los “locos” de los “natural” frente a lo tecnológico o cultural.

Ideas preconcebidas
Leyendo el artículo de principio a fin me quedo con la sensación de que la autora, Carmen Machado, ya tenía una idea preconcebida a la hora de escribir el artículo y ha ido recurriendo a las fuentes que ha ido encontrando para apoyar estas ideas… 

Vamos, que comienza con una experiencia negativa de lactancia materna y luego una positiva, pero con una mujer que trabaja en casa, dando ya de por sí la idea de que sólo se puede compaginar la lactancia materna con el trabajo si trabajas en casa… Y luego, claro, la pregunta a la entrevistada para que responda lo que tú quieres que diga: “Pero si hubiera trabajado fuera, me habría resultado imposible darle de mamar durante tanto tiempo”…

Pero, vamos a ver, señoras, que esto no es todo o nada. Que cuando la mamá se incorpora al trabajo se puede dar alimentación complementaria, recurrir a la lactancia mixta (bibe cuando mamá no está y teta cuando está) o sacar leche para luego dársela. En el mejor de los casos, esto durará cuatro o cinco meses ya que en cuanto el bebé empiece a comer de todo tendrá de sobra con las tomas de leche que haga estando su madre en casa… Vamos, que me parece todo un insulto a las madres trabajadoras que han dado el pecho –y lo siguen haciendo- a sus hijos durante años.

 

Tendencioso
Desde luego, cualquiera que conozca un poco las fuentes manejadas por Carmen Machado sabe de qué pie cojea y es que, por ejemplo, al mencionar a Carlos Gonzáles ha cogido referencias de sus libros o artículos, pero no le ha preguntado a él directamente…

Cuando un periodista cita un libro o artículo, debe reseñar la fuente, ya que si no parece que la autora se ha molestado y todo en hablar o contactar personalmente con Carlos González. Aunque, claro, tampoco lo ha hecho con Badinter o Rosin… Simplemente se ha limitado a apropiarse de sus argumentos y, eso sí hemos de reconocérselo, ha contactado con dos madres que han dado el pecho… Aunque las experiencias son tan radicalmente diferentes que también entra la duda de si ha habido sesgo o no en la elección… Y es que parece ser que para Machado no hay medias tintas.

Luego están los apoyos gráficos, que inciden en el tema “Mama que da el pecho = vaca”, que son amarillistas y tendenciosos en sí mismos… Que, ahora que lo pienso, porque debe ser políticamente incorrecto sacar a una mujer gorda en un suplemento dominical, porque si no, lo único que les faltaba era haber puesto a una mujer gorda, pintada de vaca… y ya puestos, con los rulos y la cofia… que está claro que las mujeres que dan el pecho están anticuadas, son machistas, feas y gordas y viven en un mundo de servidumbre…

Historias para no dormir
Se habla sobre historias de terror de lactancia: grietas más grandes que el cañón del colorado o padres que duermen a pierna suelta mientras la madre se pasa la noche entera en vela y penando para darle el pecho a su hijo. Pero no se ahonda en las causas de estas historias de terror.

Es más fácil echarle la culpa a las presiones para amamantar que a la falta de información o de referentes culturales o a los padres que asumen que como la madre da el pecho ellos no tienen nada que hacer, porque parece que si elijes que vas a dar a tu hijo el pecho, debes asumir en el mismo pack cambiarle el pañal, vestirle, bañarle, cantarle, acunarle, dormirle, ordenar sus cosas… Y sin embargo, cuando das biberón, misteriosamente, todas esas labores se disuelven en un arcoíris de felicidad y maternidad de revista.

Pensamiento único
En el videojuego Los Sims,
ningún bebé es amamantado.
Me hace mucha gracia también el párrafo final. Una perlita más:
 
Las campañas pro lactancia son un fenómeno creciente, casi una corriente de pensamiento único”.
 
Ahí queda eso…. ¡¡¡Toma ya!!! Y lo dice la periodista. No lo dice en boca de nadie. Y no lo prueba… ¡¡¡Leñe!!! Que como lectora me siento estafada… Si era un editorial o un artículo de opinión, que lo hubieran etiquetado como tal. Me siento engañada cuando me lo ofrecen como información, que se supone veraz y contrastada. Y, al final, si mido el resto del medio con el mismo rasero que este artículo, el único que sale perdiendo es El Mundo.

