lunes, 10 de junio de 2013

¿Cómo preparar un biberón?

¿Demasiada lactancia materna en el programa
para elgusto de los patrocinadores?
Cuando me preparaba para ser madre no sabía ni una infinitesima parte de lo que se ahora sobre la maternidad... y el 99% de lo que creía saber estaba equivocado. Una de las cosas que siempre digo y recuerdo es que, sobre la lactancia, yo era de las que opinaba que le iba a dar el pecho porque era lo mejor, pero que si no podía, pues le daba biberón y ya está.

Creo que compartía esa opinión o esa creencia con una gran mayoría de las mujeres que nos enfrentamos a la maternidad hoy en día. Ese pensar que algunas pueden y otras no... Y que si no se puede, no pasa nada, porque hay una alternativa. Nada sabía de grupos de apoyo a la lactancia, de asesoras de lactancia, consultoras o IBCLCs... Y aún así puse especial atención en la clase de preparación al parto sobre el tema y atesoré la exigüa fotocopia que nos dieron al respecto.

Mi lactancia fue bien. Mi hijo pasaba mucho tiempo al pecho, pero iba ganando peso (a partir de la tercera semana) y no me hacía daño. Había días que se hacían interminables a la teta, días en los que me levantaba a las 7 de la mañana y me daban las 12 sin haber desayunado... Pero eso pasó. Y en ningún momento sentí la necesidad de darle a mi hijo un biberón. Más bien al contrario, cuanto más y mejor funcionaba mi lactancia, más "empoderada" me sentía para continuar y seguir adelante, sin hacer caso a las observaciones ajenas. "¿Cuándo le vas a dar biberón?", me preguntaron un día. "No necesito darle ningún biberón si con el pecho tiene más que suficiente", respondí.

¿A qué viene todo esto? Pues lo primero a reconocer que yo misma era víctima de ese "consenso social" de que unas mujeres pueden dar el pecho y otras no, de esa venda que nos hemos dejado poner como mujeres durante décadas y de la que ahora nos cuesta tanto esfuerzo deshacernos. Y el problema no son los mensajes sesgados de las empresas con más intereses económicos en los fracasos de la lactancia, sino los que dan los "lobos con piel de cordero", las personas que, sobre el papel, apoyan la lactancia, pero luego dan informaciones completamente sesgadas y que contradicen ese supuesto apoyo.

Son esos pediatras que apoyan la lactancia materna a demanda, pero no antes de dos horas ni más tarde de cuatro; pero también esas doulas que hablan de lactancia y de las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría sin distinguir entre leche materna y leche de fórmula. En concreto, la doula Montse Cob, que en una información publicitaria de Bezoya, "confirma" que los

