viernes, 18 de octubre de 2013

Rompiendo el silencio: este duelo existe

El día de la muerte gestacional y perinatal se celebraba el pasado 15 de octubre. Una fecha trágica, agridulce, en la que no hay nada que celebrar y mucho que recordar. Pero también es una fecha para luchar, porque esos bebés que se marcharon sin haber sentido los rayos del sol sobre su piel merecen que no pase un solo día sin que reivindiquemos el lugar que ocupan en el mundo, en nuestro mundo.

Y de ahí precisamente viene el lema con el que este año se conmemora el día o la semana de la muerte gestacional y perinatal: "Rompiendo el silencio: este duelo existe". Porque si ya es triste, desolador y desgarrador perder a tu bebé, aún lo es más hacerlo en el seno de una sociedad que no reconoce su existencia, que vuelve la espalda al dolor de una familia y no reconoce ni el nacimiento ni la muerte de ese hijo.

Las madres que sufren una pérdida gestacional o perinatal tienen que enfrentarse a un puerperio sin bebé. A un cuerpo en plena revolución hormonal y preparado para enamorarse de un bebé que ya no está, al que no podemos acunar o abrazar más allá de nuestros deseos e imágenes mentales. Pero la madre que pierde a su bebé tiene que incorporarse a trabajar al día siguiente como si nada hubiera pasado y enfrentarse, en el mejor de los casos, a un molesto silencio y, en el peor, a las bienintencionadas frases odiosas que oirá hasta la saciedad.

El padre que pierde a un bebé tiene que aprender a gestionar su propio dolor, mientras sirve de sostén a su pareja, elaborando su propio duelo y asumiendo y canalizando la ira, rabia, frustración e incluso negación de su pareja.

Los niños que pierden a un hermanito que todavía no ha nacido se enfrentan a un mar de sentimientos encontrados en una situación familiar que quizás no es la óptima para ayudarles a canalizar y a expresar todas sus emociones y en una sociedad que niega y esconde lo que ha pasado.

Darnos permiso
Quizás la primera lucha que debemos luchar las mujeres que hemos perdido a nuestros hijos es contra nosotras mismas. Una lucha
Para aprender a gestionar esa sensación de traición corporal, de enfado con un cuerpo diseñado para nutrir y gestar que falla sin causa aparente.
Para llorar, para exteriorizar nuestro duelo, luto y sentimientos.
Para dejar de pensar en qué pudimos haber hecho y asumir, finalmente, que la muerte de nuestro bebé no es un fallo nuestro.
Para asumir que no tenemos la culpa.
Para perdonarnos un "pecado" que no hemos cometido.
Para darnos cuenta de que perder a un bebé no significa que seamos "menos aptas".
Para entender que un aborto no es un estigma social que debamos esconder.

Y cuando nos hayamos dado permiso para elaborar y gestionar nuestro duelo, no en silencio sino gritando, llorando y vistiéndonos de los colores que nos haga falta, entonces podremos luchar con más fuerza para reivindicar el lugar de nuestros bebés en la sociedad.

Porque cuando nos damos permiso para vernos en otro espejo, entendemos que la negación de nuestro duelo es la negación de nuestro dolor; y la negación de nuestro dolor es la negación de nuestro bebé; y no hay mayor olvido que el de nunca haber existido.

Y nosotras, mejor que nadie, entendemos que nuestros bebés estuvieron aquí, en nuestro útero, dejando huellas imborrables en nuestro cuerpo y en nuestra alma y que nadie tiene derecho a borrarlos y olvidarlos como si nunca hubieran estado.

Realidad sangrante
Es importante no callar. Asumir esta realidad e integrarla en nuestro entorno y nuestra cultura. De este modo, las mujeres que nos enfrentamos a ello por primera vez no nos sentiremos solas, defectuosas o fallidas y encontraremos más fácilmente los recursos con los que empezar a elaborar el duelo y a lamer las heridas.

Es realmente importante hacerlo, no callar. Porque según las estadísticas, casi 90.000 familias se enfrentan cada año a la pérdida de un hijo durante la gestación o el posparto inmediato. Si fuera un número similar de familias afectado de cualquier otra dolencia física o psicológica, las autoridades sanitarias hubieran puesto manos a la obra inmediatamente para canalizar atención y asistencia inmediata.

Pero estas pequeñas tragedias cotidianas se olvidan, se niegan, se minimizan de manera rutinaria. Por eso es importante romper el silencio, visibilizar nuestro duelo. Porque de lo que no se habla no existe.

Las primeras en romper el silencio debemos ser las familias que lo hemos vivido, que lo hemos sufrido. Los que debemos reivindicar a nuestros bebés, su paso y su huella por el mundo, somos sus padres, porque debemos luchar tanto por los que han nacido y nos acompañan como por sus hermanitos que ya no están con nosotros. Este años varias asociaciones se han unido para realizar un ritual con el que seguir recordando a nuestros bebés: un globo que simbólicamente se deja volar con los mensajes y deseos para nuestros niños ausentes.