En cuanto a la afirmación de la autora, simplemente decir que las campañas pro lactancia las emprenden grupos de madres que no tienen un duro… eso sí, con el apoyo de la OMS y UNICEF que dan mucho apoyo moral, pero no se gastan un duro en campañas de publicidad… Mientras que los fabricantes de leche de fórmula están a todas horas en televisión, radio, revistas y periódicos… y hasta en las consultas de los médicos y pediatras.

Grandes héroes de la industria alimentaria
Así pues, la lactancia materna se convierte en un pensamiento único en un mundo libre de Nestlés y Nutribenes… Ah, no espera, que según Machado, Nestlé es un héroe suizo que “comenzó la elaboración de un producto alimenticio para combatir la altísima mortalidad infantil”… Que sí, que no te digo yo que la leche de fórmula no haya salvado muchas vidas, pero este señor y sus herederos lo han hecho para llenarse los bolsillos, ya que si su único afán hubiera sido el bienestar de los niños otro gallo hubiera cantado.
 
No olvidemos que en 1886, la fecha a la que hace referencia el artículo como comienzo de las leches de fórmula, estamos en plena revolución industrial, éxodo hacia las ciudades y comienzo de la incorporación de la mujer al mercado laboral. En esa época, aunque no haya estadísticas, muchas madres no daban el pecho a sus hijos… ¿cómo? Porque recurrían a nodrizas o a lo que se llama “lactancia mercenaria”, a cambio de dinero.

Según José María Paricio Talayero, del Comité de Lactancia Materna. Asociación Española de Pediatría y Jefe de Servicio Pediatría, Hospital Marina Alta (Denia, Alicante), “en 1780 el 92% de los niños nacidos en Paris son amamantados por  una nodriza”. En Inglaterra, en 1700, el 50% de las madres no amamantaban a sus bebés.
  
En esas mismas fechas, la tasa de mortalidad infantil era de 109 en amamantados por sus madres, 170 en amamantados por nodriza a domicilio, 381 si nodriza los lleva a su casa y 500 al 910 si eran alimentados por una nodriza en la inclusa. Así las cosas, la solución no pasaba por fabricar un alimento artificial para estos niños, sino por fomentar que fueran las propias madres las que amamantaran a sus hijos.
    
Se crían igual de bien
Y, además, volviendo al argumento del “pensamiento único”, ¿dónde quedan las madres, suegras, amigas, vecinas que constantemente recuerdan a las madres que amamantan que les den un biberón, “porque con el bibe se crían igual de bien”?
 
Ahora otra perlita de la articulista, que esta vez no pone en boca de nadie: “Se sugiere, se asocia, se indica… Pero ¿se puede afirmar categóricamente que los niños criados con biberón tendrán un peor desarrollo físico, cognitivo o afectivo que los criados al pecho? Hasta ahora, no hay pruebas concluyentes”.

Esto es mentira. Simple y llanamente. Hay estudios que demuestran que los bebés amamantados padecen menos obesidad o dermatitis atópica, por ejemplo. Es evidencia científica de tipo 1, es decir, incontestable,… Y esta evidencia está en la base de las políticas de fomento de la lactancia materna, por ejemplo, a través de la iniciativa IHAN.

Sin desperdicio
El cuadro de ventajas e inconvenientes de la lactancia materna no tiene desperdicio. No voy a entrar en el análisis porque necesitaría un post entero para analizarlo (aunque no lo descarto para el futuro)…
  
Tampoco tienen desperdicio los ganchos en la portada para llamar la atención de los lectores: “La organización mundial de la salud quiere que las mujeres amamanten durante dos años”… ¿¿¿ein??? La OMS recomienda, no obliga ni quiere. La OMS dice lo que es lo mejor para la madre y para el bebé basado en evidencias científicas… Luego cada persona hace lo que quiere. Vamos que la OMS también dice que fumar es malo y no por eso la gente que fuma se ve obligada a dejar de fumar. Cada uno hacemos nuestras propias decisiones y tenemos que vivir con ellas.
 
Y con ello mi reflexión final… Si una madre se ve obligada a amamantar es que algo falla. Se puede informar a una madre de que la lactancia materna es lo más beneficioso para el organismo de la madre y el del bebé, que dar el pecho no tiene que doler, que si hay grietas es que algo va mal y se puede solucionar, que la lactancia materna es compatible con el trabajo… Y si después de todo eso, decide dar el biberón por las causas que sea, habrá que respetarlo y dejar a esa madre estar y ser feliz con su hijo, ya le de teta o biberón.
   