  • Pasar del pecho al biberón es una transición importante para los bebés. 
    • Sí, importante e innecesaria en la mayoría de los casos. Los bebés no necesitan tomar biberón, ya que la leche materna es suficiente y el alimento más adecuado durante toda la lactancia. 
  • La lactancia con biberón también ha de ser ha demanda
    • Ya está presuponiendo, obviamente, que lo que va dentro del biberón es un sucedáneo de leche materna, ya que si no, entiendo que no se preguntarían lo de "a demanda".
    • Todo esto, regado con una imagen en la que el bebé es protagonista secundario y paciente... Ni mirarle al pobre en el tiempo que va de spot... Y en la que preside la encimera un bote de sucedáneo de leche materna.
  • El biberón debe introducirse a los 7 u 8 meses
    • Están hablando de biberón y afirman, sin ninguna mención específica a la lactancia materna, que los niños de 7 u 8 meses ya toman o "deben tomar" biberón. Para más inri, un poco más adelante sale debajo la leyenda "A partir de los 6 meses".
  • La Asociación Española de Pediatría recomienda que la leche sea el principal alimento del bebé y el resto sea "complementaria".
    • Un buen quiebro lo de "leche", que si hubiera dicho "lactancia" hubiera quedado más claro que es, obviamente, materna. 
    • He estado buscando y rebuscando en la web de la Asociación Española de Pediatría y no he encontrado ninguna referencia a este dato solo con "leche" a secas, sino siempre referido a "leche materna".
    • Le daré a Monse el beneficio de la duda... Observad que cuando dice "leche" hace una pausa, como si automáticamente después fuera a decir "materna"... Yo me pregunto ¿Cuántas veces tuvieron que repetir la toma? ¿Cuánto le costó a Montse no decir "materna" porque no se adecuaba al guión?
  • El biberón no debería ser el postre sino el plato principal, al menos el primer año de vida.
    • Por favor, que alguien me ayude a este respecto. Repito que he estado buceando en la web de la AEP y su portal para familias y no he encontrado esta afirmación por ninguna parte referida al biberón, pero sí a la leche materna. 
    • No le encuentro ningún sentido. Es cierto que la leche materna sigue siendo el alimento óptimo para el bebé y por eso no debe ser sustituida por la alimentación complementaria. Pero, hasta donde yo tengo entendido, son mayores los beneficios de una dieta cada vez más sana, variada y equilibrada procedente de muchos alimentos diferentes que el hecho de que los bebés dependan de un único alimento que además no es óptimo para su desarrollo.
    • De nuevo, por favor, el que cuente con la documentación que respalde esas cosas que dice Montse que me la enlace o algo, porque yo he sido incapaz de encontrarla.
  • Las uñas y las manos limpias, un agua de mineralización muy débil, calentar en calientabiberones o al baño maría, comprobar la temperatura de la leche...
    • No habla de la necesidad de calentar el agua hasta 70ºC y luego reconstituir la fórmula, dado que los sucedáneos de leche materna no son estériles... ¡¡¡Pero advierten de no usar microondas para calentar la leche!!!
  • Un bonito rótulo de "lecha maternizada" en un bote sin marca.
    • El bote sin marca, claro, que la publicidad es de Bezoya.
    • Señores de Bezoya, querida Montse que con tu presencia das tu beneplácito a estas "barbaridades", el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento y el hecho de que la marca publicitada no venda leche de fórmula no le da permiso para usar la denominación "leche maternizada", que está prohibida. El término correcto, ténganlo en cuenta, es sucedáneos de leche materna.
Me cuentan mis contactos de Facebook que este "anuncio" parece ser una respuesta de muchas madres que han dado leche de fórmula a sus hijos que estaban un poco hartas de ver cómo se fomentaba la lactacia materna en el programa "Bebé a bordo" y pidieron contenidos más "alineados" con sus necesidades... Y de ahí este spot sobre cómo preparar un biberón, con tantas perlas de sabiduria impagables.

Y digo yo, ¿en realidad es necesario explicar cómo preparar un biberón? ¿Será que no lo hemos visto miles de veces en películas, series de televisión, anuncios, cuentos infantiles...? ¿Será que las instrucciones en los botes de leche de fórmula son poco claras?

¿De verdad era necesario un anuncio con una supuesta madre tan alejada de su bebé? ¿Tan alejada que en todo momento le da la espalda y ni lo mira? ¿Tan alejada que cuando le da el manido biberón ni lo coge en sus brazos, ni lo mira y no podría estar más alejada y en escorzo del pobre niño? Que sí, que está claro que esa señora no era su madre y que el bebé no se iba a dejar coger o hacer carantoñas, pero ¡¡leñe!! ¿Qué concepto de maternidad vende este spot?

Y yendo aún más allá, ¿No sería más importante enseñar a dar un biberón con el mismo contacto, cariño y estimulación que cuando los bebés toman el pecho? ¿No sería ideal dar el mensaje de que lo único que se deben perder los bebés que toman biberón es la leche materna? ¿No habría que dejar claro que necesitan igual que cualquier niño amamantado el contacto, el cariño, las miradas y toda la estimulación de la cercanía de su madre? ¿No hubiera sido mucho más interesante hablar de estos conceptos que expone Ibone Olza en su imprescindible post sobre Cómo dar el biberón como si fuera el pecho?

Volviendo al principio y retomando cómo me hace sentir todo esto... Os contaré que después de que Darío me abriera los ojos y me hiciera desaprender y volver a empezar a aprender de nuevo sobre la maternidad, pasé diferentes estapas de posicionamiento/sentimiento con respecto a la lactancia.

Pasé por una de esas etapas de sentimiento de "superioridad"... De tener ganas de gritarle a todo el mundo cómo no se daban cuenta de que la lactancia materna era lo mejor del mundo mundial... De sentir pena cada vez que veía a un niño alimentado con biberón... De sentir rabia cuando oía a alguna mamá hablar del destete como si fuera una liberación...

Y poco a poco me fui librando de todo eso. Como asesora de lactancia he conocido a muchas mamás que me han ido enseñando con sus historias, día a día... Que me han demostrado que yo he tenido una lactancia asquerosamente fácil, sin un dolor o una grieta... Y que detrás de cada biberón puede haber historias más o menos desgarradoras... Me han enseñado que no hay lactancia fracasadas, sino insuficientemente apoyadas.

