jueves, 10 de febrero de 2011

La casa de mi infancia

El otro día me sorprendí nada más despertar recordando que había soñado sobre la casa en la que mi familia vivía durante mi infancia. Es curioso que el sueño no tuviera ningún tinte costumbrista de recuerdo de familia sino que más bien era tipo “sueño de acción” (como las pelis del Stallone y el Schwarzzeneger –que no sé si se escribe así, pero no me pienso molestar en comprobarlo), lo que me llevó a reflexionar sobre la cantidad de veces que he vuelto a visitar esa casa en sueños.

Era una casa pequeña, llena de humedades y atestada de cosas, personas y mascotas (perros y peces más dos adultos y tres adolescentes hermositos nos llegamos a juntar allí en los últimos tiempos), nada envidiable o bucólico, nada especialmente reseñable para recordar, pero mi cerebro lo asume como un refugio que revisitar de vez en cuando, en sueños, un lugar cómodo, conocido, confortable… ¿cómo no? Si según iba recordando el sueño y reflexionando sobre la casa de mi infancia se me dibujaba una medio sonrisa en la cara.

Recordaba la puerta de la cocina perdida, que fue puerta de armario, llego a ser cortina y luego dejó de ser. El lavabo del baño, que terminó desapareciendo para dejar hueco a una lavadora… Un baño con ventana ¡¡¡qué gran lujo hoy en día en los pisos en los que nos hemos acostumbrado a vivir en Madrid, en los que solo disfrutamos de hermosos “respiraderos!!!

Esas persianas que se enrrollaban al tirar de la cuerda, y que había que atar con un lazo que salía automáticamente a fuerza de gesto repetido. Esas reformas de andar por casa cuando no había ni se concebía ni siquiera la decoración tipo Ikea: sintasol en el suelo, empapela la pared, empapelalá con papel diferente y finalmente termina forrándola con corcho… Una solución ingeniosa que permitía pegar posters de estrellas juveniles a la pared sin la consiguiente bronca paterna.

Recordar la casa de mi infancia es recordar también el barrio de mi infancia. Un colegio al que llegaba sin necesidad de cruzar una sola calle: independencia forzadas desde casi los 6 o 7 años. Un patio de vecinos, casas y portales que formaban una U que cual muralla nos protegía del mundo exterior en juegos y andanzas, pero no frente a las brocas o reprimendas de vecinos siempre ojo avizor.

La vista desde mi ventana: limitada pero a la vez fascinante. Una higuera, dos patios y la posibilidad de espiar furtivamente a sus propietarios de vez en cuando. Sonata chirriante de maullidos en los tejados nocturnos de verano. Despertarme con los trinos de los gorriones en las mañanas de domingo.

Cocina de gas, calentador, el ordenador que se apagaba cuando alguien encendía o apagaba la luz de la cocina y me dejaba con el trabajo del instituto sin guardar y con dos horas perdidas… Mi refugio encima de mi litera, donde languidecía una adolescencia típica que iba discurriendo lentamente de la mano de los libros que leía y la máquina de escribir tras la que me atrincheraba de vez en cuando.

Mi poster de El Señor de los Anillos, las lágrimas que vertía en la almohada pensando en amores imposibles, en la discusión con mis padres en los roces con mi vecina de litera…

Son miles, millones de recuerdos que conforman un hilo inagotable del que puedo tirar conscientemente y que mi subconsciente desmadeja a su antojo cuando visito el hogar de mi infancia en sueños.

Y al final todo eso me lleva a preguntarme cómo recordarán mis hijos el hogar de su infancia. ¿Qué recuerdos? ¿Qué olores? ¿Qué momentos? La casa de mi infancia ya no existe, nos mudamos a otro piso más amplio pero con menos personalidad en el que tan solo viví unos años antes de iniciar el vuelo en solitario. ¿Qué habrá sido de esta casa cuando mis hijos tengan hijos? ¿Recordarán más las cosas que había en la casa o los momentos pasados en ella?

Y tú, ¿Te acuerdas de cómo era la casa de tu infancia? ¿Qué recuerdas de ella? ¿Sueñas con ella de vez en cuando? Te invito a compartir aquí, o en tu propio blog, tus recuerdos sobre tu hogar infantil.

15 comentarios:

  1. AYYYYYYY nena me pillaste sensible y me sacaste la lagrima. Mi casa de la infancia es la casa donde vivían mis abuelos en León, olía a libertad y hoy justamente a lo contrario, pero en mi terapia es mi lugar de refugio...

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  2. Yo también me acuerdo y recuerdo todo el tiempo que viví en ella, los momentos buenos y los malos. Recuerdo tantas cosas que a veces me crea cierta admiración saber que mis hijos recordarán tantísimos detalles. Es increíble como la mente guarda esos recuerdos y los mantiene ahí, hasta que una noche cuando cierras los ojos vienen a juntarse con tus sueños. Impresionante

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  3. Mi casa de la infancia sigue siendo el piso de mi madre....aunque no tengo recuerdos excesivamente entrañables....

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  4. Esmeralda, que bonito poder tener un refugio así al que acudir en momentos de necesidad. Un abrazo.