Si una madre que desea amamantar se enfrenta con problemas (grietas, mastitis, etc.) y los profesionales médicos son un muro en el que se estrella sin encontrar apoyo y soluciones, que solo le dicen que la lactancia materna es lo mejor para su bebé sin pararse a entender la causa de sus malestares y desvelos, sin ofrecerle ni tan siquiera empatía y comprensión, es normal que vea la lactancia como una esclavitud y no como una experiencia positiva y maravillosa.
  
Son todavía muchos los prejuicios que hay que borrar para poder lograr que todas las madres que quieran puedan ofrecer a sus hijos lactancias felices y satisfactorias… y artículos y argumentos como estos solo ponen piedras en el camino y siembran de dudas los embarazos de muchas madres, que pueden desechar la lactancia por miedo al fracaso.

Facebook: Me indigna que El Mundo haga este ataque a la Lactancia Materna

Carta a El Mundo y recogida de firmas

Alud imparable
El susodicho artículo ha generado una reacción en cadena imparable. Aquí os dejo otras referencias blogueras de la red maternal. Si me dejo a alguien, no dejéis de mandarme un tirón de orejas virtual... y un enlace.

viernes, 15 de octubre de 2010

Y tú ¿eres lactivista?


Las tetas molan
- Hola, me llamo Eloísa y soy Lactivista
- Hooooola -responde el resto del grupo.
- Llevo más de tres años amamantando. He dado el pecho durante 9 meses estando embarazada y llevo ya casi 12 en tándem -añade Eloísa.
- Seguro que tus hijos lo están disfrutando mucho -responde otra lactivista.
- Mi siguiente reto es convertirme en asesora de lactancia y ayudar a otras madres a disfrutar de la lactancia tanto como yo -continúa.
- Es un camino duro y gratificante que ya han emprendido muchas madres. Si necesitas ayuda o asesoramiento, no dudes en comentármelo -replica la coordinadora del grupo de lactivistas. 
- Ahora continuaremos con la ronda de presentaciones...

Pues sí... Orgullosamente he añadido el logo de "Soy Lactivista" a mi blog, porque no podría haber encontrado una enseña mejor para definir mi postura y sentimiento frente a la lactancia materna: ¡¡¡Soy lactivista!!! Y estoy encantada de gritarlo (y blogearlo) a los cuatro vientos (o a los ocho bits).

Agradecida a Iliana de Tenemos Tetas su brillante y original iniciativa y a Enric Boix su inestimable aportación creativa y altruista desde su blog Buscando Trazos.

Y mi más profunda admiración a todas las mamás blogueras que han apoyado esta inciativa y a todas las cabecitas pensantes que diseñan campañas que contribuyen a dar visibilidad y a normalizar la lactancia materna como esta o la de "El mundo es mi sala de lactancia"...

No sólo nos ofrecen recursos para reivindicar nuestras ideas, sino que además nos ofrecen la posibilidad de hacerlo con dignidad, estilo y sin renunciar a la diversión, ofreciendo una imagen moderna y diferente de la lactancia materna.

- Sí, soy lactivista; Defiendo el derecho del bebé/niño a ser amamantado y de la madre a amamantar, a demanda, en cualquier lugar, sin miradas ni comentarios de desaprobación, y hasta que el niño lo desee -y con este propósito compartido dio fin la reunión de lactivistas de ese día.


miércoles, 13 de octubre de 2010

Baby-led weaning o alimentación complementaria “a demanda”

Cualquiera que haya leído algunos libros sobre lactancia materna o que haya navegado por webs y foros sobre lactancia y crianza con apego, seguro que ha oído mencionar alguna vez el término inglés “baby-led weaning”. Es una expresión difícil de traducir, porque usa un concepto (weaning) que puede resultar equívoco en español…

Veamos: “Baby” es bebé, “Led” es el pasado de “Lead”, verbo que significa guiar, liderar, y “weaning”, normalmente se traduce como destete, pero no en el sentido de dejar la teta sino de dejar la lactancia exclusiva para comenzar a introducir alimentos sólidos. ¿Cómo traducir este concepto al español?