¿Y qué me queda de todo eso a día de hoy? Ya no sufro por ver a un niño tomando biberón. Pienso que quizás su madre le dió durante 15 días, 1 semana o dos tomas y que eso ya fue un pequeño milagro para él... Pero sigo sufriendo muchas veces y no por los biberones... Lo paso mal cuando veo a niños llorando en un carrito, cuando veo a mujeres completamente desvinculadas de las necesidades de contacto de sus bebés, cuando veo a niños que ya se han rendido y no reclaman más. Lo paso mal por las mujeres y por sus hijos. Por eso me parece mucho más importante lo que decía Ibone Olza: que lo único que se pierda un niño que toma biberón sea la leche materna. Porque se alimente como se alimente, sus necesidades de contacto y de vivir en su "habitat natural" siguen siendo exactamente las mismas.

¡¡¡Qué oportunidad tan importante perdida con este spot para hablar del biberón más allá de lo obvio!!! Vaya manera de dejar lo importante de lado, para centrarse en lo accesorio.

sábado, 8 de junio de 2013

Lo que fue y lo que pudo ser

Mi Pequeña Flor:

En estos días deberías haber nacido. Hace apenas 8 meses que una rayita positiva en un test nos daba la buena noticia y ya te empezábamos a soñar, a sentir, a esperar y, sobre todo, a amar... Ya casi ni puedo recordar esos días de estrés, y de algún que otro desengaño, que fueron borrados de un plumazo por un pequeño garabato tan lleno de significado.

Entraste por la puerta grande en esta familia y aquí te quedarás para siempre. Nuestra Pequeña Flor que ya habita en su estrella lejana, acompañándonos más allá del tiempo y del espacio. En el transcurrir de estos últimos cuatro meses hubiera pensado que la herida se habría cerrado, pero está abierta y duele como el primer día. Duele como en el mismo momento en que nos enteramos de que no te íbamos a conocer y como en ese otro en el que nos dimos cuenta de todo lo que ello implicaba y significaba.

Habrá quien diga que viniste para enseñarnos, para ayudarnos a crecer como personas y como familia... Y no pongo en duda que tu fugaz estancia con nosotros nos ha cambiado profundamente... pero me niego a pensar que viniste para eso... Viniste para vivir, para crecer en mi vientre, nutrirte en mi regazo, jugar con tus hermanos, ser acunada por tu padre y convertirte en esa parte que venía a completar el equilibrio familiar que buscábamos.

Viniste porque eras amada y deseada incluso antes de ser concebida... Y buscar otra razón a tu llegada y a tu inevitable marcha no ayuda a curar las heridas o a hacerlas más llevaderas.

Viniste porque te abrimos las puertas de nuestro cuerpo y de nuestro corazón y no puedo dejar de pensar que tú te merecías mucho más: poder ver y sentir la luz del sol, poder respirar, poder mirarnos a los ojos y perdernos la una en la otra, conocer a tu padre y sentir sus caricias en tu propia piel, escuchar la palabras cálidas y tiernas de tus hermanos.

Me consuela pensar que tuviste una muerte dulce, arropada por mi cuerpo, querida hasta el último instante. Sí, me consuela, pero no por ello deja de doler. No por ello puedo dejar de pensar que ahora podrías estar aquí en carne y latidos y no solo en pensamiento. Y quizás eso es peor tragedia, porque no dejo de imaginar toda la potencialidad que encerraba tu pequeño cuerpecito, el color del que hubieran sido tus ojos, cómo hubiera sido tu voz o qué te hubiera gustado ser de mayor.

Te quiero hija mía. Te echo de menos. Siempre te querré.

jueves, 6 de junio de 2013

Recuperando el bocata de chorizo

Cuando se habla de la lactancia, algunas voces argumentan la necesidad de que la madre se extraiga leche para que el padre pueda participar en la alimentación... Y quien dice el padre, dice la abuela, la tía o la prima... Y yo siempre respondo lo mismo: que tienen toda la vida para darle bocatas de chorizo a la criatura y que la lactancia materna exclusiva solo dura seis meses.

Y de compartir el momento del bocata y los juegos de toda la vida va el post de hoy, porque Revilla ha organizado una interesante actividad en Madrid para que padres e hijos compartan el redescubrimiento de los juegos que compartíamos en el patio del colegio los niños que crecimos en los años 80.

Se trata de El recreo Revilla, un encuentro que tendrá lugar el próximo 22 de junio en el Hipódromo de la Zarzuela de Madrid para que padres, madres e hijos aparten la videoconsola y la televisión durante unas horas y recuperen juegos tradicionales como la peonza, el yo-yo, el pañuelo, rayuela o las canicas... Pero no solo estos juegos de calle, sino también otros clásicos,como las construcciones de Lego, el Scalextric o los "recreativos" y los juegos míticos de cuando una partida costaba "cinco duros".

