viernes, 13 de diciembre de 2013

¿Te ha cambiado la paternidad?

Cuando nos enfrentamos a la llegada de un hijo empezamos a oír mensajes (o quizás ya estaban allí antes, pero solo ahora nos sentimos aludidos y les prestamos atencion) y comentarios sobre si vas a ser una mujer de esas que cambian toda su vida por la maternidad (negativo) o si vas a seguir haciendo tu vida igual que antes (positivo). Había hasta un anuncio de televisión de una marca de cerveza que con el eslógan "seguimos siendo las mismas" hacía bandera de este tipo de mensajes.

Y yo, tras seis años de maternidad (y alguno más contando la pre-maternidad), me pregunto varias cosas cuando escucho este tipo de mensajes. ¿Y los hombres? ¿Por qué nadie se pregunta si a un hombre le ha cambiado o no la paternidad? Porque parece que siempre se da por supuesto que un varón seguirá haciendo su vida normal de antes de ser padre, solo que con un hijo de quien se encargarán, principalmente, otras personas.
  • Nadie asume que cogerá una baja de paternidad o compartirá la de maternidad o incluso las horas de lactancia.
  • Su jefe no teme que empiece a pedir días libres para llevar a su pequeño retoño al médico.
  • Sus compañeros no interpretan que no rinde bien en el trabajo porque está pensando en su hijo.
  • No dejará de viajar o asistir a cenas de empresa porque tenga que cuidar de su hijo.
  • Nadie entenderá que para él tener un hijo supone renunciar a sus hobbies, lecturas y tiempo libre.
  • No cambiará su forma de vestir ni frecuentará círculos diferentes.
  • No renunciará a su nombre para pasar a ser "el papá de...".
¿Las mismas?
En cambio, cuando se trata de la parte femenina de la pareja todas estas asunciones salen a la luz de manera inmediata... Y la sociedad moderna nos invita a "seguir siendo las mismas"... Es decir, seguir actuando como si no hubiera pasado nada, como si no tuviéramos un pequeño ser a nuestro cargo, a masculinizarnos en el mismo sentido que nuestras parejas y seguir saliendo de compras, quedando con las amigas igual que antes y llevando un ritmo de vida hedonista de eterna adolescencia fomentado por la sociedad de consumo actual.

Por otro lado, ¿Seguimos siendo las mismas? ¿A ti la maternidad no te ha cambiado? Ante estas preguntas, me surge siempre un segundo interrogantes ¿De dónde viene ese rechazo al cambio? ¿Estamos ante otro paradigma de la maternidad como el de la culpa? ¿Es que irremediablemente las mujeres nos adentramos en la maternidad para "echarnos culpas" y "temer al cambio"?

Ritos de paso
En todos los ritos iniciáticos de la vida, en todos los pasos de la infancia a la adolescencia, a la juventud, a la independencia, el primer trabajo, el primer piso, la primera pareja... en todos esos procesos el cambio es algo bueno, bienvenido, demuestra la maduración y la evolución, asumimos nuevos roles y abandonamos otros... Y la sociedad en su conjunto lo mira con buenos ojos... Entonces ¿Por qué ese cambio/transición se considera negativo cuando hablamos de la maternidad o la paternidad? Porque a nadie se le ocurriría decirle a un joven que se marcha del hogar de sus padres:
 "Tu sigue saliendo por las noches y gastando todo el dinero en juergas. No guardes para pagar las facturas y, obviamente, no renuncies a tu tiempo libre por barrer o fregar los cacharros".
 Ningún recién casado suele recibir tampoco este tipo de comentarios:
"Oye, tú te has casado, pero tienes que seguir haciendo vida igual que antes, saliendo con tus amigos hasta las tantas y echando piropos a cualquiera que se te cruce por delante; total, tienes que enseñar a tu mujer a ser independiente y tiene que entender que tú sigues teniendo vida propia a pesar de haber pasado por el altar".
Suena raro ¿no? Y entonces ¿Por qué a los padres recientes se les dice que tienen que seguir haciendo su vida igual, que el bebé se tiene que acostumbrar a que sus padres no estén, que para eso están los abuelos, que están renunciando a muchas cosas solo por un mocoso babeante? Y ¿Por qué, especialmente, se machaca a las madres para que asuman ese rol tradicionalmente masculino de "aquí no ha pasado nada?