    Suu... Me siento completamente identificada en eso que dices. Hay detalles que solo podemos recordar a base de mucho esfuerzo y nos pasamos años sin pensar en ellos cuando, de repente, un sueño nos refresca la mente y nos lo devuelve de nuevo.

    LadyA, es triste no tener buenos recuerdos, aunquel supongo que lo mejor de todo será haber superado esa etapa de vivencias para olvidar y haber construído y labrado tu propio futuro, tu propio hogar, a base de esfuerzo y tesón. Lo mejor es que seguro que tu hija tendrá unos recuerdos estupendos de vuestra casa/refugio

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  5. Precioso, precioso, precioso. Me encanta leer estas cosas tan bonitas!

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  6. Pues a mí me ha recordado a la casa de mi abuela, la "viví" poco tiempo... pero me ha recordado a ella...

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  7. Pues claro que la recuerdo y si cierro los ojos veo todos sus detalles.
    Hasta los 11 años viví en una casa muy grande en un pueblo que ahora es ciudad.
    Podía salir a la calle sola sin miedo y jugar con las amigas.
    Y como mi infancia fue super feliz pues la recuerdo con mucho cariño.
    Mi único problema es que no quería ir al cole, quería quedarme con mi madre. Ains! inocente!

    Y de allí nos fuimos a Madrid a un piso que era 1/4 parte de la anterior.
    Como sardinas en lata jajajaja pero también guardo muy buen recuerdo.

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  8. Mi casa de la infancia... Tu lo que quieres es que me ponga nostalgica y triste ¿verdad?. Mejor pienso en hacer un nido para mi
    PequeñoJedi, tan acogedor, confortable y maravilloso como crearon mis padres para nosotros... porque como me ponga a recordar voy a llenarte esto de lágrimas y mocos... y luego me vas a hacer limpiarlo todo.

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  9. Sandra, muchas gracias.

    Chlöe, las casas de las abuelas también son muy importantes en muchas infancias... son también muy especiales.

    Teta, nuestra casa también era de sardinas en lata,... por eso quizá sueño ahora con irme a vivir a uno de esos pueblos que tu recuerdas, con casas enormes y niños que pueden salir a la calle a jugar.

    Leia, je, je... ya verás que la maternidad te lleva, invariablemente, a reflexionar sobre tu propia niñez... Siempre que quieras tendrás un paquete de clinex a mano y confortable en mi blog, para no tener que limpiar demasiado después. ;-)

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  10. Wow, tremenda entrada!! Yo he tenido varias casas en mi infancia, pero no suelo soñar con ellas, alguna vez he soñado con la segunda casa en la que viví, pero sobre todo me sorprendo tratando de recordar detalles despierta...

    Algún día la hablamos ;)

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  11. La casa de mi infancia es la misma donde siguen viviendo mis padres. Allí tengo buenos y malos recuerdos.
    En mi caso no son sueños los que me traen recuerdos, sino algún comentario de alguién, algo que veo, pero lo mejor de todo es un olor. De pronto una fragancia me transporta a viviencias que creía olvidadas. Es maravilloso cuando me sucede eso.
    De casa de mis abuelos también tengo buenos recuerdos... ay!

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  12. Preciosa la entrada... La casa de mi infancia sigue siendo la casa de mi madre, en ella tengo muy bueno recuerdos pero también malos. Recuerdo mucho el olor a chimenea del invierno y la sensación de estar tumbada en la alfombra con mi gata... Ahora lo que me gustaría, como dice Leia, es poder darle un buen hogar a mis hijos que lo recuerden con amor... Un besazo

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  13. yo hoy mismo he soñado con la casa de mis abuelitos por parte de madre y muchas veces sueño con la casa de mis aitonas ( abuelos) por parte de padre.Soy feliz cuando estoy en casa!!! los siento , huelo y me doy cuenta que en los sueños lo que hago es andar por las casas, ya de otros, y observarlas ... creo que a pesar de que soy muy feliz en mi vida , hecho de menos a mis cuatro abuelos mucho !! fuero , son y seran personas importantisimas en mi vida y personas de peso para mi . Los quiero con locura a los cuatro y no es que fueran mejor que otros si no .... que eran mis abuelos . Los recuerdo con mi corazon abierto por amor y cuando estoy en sus casas en sueños , sobre todo en la de mis abuelos maternos soy feliz y me despierto contenta y siento que estan muy cerca de mi. Este momento de mi vida y esto que escribo solo en honor
    a mis 4 abuelos.

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  14. No se por que los sueño son tan extraños, o realmente nos quieren decir algo, tengo 27 años y ahí pase 22 años de mi vida ya...pero esa casa la perdimos se puede decir nos mudamos a otra.pero hasta el dia de hoy siempre sueño con ella ay una parte de mi que se quedo ahí y puedo cerrar los ojos y la recuerdo tal cual es..desde la entrada hasta el patio todo, en cada sueño siempre aparece esa casa, mi mamá dice por que ahí me enterraron el cordon umbilical quizás por eso digo yo y la verdad que la extraño mucho y por eso evito ir por donde vivíamos antes..por que cada si la veo lloro y es como si estuviera de nuevo ahí, viviéndola.Quizas algún dia pueda volver a entrar a verla.por que algo de mi se quedo ahí.

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