En Madrid, Umamanita estará en Colón con sus Globos para el Recuerdo, el sábado 19 de octubre, de 10 a 14 horas. Pero también se han organizado actos similares en otros lugares de España. Para no olvidar, para romper el silencio.


13 comentarios:

  1. Yo soy afortunada, no he pasado por ese dolor...pero veo a mi madre, que hace más de 30 años que sí pasó por esa situación y aún lo tiene vivo en la memoria y presente cada día.
    Un beso muy fuerte y todo mi cariño.

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    1. Hola Chitin:
      Un abrazo muy fuerte para tu madre, que se merece todo el apoyo, el cariño y el reconocimiento a ese hijo que hace tanto que se fue. Las madres no olvidamos y ni tan siquiera tres décadas pueden hacer que dejemos de quererlos y llevarlos en nuestro corazón día a día.
      Y otro para ti, claro. <3

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  2. Tengo 32 años, 4 embarazos a mis espaldas y fruto de ellos un precioso hijo de 3 años. Ayer tuve el último aborto. No pude contener mis lágrimas en todo el día, hoy tampoco puedo. Sé que saldré adelante igual que lo he hecho antes porque soy una luchadora nata, pero ahora mismo sólo quiero encerrarme y llorar una pérdida que los demás no entienden.

    Estaba de 7 semanas, pero ya había oído su corazón. Antes de ayer había un pequeño corazón latiendo dentro de mí. Hoy no hay nada, solo la tristeza de que yo ya soñaba con acunar al bebé en mis brazos, cantarle bajito, oler su piel... y un horrible sentimiento: no sé si mis ganas de tener otro bebé van a superar el hecho de que no quiero volver a vivir esto, no sé si tendré fuerzas para seguir intentándolo, para seguir rompiéndome cada vez que vuelve a ocurrir.

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    1. Hola Demonica:
      Te envío un abrazo fuerte y profundo que espero que te haga sentir, por un milisegundo, que no estás sola. Si hace tan poco que te has despedido de tu bebé, ¿cómo quieres pensar en salir adelante? Es el momento de llorarlo, de despedirlo, de reconciliarte con tu cuerpo, de apoyarte en tu pareja...
      Tu bebé era una pequeña vida que anidaba en tu interior y que en esas siete semanas te dio tanto como recibió. Fue fruto del amor, recibió amor, fue amado durante toda su breve vida y partió rodeado de amor. Entiendo tu desgarro y tu sentimiento, yo misma lo he experimentado y solo he perdido a dos bebés. Entiendo perfectamente que si otra vez saliera mal, no tendría ganas de volver a pasarlo, pues creo que nadie está preparado para asumir voluntariamente la muerte de un ser querido.
      Mucha fuerza y otro abrazo más. No estás sola. Ama y habla a tu bebé. Él vive en tu corazón y de ahí nunca se marchará.

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  3. Lo primero, gracias por este post. Parece como si lo hubieran escrito para mi, justo en el momento en que estoy a punto de retomar mi rutina después de haber perdido a mi segundo bebé en menos de un año, hace 15días.

    Tengo la suerte al menos de haberme concedido este período de duelo y de haberme enfrentado una vez más a esta pérdida tan dura y brutal.

    En octubre de 2012, en mi segundo embarazo y tras un primero totalmente normal fruto del cual tengo un hijo maravilloso de 4 años, en la eco de las 20 semanas vieron algo anormal en el corazón de nuestro bebé. Tras una prueba específica, nos confirmaron que tenía una extraña cardiopatía severa con un durísimo pronóstico, de múltiples y arriesgadas intervenciones en el caso de que llegase a nacer.
    Ante dichas expectativas y teniendo un bebé de 3 años, decidimos interrumpir el embarazo para que ninguno de los 4 tuviera que sufrir innecesariamente.

    Fue muy duro, pero supimos ver el lado positivo y agradecimos haber podido decidir y actuar como consideramos mejor.

    Pasados unos meses decidimos volver a intentarlo, convencidos de que había sido mala suerte, pero muertos de miedo por lo que pudiera pasar. A pesar de todos estos temores nunca pensamos que volveríamos a pasar exactamente por lo mismo.

    Un año después estaba embarazada casi de las mismas semanas que la vez anterior y en la semana 19 me repetí la prueba con el mismo cardiólogo. Lo primero que nos dijo fue que era muy extraño que se repitiera una cardiopatía como la que habíamos tenido. Se pasó la mitad de la prueba tranquilizándonos y diciendo que todo estaba bien, hasta que él mismo se llevó la desagradable sorpresa de que había una nueva cardiopatía, bastante similar a la anterior.

    Al día siguiente, justo en la semana 19 y 20 días antes de que hiciera un año de nuestra primera pérdida, volvimos a interrumpir el embarazo.

    El proceso en sí ha sido menos duro esta vez, porque hasta para esto sirve la experiencia. Lo difícil ahora es asumir que no ha sido casual y enfrentarse al hecho de que existe una posibilidad real de no volver a ser padres tal y como siempre hemos deseado.