Para las madres es complicado seguir siendo las mismas. Nuestro cuerpo ha cambiado con el embarazo, el parto y la lactancia. Conectamos con partes de nosotras mismas que ni tan siquiera sabíamos que existían, nos inundamos de hormonas del amor e, incluso, las conexiones mismas de nuestro cerebro han evolucionado sin consultárnoslo primero. ¿Cómo no vamos a cambiar si biológicamente nuestro cuerpo abraza el cambio de la maternidad mucho antes de que nosotras ni tan siquiera concibamos mentalmente a nuestro primer hijo imaginario? La evolución, el cambio, es, por tanto, inevitable.

¿Y qué pasaría si no cambiásemos? Si siguiéramos siendo las mismas, ¿Quién sufrirían las consecuencias? Pues probablemente ese retoño, que no ha pedido venir al mundo, pero cuando lo hace viene programado de serie con una necesidad importante y perentoria de dedicación parental durante sus primeros años de vida.

Evolución paternal
Quizás si lo que se busca es una sociedad más igualitaria, la opción más adecuada no sería invitar a la mujer a "seguir siendo la misma" sino invitar a su pareja a "cambiar con la paternidad", a variar sus prioridades y escalas de valores previas y a invertir una mayor cantidad de tiempo cuidando del resto de los miembros de su familia... Estoy convencida de que ese es el camino, porque cada día veo más padres que DISFRUTAN de sus hijos, así, con todas las mayúsculas. Que se sienten realizados como padres, y como personas, pasando tiempo con sus hijos, no solo en los tradicionales papeles paternos de enseñar a montar en bicicleta o a afeitarse, sino tirándose en el suelo a hacer construcciones, ideando maneras de hacer más divertidas las matemáticas, compartiendo con sus hijos sus aficiones o simplemente recuperando al niño que llevan dentro para jugar, jugar y jugar...

Y no hay que esperar a que los hijos pidan puzzles para navidades, todo esto comienza mucho antes, cuando estos padres portean a sus hijos, los mecen, los cantan, los acunan y los duermen, los bañan y les dan masajes, compartiendo cantidad de tiempo de calidad con sus hijos para crear un vínculo duradero que iniciará ese cambio, esa evolución paterna.

Si para las mujeres es complicado muchas veces salirnos de un esquema socialmente prediseñado para buscar nuestro propio camino en la maternidad y en la famila, para los hombres lo es quizás incluso más... Ya que no solo tienen que superar esos esquemas anti-cambio, sino también la herencia de la propia educación y de siglos y siglos de modelos de escasa implicación parental en la crianza.

Como decía antes, cada vez veo más padres que "digi-evolucionan" (o se regeneran :p ) hacia este nuevo paradigma de la paternidad y, sobre todo, uno de ellos, mi marido, que tengo le suerte de que me acompañe de manera decidida y fundamental en mi "maternidad diferente" para convertirnos en una "familia diferente". A él va dedicado especialmente este post, porque su evolución es la nuestra, la de nuestra familia; porque sin él nada sería lo mismo; porque amo tanto al padre, cómplice, amante y marido que es hoy en día que no necesito echar de menos a los otros hombres que fue antes; porque se ha convertido en "asesor de lactancia consorte" capaz de puntualizar en muros ajenos la diferencia entre "lactancia inducida" y "relactación"; porque la paternidad le ha cambiado, y mucho; porque yo adoro esos cambios.

31 comentarios:

  1. Cabrona, me has sacado unas lagrimillas y voy en el autobús.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querido marido digi-evolucionado
      La intención no era recibir insultos por tu parte, aunque me los tomaré en plan cariñoso.
      Ufff, y además presumes de llorar... Eso son puntos extra.
      Te quiero.