Algunas expresiones que se han propuesto son:
“alimentación autorregulada”
“alimentación autorregulada por el bebé”
“destete dirigido por el niño” (la más literal)

A ver quién es el guapo que le quita los macarrones
y se los cambia por un puré.
Alimentación complementaria a demanda
A mí, personalmente y después de haber estudiado más o menos el tema, me gusta la traducción de “Introducción de los sólidos a demanda” o “alimentación complementaria a demanda”… Sobre todo me gusta la segunda porque sigue con la filosofía de la “lactancia a demanda” y usa el término “alimentación complementaria” que es el más extendido hoy en día en España para hablar de la diversificación de las fuentes de alimentación del bebé a partir de los seis meses, dejando claro que cualquier alimento es complementario a la fuente principal, que sigue siendo la leche.

Lo que me gusta
Después de haber probado los dos métodos de introducción de la alimentación complementaria (los consabidos purés y papillas con mi hijo mayor y el baby-led weaning (BLW) con mi pequeña), enumeraré las ventajas que yo le veo a la alimentación complementaria a demanda:

- Es más respetuosa con el bebé, tanto en lo concerniente a su ritmo de desarrollo como en lo referido a sus propios gustos personales.

- Es más cómodo ya que no hay que comprar ni planificar alimentos especiales para el bebé, que comparte –siguiendo unas normas de seguridad básicas- los alimentos de la mesa familiar.

Verduras variadas para irle poniendo
en la bandeja de la trona.
- Concibe la alimentación complementaria como un aprendizaje, por lo que no “invita” a sustituir las tomas de leche por comida. Más bien al contrario, la filosofía es permitir que el bebé juegue y aprenda todo lo que quiera con los alimentos, porque para quitarse el hambre y nutrirse, ya tiene la teta.

- Se basa en la capacidad del bebé para autorregularse. Al igual que con la lactancia materna a demanda, que permite al bebé controlar cuando quiere calmar la sed o prefiere hacer una comida más completa, el BLW confía en el criterio del niño a la hora de elegir qué alimentos prefiere, en qué cantidad, en qué orden, cuánto tiempo va a emplear para comerlo, etc. De este modo, permitimos que el bebé desarrolle sus mecanismos de control de la saciedad y evitamos que coman en exceso, disminuyendo así la probabilidad de futuras enfermedades, como obesidad o diabetes.

- No se separan los alimentos por comidas (cereales en el desayuno y en la cena, fruta en la merienda y verduras y carne/pescado en la comida), sino que el bebé tiene a su disposición casi todos los grupos de alimentos en una sola comida, igual que los niños mayores y los adultos. De este modo, se combinan y aprovechan mejor los nutrientes… Por ejemplo, la carne tiene hierro, que se absorbe mejor en presencia de vitamina C, por lo que si añadimos algo de fruta al final de la comida, nos estaremos asegurando de que el contenido en hierro de la carne será más aprovechado.
Ensalada al estilo BLW:
palitos de pepino y rodajas de tomate.
- Permite incluir al niño en las comidas familiares, por lo que no sólo aprende sobre la comida y los alimentos, sino sobre la hora de comer como un momento para charlar, relacionarse, disfrutar de la compañía del resto de la familia, etc.

- Al igual que con la lactancia materna, el bebé come lo que quiere sin importar la cantidad. Es muy difícil medir lo que come un niño así, porque unos trozos los tira, otros se le quedan en el babero, otros se los come, coge trozos del plato de la mamá, del papá o de cualquier otro miembro de la familia, etc. El único medidor de que ha comido lo suficiente es su propia satisfacción.

Lo que no me gusta
Básicamente veo dos desventajas a este método.
1 – Tener que dar explicaciones a todo el mundo que me pregunta si la nena ya toma purés, cuánta cantidad se toma, etc.

2 – Limpiar la mesa, la trona, el suelo, su ropa y alrededores después de la comida… Porque es un método un tanto guarro… Aunque hay que reconocer que la combinación de cucharadas de puré con manotazos, pedorretas, soplidos y demás de un bebé también tiene gran capacidad de convertir suelos y paredes en gotelé viviente.