    Gracias por este post que me ha permitido expresar un sentimiento tan profundo y me hace sentir que no estoy sola en esto.

    un abrazo.

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    1. Hola Noelia:
      Muchisimas gracias por dejar aquí el testimonio de tu historia. Mi siento un poco más feliz sabiendo que mi post te ha ayudado un poco. La verdad es que la que cuentas es una situación durísima. Despedirse de dos hijos en menos de un año y de manera tan parecida es como una cruel broma que te está gastando el destino, como un mal sueño del que despertar... Pero no, es la cruda realidad que nos enfrenta a desafíos tan tristes e injustos como el que estáis viviendo tú y tu familia.
      Te mando mucha fuerza y un gran abrazo para que te sientas un poco menos sola en tu periplo y un poco más comprendida. Esos 15 días de los que hablas seguro que han sido imprescindibles para elaborar tu duelo. Yo aún siento días en los que el dolor me desgarra por dentro y siento necesidad de llorar y gritar hasta caer rendida. Quizás lo mejor de todo este gran dolor y duelo es sentir la inmensidad del amor grande e infinito a esos pequeños que ya no están con nosotras pero dejaron una huella imperecedera en nuestra alma.
      Un abrazo.

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  4. Felicidades por esta entrada.
    Lo enviaré con mucho cariño a las personas que están pasando por este trance ahora mismo y que han decidido romper su silencio, lo que me ha ayudado a saber en qué momento se encuentran para poder empatizar y ayudar en la medida de lo posible.

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    1. Hola Mamá et Mère:
      Cuanto más se hable, cuanto más se sepa, yo creo que será mejor para todos. Para las familias que pasamos por un trance así, pero también para quienes nos rodean en estos momentos tan duros. Estoy segura de que tus amigos y allegados agradecerán mucho cualquier ayuda y apoyo que les puedas prestar.
      Un abrazo.

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  5. Acabo de pasar por una situación exacta a la que se describe en el artículo, me quedo sin palabras.Es verdaderamente increíble lo solos que nos quedamos los padres intentando pasar un duelo que nadie quiere ver y que todos te aconsejan que olviden cuanto antes, cuando lo que te apetece es hablar, contarlo y gritar para exteriorizar ese dolor. Me enteré de la pérdida de mi bebé el día del parto, no lo podía creer, es como si fuera una película que te están contando pero que no tiene nada que ver contigo hasta que al fin lo ves con tus propios ojos y descubres la realidad y sí, te ha pasado a tí. Luego vienen las pastillas para dormir y el intenta olvidarlo que eres muy joven y vendrán más, como si fuera posible negarlo, como si pudiéramos olvidar 9 meses de nuestra vida juntos.
    Ojalá que todo esto cambie y que no sea un tema tabú porque no nos ayuda nada, espero que volvamos a tener conciencia de que ocultarnos no nos va a salvar ni a superar nuestro dolor.
    Muchas gracias por el post, me ha dado mucho ánimo.

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    1. Hola:
      Siento mucho toda la situación por la que has pasado... Y me identifico plenamente con esa sensación de que todo es un mal sueño del que tienes que estar a punto de despertar... La pena es que no es un sueño, es la realidad y no nos queda otra que lidiar con ella lo mejor que podemos. Y luego nos vienen con que olvidemos o topicazos similares. Está claro que quien dice eso no ha sentido a su bebé, no lo ha notado moverse, no le ha hablado ni cantado, ni planificado una vida de felicidad con él, no le ha comprado ropita, no le ha soñado ni le ha amado incluso antes de verle la carita ¡¿Cómo se va a borrar todo eso de un plumazo?! ¿Cómo se olvida? Yo no quiero olvidar, no quiero despedirme de mi Pequeña Flor ni hacer como si nunca hubiera existido y entiendo que tú tampoco quieras. Negar el dolor, enterrarlo, no lo borra ni lo hace más llevadero.
      Un fuerte abrazo.

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  6. Gracias Eloisa por este post. Lo he leido varias veces y no me canso de hacerlo, me da serenidad saber que hay gente, como tú, que lucha por reivindicar un hueco en el mundo para nuestros bebes estrella.

    Gracias

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    1. Hola Lia:
      Cada mamá tenemos el mejor hueco en el mundo para nuestros bebés estrella: ese lugar en nuestro corazón que siempre habitarán y que nos engrandece como madres y como personas. Luego está, obviamente, el reconocimiento de los demás.
      Un gran abrazo.

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  7. Hace 5 dias nos despedimos de nuestro bebé, no llegamos a oir su corazón nisiquiera pudimos verlo, con apenas 7 semanas ya no estaba con nosotros dejándonos un gran vacío con miles de sueños rotos y un millón de preguntas. Enfrentarlo h sido muy difícil, las personas no entienden cuánto se puede llegar a amar a un ser tan pequeñito. Esperamos poder recuperar la paz para seguir intentando ya que era nuestro primer embarazodespues de dos años de búsqueda. Gracias por narrarnos tus experiencias de la cual tanto me he nutrido estos dias

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