      Eliminar
  2. Ooooohhhh!Un gran marido para una gran mujer.Enhorabuena por esta estupenda combinación.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Afree. Me siento muy, muy afortunada y bien acompañada. :D

      Eliminar
  3. Precioso, Jose, te entiendo....jeje, pero que cierto es todo, hasta el último acento.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿A ti también se te han saltado las lágrimas? Estáis hechos unos blanditos ;-) ¡¡¡Muacks!!!

      Eliminar
  4. Yo la verdad es q estoy encantada de haber cambiado con la maternidad y mi marido también ha cambiado..si hubieramos querido seguir igual, no habríamos decidido tener hijos, no?
    Mi suegra es de las q nos dice q tenemos q salir y dejar a los niños...mi madre en cambio entiende q después de una semana de trabajo y de ver poco a los peques, lo q realmente nos apetece es estar con ellos, jugar con ellos, disfrutar de una peli con ellos...no dejarlos e irnos a cenar por ahí.
    Es cuestión de tener claro si esos mensajes de "seguir siento la misma" te afectan o no.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Chitin:
      Gracias por seguir al pie del cañón y feliz año 2014. La verdad es que los mensajes están ahí y no te puedes aislar de ellos. Son mensajes de los que van calando y calando (al igual que el de que los niños tienen que ser independientes o que tienen que aprender a dormir) y que nunca nos cuestionamos. Para mi el peligro real es ese, no cuestionárselos, y asumirlos como tal. Porque realmente, quienes llegamos a cuestionárnoslos somos quienes somos padres (de hecho o por deseo), pero no el conjunto de la sociedad, que sigue perpetuando esa visión.
      Me alegro de que vosotros lo tengáis tan claro.
      Un abrazo.

      Eliminar
  5. Wow Eloísa, me encantan tus reflexiones y ésta además es una que tengo en la mente día tras día. El cambio que experimenta una madre es algo vivencial e imparable. Esta sociedad lineal y consumista en la que vivimos pretende crear seres iguales, cortados todos por el mismo patrón, sin opción a cambio (en cualquier aspecto. El tema del físico con la cirujía estética es ya tremendo, no hay opción a envejecer ni a cambiar físicamente con los años). Y en lo que respecta a la paternidad, creo que es un daño colateral de toda esta basura patriarcal y sociedad de consumo, ya que los hombres tienen muy difícil el dejar asomar otro rol que no sea el de padre trabajador trayendo dinero a casa y echando horas de más en el trabajo, no vaya a ser que le tomen por otra cosa. Por suerte, como dices, hay muchos hombres valientes que desean vivir y viven su paternidad en libertad y DISFRUTAN con sus hijos. ¡Por que todos cambien!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que cada día son más y aquí tenemos muestras claras de ellos. Es cierto que los hombres también son prisioneros de los roles adquiridos e impuestos por la sociedad y que a la sociedad capitalista no le interesan los individuos de pensamiento independiente que cambien la "felicidad al consumir" por otros valores menos materialistas. Me encantan tus reflexiones a mi también.
      Un gran abrazo.

      Eliminar
  6. Felicidades por la entrada. La suscribo totalmente, tengo la suerte de ser uno de esos padres que desde el primer día DISFRUTA de sus hijos. De los que tuvimos la suerte de disfrutar de un permiso por paternidad e incluso de una reducción de jornada durante su primer año para poder estar más horas con mi peque. Lo porteé, lo acuné y disfruté de cada uno de los momentos que compartimos, y así espero seguir durante muchos años más.
    Se que soy el "rarito", que muchos hombres no quieren asumir este nuevo rol, y delegan en las madres la crianza de sus hijos, pero estoy seguro que poco a poco seremos cada vez más.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenido Israel a esta nueva paternida y a mi blog. Me encanta tu comentario y creo que cuantos más seais que "salgais del armario" tanto mejor será para todos los demás que también sienten ese deseo y lo reprimen quizás por la presión social o por un falso concepto de la "masculinidad" o del rol de padre. Estoy segura de que tu disfrutas de tus peques tanto o más que lo que ellos disfrutan de ti.
      Un abrazo.

