domingo, 3 de febrero de 2013

Sostener y ser sostenido

Durante las reuniones del grupo de lactancia, siempre terminamos hablando de la necesidad de apoyo a la madre en el puerperio, de la necesidad de ser sostenida. La madre se enfrenta a una etapa completamente nueva de su vida, de su sexualidad, y para ello necesita confianza, serenidad, personas que la apoyen y no la cuestionen. Sonrisas y no críticas, pero también apoyo más allá de las palabras.

Son momentos difíciles, en los que las asesoras muchas veces ejercemos un papel de sostenedoras. Escuchamos lo que preocupa a las madre en relación con sus bebés, les ofrecemos a otras madres que son un espejo en el que reflejarse, validamos sus dudas e intentamos explicar los por qués de la lactancia de una manera clara, que no solo ofrezca herramientas a la madre en su día a día, sino que también la ayuden a lidiar con las críticas claras o encubiertas a su manera de hacer las cosas.

Pero esa necesidad de ser sostenido va mucho más allá del grupo de lactancia y, de hecho, comienza en casa. Los padres son los principales pilares de apoyo de la madre, pero también la amiga que te da un abrazo sin pedirlo, que te trae un puchero a casa y ganas de compartirlo, la hermana que aunque no pueda estar todos los días piensa en tí y te lo hace saber, la vecina que se lleva al hermano mayor a jugar con su hijo para que puedas tener un rato a solas con tu bebé.

Yo, que en muchos momentos he sido sostén de madres, veo ahora más que nunca la necesidad de ser sostenida. Estoy inmersa en un puerperio sin bebé. De momento, ando con subidón hormonal posparto y me siento fuerte y poderosa. Sin embargo, sé que esto ha de pasar y precisamente en los momentos en los que te sientes más sostenida es cuando la parte vulnerable de esta maternidad sale más a la luz: la ausencia de bebé.

Hoy he estado en una sesión de formación en reflexología podal. Hablando de lactancia materna, pero también como "conejillo de indias", prestando mis pies para la explicación de las técnicas. Y he vivido un momento intenso de relajación y también de conexión con mi bebé. Intentando racionalizarlo más allá de la experiencia que se vive y ya está, me he dado cuenta que el hecho estar en un entorno sostenedor, empático, de cuidado no solo físico sino también emocional, es lo que me ha permitido ir más allá, dejarme llevar más allá de lo inmediato y conectar más con la parte emocional y primitiva, bajar corazas y barreras y conectar directamente con lo que falta en mi puerperio: un bebé.

Ha sido un momento feliz, de comunicación íntima, con mi bebé, esté donde esté. El otro día alguien me comentaba en el blog que Mi Pequeña Flor se había llevado una parte de mi corazón en su viaje (a donde quiera que sea) y que había dejado una parte suya para cubrir el huequecito. No dejaría de ser cierto en el sentido de que ya se sabe que el bebé que se está gestando es capaz de envíar sus células también al cuerpo de la madre. De hecho, hace poco que veía en Facebook un enlace que decía que el cuerpo del bebé en el útero es capaz de mandar células madres a los órganos del cuerpo de la madre en caso de patología en cualquiera de ellos. Me gusta pensar que hay partes de Mi Pequeña Flor en mí, que ella vive en mí.

Así pues, quizás ha sido un momento íntimo de conexión conmigo  misma. No por ello deja de ser algo mágico, tierno y conmovedor al mismo tiempo. Algo que no pudo suceder en un entorno hospitalario bastante hostil, pero que tenía que suceder y lo ha hecho gracias a ese sentimiento de ser cuidada y sostenida, física y emocionalmente.

Belén publicaba hace poco un post en el que hablaba de los tres cuidados que necesita la madre, durante el embarazo y en el puerperio. Yo cada día estoy  más convencida de que siendo lo físico el esqueleto, obviamente, en nuestro yo como madres necesitamos más de lo psicológico y emocional. Nuestro cuerpo cambia y se transforma con la maternidad, pero la psique y la afectividad deben ir parejas a esta eclosión para no quedarse atrás y no generar conflictos innecesarios en el nuevo rol que ha de asumir la madre, que hemos de asumir como madres.

10 comentarios:

  1. Me parece fantástico y precioso que pudieras vivir ese momento especial (además necesario) con tu bebé.

    Un besazo

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  2. Es genial lo que cuentas, además creo que era necesario. Yo estoy segura que ella vive en tí.

    Besitos

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  3. Claro que vive en ti. En mi opinión, todo pasa por algo en la vida y ella, aunque no lo sepas todavía, habrá aportado algo muy importante dentro de ti y de toda tu familia. Mucho ánimo. Mira el cielo, porque brilla más que nunca....

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  4. Seguro que sigue viviendo en ti y me alegro de ese momento de conexión tan intimo.
    Un fuerte abrazo.

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  5. Querida Elo, no dudes que ella vive en ti. Hoy, en el aniversario de mi primera maternidad, el día que mi pequeño Ángel se marchó, te digo que le sigo sintiendo, le sigo teniendo y así seguirá siendo siempre. Hoy mi sentir es más sereno, menos doloroso, pero no por ello menos sentido. Te acompañará siempre, y tu siempre serás su MADRE, así a lo grande, en mayúsculas.
    Un beso cielo, con todo mi corazón.

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  6. No tengas duda que este es el momento en que permita que los demás te sostenga a ti. Desde mi pérdida, los días han sido un torbellino de emociones. Los primeros días era fuerte, como siempre, y un día llegó el gran bajon. Ahora sé que soy fuerte pero sufro cada día, lloro cada día, pero cada día sonrío también. Algo en lo que creo que nadie repara hasta que lo vive y que a mí me ha golpeado en los últimos días, ha sido el cambio físico. Te pasas meses el los que cambia lentamente tu cuerpo para hacer un hueco a un nuevo ser, y de repente se va y tu cuerpo cambia rápidamente a la normalidad, más rápido que tu cerebro. Te mando un abrazo enorme que espero te sostenga, aunque sea un poquito.

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  7. Vive en ti, tenlo claro, en tus pensamientos y en tu cuerpo.
    Y claro que es importante que te dejes sostener y cuidar, poniendo eso sí los límites que necesites al respecto. A veces, aún teniendo buena voluntad, los demás no saben qué necesitas y no aciertan. Es importante quizás que demandes la ayuda que necesitas de forma concreta a la gente de tu entorno, así les resultará más sencillo estar ahí. Bueno preciosa un abrazo grande!

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  8. Claro que vive en to, ahora y para siempre. No tengo duda. Que bueno que puedes experimentar esa conexión. Un abrazo.

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  9. Ánimo preciosa! Un trocito de tu pequeña Flor se ha quedado para siempre en tu cuerpo y en tu/vuestra/nuestra memoria. Un abrazo enorme.

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