Y a las doce en punto, dará comienzo la hora del bocate, en la que compartir con nuestros peques esos bocatas de "chorizo Revilla" que nos comíamos para almorzar y merendar en nuestra infancia ¿Cuál era tu preferido?

Para participar en El recreo Revilla solo tienes que entrar en el microsite www.elrecreorevilla.com e introducir los datos personales para poder recibir la invitación que deberás presentar el día del evento. Además, en la página web tienes a tu disposición distintas herramientas para ir calentando motores, como un test sobre las series de televisión de nuestra infancia o una versión on-line del Simon.

Post Patrocinado

martes, 4 de junio de 2013

Cuando la lactancia materna no es posible

"Cuando la lactancia materna no es posible, la leche supermegachachi alimisupraforte2000 con L. Casei e inspirulina te ofrece todo lo que tu bebé necesita"... Estoy hasta las narices de leer este tipo de reclamos publicitarios. No porque los vendedores de leche de fórmula no tengan derecho a publicitar las ventajas de sus productos, sino por la forma de plantear el mensaje.

Si empiezas a teclear en google "Cuando la lactancia materna" automáticamente te salen dos opciones que completan la frase:
  • no es posible.
  • no es suficiente.
Esto nos da una muestra del nivel al que han llegado a calar este tipo de mensajes. Parece un lugar común que la lactancia no es posible o que no es suficiente. Y sí, hay casos en los que la lactancia materna no es posible... Pocos, pero haberlos haylos (como las meigas)... Y hay casos, muy pocos también, en los que siendo posible hay que recurrir a suplementos para cubrir todas las necesidades del bebé.

Pero de ahí a presuponer una epidemia generalizada de mujeres que no pueden dar el pecho y mujeres sin suficiente leche hay un mundo. Una epidemia ficticia que va calando gota a gota con mensajes como estos que muchos otros agentes sociales van perpetuando y ampliando: pediatras, enfermeras, matrones, farmaceúticos, vecinas, madres, suegras, hermanas, primas, pescaderas, carniceras, fruteras, barrenderas y, por qué no, suegros, hermanos, padres, primos, pescaderos, carniceros, fruteros y barrenderos.

Publicidad ética
Quizás el mensaje adecuado sería "Cuando la lactancia materna no es posible, la leche vaquitín no contiene los anticuerpos, hormonas, enzimas, oligosacáridos, sIGA y demás componentes que hacen a la leche materna única, pero te aporta lo necesario para que tu bebé crezca lo más sano posible, dentro de lo que cabe".

O quizás los anuncios y reclamos de las leches de fórmula deberían decir: "Cuando la lactancia materna no es posible, la siguiente mejor opción es la leche donada de otra madre y no la leche de vaca modificada, pero si no te queda más remedio, el sucedáneo de leche materna guarromilk es la siguiente mejor opción aunque con los siguientes efectos secundarios..."

Protección de la lactancia materna
La lactancia materna no solo se debe defender y promocionar, sino que también se debe proteger, ya que evita desigualdades... Desde las más simples, hasta las más extremas.

Por ejemplo, hace unas décadas fueron las mujeres más educadas las primeras en abandonar la lactancia materna y, poco a poco, las siguieron las clases urbanas menos favorecidas y después las personas de los medios rurales, en un proceso que se ha ido repitiendo en mayor o menor grado en todos los países del mundo. En la recuperación de la lactancia materna, primero vuelven a la lactancia las clases más favorecidas, creando una situación de desigualdad frente a las clases urbanas menos favorecidas y frente a los medios rurales.

Quizás una madre cualquiera piense que si ella da o no da el pecho, no influye para nada en el resto del mundo. Pero lo cierto es que está sentando un ejemplo, para esas suegras, vecinas, polleras y carniceras, pero también para las mujeres que, viviendo en países en desarrollo, se miran en la cultura occidental tratando de asumir sus esquemas.

Y en un ámbito más local, el problema es que las medidas normales, de promoción y apoyo de la lactancia materna, sí tienden a crear desigualdades, ya que normalmente llegan menos a las mujeres que están en desventaja social, contribuyendo así a agudizar más la desigualdad.

La protección de la lactancia materna, según afirma Jane Scott, no aumenta la desigualdad, ya que afecta a todas la mujeres por igual. Y la principal herramienta de protección es la legislación, que se debería orientar a eliminar los obstáculos hacia la lactancia (como estos mensajes insidiosos con los que comenzaba el post) y a proteger la lactancia en momentos determinados de fragilidad, como la vuelta al trabajo.

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