      Eliminar
  7. Con frecuencia encuentro padres hablando maravillas de la paternidad, mientras sujetan la mano sudorosa de su compañera en la sala de dilatación. Algunos cuentan anécdotas relacionadas con el mundo del pañal o de los baberos mal colocados. Los más habladores muestran la hermosa experiencia de contar cuentos a sus hijos y otros con voz lenta, expresan la vivencia de la paternidad como la experiencia más profunda y autentica de sus vidas. Cuando a veces, salen a tomar un café, ellas, sus parejas confirman embobadas la veracidad de sus palabras, inclusive el cambio de rol tan marcado que viven, al comparar a sus padres, con su pareja. Nuevos padres, nueva paternidad. Gracias Eloisa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Pepa:
      Ufff, la comparación del rol de nuestro propio padre con el que ejerce nuestra pareja como padre... Ahí hay terreno abonado para hablar del tema, porque si algo hace la maternidad es enfrentarnos con nuestra propia infancia. También está el que esos hombres se comparen con sus padres y que saquen sus propias conclusiones al respecto sobre el padre que quieren ser.
      En fin, que me alegro que desde tu perspectiva también compruebes que es un cambio social latente y que sol puede ir a más.
      Gracias a ti, Pepa.
      Un abrazo.

      Eliminar
  8. Yo también veo cada vez a más padres que disfrutan :) El padre de Monstruita, entre ellos... y eso que no le gustaban los bebés, y los primeros meses no tenía muy claro si aquello le gustaba o no (por lo de los llantos, noches sin dormir, ya sabes).

    Sin embargo, a él sí le dijeron que le iba a cambiar la vida, al igual que a mí. No obstante, él está deseando que yo recupere mis viejos hábitos de nadar, salir y demás. ¡Pero Monstruita es muy peque y todavía depende mucho de mi teta! Así que nada, con tranquilidad.

    Eso sí, ya me van diciendo que ya veré qué descanso cuando deje la teta, y demás... La teta requiere su esfuerzo (en mi opinión), pero me compensa mil veces. Este tiempo que paso con ella, no volverá y es un regalo mutuo. Y por descanso, si empezamos así, ¡qué descanso cuando se vaya de casa! (jeje, o eso creen, yo creo que una madre nunca descansa :))

    Buen post, como siempre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Monstrua, por dedicar tiempo a pasarte por aquí, leer y dejarnos pequeñas historias de vuestra familia. La verdad es que nosotros vamos ya por seis años de ma-paternidad y en este tiempo nuestra visión también ha cambiado mucho. A veces, los cambios demasiado drásticos son imposibles y si has tenido toda la vida una visión de ciertas cosas, resulta muy complicado que en el plazo de pocos meses tengas una que sea radicalmente contraria.
      Estoy segura de que lo mejor para convencer al padre de Monstruita de que la lactancia no es una exclavitud o de que no necesitas recuperar alguno de tus viejos hábitos es veros disfrutar a las dos de esta nueva etapa de vuestra experiencia vital... Y él, como padre, se abrirá poco a poco a ese disfrute y experiencia y lo entenderá cada día mejor.
      Un abrazo.

      Eliminar
  9. Ojala que pronto un padre le escriba a otros padres. Siempre so artículos de "desde mi perspectiva de madre veo al padre de mi(s) hijos"

    No me me mal entiendan, me gusta este artículo. Pero traer un hijo al mundo son procesos distintos de un hombre y una mujer. Desde antes de la concepción.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola:
      Hay en la blogosfera muchos padres que también cuentan su experiencia y cómo se volvió patas arriba su mundo al convertirse en padres. Obviamente, yo soy una mujer, hablo como madre y me resultaría imposible colocarme al otro lado... Pero creo que también es importante que, como mujeres, superemos esa visión patriarcal del macho proveedor y demostremos lo orgullosas que estamos de nuestras parejas comprometidas con la crianza, el cuidado y la nutrición emocional de nuestros hijos.
      Un saludo,

      Eliminar
  10. Preciosa reflexión, mi niño tiene un papá que ha estado de excedencia para cuidar a nuestro niño cuando me salía algún trabajo, era el único padre que paseaba a su niño por el parque todas las mañanas. Ahora tienen un vínculo excepcional.
    Gracias por recordarnos que no somos los únicos.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡¡Claro que no sois los únicos!! Y creo que cada día somos más. A mí, por ejemplo, me resulta extraño cuando me cuentan que el papá está en el paro, pero el peque sigue yendo a la guardería. Lo primero, lo veo un gasto innecesario y, lo segundo, pienso en todas las oportunidades que se está perdiendo ese papá de vivir a su hijo en una dimensión que para muchos otros es imposible.
      Enhorabuena, familia. Un abrazo.