Pero, ¿en qué consiste?
Pues, a grandes rasgos, el BLW consiste en pasar de los purés y papillas y ofrecer al bebé directamente los alimentos sólidos… lo que no implica que le pongamos un plato de cocido delante y le dejemos hacer.
Se trata de ir introduciendo la comida como un juego, adaptando las formas de los trozos que se le ofrecen para que las pueda agarrar con la mano y manejarlas por si mismo, permitiéndole desarrollar las distintas habilidades que necesitará para comer (coordinación ojo-mano, masticación, deglución, pinza, etc.), respetando sus gustos y preferencias personales e incluyéndole en los hábitos y rutinas familiares a la hora de la comida.

Segundos o terceros hijos
Comiendo sus "arbolitos" de brócoli.
El término Baby-Led Weaning fue acuñado por Gill Rapley, matrona y enfermera pediátrica (health visitor) británica y madre de tres hijos… Pero el método en si mismo es antiguo y muchas madres reconocen haberlo practicado sin necesidad de haberle puesto nombre. Personalmente, estoy convencida de que así es como se comenzaba a alimentar a los bebés antiguamente, cuando no había médicos que recomendaran los purés y lo que debía contener cada uno… El bebé comenzaba a alcanzar algunos pedazos de pan, de comida, de la mesa y jugaba con ellos, se los llevaba a la boca y, finalmente, descubría que se podían comer.

La mayoría de los testimonios y experiencias que he leído y escuchado sobre BLW (sea llamado o no así por sus practicantes) son de madres y padres que ya tienen dos o tres hijos y que, con el segundo o con el tercero, descubren que de este modo evitan algunos problemas que tuvieron en la alimentación del primero y que es más fácil y sencillo organizar las comidas para toda la familia… No olvidemos que cuando tenemos el primer hijo todo es un mundo y todo esfuerzo nos parece poco, pero, cuando llega el segundo, normalmente la falta de tiempo nos hace optar por soluciones más prácticas, sencillas y más naturales… y también (¿por qué no?) más beneficiosas.

Industria alimentaria
Retomando la idea que exponía antes de que estoy convencida de que así era como se ha hecho durante toda la vida,… Me viene a la cabeza también el ejemplo de la lactancia artificial… Y es que, si hemos vivido una generación perdida con la lactancia materna, también parece que hemos perdido la pista de cómo se iniciaba a los niños en la alimentación adulta antiguamente…

La leche de fórmula seguro que ha tenido mucho que ver en la historia de los purés infantiles. Más que nada, porque precisamente se iniciaba la alimentación complementaria con más premura para tratar de paliar las carencias nutricionales de las fórmulas… Pero, poco a poco, ha ido quedando un poso de que los purés son buenos, de que así el niño se lo come todo, que es más fácil dárselo, que admiten más cantidad, que son muy sanos porque tienen muchos tipos de verduras, la madre puede medir lo que el niño ha tomado en cada comida, etc.

Así, la comida es uno de los momentos más divertidos del día.
Y nadie habla de la incomodidad y trabajo extra que supone andar cocinando y triturando para una sola personita… que para eso somos madres sacrificadas… y si no queremos serlo pues ya están ahí Nutribén, Nestlé, Hero y el resto de marcas para echarnos un cable con sus cereales superenriquecidos, sus potitos variados y completos y sus papillas de frutas… ¡¡¡Vamos, qué hasta natillas y yogures hay que comprarles!!! Pagándolos a precio de oro porque tienen una imagen de un radiante bebé en la etiqueta.

Yo, con mi primer hijo, recurría muchas veces a las papillas de frutas cuando quería salir por ahí. Ahora me resulta mucho más cómodo llevar un plátano o una pera o unas galletas o un colín o un cuscurro de pan (lo que pille por casa), meterlo en la mochila de los nenes y tirar para el parque sin preocuparme de nada más… Y si se me olvida, seguro que hay una tienda cerca donde poder comprar algo saludable sin tener que recurrir a comida procesada y enlatada.

Menú infantil
Para terminar, reproduciré una frase que de Gill Rapley en un encuentro virtual sobre el BLW: “Muchas veces sueño con todos estos bebés creciendo y protestando enérgicamente cuando salen a comer con sus padres y los camareros les ofrecen el menú infantil”.

Avance: para los próximos días, y con el permiso de la autora, estoy preparando la traducción de un par de documentos que vendrán muy bien a todas las mamás que quieran iniciar a sus hijos en el maravilloso mundo de la comida, siguiendo esta filosofía.
Mientras tanto, os dejo unos enlaces con más información al respecto:

Información sobre Baby-led Weaning en inglés

Información sobre Baby-led Weaning en español:

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