      Eliminar
  11. Hoy soy yo, PapaLondon el que escribe. Mi mujer me dijo hace días q leyera este post y no me ha defraudado. Durante el embarazo sigues siendo el mismo, disfrutas mucho de las patadas, ves a tu mujer crecer las fotos del bebe y te mueres de aburrimiento eligiendo colores y diseños de habitación o medidas de carritos pero te encanta ir a esas cenas no te importa quedarte hasta las mil en el curro te vas con tus colegas de cañas incluso alguna escapada de finde fiestero. Pero entonces llega el dia, ese dia en que sacas a tu hijo (hija en mi caso) a este mundo te mira a los ojos y todo el eje de tu vida cambia. Y nadie entiende q de pronto q no te apetezca quedar a tomar algo todas las semanas q te joda horrores quedarte en la oficina q prefieras estar con tu hijo/s jugando en el parque en la piscina o tragandote maratonianos entrenamientos o competiciones de ritmica. Pero tampoco lo entiende tu jefe no entiende q tu hijo este malo y no puedas ir a llevarlo al medico q tu hija este ingresada y no te den mas dias no entiende q te hayas pasado la noche en vela con tu hija llorona para q tu mujer descanse y no puedas quedarte mas de las 3 pq no rindes mas ni q haya funciones ni mierdas en vinagre pq el es padre y ya habra mas actuaciones o mi mujer lo graba. Y te miran mal te judgan de calzonazos y te recriminan que efectivamente no eres el mismo. Y no no soy el mismo me gusta mi trabajo me gusta quedar con colegas pero ante todo me gusta ser padre (y marido)y mis hijos crecen a una velocidad de vertigo y son ahora ellos quien se llevan todo mi tiempo.
    Jose

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Jose:
      Que tu eres un padre entregado y amoroso, de eso no tenía ninguna duda. Pero me encanta que hayas dejado aquí tu testimonio y que contribuyas a contar esa dificultad o esa falta de entendimiento entre tus compañeros, jefes o iguales. Yo creo que vosotros sois un poco como héroes abriendo camino a las nuevas generaciones de padres que están por llegar. El mejor ejemplo es para con vuestros hijos e hijas... Los chicos crecerán sintiendo un padre amoroso y presente y eso facilitará que reproduzcan ese rol cuando sean mayores. Vuestras hijas no se conformarán con una pareja que no se implique y que "simplemente" traiga comida a casa.
      En estos momentos, que sé que son difíciles para vosotros, la entrega y dedicación que demostrais son completamente admirables.
      Un abrazo.

      Eliminar
  12. No sabes q acompañada m siento gracias a post como este. Yo vivo rodeada de gente q considera q tu vida tras la maternidad no tiene q cambiar... Mi marido aunque sé implica mucho en el cuidado de nuestra hija en algún momento me ha soltado frases tipo " deberías salir, el papel de madre te está comiendo"... Lo q le explico tanto a él como a otras amigas también madres pero cuyas vidas no han cambiado ( salen tanto o más q antes) es q mis prioridades son otras y yo hago realmente lo q quiero, estar con mi niña. Y es q creo q bajo la idea de mujer independiente q nos han vendido no está la mujer q además del trabajo los niños la casa además puede con su vida social. No, para mi esa mujer está esclavizada bajo un estereotipo creado por esta sociedad. Para mi mujer independiente es aquella q tiene libertad para elegir y yo elijo disfrutar cada instante q pueda de mi niña. Suerte q tu marido te apoya. Yo gracias a blogs como el tuyo me sientoas acompañada y no tan bicho raro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola:
      La verdad es que cuando tenems "al enemigo en casa", es decir, tu propio marido reproduciendo esos mensajes tan dañinos sobre el "cambio" y la "maternidad", es todavía más complicado si cabe.
      Yo creo que el mejor ejemplo que le puedes dar es que te vea sentirte bien, dueña de ti misma, feliz, realizada e independiente. Y, obviamente, todo eso se reflejará en tu bienestar, en el de tu hija y en el de tu familia. Puedes hablar con él y explicarle que tú no te sientes frustrada por cuidar de tu hija, que no sientes que renuncias a otras cosas sino que estás viviendo una nueva dimensión como persona, como mujer, e invitarle a implicarse un poquito más y a sentir esas cosas.
      Me alegro de que blogs como el mío te sirvan de terapia y te hagan sentir acompañada. Ya verás como poco a poco te van saliendo más compañeras de camino ;-)
      Un abrazo.

      Eliminar
  13. a mi me cambió todo,... y me refiero a absolutamente t-o-d-o.

    a mi forma de enfocar la vida, a mi manera de entender mi relación con mi pareja y con el mundo y también conmigo mismo.

    al uso de recursos, al despertar de emociones y sensaciones a las que nunca había prestado atención, a abrirme al mundo de los cuidados y disfrutarlo más cada día.... al ajuste/reajuste de prioridades... a la renuncia de desarrollar una carrera profesional "puntera"

    absolutamente todo...

    y me convertí en una persona completa.

    :)

    por otro lado ampliar lo que dices tu y algunas personas más arriba sobre la presencia de hombres (papás) en la internet... ahí va un listado con 58 sitios de papás en españa... (y creciendo)... http://joaquimmontaner.net/papas-blogueros/


    :)


    Una entrada muy chula. hasta pronto!!!

    ResponderEliminar
  14. Siempre me ha parecido sorprendente esa afirmación que dice algo así como: "Tenéis que seguir llevando vuestra vida de antes aunque seáis padres". Lo sorprendente es que cuando te casas, esa misma gente no te dice: "Tú sigue llevando tu vida de soltero, ¿eh? Que no me entere yo de lo contrario".
    Por supuesto que la vida cambia, pero si tienes un hij@ estamos hablando de que es un cambio deseado y querido. Ahora las cosas se hacen con ellos. Y si no se pueden hacer con ellos, no se hacen. Todos hemos tenido tiempo de disfrutar de nuestra vida. Ahora creo que nos toca disfrutarla CON ellos al lado.

    ResponderEliminar
  15. Se me ha olvidado felicitarte por la entrada. Me enciendo y no respondo :-) ¡Muy interesante!

    ResponderEliminar
  16. A mi si que me ha cambiado la paternidad, sobretodo en el modo de ver las cosas, en el modo de ver a mis propios padres. A los tres meses de nacer mi hijo me quedé en paro y cuando mi mujer volvió a trabajar yo me encargue de él. Creo que ha reforzado mucho la relación tan fuerte y estrecha que tenemos hoy que tiene 5 años. Desde el segundo 1, ha sido sin lugar a dudas lo mejor de mi vida.

    ResponderEliminar
  17. Muy buena entrada. Enhorabuena!

    Claro que cambia la vida. Imagina si encima son dos niños de una vez, como es mi caso.
    Yo crío a mis hijos. Juego con ellos, los visto, los alimento, los educo, los cuido. He sacrificado trabajo, sueldo, vida social, y vida personal. Mi mujer trabaja de mañana y yo de tarde, así que nos encargamos de los pequeños cada uno en su 'turno'...
    Y solo infinitamente más feliz que antes. ;)
    Puedes leer estas y más cosas en el blog que tengo dedicado a ellos ;) www.laparejitadegolpe.com

    Un saludo

    ResponderEliminar
  18. Bueno... los que me habeis leído alguna vez sabeis que siempre hablo de ese renacimiento, que es puro cambio...así que no os doy la brasa...
    Como dije en mi muro de face hoy... Gracias por seguir "hurgando" en la herida que la sociedad tiene abierta, por la que sangran y sangran machos disidentes...
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  19. Me emocionó mucho este post.
    Gracias por prestarlo a los lectores que deambulamos por ahí.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Otros post interesantes

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...